viernes, 24 de julio de 2015

FABIÁN GUERRERO OBANDO [16.620]


FABIÁN GUERRERO OBANDO

Fabián Guerrero Obando nació en Quito, Ecuador en 1959. Es poeta, escritor y doctor en Jurisprudencia por la Universidad Central del Ecuador. Profesor Universitario. Ensayos suyos han aparecido en diversas revistas nacionales e internacionales. Ha publicado las obras Olor a Tierra, 1979; Me separo me persigo, 1995; Facticio ficticio, 1998; Nexos casuales, 2001; El Viaje, 2003,las partes, 2006; y Zanja en 2009. Ha sido invitado a varios encuentros de escritores y poetas, dentro y fuera del Ecuador. Consta en antologías nacionales y extranjeras. Representante Internacional de la Casa del Poeta Peruano con sede en Quito. Fue presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores (SEDE). Parte de su poesía ha sido traducida al inglés y al alemán. Profesor universitario, imparte asignaturas relativas a literatura, crítica de las manifestaciones culturales, arte y pensamiento del siglo XX, redacción y estilo, lenguaje y expresión y en materia jurídica derecho penal, derecho procesal penal entre otras.   http://guerreroobando.blogspot.com.es/




Me pienso como un perro mascando su tragedia
crepuscular y mal oliente fuego contra las visiones.
¿Y la puerta que raspaba?
¿la puerta que raspaba?

Facticio Ficticio (1998)





En medio de cristales rotos
silenciosos
imprime la marca de sus húmedos dedos.
Es su albergue,
su lugar de espera.

Nexos casuales (2001)





No hay sino cuerpo solo.
Lo que existe es cuerpo solo.
El resto es un violentarse de ácaros,
larvas.
Y el tiempo cava,
se vuelve hueco solo, sombra de su leve voz.
¿Canto o agonía?

El viaje (2003)





La lluvia es todo lo que queda del invierno.
Plomo,
limo.
Y unos hilos rotos cercando la zona.
Amanece, manuscribo. Emparedo el amor.

El viaje (2003)





Algo se desplaza entre sus dedos índices.
Aquellos espejos repitiéndole esos túmulos.
Y unas cartas
y un tendón
y una flor.
Y estas pápulas encalleciéndonos a todos el corazón.

Las Partes (2006)





Empieza a anochecer
y solo escucho ese mismo suspiro devoto
y alguna risa infantil.
Quiero imaginar a Laura y Efraín, mis padres,
tomados de las manos, sin un pliegue,
abriéndolas, cerrándolas;
mirándose de pronto
en la solidez de sus carnes.
Mucho antes de este hombre a medio podrir.
En la embotellada música de la felicidad.

Las Partes (2006)





Salgo a la calle oscura.
Él, que ya ha muerto está ahí de pie.
Una rata le lame la pierna,
el pecho,
la cara.
La cara es la mía.
Mis ojos en aquella cara.
Y su repentina acometida.

Las Partes (2006)





Este ojo, tuerto…
Ahora está cambiando esto de aquí…
Esta parte la veo más de cerca.
Otro ojo…
Estas rayas, parecen pelos,
o dos dedos… unos dedos.
Ya no veo más.

Las Partes (2006)





Tengo un gusano en la sien izquierda.
Y en cada ojo
Y en la garganta…
En la urna pélvica lo oigo gorgotear.
Hace su ronda en el ducto biliar
Y en el sexo.
Veo al gusano en lo que orino
Y lo huelo.
Ese gusano es ese gusano
Y no algo…
Una palabra
Las verdes redes
O el insomnio del viudo.
¿Podré alcanzarlo?
Vuelve la cabeza para asegurarse de su trance
Y en su pelo casi blanco de acordarse
Se reconoce cierta felicidad.

Zanja (2009)





No la veo, no encuentro sus ojos en el aire.
Nada que se le parezca
Ni a sus pies descalzos.
Me seguían.
Seguí la rasgadura de orquídeas
Que anunciaban su viaje.
Círculo donde se estacionan la vida y la muerte.
Redonda, amarilla, de madera…
Sigilo de madera que la lleva dentro
Haciéndose
Y tiempos…
Rezar,
Mientras su sombra se hace noche.
Mundo perdido en el vientre de un animal perdido.
Seguía, seguí…
Solo que llegamos tarde
Y una voz nos raya sobre la lápida nocturna.

Zanja (2009)





No son pasos,
Sino palomas defecando en el templo muerto.
Lo que oye es la voz polvorienta
De esa campana impuesta.
Es el ruido sucio y oscuro de la lluvia
En su encéfalo minúsculo.
No es la simple flor de salvia,
Sino el sordo álamo blanco
De la muerte,
Posándose.

Zanja (2009)





Limpia la piel de la mujer.
Esa área debilitada.
Protuberante.
La pared de la arteria.
El cerebro.
El vaso sanguíneo que no abastece más.
Y el juego amoroso de la sangre.
Afuera no sangra. La sangre es el límite.
Dice sinapsis y ningún cuerpo se mantiene
Unido. Menos el de la mujer.
Más que piadosas. Dulces. Las sinapsis
Rompen. Y entonces sangran.
En ese algo de llamada.

Zanja (2009)





Precisa apoyar la cabeza en la almohada.
Intenta movimientos de vaivén
Como de negación
y luego de afirmación,
Hasta conseguirlo.
Cabezazos sobre el centro de la almohada,
Pero no lo cree.
No es el centro de la almohada, dice.
Está a solas con la noche, que no cesa.
El hombre se levanta y reinicia la serie.
Al final de la noche, aún es la noche…
En trozos
En pedazos
En pólipos.

Zanja (2009)





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