Antonio "Tony" Cuartas
(La Habana, Cuba 1941), poeta y narrador, estudió y trabajó en Cuba como diseñador gráfico y escenográfico. Ha publicado los poemarios Prolongación ancestral (Letra de Molde Ediciones, Miami, 2009), Los caballos (Editorial Iduana, 2010), dedicado a su hija Lilian y Anábasis del instante, 2013.
Escritor “influenciado en gran medida por su padre, que publicó poemas en la década del treinta en la revista Argos”, Cuartas tiene varios poemarios inéditos y dos novelas concluidas. Sus primeros poemas aparecieron en los años sesenta en revistas de talleres literarios. Reside en San Diego, California.
I
El caballo arrastra con su cola al muerto,
trae al nuevo visitante del sepulcro,
la puerta es tocada con sus cascos
marca lo inverso en el círculo de azufre
y el taoísta epiléptico rodó escaleras abajo
y sus ojos salieron de sus órbitas como piedras de abalorios.
La mandrágora que vive en el armario abre la boca como pescado sin agua
y las infusiones de los tribales evocaban a los muertos;
cenital tripulado por la rama y en sus fauces pare el aliento del buey,
periodo final imago y realidad.
La dignidad del caballo se sumerge en el espacio,
extraños hechizos devorados por visitantes,
semejando el señorial de los sagrados recintos,
es un sueño reparador el silencio surgido de las sombras.
Vienen y van, tocan las puertas que se abren
e irrumpen precedidos de un dormido silencio,
extraños seres saturninos, se adensan en metafórico florecer,
cuando el buey asciende a la sobreabundancia de su aliento…
II
Los animales se han encabritado en su andar hacia el mercado,
parece que han comprendido cuál será su fin.
El hombre los azota para llevarlos a la cordura,
pero es imposible ya, no hay reparo para llevarlos al orden.
Él es una sombra más sobre la tierra empolvada,
el estiércol es la evidencia de que habían animales.
¡Ahora él es el mensajero de la muerte!..
III
Los animales se han encabritado en su andar hacia el mercado,
parece que han comprendido cuál será su fin.
El hombre los azota para llevarlos a la cordura,
pero es imposible ya, no hay reparo para llevarlos al orden.
Él es una sombra más sobre la tierra empolvada,
el estiércol es la evidencia de que habían animales.
¡Ahora él es el mensajero de la muerte!..
Estos textos pertenecen al libro inédito Salmos y conjuro de la muerte
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