DIEGO RODRIGO ECHEVERRY
Cali, Colombia Octubre 18, 1.967.
Poeta. Educador en el área del Desarrollo Humano y tallerista de escritura creativa. Realizó la Licenciatura en Letras en la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle. En 1.998 publicó su primer poemario, “Guía para amar perdidamente”. (La foto tomada por Fernell Franco (+), a la derecha, se copió de la solapa 2 de este libro, cuya carátula se presenta más adelante)
Poemas suyos se publicaron en el libro de Julián Malatesta “Poéticas del desastre del desastre, aproximación crítica a la poesía del Valle del Cauca en el siglo XX" (Cali, 2.000) .
En Octubre del 2.002, en la colección Escala de Jacob, se publicó su segundo libro “Cinco formas de la luna”.
En la actualidad tiene muy adelantados dos nuevos libros de poemas: "La luna en la mano" y "Construcción de un gato".
Es miembro del Consejo Editorial de la revista de Poesía Clave y en ella se han publicado varios de sus poemas. Otros fueros incluídos en la revista Esfera de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá.
LABORIOSO LECTOR
Lector o esfinge
nada ni nadie
más secreto
Lector o caracol
donde palpitan
la prístina y la última
leyenda
que son una y la misma
Lector o salvador
de las sirenas
que se ahogan dichosas
en tus ojos
mientras habla dormido
aquel poeta ciego
Lector ebrio de signos
añejos
lenguas muertas a las que tú
lector demiurgo
tienes la facultad
de otorgar vida
Dedico a ti anónimo lector
pirata hermano
este botín vacío
Pues sólo en ti tienen lugar
los nombres
eres tú quien atesora
el verso
por ambos entrevisto
eres
tú
quien
lees
el poema
que
te lee
CHONTADURO
Corazón del dios de los ocasos
que fruteces
donde nacen los vientos
oceánicos,
chontaduro,
arco iris vuelto fruta
a orillas de la transparencia,
invoco tus gajos destrenzados,
las fases de tus astros,
tu lumbre
y tu sabor a río,
que nos tome tu suave periferia,
tu amanecer por dentro,
que nos pueble
tu ámbito de cueva empavesada,
de marisma,
de humedal salobre.
Chontaduro
tú que otorgas
el peso de la luna en la mano,
entrega a los ausentes tu bocado,
nútrelos, cobíjalos, repátrialos,
úngelos ahora
en tu miel y en tu sal,
ahora que inauguras estos versos,
ahora que alivianas esta lengua,
arco iris fruta río
lumbre esfera transparencia
astro ocaso claroscuro
antorcha luna
chontaduro.
UN ASTRO BOCABAJO
Una estrella caída
hacia el sur de nosotros
entre abismos de piel
y pelusa de jungla.
Un astro bocabajo
que arroja hacia el vacío
amores residuales.
Una estrella rastrera
entre dos medias lunas
donde el alma deviene
agujero de sombras.
Un astro desterrado
donde de vez en cuando
llega, sublime, un beso.
POEMA TREINTA
Germinará
en la penumbra
su pardo resplandor
Cuando duerman
los pájaros
su sombra movediza
rodará sobre el aire
del ocaso
Iniciará su éxodo
sobre las azoteas
y el filo de los muros
bajo el pozo de oro
de la luna
tras el perfil
de las naranjas
y los mangos
Cazará
copulará
justo antes del umbral
del alba
hasta volverse ausencia
En los restos del día
con su quietud sin sombra
ovillará en silencio
la urdimbre
de la tarde
Y ocurrirá el milagro
Podremos ver
entonces
la eternidad anidando
en los ojos
del gato (5)
(5) En el ejercicio sobre Rainer María Rilke. El 27 de Agosto de 2.005.
De «Construcción de un gato»
De su libro “Guía para amar perdidamente” (1.998) Págs 57 y 58.
ACCIÓN DE GRACIAS POR LA AMISTAD
PRECIOSA AFINIDAD QUE no eres
el amor
pareciéndote tanto oh gemela y distinta
donde desembocamos
por obra de los dioses
todos los corazones.
No eres el amor pero conduces
las alegrías de los grandes amores,
eres real y constante, no cobras tributo
de desamor ni olvido, eres tangible
y das al pensamiento fuerza, claridad
y armonía.
Eres más cierta, de origen más humano,
interpretas los giros asombrosos
y súbitos
al que estamos sujetos, no posees ni
mandas,
no agotas, no urdes la sospecha,
no implicas, no obligas, no quitas el hambre
ni el sueño.
¿De qué profunda naturaleza vienes
animada de sosiego y transparencia?
Preciosa afinidad que no eres
el amor
tal vez sí seas el amor
y los seres
dados al desamor y al sufrimiento
no te vean tan cerca
no te amen tan fácil.
FIGURA DE MUCHACHO CON REVÓLVER
Por calles culebreantes
mientras la luna trepa
sobre el perfil del barrio
y grupos de muchachos
corroen las esquinas
toman cuerpo los crímenes.
Obreros gastados por el uso
mueven las poleas
de su andar derruido,
autos fantasmas merodean
el dorso del ocaso
y sobre el aire
polvosa y lenta
la medianoche empluma.
Barrio adentro
entre parques baldíos
y tapias inconclusas
los muchachos insomnes
aguardan, en cuclillas, la hora.
Entonces
una voz terca nombra
al futuro difunto.
Los muchachos fustigan
la moto pedregosa.
NANA DE LOS GAMINES
A Antonio Álvarez Caicedo, desaparecido
en Colombia en marzo de 1.999 (pag 13 cinco lunas)
Bajo lunas bravías
y lluvias salivosas
los gamines se enroscan
en camastros de asfalto.
Ocupan los rincones de la noche,
se hunden de súbito en el vértigo.
Mientras yacen dormidos,
desgonzados rastrean
los ancestros de su tribu
y dioses azarosos
les conceden frutos
de un común árbol genealógico.
Por un instante hallan
su verdadero rostro,
el origen sagrado
que guarda sus rebaños.
Más tarde los despierta
el sobresalto.
Un sol apátrida degüella
las tímidas ovejas de su sueño;
los lanza sin parientes
por las calles del mundo.
SER Y OQUEDAD
-a Henry Fat Zuluaga-
El corazón
es un músculo hueco.
Quizá por ello
mis versos
desembocan
de manera invariable
en el vacío.
De su libro “Construcción de un gato”
CONSTRUCCIÓN DE UN GATO
I
Se desovilla el cielo
de la tarde
en torno de los árboles
más viejos
donde florece el viento.
Lentas semillas
caen
sobre la hierba arqueada.
La noche rueda
ahuecando las calles.
Sobre el alero
de perfil
a punto de ser
el gato.
II
Da un paso
hacia el abismo
abrasado por la parda
arena
del estremecimiento.
El gato
vuela
sobre el cielo abolido
de los objetos
y sus sombras.
III
Suspendida
entre el mundo
y la nada
la luna gira
sobre su eje
y sobre el gato.
Arroja luz
frente al orden
supremo
de sus ojos
que aguardan
la más leve señal
del pájaro imposible
de las sombras.
IV
Mientras huye
la tarde
crece su lomo
pardo.
(Se ovilla
con la noche
la niebla
tras del cactus).
Flotan dos lunas
en sus ojos.
En vísperas del alba
con el hocico alzado
rastrea el sudor
del pájaro.
EDICTO
Textos irrevocables
gobiernan nuestros actos;
leyes y sentencias
dirigen nuestro andar
e incluso la palabra
que por temor callamos
o gritamos,
¿Por qué, entonces,
no entregar toda la potestad
de la vida azarosa
al cifrado poema?
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