Mari Nakazaki
(María Isabel Nakazaki Seminario – Chiclayo, 1993). A los cuatro años armé mi maleta para irme de casa, pero no me lo permitieron, decidí habitar en mi cabeza, en donde me encuentro hasta el día de hoy. Algunos lo llaman Lima. Escribo cuentos y poesía desde muy pequeña gracias a una amiga que ahora se encuentra fuera de esta ciudad, pero dentro de mi mente. Actualmente estudio fotografía. Uno de mis sueños es ser directora de orquesta, pero para eso haré cine, y sobre todo, en cada cosa que haga: poesía.
Mari Nakazaki: "Si pudiese me hubiera ido yo de mí hace tiempo"
Mari Nakasaki es una mujer que empieza a buscarse poéticamente, o comienza a encontrarse. Como sea, es un proceso que aún no culmina. Su mente, al parecer, está resolviendo una serie de "fotografías" que remedan lo que ella asume que es: "un cuerpo entristecido sin razón". Cada verso me resulta insistente a la hora definirse, y sospecho que por tal motivo no se encuentra una coma (,) o punto (.) que conceda una pausa. Mari debe ser así, una jovencita sin treguas.
MI CUERPO
entorpecido con los días
descascarado con la humedad
sublime en la espera
atrofiado
con los cables de luz del poste de la esquina
reconstruido como la acera de enfrente
vacío
como la carne a base de grasas saturadas
ofertado en supermercados
destrozado por el siglo
entumecido en una orilla repleta de crustáceos
con las horas
abominable
Mi cuerpo
que vive
arriba
delante
detrás
de costado encima abajo atrás
cerca y fuera
del rincón
de tu altar
del ataúd
Mi cuerpo
entristecido sin razón
menguado
Mi cuerpo
sigiloso
lento y silencioso
Mi cuerpo
éste mi cuerpo
que vive a expendías de tenerte
ME PUDRO
Sobre esta roca que no alimenta
En el blando rencor de esta noche
Me pudro entre ceja y ceja
Me ahogo en la distancia de los techos
Sobre los suelos donde yacen mis muertos
Se pudre mi carne por dentro
Y de mí sale un hijo que no conozco
Apesto
Me pudro
Mujer estéril
No existo
Entre colinas que cercan el espacio
Entre el ruido de autobuses
Bajo la sombra de un moribundo
En la falta de luz
Que nada da,
Y nada quita
En la música imposible
Que no alcanza sus propias manos
Y se le rebalsa la sangre hasta el hastío
Me pudro
Yuxtapuesta en la nada
Sobre olores fétidos
De espaldas al estiércol de mi infancia
Me pudro
Por esta muerte
Me pudro y no lo evito
Y lucho por esta muerte sólo mía
Esta mi muerte
Que traspasa infinito
CANCIÓN DEL ANÓNIMO
(…)Sólo para olvidarte
he sido todo lo que nunca he sido.
Yo confundí el amor con los amores.
Y los amores fueron espejismos.
Y en una caravana de disfraces
atravesé desiertos infinitos.
Y todo ha sido tarde.
Y todo ha sido inútil, amor mío.
Crucé bajo los mares sin mojarme.
He vivido sin ti:
nada he vivido.
César Calvo
Yo te hubiese querido
y hubiese escrito tu nombre
en un cuaderno atlas #602
cuadriculado de ochenta hojas
y ninguna en blanco
80 hojas con tu nombre
de derecha a izquierda
como al otro lado del mundo
te hubiese querido
desde lo más viejo de mi cuerpo
te hubiese querido
como se quieren en oriente
y besado tu cuerpo
de derecha a izquierda
de izquierda a derecha
te hubiese besado
yo te hubiese querido
y hubiese dibujado tus manos
en la contracarátula
de mi cuaderno atlas #602
cuadriculado de ochenta hojas
y todas en blanco
80 hojas en blanco sin tu nombre porque
yo no te conozco
y sólo sé de tu mano que reposa en mi cuaderno
en blanco
como los días
y las horas
en blanco
imposible quererte
imposible
porque yo no te conozco
ni conozco el oriente
ni beso tu cuerpo
de arriba abajo
de abajo hacia arriba
yo beso sólo
tus pesadas manos
que escriben hermosa-s
desde cualquier punto
hacia la nada
de mi cuaderno en blanco
yo te hubiese querido
como queremos a la mañana
y hubiésemos llorado
juntos
lejos de tu cuerpo
lejos de las páginas en blanco
lejos de tu letra
cerca de nosotros
y nos hubiésemos jurado
quemar las ochenta hojas
de distancia entre tus manos
y las mías
y las hubiésemos recorrido
las ochenta hojas
entre tu izquierda y mi derecha
entre mi cabeza
y tus zapatos
Y yo te hubiese olvidado
sin saber tu nombre
sin alcanzar tu cuerpo
te hubiese besado las manos
hubiésemos conocido oriente
pero te vas
y yo lo entiendo
si pudiese
me hubiera ido yo de mí hace tiempo
http://mirthapecho.blogspot.com.es/
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