Linda Hogan
Poeta indígena estadounidense. Pertenece a los Chickasaw.
Linda Hogan es estadounidense, nacida el 16 de julio de 1947 en Denver, Colorado. Como activista política, tiene una larga trayectoria de lucha por los derechos indigenas.
Linda fue profesora en el Departamento de Inglés de la Universidad de Colorado en Boulder, donde recibió su maestría en 1978. Ha sido miembro de la Fundación Nacional para el panel de Artes poesía desde hace dos años y ha estado involucrada en la rehabilitación de la fauna como voluntaria.
El foco principal de la obra de Linda se refiere a la visión indígena tradicional y la relación con la tierra, los animales y las plantas.
Libros de Linda Hogan
Indios, poems, Wings Press 2012
The Inner Journey: Views from Native Traditions (ed.) Morning Light Press, 2009, ISBN 978-1-59675-026-5
Rounding the Human Corners: Poems, Coffee House Press, 2008, ISBN 978-1-56689-210-0
People of the Whale: A Novel; W. W. Norton & Company, 2009, ISBN 978-0-393-33534-7
The Woman Who Watches Over the World: A Native Memoir. W.W. Norton. 2001. ISBN 978-0-393-05018-9.; W. W. Norton & Company, 2002, ISBN 978-0-393-32305-4
The Sweet Breathing of Plants: Women and the Green World, 2000; North Point Press, 2001, ISBN 978-0-86547-559-5
Power. W. W. Norton & Company. 1998. ISBN 978-0-393-04636-6.; W. W. Norton & Company, 1999, ISBN 978-0-393-31968-2
Dwellings: A Spiritual History of the Living World. W.W. Norton. 1995. ISBN 978-0-393-03784-5.; Simon and Schuster, 1996, ISBN 978-0-684-83033-9
Solar Storms. Scribner. 1995. ISBN 978-0-684-81227-4.; Simon and Schuster, 1997, ISBN 978-0-684-82539-7
The book of medicines: poems, Coffee House Press, 1993, ISBN 978-1-56689-010-6
Red Clay: Poems and Stories, Greenfield Review Press, 1991, ISBN 978-0-912678-83-2
Mean Spirit Atheneum, 1990, ISBN 978-0-689-12101-2
Savings: Poems. Coffee House Press. 1988. ISBN 978-0-918273-41-3.
Seeing Through the Sun. University of Massachusetts Press. 1985. ISBN 978-0-87023-472-9.
Eclipse, American Indian Studies Center, University of California, 1983, ISBN 978-0-935626-18-6
Daughters, I Love You, Research Center on Women, 1981
A Piece of Moon (1981)
Calling Myself Home, Greenfield Review Press, 1978
Reconocimientos
2016 Throreau Prize from PEN
Native Arts and Cultures Foundation 2015 National Artist Fellowship
Mountains and Plains Booksellers Spirit of the West Literary Achievement Award, 2007
Writer of the Year (Creative Prose), Wordcraft Circle Award, 2002
Lifetime Achievement Award, Native Writers' Circle of the Americas, 1998
Colorado Book Award, 1996
Lannan Award, 1994, for Outstanding Achievement in Poetry
Colorado Book Award
Solar Storms (1996)
The Book of Medicines (1993)
Oklahoma Book Award for Fiction, 1991 (Mean Spirit)
Guggenheim Fellow, 1991
Finalist, Pulitzer Prize for Literature, 1991.
American Book Award, Before Columbus Foundation, 1986
Stand magazine Fiction Award, 1983
Five Civilized Tribes Play Writing Award, 1980
Inducted into the Chickasaw Hall of Fame in 2007
POESÍA INDIA
ESTADOUNIDENSE CONTEMPORÁNEA
Traducción: Márgara Averbach
Ciudades detrás del vidrio
Una luz polvorienta cae a través de ventanas
donde familias enteras viajan juntas, solas.
Las madres abren las persianas y sacuden
el mundo viejo
de los manteles de encaje.
Debajo de pañoletas floreadas
mujeres inmigrantes ponen su fe en los
autobuses de la ciudad.
Se refugian detrás de los vidrios,
apoyan las cabezas contra las ventanas.
Detrás de párpados azulados de venas,
viajan.
Bruselas, tal vez, su destino.
Donde mujeres más viejas tejen encajes,
envuelven lino alrededor de agujas
y el sol se acuesta sobre telas de araña.
En la calle
hojas invisibles de vidrio atadas
a los costados de un camión.
El mundo se ve a través de ellas,
lleno de gente, con caballos rojos
que se alejan sobre las calles.
Dentro de esa piel lenta de caballo
detrás de las anteojeras
los animales oscuros corren,
caballos sombríos,
caballos de luz
corriendo sobre colinas de América.
Todo es extraño aquí.
Nadie me ve.
Nadie ve a esta mujer que camina calles de la ciudad.
Nadie ve los animales que corren dentro de mi piel,
la selva profunda de árboles sureños,
las abuelas oscuras que miran a través de mis ojos,
observándolo todo, viajando todavía.
CITIES BEHIND GLASS
Dusty light falls through windows
where entire families journey together, alone.
Mothers open the sills and shake the old world
from lace tablecloths.
Beneath flowered babushkas
immigrant women put their faith in city buses.
They take refuge behind glass,
lay their heads against windows.
Behind veined eyelids
they journey.
Brussels, perhaps, is their destination.
Where older women make lace,
wrapping linen around pins
and where the sun lies down in spider webs.
On the street,
invisible panes of glass are strapped
to the sides of a truck.
The world shows through
filled with people, with red horses
making their departures between streets.
Inside that slow horse flesh
behind blinders
the dark animals are running
shadow horses,
horses of light
running accross American hills.
Everything is foreign here.
No one sees me.
No one sees this woman walking city streets.
No one sees the animals running inside my skin,
the deep forest of southern trees,
the dark grandmothers looking through my eyes,
taking it in, traveling still.
CANCIÓN PARA MI NOMBRE
Antes del amanecer
piensa en cepillar las trenzas
oscuras de una vieja.
Piensa en tus manos,
las puntas de los dedos sobre el cabello suave.
Si tienes este nombre,
las manos oscuras de tu abuelo
llevan caballos hacia la carreta,
los sigue una nube de polvo,
fantasma de silencio.
Ese nombre está lleno de mujeres
con el cabello negro
y hombres con ojos como la noche.
Significa nada de dinero
mañana.
Un nombre así es el que ama mi madre
mientras trabaja, suave,
en la casita.
Es una paloma blanca
y en su tierra
las mañanas son pálidas,
los pájaros cantan hacia las cortinas blancas
y muestran con orgullo los pechos blandos.
Si tienes un nombre así,
nunca hay suficiente agua.
Hace demasiado calor.
Cuando golpea el rayo,
la lluvia se niega a seguirlo.
Es mi nombre,
el de una mujer que vive entre la luna blanca
y el sol rojo, esperando para irse.
Es el nombre que viene conmigo
de nuevo hacia la tierra
que nadie más puede tocar.
SONG FOR MY NAME
Before sunrise
think of brushing out an old woman’s
dark braids.
Think of your hands,
fingertips on the soft hair.
If you have this name,
your grandfather’s dark hands
lead horses toward the wagon
and a cloud of dust follows,
ghost of silence.
That name is full of women
with black hair
and men with eyes like night.
It means no money
tomorrow.
Such a name my mother loves
while she works gently
in the small house.
She is a white dove
and in her own land
the mornings are pale,
birds sing into the white curtains
and show off their soft breasts.
If you have a name like this,
there’s never enough water.
There is too much heat.
When lightning strikes, rain
refuses to follow.
It’s my name,
that of a woman living
between the white moon
and the red sun, waiting to leave.
It’s the name that goes with me
back to earth
no one else can touch.
BENDICIÓN
Benditos
son los animales heridos
porque viven en sus jaulas,
pero ¿quién va a curar a mi padre,
vendarle las piernas viejas?
Aquí está su pájara, la de las dos alas rotas
y las plumas son blancas como un ángel
y dice mierda mientras revuelve granos
en la cocina. Cuando los pájaros se van volando
él deja las jaulas abiertas
y ella le besa la frente
por el buen trabajo.
Trabajas dice él
toda esta vida de mierda
y al final ni siquiera tienes
un pedazo de tierra.
Benditos son los ricos
porque comen carne todas las noches.
Ya heredaron la tierra.
Para el resto de nosotros: que vivamos
lo suficiente
y desarruguemos nuestras frentes,
que sigamos siendo hermosos
y teniendo algunos dientes
y un intestino regular.
Tal vez podemos vivir en lugares
en que un rico no podría,
en los peces luna y las liebres,
en el suelo color canela,
la tierra de pasto rojo
y gente roja
en el valle
de la sombra de los Alces
que no están ahí.
El dice la vieja tierra
se tambalea tanto, será
mejor que te aferres
a todo. Tus vecinos
te roban lo poco que tienes.
Benditos son los ricos
porque no tienen los mismos viejos.
Tener que tolerar
todos los días,
como mi padre
que está viejo
Chickasaw
chikkih asachi, que
significa
que se fueron como tribu no hace tanto tiempo.
Siempre se está yendo, esta gente.
Benditos
son los que escuchan
cuando ya no queda nadie que hable.
Benditos
son los que escuchan
cuando ya no queda nadie que hable.
BLESSING
Blessed
are the injured animals
for they live in his cages,
but who will heal my father,
tape his old legs for him?
Here’s his bird with the two broken wings
and her feathers are white as an angel
and she says goddam stirring grains
in the kitchen. When the birds fly out
he leaves the cages open
and she kisses his brow for such
good works.
Work he says
all your damned life
and at the end
you don’t own even a piece of land.
Blessed are the rich
for they eat meat every night.
They have already inherited the earth.
For the rest of us, may we just live
long enough
and unwrinkle our brows,
may we keep our good looks
and some of our teeth
and our bowels regular.
Perhaps we can go live in places
a rich man can’t inhabit,
in the sunfish and jackrabbits,
in the cinnamon colored soil,
the land of red grass
and red people
in the valley
of the shadow of Elk
who aren’t here.
He says the old earth,
wobbles so hard, you’d best
hang on
to everything. Your neighbors
steal what little you got.
Blessed are the rich
for they don’t have the same old
Everyday to put up with
like my father
who’s gotten old,
Chickasaw
chikkih asachi, which means
they left as a tribe not a very great while ago.
They are always leaving, those people.
Blessed
are those who listen
when no one is left to speak.
Blessed
are those who listen
when no one is left to speak.
CRUCES
Hay un lugar en el centro de la tierra
en el que un océano se disuelve dentro de otro
en un amor negro y sagrado;
por eso las ballenas de un mar
conocen canciones del otro,
por eso una cosa se transforma en otra
y la arena cae en el reloj
hacia otro tiempo.
Una vez vi un feto de ballena
en un bloque de hielo brillante.
No era ballena aún, pero tenía
la sombra de una cara humana y dedos
que le habían crecido antes de desaparecer
y convertirse en aletas.
Era un hijo del curvo
mundo del agua y ahora estaba cuadrado,
frío, diminuto.
A veces, la nostalgia
viene cuando me acuerdo
del territorio de comienzos encontrados
cuando las ballenas vivían en la tierra
y nosotros salimos del agua
hacia nuestras vidas en el aire.
A veces, de la taza derramada de un chico
que pasó a través de todos los elementos
y entró al pliegue humano,
pero cuando le di vuelta
vi que no quería vivir
en el aire. Apenas acababa de perder
las huellas de las branquias
y ya era un miembro del clan de los cruces.
Como las mareas del agua,
quería volver.
Yo hablé a través de los elementos
mientras él se iba
y le dije, Ve.
Fue como los caballos salvajes
esa noche de niebla.
Atravesaban el río a nado.
Oscura era esa agua,
más oscuros, los caballos,
y después, ya no estaban.
MAPA
Este es el mundo
tan vasto y solitario
sin fin, con montañas
que llevan el nombre de hombres
que trajeron el hambre
de otras tierras,
y el miedo
a la selva espesa, oscura de árboles
que se sostenían los unos a los otros,
y sabían que el fuego soñaba con tragarlos
y hablaban una lengua más vieja
y la lengua de la nación de los lobos
era el viento alrededor de los troncos.
Hasta el hielo no estaba en silencio.
Gritaba su ser quebrado
hasta calentarlo.
Pero lo llamaron
hielo, lobo, selva de palos,
como si las palabras los convirtieran en algo
que pueden sostener con las manos
enguantadas,
abrir, atravesar con caminos
y seguirlos.
Éste es el mapa del mundo abandonado
éste es el mundo sin fin
donde han separado
a las selvas de los árboles altos.
Estas son las líneas que el lobo no pudo atravesar.
Este es lo que sé por la ciencia:
que un grano de polvo habita en el centro
de cada copo
de nieve,
que el hielo puede ganarle a la tierra,
que los lobos
viven dentro de un círculo
de su propio principio.
Esto es lo que sé por la sangre:
el primer lenguaje no es el nuestro.
Hay nombres que cada cosa tiene para sí misma
y por debajo de nosotros se mueve ya el otro orden.
Está ardiendo.
Está soñando.
Se despierta.
Traducción de Márgara Averbach
LA GRASA DE OSO
Cuando el viejo frotaba la espalda
con grasa de oso
soñaba con que los caballos del invierno
hubieran comido la corteza de los árboles
y sus propias colas.
Cavaba dormida un hueco en mi propia hambre
que alguna vez comía manteca y pan
de una sartén curada de sal.
La grasa era la luz
por la que yo veía
con los ojos del oso
tres perros huesudos que guiaban a los hombres
hacia la cueva del sueño forrada de hierba
para matar el hambre
mientras dormía cada vez más delgada.
Engordaban
con el sebo tajado.
Comían hasta las cenizas después
de que el fuego se extinguía
y mientras echaban una siesta,
¿recordaban
cuando eran lobos?
Tengo miedo del futuro
como si fuera el oso
que da vueltas en la barriga
de los hombres necesitados
o el lobo convertido en perro
que se vuelve contra sí mismo
rememorando lo que era la tierra salvaje
antes del chasquido de un fusil,
antes de que los hombres trataran de matarlo
o domarlo
o hacer que o quisiera.
LA LEY DEL CUERVO
El templo que el cuervo adora
avanza en la hierba negra y alta.
La traición es la manera en que el cuervo
le reza al lobo
para que pueda comer
lo que sobra
cuando la sangre llega al suelo,
hasta que lo que queda del alce
sea el cuervo
que se larga
del templo sagrado de las costillas
en un baile sólo para dejar
las huellas rojas de los dioses exiguos y privados.
Es la guerra más antigua
en que el alce se convierte en lobo y cuervo,
en que el camino deja
de convertirse en el viejo bosque
donde el cuervo llama,
donde aún nos da miedo.
Extraído de Poesía Indígena estadounidense contemporánea – Selección y traducción de Katherine M. Hedeen y Víctor Rodríguez Núñez – La Cabra Ediciones, 2011, Coyoacán, México DF.
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