lunes, 17 de octubre de 2016

MANUEL COSTA ALVES [19.301]


MANUEL COSTA ALVES

Manuel Costa Alves nació en Castelo Branco, Portugaló en 1944, con raíces en el pueblo de Malpica do Tejo, meteorólogo, despertando a la esfera social a los 14 años, cuando visitó la ciudad de Humberto Delgado, el "general sin miedo."

Ex alumno del Liceo Nuno Álvares quería estudiar Letras, pero la situación económica de sus padres le obliga a elegir Ciencias.

En 1961 estudiará Física y Química en la Universidad de Coimbra. Con la crisis y la concienciación política de represión académica surgen sus primeros delirios ideológicos.

Como vicepresidente del departamento cultural de la Asociación Académica,  no puede unirse a ningún Partido, pero participa en las acciones clandestinas y estuvo a punto de ser expulsado de la universidad. Para deshacerse de la vigilancia de la policía del Nuevo Estado, el joven, que en el Registro de la PIDE se considera como "subversivo", le ayuda el existencialismo de Camus.

Movilizado para Guinea Bissau, sin embargo le asignan a Timor Oriental, donde permanecería entre 1973 y 1974.

Aquí fraterniza con anticolonialistas duros, como José Ramos-Horta y Mario Alkatiri.

Frente a la amenaza de Indonesia, y de nuevo en Portugal, como meteorólogo asume en su totalidad la causa de las personas maubere.

Portador de mensajes de la Asociación Social Democrática de Timor (FRETILIN más adelante), y las cartas de sacerdotes y monjas, con otros conciudadanos da voz a la revista Funo (guerra en tetum) y el eco de los partidos representados en el Parlamento, lucha por la independencia en suelo portugués y se apoya en la base de los Estados Unidos en Australia.

Diez años más tarde, Anthímio de Azevedo, un pionero de la meteorología en la televisión nacional, le invita junto a Teresa Abrantes para dar la información meteorológica de TVI, donde permanecería cuatro años.

Entre 2009 y 2010, Costa Alves fue diputado independiente de la Asamblea Municipal de Castelo Branco a través del Bloque de Izquierda, renunció al mandato, y enseñó durante cinco años en el Instituto Politécnico de Guarda.

Entre 1990 y 1995 escribió la columna semanal "Cata-Ventos" en el Daily News.

Es autor de los libros “Voltar a Timor” (1998), sobre su experiencia en ese territorio, y Podia Ser de Outra Maneira (Imagem do Corpo)” (2000), que reflexiona sobre el mundo de la segunda mitad del siglo XX, y la antología “Mudam os Ventos Mudam os Tempos – Adagiário Popular Meteorológico” (2002), com 1800 adágios.

Una vez más, lo hace en sintonía con la vida y la obra de Camus, escritor franco-argelino, de pensamiento marcado por la guerra y la pobreza, o las inquietudes y dilemas de su tiempo, y también escribió teatro, una de sus grandes pasiones ".

-En poesía ha publicado recientemente, "Corpo Aberto", 2016. 



Molinos de viento entre El Toboso
Y Campo de Criptana

El viento tiene alma de ser vivo
y muchas casas donde reposar.
Paso a paso, sube y baja las escaleras del aire,
fluctúa evasivo, se deleita indefinido,
sondea un suspiro entre las brumas que secan las calles.
Cuando el viento es así, Dulcinea del Toboso
duerme los sueños apaciguados nos de Don Quijote.

En El Toboso, los molinos son de viento
y amasan ríos de pan.
Pan, solo pan, en las alforjas de Sancho Panza.
En El Toboso, hay tabernáculos que guardan la limpidez de amar
y arados que juntan los labios.
En El Toboso, no habrá guerra
donde la memoria de la guerra se clausuró.
En El Toboso, los molinos acogen vientos de utopía.

Pero, cuando el viento es desapacible,
transforma las montañas de pan en gigantes
que hierven enemistades.
Es lo que sucede en el Campo de Criptana
con el viento enfureciéndose encendiendo
nostálgicas ficciones de batallas.
En el Campo de Criptana el viento no hace sombra.
Atiza las hogueras inclementes de La Mancha
y levanta sus lanzas por el tiempo de todos los tiempos
que van desapareciendo.

Traducción de Alfredo Pérez Alencart











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