sábado, 15 de octubre de 2016

JOSÉ LUIS POSA LOZANO [19.286]


José Luis Posa Lozano

Natural de Barcelona (1.951). Escritor precoz, comenzó a escribir con catorce años tras leer a Bécquer en Rimas y Leyendas, rebelde y romántico, enseguida se introdujo en la "poesía social" con poemas inspirados en Miguel Hernández y en Celaya, autor este último que le cambió su modo de ver la literatura desde que leyó "La  poesía es un arma cargada de futuro”. Un periodista de prestigio, le alejó de su sueño de ser un profesional de los medios cuando le dijo: "Si elijes ser periodista en una dictadura, o serás cómplice o serás mártir, y tu no tienes madera ni de lo uno ni de lo otro". Tras comenzar ingeniería, se incorporó a la empresa familiar y concilió su trabajo con sus aficiones a la escritura y su amor por la música con alma, escribe poemas como una necesidad visceral, sin elegirlos, pues ellos le elijen a él, piensa que el poeta es un médium que utiliza resortes especiales para expresarse y manifestarse.

Cree en el hombre, en la humanidad y en el dios cósmico de la armonía universal y afirma que el cielo y el infierno están en las profundidades de nuestro corazón. Tras el éxito de “Jardines descolgados” nos sorprende con sus “Lenguas de fuego” cien soplos de poesía candente, y esto no ha hecho más que empezar.

En 2016, publica Poesía Necesaria - Edición: Editorial Círculo Rojo.



JARDINES DESCOLGADOS  

“Babilonia fue”
Poemas entre Venus y Marte



LAS BRUMAS DE AVALON

¿Qué conjunción de astros perpetró nuestro encuentro?
¿Cuántos nudos desató el destino
para cruzarnos al doblar la esquina?
El tiempo se ha plegado como un acordeón cósmico
y el ayer ha roto aguas inundando mi estancia.

Hablamos como si Cronos no existiera,
como si el mundo fuera plano e infinita la tierra,
pero tú y yo sabemos que Brigitt nos separa
que habitamos universos paralelos
y escuchamos los ecos del pasado
intuyendo presencias,
que incluso, hay momentos que tu olor me llega
como un soplo de sándalo en la noche,
pero mi abrazo se pierde entre las sombras
que reflejan tu ausencia.

¿Eres real o acaso un sortilegio?
El fuego de tu antorcha aún humea en mi vientre
y me vierto a raudales cuando sueño tu embate,
tus dedos arañando mi grupa
y tu lengua trenzándose en la mía
cual serpientes en celo.

Mas las brumas de Avalon se cierran,
el embrujo se esfuma y despierto flotando
en el lago sin fondo de mi lecho,
añorando tu cuerpo que es tan solo un reflejo,
el espejismo de un oasis que engulló el desierto
y que apenas sobrevive en los anales
de mi turbio recuerdo.



LA NOCHE DE LOS TIEMPOS

Se han perdido en la noche de los tiempos
aquellos ojos que en mí cobraban brillo,
aquella boca que hablaba por mi boca,
aquellos labios prendidos de los míos.

Ya no tiemblan tus manos en mis pechos,
ni se templa tu acero entre mis fuegos,
ni tus dedos esculpen mi cintura,
ni tu lengua sazona mis senderos.

Hoy mis selvas apenas son rastrojos
y la arena se fue tras tus mareas.
Se quedaron sin luz mis manantiales
y tornáronse eriales las praderas.

Déjame izar las velas de mi casco,
empuñar el timón de mi galera,
descubrir otros mares de aventura,
alumbrar una nueva primavera
donde vuelva a manar agua mi fuente,
a saberme la dueña de mi vida,
donde pueda sentir que no estoy muerta
y la paz me despierte cada día.




SÓRDIDAS CLOACAS

Ha llovido sangre desde entonces,
desde que tu caudal inundaba mis entrañas,
que tus caricias bañaban mis reductos,
que tus espumas hervían en mi playa.

Han caído mil lunas en mi cielo
desde que tu lluvia saciaba mi barbecho,
que tus palabras brillaban en mi cauce
como cascadas de luz en el silencio.

Pero el rocío se transformó en escarcha,
tus dedos cantarines, en tenazas,
tu lengua degeneró en ganzúa
y tus brazos en cárceles amargas.

Hoy te miro y ya no me emocionas,
ya no tiemblo de amor cuando me abrazas,
ni se abre mi flor ante el zumbido
de tu boca traidora y desquiciada.

¡Quédate deglutiendo en otras mesas!,
¡quédate retozando en otras camas,
revolcando tu cuerpo fementido
en los negros sudarios de tu alma!
¡Pero a mí, no me toques ni el recuerdo!,
¡no me ensucies con tus palabras falsas,
con tu sexo mezquino y acabado
de arrastrarse en sus sórdidas cloacas!




SUCIOS CENAGALES

Oigo tu voz y vuelvo la cabeza.
Veo tu sombra fluir entre la niebla
que me sigue, me cerca, me rodea,
me posee, me excita, me penetra….

Veo tu cuerpo desnudo y empapado
por el salado rocío del deseo,
extender sus tentáculos mortales
y arrastrarme al abismo de tu lecho.

Siento el filo rusiente de tu lengua
degustar mis claveles reventones,
incendiar la espesura de mi selva
y bañarse en mis dulces manantiales.

Y mi cuerpo frutal se abre a tus labios
como estalla en la boca la granada,
y te aprieto con rabia, y te desangro
hasta la última gota en mis entrañas.

Pero todo es un sueño… Y me aventuro
por el campo minado del recuerdo,
esquivando las trampas de los celos
y la hiedra mortal del desengaño,
vadeando los sucios cenagales
en que hundiste mi hogar con tus engaños.




HOMBRE

Hombre, arado que levanta mi corteza,
agua que sacia la sed de mis raíces,
torrente desbravado que me arrastra,
sol que ilumina, fuego que me abrasa.

Hombre firme y tierno, ardiente y refrescante,
sonrisa franca que endulza la mentira,
embustero, procaz, enredador, sincero,
soplo de brisa barriendo la calima.

Hombre, huracán, terremoto, galerna
volcán de vida que vierte en mí su lava
y transforma mis plácidas colinas
en cumbres procelosas y enceladas.

Hombre frutal que se funde en mis bocas
que me inunda con la miel de sus aromas,
brazos de acero y muslos de alabastro
que me cercan, me sitian y me asaltan.

Hombre fugaz que se convierte en niño
en el cálido asilo de mi pecho,
que retorna a mi vientre derrotado
y en él deja la espada y los aperos.

Hombre inmortal que en mi sexo renace,
como Lázaro, en cada madrugada
que me teme, me engaña y me posee,
pero sin mí se eclipsa y se desangra.




ÁMAME LIBRE

No me mires como una mercancía
sopesando el valor de mi estampa,
como se mira a una yegua en el mercado.
No me mires con ojos de conquista,
con mirada sucia, con mirada obscena.
No me hagas mostrar la dentadura,
exhibir mis senos y caderas de buena paridora.

Mírame a los ojos, mírame a la cara
que detrás hay un alma,
una mujer que sufre, vive y ama,
la mujer cósmica y eterna
que hierve en nuestras venas
que excava galerías en la piel de los tiempos
para salir a flote, para tomar aire,
para amar con el fuego primigenio
de los volcanes, de las galaxias que giran en su vientre.

Que tus manos no sean esposas
que tu abrazo no sea una cadena
ni tu beso mordaza a quemarropa.

Ámame libre como me parieron,
como a un paisaje que se goza pero no se posee,
como a un río que te baña pero que no atrapas.
Solamente así seré, en verdad, tuya,
tuya libremente, como tú serás mío.

No me ofrezcas más de lo que puedas darme,
no me pidas nada, que yo nada te pido.
respétame y respétate a ti mismo
y mano a mano labraremos surcos,
sembraremos campos y soñaremos mares
más allá de los confines del cielo
donde gozar nuestro amor sin vasallajes.




TU CUERPO DESNUDO

Besaré tu tronco de recia corteza,
de nudos enjutos, de raíces viejas.
Beberé tu escarcha, dormiré en tus ramas,
cubriré mis pechos con tus hojas tiernas.

Clavaré mis dientes en tus brotes nuevos,
me asiré a tu cuerpo como amante hiedra,
lameré el rocío de tus madrugadas,
cubriré tus ramas como enredadera
y tu tierno tallo sembraré en mi tierra
para que en mi vientre brote tu cosecha
de frutas del bosque, de piñas, de brevas,
de flores, de espigas, de lunas, de estrellas,
para que la tierra y la vida entera
celebren el triunfo de la primavera.



DÉJAME

Déjame cabalgarte en trote fiero
salpicando de espumas las almohadas,
perfumando la sábanas de lluvia,
arrancando a mordiscos la mañana.

Déjame izar las velas de tu mástil
y ondear en mi vientre tu bandera
y beberme el maná que de tu cielo
se derrama en mi dulce enredadera.

Saborea mis pechos desbocados,
piérdete en las lagunas de mi selva,
y sacia tu sed entre las aguas
que espumea mi cáliz desbordado




JUEGO FATUO

Has visto mis ojos llorar arena,
sangrar soledades,
gritar silencios.
Has visto mis ojos
arder de celos,
cegarse de rabia,
morir de miedo.
Has visto en mi boca crujir los dientes,
escupir el veneno,
morder la lengua.
Has visto mi boca tragar culebras,
masacrarse los labios,
mascar la tierra.
Has visto mis manos arañar piedras,
arrancarse las uñas,
rezar a ciegas.
Has visto tus manos
huir la mías
convertirse en zarzales
de malas hiedras.
Pero sigues jugando tu amor y el mío
en los sucios tapetes de ese casino,
con sus cartas mugrientas entre los dedos,
de farol en farol, hasta echar el resto.




PARIRÁS CON DOLOR

Dios te hizo mujer para alumbrar la vida,
para sembrar el amor y madurar la espiga,
para regar la cosecha con tu llanto,
para arrancar la cizaña con tus manos.

Dios te hizo mujer por puro orgullo,
para probar que era capaz de hacerlo,
para mostrar su obra más perfecta,
para humillar a Satán en sus infiernos.

Dios te hizo mujer y se sintió celoso,
celos de Adán sintió al saberse solo
y aunque intentó crearse compañera
ni él mismo pudo crear nada más bello.

Y cuando vio como te amaba el hombre,
ciego de ira condenó tu estirpe.
Tú eras más fuerte que él una y mil veces…
Tomó la espada, no pudo contenerse.

Por eso eres el blanco de sus iras.
Parirás con dolor, fue su condena.
y en cualquier religión en que se esconda
tú serás una esclava de la tierra.





CARICIAS Y MENTIRAS

No hay mentira mas tierna
que una caricia,
ni caricia mas fiera
que una mentira.......
¡Huecas palabras
que resuenan vacías,
sin esperanza!

…. Y las horas se arrastran
como serpientes
enroscadas a un tiempo
frío y ausente,
miedo y hastío
que devoran la vida
que no he vivido.

El silencio se espesa
como una niebla
que empezoña mi alma
vacía y yerta,
cubre mi cama
un sudario de escarcha
cada mañana.

Ya no alumbra el rescoldo
de aquella llama
que encendiste una noche
ya muy lejana,
se fue apagando
sin que nada ni nadie
la reavivara.

Hoy, que sola, cansada
y muerta de frío
me acurruco en el banco
de los olvidos
lloro vacíos
y mis lagrimas llenan
el infinito.....

No hay mentira mas tierna
que una caricia
ni caricia mas fiera
que una mentira
mas… ¡ Quien pudiera,
perecer de un zarpazo
que tu me dieras!





Lenguas de fuego




UN DÍA BAILÉ DESNUDO

Un día bailé desnudo
arraigadito en tus senos
sintiendo tus dulces flechas
haciendo sangrar mi pecho;
rosas, perfumes y espinas
sangre, rocío y recuerdo.

Un día bailé desnudo
entre las olas y el cielo
bebiéndome las estrellas
que acariciaban mi cuerpo;
algas, espumas y arena
luna, cometas, luceros
y el canto de las sirenas
llamándome mar adentro.

Un día bailé desnudo
y amanecí en el desierto
reptando entre las arenas
y un cielo de puro infierno;
sin agua en la cantimplora
y con el fuego en el cuerpo,
buscando en los espejismos
el manantial de tus besos,
el agua de tu mirada,
los dátiles de tus pechos.
Mas solo encontré horizontes
que perseguí sin aliento
hasta morir enterrado
bajo las dunas del tiempo




NEGRA NOCHE

Negra noche, negras calles,
negro mar de soledad...
Me arrastraba entre la gente
como un perro vagabundo
que penaba por el mundo
sin creer, sin esperar.

Negra noche, negras calles,
negro pozo de tristeza
que envolvía mi cabeza
sin dejarme respirar.

Los letreros de colores
vomitaban tentaciones
de evasión y de placer
y la gente desfilaba
junto a mi, desarbolada
como sombras sin ayer.

A la puerta de una tasca
–descarada y vivaracha–
me abordaste a quemarropa
ni siquiera pregunté
y bebimos y reímos
y cantamos y lloramos
empapados en el vino
que borraba nuestro ayer.

Y después, locos, borrachos
nos perdimos en tu alcoba
y una cama sucia y rota
cobijó nuestro placer.
...No recuerdo ni tu cuerpo
ni tus ojos ni tus besos,
no recuerdo, tan siquiera,
si al marcharme, te pagué.

Negra noche, negras calles,
negro mar de soledad…
Me arrastraba entre la gente
como un perro vagabundo
que penaba por el mundo
sin creer, sin esperar.



MEA CULPA

¡Es tan largo esperar la madrugada
sumido entre las sombras de la noche!,
¡es tan duro esperar la primavera
tiritando entre las zarpas del invierno!,
¡es tan triste una simple despedida
cuando sabes que das tu último beso!,
¡es tan fría esa última sonrisa
cuando esconde un adiós entre sus labios!

Y yo sigo rasgando mis cuartillas,
despuntando la pluma en el tintero,
abortando mi verso en cada parto,
derramando la tinta en el cuaderno.

Me he quedado vacío como el lecho
que empapaste de amores y ambrosías
y mis ojos se apagan sin tus ojos,
sin tu voz, sin tu luz, sin tu sonrisa.

¡Qué me importa que estés como una sombra!,
¡qué me importa tocar tu piel baldía
si tus pechos me niegan el suspiro
y tu fuente enmudece a mis caricias!

Dame un beso de amor entre tus brazos,
dame un soplo de vida en tu mirada,
déjame compartir con tus latidos
ese fuego que prende en mis entrañas,
ese último aliento que aún suplica
tu perdón, tu regreso y tu amnistía.



MUJER DE LUZ

Mujer de luz, pureza reencarnada,
esencia viva, sutil rayo de sol,
ojos de niña, manitas sanadoras,
tierno perfume, boquita de arrebol.

Bebo de ti, de ti vivo y respiro,
en ti germino, arraigo y crezco en ti.
Soy un esqueje nacido de tu vientre,
broto en tu pecho y en ti encuentro mi fin.

Mujer de luna, de auroras y luceros,
noche infinita, amanecer de abril,
lluvia de estrellas irradian tus cabellos
y en tu mirada encuentro mi confín.

Mujer eterna, sensual, fruta madura,
entre mis labios tu pulpa se hace miel.
Bebo tus aguas como un maná sagrado,
a tí me entrego y en ti vuelvo a nacer.

No existe ayer ni hoy ni habrá mañana
que no ilumines con tu infinita luz.
Niña de amor, copito de inocencia
dame tu fuerza para cargar mi cruz.




ENTRE EL MIEDO Y EL HAMBRE

Señor, ¿Dónde te escondes que ignoras mis plegarias?
Te he buscado en el espacio, en el tiempo, en los ojos de un niño,
pero sólo hallé silencio.
Quizás creaste el mundo entre miles de mundos,
lo dejaste a medias, inacabado, imperfecto
y te marchaste a crear otro más bello.

Señor, ¿Dónde te escondes cuando abruma el silencio?,
¿cuando el dolor me ahoga?, ¿cuando el cielo está negro?,
¿cuando el mar huele a muerte y llora sangre el cielo?
Quizás hayas muerto en el árbol que se quemó en el bosque,
en los ríos cloaca, o en el mar vertedero,
en el niño soldado que mata y que muere...

¿El dolor de tus hijos no ha llegado hasta el cielo?
¿O es que el cielo no existe y tan solo hay infierno,
donde nos arrojaste por nacer imperfectos?
Todavía te busco en la piel de mi esposa,
en la aurora gozosa y el ocaso vibrante.

Te presiento en el vientre de esa niña preñada,
en las manos trenzadas, en los ojos en llamas,
pero tú te has marchado o quizás nunca fuiste
mas que un sueño forjado entre el miedo y el hambre.




MATRIOSKA

Busco en mí, dentro de mí, fuera de mí.
Busco en presente, en pretérito, en futuro.
Busco en mi yo, en mi tú, busco en nosotros.
Busco en el día, en la noche y en los sueños.

Abro mi cuerpo, mi alma, mis sentidos,
desgarro el velo que cubre los recuerdos,
suelto la amarra que me une al dique seco,
bato las alas buscando nuevos vientos.

Pero es inútil remar, levar el ancla,
izar las velas, escudriñar los vientos.
Mi casco embarrancó entre tus arenas,
la tarde en que fundimos nuestros cuerpos.

Tú y yo somos matrioskas infinitas
desde el agujero negro de los tiempos.
No hay tú sin yo y yo sin ti soy nada.
No hay más respiro que el soplo de tu aliento,
no hay más camino que el surco de tus pasos
ni más sendero que el cauce de tu lecho.



HE PLEGADO LAS ALAS

He plegado las alas,
ya no tengo fuerzas para seguir volando
ni tan siquiera planeo a sotavento.
Llevo plomo en el alma
y apenas puedo mantenerme al pairo
y lucho por no entrar en picado
y estrellarme en las rocas del vacío.
Pero todo es inútil
y siento el remolino de la nada
absorberme en su negro sumidero
y giro y giro… y voy perdiendo altura
sin poder anidar en una rama
que me ofrezca cobijo.

Quise alcanzar el cenit.
Volé más allá de las estrellas,
desafié al destino,
mas apenas logré rozar el aura
volando hacia el ocaso.
He quemado el plumaje
y he perdido el refugio de tus brazos.




LA ETERNA LETANÍA

Me muestras tu exquisita desnudez
tus pechos altivos,
tu vientre frutal y perfumado
y me hablas de tallas y de modas
de centímetros, de pesos y medidas
cuando yo no puedo quitar mis ojos de tus muslos,
de tus nalgas rotundas,
de tu cintura grávida,
de tus hombros a besos cincelados.

Me encandilas con tu belleza impía
y pretendes que escuche tus lamentos
que secunde tu eterna letanía
pero yo sólo veo en ti una diosa,
una vestal de amor, una valkiria
y mis manos amasan tus caderas
y mis dedos descubren tus secretas delicias
mientras callo tu boca con mis labios
y mi piel y tu piel tejen sus rimas.

Cuando mi lengua recorre tus recodos
y libo las delicias de tu axila,
cuando bebo el licor de tus racimos
y la pasión cabalga sin bocado ni bridas,
cuando tu cuerpo y mi cuerpo prenden fuego
y se unen en una sola llama
¡Qué me puede importar la pasarela
una cifra, un botón o una etiqueta¡




A TRAVÉS DE CIEN VIDAS

Supe que me esperabas a través de la nada,
a través del espacio supe de tu existencia
como sabe el creyente la existencia del padre.
No me cegó un rayo, como a Saulo de Tarso,
una negra nostalgia oprimía mi alma.

Te busqué en mil mujeres, me dejé el alma en ellas,
me arrastré por caminos enredados de zarzas,
pero cada mirada me volvía la espalda,
pero cada caricia arañaba mi alma.

Y pasaban los años y yo desesperaba
y creía encontrarte cuanto más te alejabas.
Descendí a los infiernos por hallar tu morada,
ascendí al paraíso cuando te sospechaba,
pero el sol inclemente, chamuscaba mis alas
y caía a la tierra como un Ícaro en llamas.

Mas un día de invierno, cuando nada esperaba,
se cruzaron mis ojos con tu dulce mirada
y esa voz intuida se clavó en mi coraza
arrancando los miedos que cegaban mi alma
y lo supe al momento, eras tú a quien buscaba.
A través de cien vidas, regresabas a casa.




LEGADO

¿Que les diré a mis nietos cuando les legue el último suspiro?

Recibí un mundo de agua azul turquesa,
de selvas verdes, de noches azabache,
fértiles campos, praderas y glaciares,
límpidos ríos y mares transparentes.

Recibí un mundo pletórico de vida:
tigres, leones, gorilas, elefantes,
lobos y linces, erizos y cangrejos,
reses pastando, corrales y campiñas.

Cierro los ojos y la niñez me asalta
y me reprocha no haberla defendido
de la codicia, del miedo y la ignorancia
de los cuatreros del euro y el ladrillo.

¿Qué os dejo yo, ramitas de hojas tiernas?
Un amasijo de aceros y de vidrios,
un litoral sembrado de cemento,
tele basura, “fast food” y conformismo.

¡Abrid los ojos a la verdad eterna!
Romped los muros, forjad un mundo nuevo,
pintad de blancos y verdes las montañas,
bordad, de nuevo, luceros en el cielo.

Resucitad el valor de la palabra,
la portentosa belleza del abrazo.
Que vuestros ojos no escondan la mentira,
que vuestras manos, acojan otras manos.

En este viaje no cabe ni un hatillo.
Sólo me llevo el amor que he cosechado,
esos recuerdos que claman en el cosmos,
esos momentos que Dios me ha regalado.

Puede que todo sea un sueño,
puede que, incluso, soñemos que soñamos.
Pero que nadie os secuestre la alegría,
la rebeldía, la fe ni los redaños.



HAY UN INSTANTE

Hay un instante en el que el tiempo muere,
se detienen péndulos y agujas,
el sol estalla, las mareas cesan,
el viento calla y el dolor se oculta.

Hay un instante en el que Dios me mira
a través de tus ojos encendidos
mientras mis manos tejen en tus cuerdas
un tapiz de suspiros y gemidos.

Hay un instante en que tu voz se eleva
al útero del cosmos primigenio,
tu cuerpo celestial se hace visible
y tu alarido atruena el universo.

Hay un instante en que la vida brota
de las fuentes profundas de tu sexo
y su corriente me arrastra desbordada
hasta fundir en su lava nuestros cuerpos



ÍCARO

Hace días que planeo
dejándome arrastrar por las corrientes,
vagando entre los riscos y los bosques,
rozando los peñascos con el vientre.

Hace días que no me quedan fuerzas
para alzar la cabeza y ver el cielo
y mis alas desnudas y emplomadas
ya no pueden batir y alzar el vuelo.

Hace siglos que no encuentro en tu nido
el plumón que me abriga y me protege
que tu flor se marchita entre mis labios
que tus aguas no brotan a mis besos
que no encuentro morada entre tus muslos
que no alcanzo el cobijo de tus senos.

Pero hoy me alzaré hacia el firmamento…
volaré a lo más alto del infierno,
con las plumas ardiendo de deseo
moriré en un picado hacia tu sexo.



TRISTEZA

Hoy estoy triste, oscuramente triste, profundamente triste
hay un vacío que prende en tu mirada
una sombra negra, una sima siniestra y homicida
que parece atraerme hacia el abismo
esos silencios gélidos, esas miradas huecas,
esas palabras mudas, esas sonrisas yertas.

En días como estos se me escapa la vida,
le abro la jaula para que eleve el vuelo
y escape de este cuerpo que la cela,
de este corazón acongojado
que apenas ya palpita.
Hoy me hundo en mí mismo y no hallo el fondo…
sólo encuentro la nada más grotesca,
la burla corrosiva, el miedo que me ciega
y me enfundo las lágrimas amargas
y regreso a tu lado mendigando una sonrisa,
una palabra, una caricia, un nada.

Y me tiendo a tus pies y lamo tus heridas
soñando que mañana, renacerá la vida
que la niebla se escampa
que el silencio germina,
recordando esos días en que, incluso,
soñé que me querías.




Poesía Necesaria
Edición: Editorial Círculo Rojo.
José Luis Posa Lozano

-2016


“Poesía necesaria como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto…”
G. Celaya

Poesía necesaria es un arco iris sensorial que abarca desde un pasional rojo sangre al morado rabioso de la ira, pasando por el azul paz y el verde esperanza. Cada poema es un latido que se debate entre el amor, la rebeldía, la desesperación y la firmeza, un puñetazo en la mesa de la vida reclamando su parte. No es un libro para leer antes de acostarse, es un breviario, un
manual de instrucciones para sobrevivir al desamor, al desasosiego y a la resignación, un canto a la vida en Do mayor con más bemoles que sostenidos, pero siempre in crescendo. Si lo que exiges es belleza formal, no abras el libro. Entre estas páginas encontrarás monstruos, pero eso sí, monstruos que te harán soñar despierto y pensar dormido.

Jose Luis Posa




DIGNIDAD

Cuando apenas queda aire
para llenar los pulmones
y tienes la boca seca
y el corazón amarrado.

Cuando el futuro es tan negro
que el alma se queda en blanco
y la esperanza se cuela
por las cloacas del tiempo.

Cuando apenas si te queda
saber quién eres y cuando
la senda por la que vagas
es un camino cerrado…

¡Mantente erguido, no dejes
tu dignidad en las zarzas!
Deja la piel si es preciso,
muerde los labios y sangra,
pero no olvides quien eres,
de dónde vienes y salva
lo poco que aún te han dejado
los lobos de tu manada,
porque los buitres acechan
¡no les entregues el alma!





NO ME AMARGARÁ TU AMARGURA

Dedicado a esas enfermedades traidoras, mezquinas, que pretenden
enterrarnos en vida y hacer que cada día sea un paso hacia la muerte.

***

Podrás hacer que me muerda los labios hasta sangrar,
pero no me robarás la sonrisa;
podrás pisotear mi cuerpo hasta dejarme postrada y reventada,
pero no podrás impedir que me levante;
podrás hacerme cerrar los ojos, inundarlos de lágrimas,
pero no me apagaras la luz de la mirada;
podrás conseguir que te tema, pero jamás lograrás que te odie;
morderás mi costado hasta hacerme gritar,
pero jamás lograrás que arroje la toalla.

No me expoliarás la esperanza
ni oscurecerás mi mañana,
no conseguirás que me humille
ni me amargará tu amargura
porque jamás conseguirás derrotarme.
La victoria siempre está en mis manos
porque el día que levante el vuelo al infinito
te veré arder en la urna de mi cuerpo
y arrojada a los vientos del olvido.





MI NIÑA, NO TENGAS MIEDO

No tengas miedo, mi niña,
mi niña, no tengas miedo
que voy a estar a tu lado
hasta el final de los tiempos.
Que voy a besar tus ojos
que voy a mimar tus manos
que voy a llevarte en brazos
cuando te rinda el cansancio,
que voy a comerte a besos
que voy a abrazarte tanto
que, el tiempo se habrá parado
celoso de mis abrazos.

No tengas miedo, mi niña,
mi niña, no tengas miedo
que nunca vas a estar sola
mientras me quede el aliento.



A FUEGO LENTO

Hay veces que me hierve la ternura
como un guiso de amor a fuego lento,
hace espuma, se asoma y se desborda
inundando mis ojos y mis manos.

Y te miro y te veo tan pequeña…
como una niña tierna y desvalida
y quisiera tener una mochila
para llevarte a mi pecho amarradita,
para llevarte uncida en mi regazo,
para sentir tu corazón y el mío
bailar un tango en el tablao del cielo.

Hay veces que me olvido del deseo
y lo dejo colgado en el armario
y te miro y te abrazo y te hago mía
sin que el cuerpo se atreva ni a intentarlo,
sin que el sexo despierte de su sueño
cuando tiemblas de amor entre mis brazos.





EL CASCO DE TU PATERA

Cuando perdamos el Norte
y el timón muerda la arena
y la furia de las olas
haga crujir las cuadernas.

Cuando los vientos helados
nos acuchillen las velas
y los fuegos de San Telmo
arrasen por la cubierta.

Cuando la brújula gire
como una oscura ruleta
y hayan ardido los mapas
y no se vean estrellas.

Cuando las rocas destrocen
el casco de tu patera
y el mar enseñe sus fauces
como una arpía siniestra,
rema con fuerza y no escuches
los cantos de las sirenas,
aunque las manos te sangren,
aunque te falten las fuerzas
y hasta los ojos te abrasen
con lágrimas de flaqueza.

Rema con fuerza, ¡tú puedes!
eres mujer y eres hembra,
el ser más fuerte y más duro
que Dios sembrara en la tierra.

Achica el agua a puñados,
cose a mordiscos las velas,
ruje más fuerte que el viento,
clava tu proa en la niebla,
rompe la bruma a zarpazos
y bébete las estrellas
que el puerto te está esperando
allende de la escollera.





PARIRÁS CON DOLOR

Dios te hizo mujer para alumbrar la vida,
para sembrar el amor y madurar la espiga,
para regar la cosecha con tu llanto,
para arrancar la cizaña con tus manos.

Dios te hizo mujer por puro orgullo,
para mostrar que era capaz de hacerlo,
para mostrar su obra más perfecta,
para humillar a Satán en sus infiernos.

Dios te hizo mujer y se sintió celoso,
celos de Adán sintió al saberse solo
y aunque intentó crearse compañera
ni él mismo pudo crear nada más bello.

Y cuando vio como te amaba el hombre,
ciego de ira, condenó tu estirpe
–tú eras más fuerte que él, una y mil veces–,
tomó la espada, no pudo contenerse.

Por eso eres el blanco de sus iras,
¡parirás con dolor! fue su condena
y en cualquier religión en que él se esconda
tú serás una esclava de la tierra.





DOLOR

A veces el dolor es como nieve,
se amontona en los recodos de la mente,
se congela en las cumbres afiladas
y se clava en tu pecho como daga.

A veces el dolor es una espada
que empuñas con la saña del herido
y golpeas con odio hasta las piedras
destrozando tus manos en su filo.

Mas la nieve y el hielo se derriten
y sus aguas inundan tus mejillas
y tus ojos se nublan temblorosos
y se funde el glaciar en tu sonrisa.





VERSO HERRAMIENTA

Mi verso ha de ser camino
donde crecer y avanzar,
verso herramienta que ayude
a trabajar la verdad,
verso de alarma que avise
como vendemos el alma
por cuatro absurdos caprichos,
por una oscura amenaza.

Mi verso ha de ser campana
que doble sin descansar,
desempolvando conciencias,
clamando por despertar
a quienes viven la siesta
y creen vivir en paz,
en un mundo imaginario
que no ha existido jamás.

Quiero llamar a la puerta
de tanta mente dormida,
sin libertad ni albedrío
que anda vagando en la vida
y sacudir las conciencias
y señalar sin piedad
a quienes compran la vida
y pisan la dignidad.




LOS MARES DE TUS SARGAZOS

Cuando aparto los lazos de tu vestido
y tus hombros me ciegan de puro brillo,
cuando admiro tu espalda tallada en mármol
y presiento tus pechos latir temblando,
ya no tengo palabras, no tengo nada,
sólo siento mis manos batir las alas,
 estrechar tu cintura contra sus plumas
y posarse en tu vientre, fruta madura.

Cuando el sol de tu piel me ilumina el alma
y tu aliento perfuma mis madrugadas;
cuando sueño despierto que me acaricias
y tus dedos esculpen en mis arcillas,
dejo al pairo la barca de mi deseo
y me enredo en las algas de tus cabellos,
me aventuro en los mares de tus sargazos,
y me entrego a la espuma de tus abrazos.





LA NAVAJA DE TU AUSENCIA

Me duele el corazón de tanto amarte,
de amarte con el alma en carne viva,
sintiendo la navaja de tu ausencia
clavarse en lo más hondo de mi herida.

Me duele tu dolor hasta cegarme,
me duele, dulce esposa, hasta la vida,
respiro en el vacío de mi pena
y vivo sin vivir, día tras día.

Me duele tu silencio dolorido,
me duele la tristeza en tu mirada,
el mar de dudas en el que zozobras,
el sueño que te huye y se te escapa.

Te arrancaré de este valle de tinieblas
y en un vuelo te llevaré conmigo
a ese mundo de amor y dulces sueños,
aunque ahora parezca ya perdido.

Volverán a brillar en ti mis ojos
y mi voz cantará cada mañana
y tu risa será como la aurora
despertando mi amor de madrugada. 





SI LA MÚSICA MUERE

Si la música muere, muere la belleza,
el cielo se enturbia, la hierba se seca,
los pájaros callan, las flores se cierran
y el mar queda mudo llorando su pena.

Si la música muere, muere la inocencia,
las manos trenzadas, la primera cita,
los besos robados, las tiernas caricias,
los mudos susurros, el baile, la risa.

Si la música muere, ya no hay primavera,
las aves se esconden en sus madrigueras,
los ríos se callan, las fuentes se secan,
la aurora se apaga y se vuelve negra.

Si triunfa el graznido de cuervos y grajas,
de hienas, chacales, de ratas, de fieras,
si el canto del pueblo se apaga en la tierra
ahogado en el lodo de la telemierda.

Si ya nadie canta, si ya nadie reza,
los trigos se agostan los bosques se queman,
arrasa el granizo, se acaba la fiesta
y el alma se extingue cual llama sin cera.





TAN SOLO UN POBRE DIABLO

Jugué a ser Dios, a redimir el mundo,
a hacer de ángel, de guía, de pastor,
a sanar almas, a restañar heridas,
a donar sangre, a cosechar amor.

Jugué con cartas marcadas y tramposas,
creí hacer bien, cuando sembraba el mal,
me equivoqué en los fines y en los medios,
quemé las naves y me perdí en el mar.

Hoy me despierto en medio de la nada
acurrucado al Este del Edén.
Mordí la fruta del árbol de la vida,
mordí la fruta y la incité a morder.

Hoy, que el destierro me quema las entrañas
y la sequía me agrieta el corazón,
busco tu fuente, me acerco y está seca,
se ha roto el caño y el agua se pudrió.

Jugué a ser Dios, a repartir las cartas,
sin tener pulso y sin saber jugar.
Quise ser Dios y soy un pobre diablo
buscando un hoyo donde morir en paz.





LA VAGUADA DEL TIEMPO

No hay puente que salve la vaguada del tiempo,
la memoria intenta vadearla,
mas se atasca en los fangos del olvido
o se deja arrastrar por la corriente
cuando el amor badea en la otra orilla.
La neblina te ciega la mirada
o te engaña con fatuos espejismos
y sólo ves fantasmas
arrastrando cadenas de recuerdos
aullando en la ventisca.

El pasado fluyó aguas abajo
y se perdió en el mar del infinito.
No hay nada al otro lado de ese espejo
quebrado y polvoriento
que escudriñas buscando una quimera
aullando en el desierto.





POR UN MÓDICO PRECIO

Hace siglos que callo,
que me trago la mierda
y que miro a otro lado
ante tanta miseria.

Hace siglos que aguanto
el dolor de la tierra
y que hurgo en su herida
con mis manos infectas
y que cierro los ojos
y me bebo su llanto
que le escupo en el rostro
en lugar de besarlo.

Ya no me traumatizan
esos niños soldados
que mamaron el odio
en las ubres del diablo
ni siquiera esas niñas,
muñequitas de cera
que se entregan a cambio
de unas tristes monedas.

Y es que debo estar muerto
cuando no me revelo
contra tanto hijoputa,
contra tanto rastrero
que nos chupa la sangre
que nos lava el cerebro
que nos da pan y circo
y nos cobra el asiento
mientras dios y su esbirro
le reservan el cielo
subastando indulgencias
por un módico precio.





MUJER DESNUDA

Mujer desnuda, universo impío
que me posees, que me embrujas
que me mueres.
Mujer desnuda marejada ardiente
que me zozobras, que me inundas
que me bebes.
Mujer desnuda, noche deslumbrante
que me hipnotizas que me hechizas
que me pierdes.

Por esa piel yo vendería el alma,
por esos pechos entregaría el cuerpo,
por esos muslos bebería lava,
por esos labios me fundiría entero.

Mujer desnuda, hembra primigenia
donde nacer uncido de tu vientre,
donde crecer prendido de tus senos,
donde morir ahogado en tu corriente.

Mujer desnuda: mi dios, mi fe, mi patria,
mi tentación, mi infierno, mi condena,
mi redención, mi abismo, mi delirio,
el paraíso se esconde entre tu selva.





HAY DÍAS...

Hay días en que arrojo la armadura
y me quedo a pecho descubierto
y me baño en el río de la vida
y me abrazo a los cactus del desierto.

Hay días en los que el alma me revienta
y el corazón acelera su latido,
cuando siento el sufrimiento tan cercano
y el dolor me atraviesa los sentidos.

Hay días en que sangro en cada herida
que mis lágrimas se mezclan con las tuyas
que me siento capaz de hacer milagros,
de borrar el dolor con un abrazo,
de inundarte los ojos de suspiros,
de encenderte los labios con mis labios,
de trenzar nuestras manos en un ruego,
de volar hacia Dios entre tus brazos.





VINO POR SANGRE

No te confundas, amigo, el buen poeta
debe mutar la pluma en metralleta,
debe mudar sus versos en espadas,
trocar el vino por sangre, si se tercia.

No te confundas, la paz y la palabra
hay que regarlas con lágrimas de fuego,
hay que arrancarles de cuajo la cizaña
y recoger su cosecha, verso a verso.

No te confundas, amigo, la belleza
es el lamento del alma dolorida,
es el reflejo de la verdad eterna,
es la borrasca que arrasa la mentira.

“La poesía es un arma cargada de futuro”
.... y en el gatillo, el dedo del poeta.










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