Juan Ramón Saravia
Nació en Santa Bárbara, Honduras. 1951. Poeta dramaturgo, editor, escritor. Ha publicado los siguientes libros: Poesía: Paisajes Bíblicos (Ida y vuelta), 1985; Puntos Cardinales, 1988; Solo para una mujer, 1990; Alta es la noche, 1992; Entre todas las mujeres, 1996. Teatro: Hasta nunca, sangre azul; El círculo del domingo; y Se nos quema el dulce. Ha recibido los siguientes reconocimientos: Premio Casa de las Américas, Cuba (1988) compartido con cuatro poetas latinoamericanos y publicado por ediciones Casa de las Américas, La Habana, 1988, en la Colección Premio, bajo el titulo de Cinco Puntos Cardinales, junio de 1989.
Profesor Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Poeta, narrador, columnista, dramaturgo, editor, traductor. Becario del International Writing Program (The University of Iowa, 1993).Escritor Residente de Hamline University (Minnesota, 1994).Investigador en el Archivo General de Indias (España, 1997). Escritor becario de la Fundación Yaddo (Saratoga Springs, New York, 1998). Premio Moisés Landaverde a la Destacada Promoción Artística y Cultural. Ex codirector del suplemento cultural Cronopios. (Diario Tiempo, Honduras). Ex jefe de redacción de la Revista Tragaluz. (Edit. Guaymuras, Tegucigalpa). Cofundador del Centro Cultural Infantil de San Pedro Sula. Premio Nacional de Poesía Estudiantil (1970). Segunda Mención Concurso Latinoamericano Rubén Darío, 1986. Primera Mención Concurso Latinoamericano Plural, 1987. Premio Ex Aequo Casa de las Américas, 1988. Premio de Estudios Históricos “Rey Juan Carlos I”, 2005.
Libros de poesía:
Pasajes bíblicos (de ida y vuelta)
Puntos cardinales
Solo para una mujer
Alta es la noche
Entre todas las mujeres
El tiempo que me sobre
De cabo a rabo
Sol poniente
Ensayo: La canción del cosmos
Cuento: Gato por liebre
Estudio lingüístico-antropológico: Te conozco, mosco. Diccionario del pensamiento popular hondureño
Novela: Ciguanaba con migrañas
Defensa de las cosas que no pueden ser bellas
Mi paraguas es huérfano.
En él cabrían las voces olvidadas,
los suéteres prófugos de todos los lugares,
los bolígrafos muertos y las bufandas llenas de vacíos.
Lo abro al sol de esta ciudad y todo se hace diciembre,
y nacen tristísimas las cabinas telefónicas.
Sólo a mi se me ocurre querer tanto a un paraguas
así, con todo y rosa ciega.
Pobre ser vertebrado que nunca podrá ser bello.
Es torpe y solitario como mis seis camisas,
como mi traje de hongos,
como mi barba con herrumbres.
El alma se le desgrana por la orilla, persistente como yo
y mi manía de pescar errores ortográficos.
Lo compadezco por la desgracia de ser amigo mío.
Me ve desorientado y me platica, me presta este poema
y llora bajito por las calles, pero no me habla de ella.
El hombre siembra el mundo en su jardín
Cada mañana
el hombre saluda uno por uno los rincones de su casa,
abraza con el corazón el sol del patio,
conversa con los líquenes,
con los clavos de las vigas,
comparte con su perro
el terrible secreto de llevar los días
y abre de parte a parte, a la orilla de los pájaros,
el mar.
Pero un día cualquiera
el hombre recuesta su levedad en la pared del tiempo
y el tiempo le bebe su único segundo
y el Universo se niega a dar un paso más.
De los libros olvidados: Puntos cardinales
Por lo que me imagino la arqueología debe ser una cosa sorprendente, lo más cercano a ella han sido mis visitas a las ruinas mayas en Copán Ruinas, más allá de la visita cordial a la réplica del Altar Q y caminar por las empedradas calles de ese hermoso lugar, hay cosas que te llaman la atención, detalles de ese lugar que lo vuelven mágico. Igual que a la poesía.
¿Igual que a la poesía?
Ludwing sabe más de arqueología literaria que yo, pero hasta a él le sorprendió ver en mis manos “Puntos cardinales” del poeta Juan Ramón Saravia, una breve investigación en internet te lleva a la tienda de su casa editorial, la respuesta fue de que esta pieza hermosa y olvidada de la poesía hondureña hacía apenas 15 añitos que se encontraba agotada de los stands de libros catrachos.
Fue una coincidencia, no podría decirlo de otra manera, sería injusto decir que yo conocía el texto, cuando lo vi, cuando noté el nombre del autor, cuando vi su similar cubierta con la de otro texto casi olvidado de la literatura hondureña y me refiero a “Figuras de agradable demencia” del señor Roberto Castillo, fue para mí una sensación curiosa.
Ahí estaba, “Puntos cardinales”, aquel libro desconocido, dos ejemplares, 60 lempiras en total, no regateé con la señora de la “tienda” de libros usados, los compré y me fui a mi casa con la sensación de haber conseguido el recetario más exquisito.
Hace algunos años, es decir, cuando yo era mucho más joven y llevaba la clase de filosofía en la UNAH en San Pedro Sula, me tocó de maestro un hombre canoso, alto, de pose muy elegante y con un sentido del humor afinado. Sí, el mismo de “Pasajes bíblicos” y de “Entre todas las mujeres”, en persona, JR Saravia.
-Maestro, Háblame del agua tiernamente y despacio es mi pieza favorita. Le dije, casi en calidad de fan al finalizar el primer día de clase.
-¿Cómo te llamás? Me dijo él, viéndome con curiosidad.
-Martín.
-Ah sí, mirá, ese libro es algo erótico, ya no recuerdo cuándo lo publiqué.
Lo demás es historia, que nos hicimos aleros durante el semestre, que me puso el último puntito que me faltaba para pasar su clase porque nunca recordé de quién es la historia de la cueva o caverna, qué sé yo, y que alguna vez me atreví a enseñarle algunos relatos que por esos días escribía como si tuviera mierda en las manos.
“Puntos cardinales”, es una de las cosas más lindas que las calles de Tegucigalpa me han regalado. Algunos autores merecen mejor suerte, Saravia no vive mal, lo sé porque no vive de la literatura pero debió merecer mejor suerte como autor. De todos los libros que he leído de él yo me quedaría con tres, definitivamente tres, uno de ellos es “Puntos cardinales” que te lleva por unas imágenes deliciosas.
Por ejemplo:
sólo me resta decirle
que aquí la cosa sigue color de hormiga
su batalla de la trinidad
colgada en los billetes de a cinco
el viejo william walker
zumbándonos con su pata de palo
y rafael carrera en nuestra espalda
viéndolo bien
mi general
para qué va a querer usted mi poemita
General Francisco Morazán, pág. 63.
No podría decir yo que JR no sabe reír, descomponer el poster del ícono más importante de la liga de súper héroes catrachos y hablarle con esa natural sonrisa en sus ojos, como quien se sienta con su mejor compa a echarse unas chelas, eso, me evocó lo anterior.
Es suave, cadencioso, vulgar, ajeno y propio y señores, por favor, no es made in china, el hombre salió de uno de los departamentos más extraños de la geografía hondureña, nacido en Santa Bárbara, en 1951. Para los que no lo conocieron sino recién JR fue jefe de redacción de la histórica Tragaluz y Co-director de Cronopios, estos proyectos ya desaparecieron, algunos años después publicó algunos poemarios que pueden considerarse “menores” o quizás era que se nos andaba cansando ya el muchacho de tanto correr por el campo detrás de la pelota, poemarios como “De cabo a rabo” y “El tiempo que me sobre”, luego vino la memorable “Siguanaba con migraña”, un relato muy inteligente y con una profundidad visual, es decir, que usted literalmente baja hasta el infiernillo con el cerdo que no podía morirse. Y como si no fuera suficiente, quién no recordará el “Te conozco mosco”, un texto que no logré entender hasta ahora, además de ser incluido por Sosa en aquella antología donde hasta el hijo de puta del “padrecito” Reyes aparece y se hizo poseedor de la segunda mención honorífica del VI Concurso de poesía Rubén Darío y ganó, compartiendo con cuatro poetas latinoamericanos, el Casa de las Américas de Cuba en 1988, con el libro que nos regala esta nota: “Puntos cardinales”, un blog en internet dice y cito: bajo el título Cinco puntos cardinales, además al premio se refiere como Ex Aequo Casa de las Américas, sin que este poco ilustre caballero entienda el termino Ex Aequo, pero no ahondaremos en esas pequeñeces.
El uso acabado del sarcasmo, de la ironía, se nota en la siguiente pieza:
porque imagínate
yo tendría que empezar
hablando fuerte
gritando indignado
tendría que mesarme las barbas en cada verso
y rasgarme las vestiduras en cada punto y aparte
y decir
si yo hubiese estado allí no te mataban ernesto
más adelante quizás tendría que decirte poeta
o acaso llamarte hermano mayor
y sería aquello de recordar tus viacrucis
los filos de la piedras
entonces sería aquello de mojar mi poema en tu barba
y decir
tu asma pesaba más que los pulmones de los andes
y no olvidar llamarte comandante
con mayúscula
y mentarles la madre a tus enemigos
pero si no/quién
ernesto/
quién me creería que soy revolucionario
Mira Ernesto qué difícil resulta hacerte un poema como los que acostumbran mis amigos, pág. 57.
Finalmente yo diría que Juan Ramón Saravia con “Puntos cardinales” de aquel agosto de 1988 explora la América que no terminamos de conocer y a la que le han flagelado su historia una y otra vez.
Sólo me resta recordarles que está agotado hace 15 años y mientras ustedes leen esto a mí se me dibuja una enorme sonrisa de maldad, me fumo un cigarro y brindo por JR.
Publicado por Martín Cálix
http://martincalix.blogspot.com.es/2013/05/de-los-libros-olvidados-puntos.html
PAISAJES BÍBLICOS
DE CÓMO TERMINÓ EL PRIMER COLOQUIO
SOBRE BOTÁNICA
...pero
al morder la primera
decidieron
comerse toda la cosecha del edén
y guardar
cuidadosamente
las semillas
para no extraviarlas
en los ajetreos del exilio
DE CÓMO Y POR QUÉ NOÉ GANÓ EL PRIMER LUGAR
el jurado calificador
declaró
el tercer lugar corresponde a jonás
por su sabroso relato
acerca de su permanencia de tres días
en la panza de la ballena
el segundo lugar le fue conferido a moisés
por el inusitado tema de la partición del mar rojo
con sólo levantar una vara
el primer lugar fue otorgado por unanimidad a noé
por la fecundidad desbordante
con que trata el tema del alojamiento y supervivencia
de todas las especies del planeta
en una arca de madera
de ciento treinta metros de longitud
en la que
además de las tres mil toneladas de animales
se almacenó comida
para los doce meses de tempestad
y todo
bajo la dirección de un hombre
de seis siglos de edad
DE CÓMO Y POR QUÉ SE ENTUSIASMÓ ABRAHAM
CON LA IDEA DE LA POLIGAMIA
acicateado por el hambre
abraham
el elegido de jehová
tomó a sara
su esposa
y se fue a egipto
en donde
un día después de haber presentado a sara
le entregaron
camellos vacas ovejas esclavos
asnos oro plata
abundante víveres
y otras cosas más
con una nota que decía
para abraham de ur
hermano de la bellísima sara
con profundo agradecimiento y cariño
firmado
faraón
(Paisajes bíblicos, de ida y vuelta, 1985)
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