martes, 14 de abril de 2015

DINA LUZ PARDO OLAYA [15.593]


DINA LUZ PARDO OLAYA

Nació en el año de 1973 en San Marcos (Sucre) y reside en Barranquilla (Colombia) desde el año de 1991. De profesión Periodista y Relacionista Pública, escritora y dirigente gremial. 

Publicaciones: los poemarios “Quebranto de flor” (1998), “El leve trazo de mis huellas” (2008), “Albricias y un ponqué de ilusiones” (2008). 

Reseñada en antologías, como “Vuelo De Jazmines” -en homenaje póstumo a Meira Delmar-, Colombia (2009), Antología internacional Premio de Poesía, “Simón Bolívar, El Libertador”, Edizioni Lo Spazio, International Art & Literature Editions, Italia (2010), “Poetas bajo palabra en el Caribe colombiano”, Colombia (2010) y “El rostro secreto de Eros”, Argentina (2011).

Publicaciones de sus poemas en revistas literarias impresas, como Puesto de Combate (Bogotá) y Luna y Sol (Barranquilla) y en revistas virtuales de Colombia como La Casa de Asterión e internacionales como Arte Poética (El Salvador), entre otras. 

Miembro de la Asociación de Escritores de la Costa, de la fundación Meira Delmar, del colectivo artístico-cultural Luna y Sol, del Parlamento Nacional de Escritores y del Colegio nacional de Periodistas.





HOY UNA MADRE MÁS HA QUEDADO SIN SU HIJA

Hoy, una madre más ha quedado sin su hija.
Una madre más llora por la partida
No esperada de lo amado.

Por las montañas,
las madres pierden a sus hijos en la guerra,
Sangrientas son sus muertes.

En la ciudad, los pierden en las calles,
Incomprensible muchas veces!

Yo, yo la perdí en un cuarto de hospital.
Muchas madres pierden a sus pequeños
En un cuarto de hospital!

Madres que lloran en silencio,
Que se rasgan el alma todas las noches,
Que luchan con el día para ser implacables consigo mismas.

Muchas madres, lloran junto a la tumba de sus hijos,
Yo, yo la lloro en mi piel, en mi cama y mi ser!

Yo no me lo imagino, lo sé!
Que no hay nada más maravilloso que ser madre.
Yo no me lo imagino, lo sé
Que no hay dolor más grande
que dejar de serlo!
Hoy una madre más ha quedado sin su hija.




CASTILLO SIN PRINCESA,
ZAPATILLA DE ORO SIN CENICIENTA.

Esta casa huele a soledad y sabe a tristeza.
Esta casa ya no es la misma sin su presencia.
Se convirtió en un castillo sin princesa,
En zapatilla de oro sin cenicienta.
Sus muros murmuran su ausencia,
Sus pisos sobre el mármol grabaron sus huellas.
Y su imagen quedó colgada
En la paredes blancas de sus pensamientos.
Esta casa con corazón herido
Y alma solitaria,
Reclama su presencia,
Llora su partida.




TU EN MI RUTINA

Cómo huele a mojado
Después de la vigilia de la espera!
Cómo ladran las madrugadas
Cómo salpica el invierno sobre mis pies!
Ya amaneció…florecen las palmeras,
Y los brazos de mis ilusiones
Vuelan en dirección al viento.
En esta mañana hay muchas alforjas de viento
Que juegan con las dunas del alma;
El néctar de la caña
Aprehendiéndose en mis sentidos
Y una estera de hojarasca que se abre como río
En el Sahara de estas calles.
Los cocoteros saciando la sed,
Y el otro ofreciendo el “raspao”
De cola o de tamarindo.
La fatiga crece,
Desfila sobre mi piel riachuelos de sudor
Y allí, en medio de cornetas, de bullicios,
De desorden, de mercaderes,
Allí te encontré a ti.
Sin tenerte, te traje conmigo,
Cambiaste mi rutina!




NO SOY MÁS.

No soy más que el sauce
Reflejado en el estanque aquél,
Donde compartimos la misma mirada,
La misma sonrisa.

No soy más que la tierra sembrada por soles
Y cosechada por lunas etéreas.

He aquí el fruto:
Legiones de mariposas
Que me salpican el rostro,
Convertidas en lágrimas.

No soy más que tú
Desde el otro espejo.

La inverosímil muchacha
Que viste con guantes de hierro
Y espada de resistencia.

La del alma damnificada
Por tantas inundaciones
La del corazón dispuesto
A siempre iniciar una vez más.

No soy si no lo que ves en mi ser
No soy más.





SOLEDAD

Por el afecto y la admiración
a una gran poetisa colombiana: Meira del Mar,
para quien la soledad ya no es una buena compañía.

Mis dedos lagrimean sobre el teclado,
mi alma relampaguea con cada palabra parida,
y mi estómago se retuerce
en medio de la soledad.

Esta soledad que transforma el ánimo,
Y este silencio que parece perenne,
Forma estacas a la entrada del presente.

Meira está sola, llora en medio de la soledad,
los amigos de Meira del Mar han partido
y hoy solo habla con la soledad,
habla mucho en sus labios,
calla demasiado en el corazón.

A mis quince,
la soledad era cómplice por excelencia,
hoy, a los un poco más de los treinta
es dolor, es partida, es añoranza.

Como Meira,
Seguiré hablando con mis labios
y callando con los de mi corazón.

…Soledad, soledad,
esta ausencia que no necesita ser pensada para sentirla,
y este dolor que no necesita recordar para extrañarle.





FUEGO DE FLOR

Yo fuego de flor
Que nace entre tus labios
Gimo en la bruma del viento feroz
Sintiéndote reposar
En el regazo de mi vientre.




BESO EN MARCHA

Septiembre azul

“Déjame q te hable en silencio”
Dijo
Y cerrando el infinito fulgor
De nuestros ojos,
Diome un beso
Que aún no se desprende de mis labios
Y se marchó.





DUBITACIÓN

Debería traducirte
al “amor eterno” Que Bécquer
Tradujo en su amada,
Debería no saborearte
En el vino añejo que mis noches
Me regalan con tu recuerdo;

Debería soñarte
Un millón de ene veces
Hasta que la cuenta dé su reversa
Y comience de nuevo;

Debería no capitularte
En el libro de historia
Que guardo bajo el brazo
Y extiendo en cada penumbra
Cuando me rebosa tu ausencia.

La historia es la estatua movediza
Que el viento se lleva a cada paso de las nubes
Y el desmoronamiento del tiempo en ellas;
La historia comenzó contigo
Difícil sería termine igual.

La historia también será mañana
Cuando intente tres milenios más
Quebrantar la incertidumbre
Si para entonces
Debería o no debería recordarte,
Si debería o debería olvidarte.




SIMPLEMENTE YO

Walt Witman me dice
que es el “poeta de la mujer
no menos que el poeta del hombre”

y yo... abro mi libro tantas mil páginas atrás
y encuentro al poeta de la vida, del amor,
no menos que el hombre o la mujer,
pero sí más
que el preceptivo inhumano
y poco sensible
quien se ríe de las palabras del corazón.

Heme aquí Witman
enamorada de mí como tú de ti,
con alas de ensueños sin límites
como Juan Salvador Gaviota,
simplemente yo




LA SIEGA DE UN BESO

… Y allí sin más preámbulo que el silencio,
Y una esfera de amores y pasiones prohibidos,
Allí donde el pasado era olvido
Y el presente una cima cada vez
Más corta entre los dos,
Allí, la repulsación de mi pecho
Apareándose con tus sueños y mi vida.
Un beso, … bastó un beso
para saberte encontrado,
para saberte reposado en mi vientre,
para sentirte en mi piel febril y erizada.
Hoy después de estos días lejanos
En los que te tengo y no te tengo,
Siegas el calor de mi vientre
Y los besos que cada mañana lanzo al vuelo
Esperando que a través de unas alas de verano
Recibas un poco de mí: un poco de tus anhelos.





PUNTO G: GIRASOLES
A LA PUESTA DE LA NOCHE

Cada paso resonando los tambores lúdicos
En una noche de verano.
Rayos dorados que desfallecen,
Girasoles inclinados,
Casi marchitos en medio del crucial encuentro.
Pubis que aflora
Labios que humedecen la noche,
Cerviz que goza, que vibra
y traspasa la tibia piel del capullo,
Punto G a la puesta de la noche.
Girasoles que perfuman, que engalanan,
Que acarician la mirada, el roce,
El estremecimiento en la penumbra:
Clímax entre noche y día.
Girasoles a la puesta del sol,
Desfallecen en la noche
y nacen a la luz del día.
Punto G.
Punto de encuentros multi-orgásmicos,
Punto final.




ENTRE GUSTOS Y DISGUSTOS

Eres niño y me gustas.
Me gusta cómo te deleitas
En el biberón de mis pechos
O cuando imagino a que juegas al explorador
Y recorres mis llanuras y mis montañas.
Eres niño en tu risa y tus gestos
Y en la inocencia que aún guardas para mi.

Eres niño y me disgustas.
Me disgustan tus pataletas y tus berrinches.
Me disgustan tus afanes y tus terquedades.
Me gustan y me disgustan tus niñadas.
Entre gustos y disgustos
Eres niño y así te amo.




CUANDO MAS TE QUIERO, CUANDO MAS TE AMO

Cuando más te quiero
Digo te amo, digo duele,
Digo esencia, digo aliento,
Y mis pétalos, húmedos pétalos
Del rocío que se aparea con el viento
Envuelven tus deseos,
tu sangre recorre impulsivamente mis venas
Y la alcurnia de tu lava
Se unge en mí
Pétrea, ardiente, rebosando mis orillas.

Cuando más te amo…
Un grito de independencia se levanta
En medio de la penumbra de nuestro encuentro,
Para sabernos tendidos, muertos y renacidos.






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