martes, 3 de noviembre de 2015

JULIO CÉSAR BENAVIDES PARRA [17.349] Poeta de Perú


JULIO CÉSAR BENAVIDES PARRA

(Lima, Perú, 1977)
Poemas suyos aparecen en la Revista del Taller de Poesía de la UNMSM (2003, 2004, 2006 y 2009). Ha sido publicado en la revista “Cuervo iluminado” Nº 1 (2010). Formó parte del grupo poético “Parnaso Perpetuo”. Desde el 2011 hasta la fecha, es publicado por el editor José Beltrán, así como en los libros antológicos de la promotora cultural Martha Crosby. Ha participado en Parnaso Perpetuo (2009), Sacra cofradía (2011), Punto & aparte (2012), Todas las voces (2013). También, en las muestras de cuento Cuando los caminos se juntan (2012) y Tendiendo puentes (2013). Ha publicado la plaqueta Sombra de Luna (2004), su ópera prima Narciso y sus musas (2013) y Cultura combi (Ángeles del Papel, julio 2014).

Fundador de la plaquetta Vicio Perpetuo con 33 ediciones y 7 años en circulación de distribución gratuita y Vicio Perfecto de microrelatos y Vicio Literario de pre lanzamiento de novelas, Editor general de Ediciones Vicio Perpetuo Vicio Perfecto con más de 40 títulos, y otros títulos en otros proyectos editoriales de empresas extranjeras, Promotor cultural desde el año 2004, Gestor cultural, Periodista, docente más de 15 años, ha dirigido diversos talleres de creación literaria.



AL VERTE QUE ESPERO

Es tu mirada fulminante
ojos suaves
acarician mis soledades
y era esta tarde
un amanecer.

En un tiempo
que se escapaba
detenido
por escuchar en cada latido
la melodía de tu nombre.

No se han ido
las horas nocturnas
para despertar en mis amaneceres.

En mitad del camino
hay felicidad contenida
para graficar
el contento
de tenerte frente a mí
con la expresión completa
de mi felicidad
que eres tú
en este instante
para que no se acabe
mi alegría.


AYER

¿Sabes que es el ayer?
una prisión de tiempo
un castigo lacerante
el dolor flamígero.

Se aproxima
cada una de sus fuerzas
a la energía
de saber que la esperanza
es saber que existe un sueño.

Vamos corriendo
alentamos al día a día
a ser mas fuerte
existe una mañana
se aproxima el sol
y la vida mas la vida
eres tú.

PD: Los poemas de Benavides fueron tomados del ejemplar número 6 de Vicio Perpetuo.




Cultura combi
Julio C. Benavides Parra
Ángeles del papel, 2014





XXV

Si vas para Chorrillos
Barranco o Miraflores
te digo que no llegarás
este auto luego
de las diez de la noche
solo va a la avenida Venezuela
y tendrás que rogar
al siguiente auto
al posterior
y a todos los demás
para que te lleven a casa.

(de Cultura combi, p. 35)


Cultura combi (Ángeles del papel, 2014) del poeta peruano Julio C. Benavides Parra (Lima, 1977), nos muestra de manera directa e irónica el diario vivir dentro de ese monstruo de cuatro llantas llamado “combi”. El libro se propone generar un discurso poético que desentraña la violencia como único lenguaje posible ante la miseria de lo posmoderno. El medio de transporte se transforma en un verdadero averno, el simple abordaje de estos cacharros oxidados que fungen de nuestro diario transporte se transforman en el símbolo de toda una sociedad presa de sus frustraciones y miserias. El poema I, nos plantea desde el inicio su ánimo descriptivo de nuestra propia idiosincrasia:

Mi estómago
suena,
debo cenar al llegar y
un rompe muelle
me mueve el trasero.
Una música
tal vez cumbia
me hace doler la cabeza
en esta coaster asesina
solo tengo un sueño
llegar a casa.

Se me prohíbe soñar.

Como observamos el poeta nos retrata ese mundo urbano donde la angustia y el azar se transforman en violencia vital. En esta ciudad de “combis asesinas” solo se puede ensayar el sueño de los sobrevivientes. Y mientras la incomunicación se acrecienta, mientras la soledad y la necesidad de equilibrio solo son meros “sueños prohibidos” el poeta testifica su diario vivir en una sociedad desmoronada, mutante, radioactiva.

Aún no he llegado
ni a tu puerta
ni acariciar mi ventana
ni las horas azules
el viento me ventea la cara
y es abierta la puerta
espera una caída de
un fulano, zutano, más mengano
más las policiales
de un diario
el policía detendrá el auto
y yo digo en silencio
cierra la puerta
¡Carajo!

La violencia verbal, la corrupción y la informalidad han generado un estado donde la única verdad es la misma violencia, la indiferencia, sin embargo el poeta es un neorromántico, un ser melancólico que debe enfrentar en su cotidianidad a la angustia de lo que se va pudriendo, la destrucción de las ilusiones:

A pesar de tener
solo unos años
y tantas ilusiones
su mirada era triste
como el bolero del bar
como el cielo de Lima.

El poeta se enfrasca en una lucha entre lo ideal y lo real y eso le genera angustia, una necesidad obsesiva por querer retratar la ciudad y sus miserias. La soledad es el lugar de este poemario, la nostalgia de que la ciudad se enfrasca en su propio apocalipsis y que solo queda la incomunicación y la barbarie. Solo la ironía puede desprender a las moscas de la herida putrefacta, la ironía no es la cura, sino solo el espasmo de los moribundos. Pues:

Cada segundo y
paradero es hacer una mueca al destino
el subir en un auto en Lima
es una eterna ceremonia de despedida
y un canto a la vida
si se llega al destino final.

No morir en el absurdo, esa es la consigna del poeta. El discurso se centra en el escape de la muerte, la angustiante rehuida ante la desesperación, ante la insignificancia. Benavides, colma su poemario de imágenes ligadas a lo religioso, en tanto se ve cercano a la desaparición, convertirse en un occiso cotidiano, un cadáver que a nadie importa. Sin embargo la ironía matiza esa angustia ante la muerte:

Hoy no subí a la combi
no tomé ningún transporte
solo caminé
y en el nombre del padre
estoy salvado
y no tuve el corazón por la boca
y al no subir en el auto
ni la madre fue mentada
y el espíritu  que tal vez
quede en vilo
si me subo al carro
no fue invocado
y el crucifijo
que es vital
no fue necesario
hoy creo en Dios,
no subí en combi.

Como vemos esta travesía urbana por el transporte nacional es solo el preámbulo hacia una muerte tonta, estúpida. Benavides lo sabe, por eso el manejo de su lenguaje es llano, casi como una confesión maníaca contra las desgracias de nuestra sociedad presa de la paranoia y lindando con la esquizofrenia.

La vida “no vale nada”
dice la canción
espero llegar a casa
me cojo de mi asiento.

Y al final de este viaje accidentado, el humor es lo único que queda. Testimonio de ello es el Poema XXX que parte de las “dignas” huelgas de transportistas para a partir de ello, mostrarnos “el paraíso” sin las diabólicas combis. Veamos:

Hoy hubo huelga
de transporte público
no veré autos
que rugan y maten
transportistas que lanzan
vituperios e insultos
y ponen rostros
de locos de la pista
cobradores que cobran
a cada rato
y tanto humo sobre
mi cara
una pista repleta
tampoco veré
policías coimeros
ni semáforos con desperfectos
es un día como
hace mucho
no se veía
pista despejada
menos violencia
en la calle
y sin ráfagas de insultos
hoy sin transporte público
se puede andar
sin ser atropellado
parece un sueño
portada para un cuadro.

En suma, Cultura combi, se nos presenta como un molesto espejo de lo que es, vergüenza propia, nuestra sociedad. Informal y violenta. Aquella que se ha resignado a su tragedia diaria y se ha acomodado “como pueda” a su asiento sórdido y violento de cada día. El poeta es un cuerpo que sufre su angustia, pero también, un descriptor de ese cáncer muy de hoy llamado indiferencia.

[Paolo Astorga]






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