domingo, 19 de abril de 2015

GUIDO GUINIZELLI [15.679] Poeta de Italia


Guido Guinizelli

Guido Guinizelli (a veces escrito Guinizzelli) (Bolonia, c. 1230 – Monselice, Padua, c. 1276) es considerado uno de los primeros y más influyentes poetas de su época en lengua italiana.

Hijo de un juez, Guinizello di Bartolomeo, siguió los pasos de su padre, y después de terminar sus estudios de leyes en Bolonia se dedicó a la abogacía, participando activamente al mismo tiempo en la vida política de la ciudad, dividida entonces entre güelfos y gibelinos. En 1270 fue nombrado podestá o magistrado a cargo de la ciudad de Castelfranco Emilia, pero cuando en 1274 vence el partido güelfo, Guinizelli, que era gibelino, tuvo que marchar al exilio, refugiándose con su mujer e hijo en Monselice, donde murió pocos años después.

Obra


Guido Guinizelli, "Al cor gentil rempaira sempre amore", Firenze, Biblioteca Nazionale

Está considerado entre los mayores poetas de su tiempo. Sus Rimas son el fundamento y el inicio de lo que Dante definiría después como Dolce stil novo ('Dulce estilo nuevo')nota 1 Esta fórmula fue creada por Dante Alighieri en el canto XXIV vv. 19-63 del Purgatorio de la La Divina Comedia por boca del poeta Bonagiunta Orbicciani, el cual, después de que Dante le ha expuesto sus propios principios poéticos, reconoce la diferencia que separa su aproximación a la temática amorosa —la propia de la escuela siciliana a la que pertenecía él— y aquella del estilo novo.

En la canción Al cor gentil rempaira sempre amore / Al corazón gentil retorna siempre amor (rempaira es palabra de origen provenzal, significa 'volver a casa, repatriarse') Guinizelli sostiene la afinidad que liga el sentimiento de amor con la nobleza del alma. La canción es un manifiesto poético del nuevo estilo, el cual supera la poesía del amor cortés y la provenzal, de las cuales quedan en su lírica sólo lejanos ecos. Guinizelli cantó al amor como principio de elevación y perfección moral, un amor que es virtud y nobleza individual del alma a imagen del orden natural de la creación, definiendo así los cánones estéticos de esta nueva escuela.


Al cor gentil rempaira sempre amore
come l'ausello in selva a la verdura;
né fe' amor anti che gentil core,
né gentil core anti ch'amor, natura. En corazón gentil se refugia siempre amor
como el pájaro de la selva en la espesura
no fue amor antes que gentil corazón
ni corazón gentil antes que de amor, su natura.


En una Italia centro-septentrional en la que crecía el sentimiento ciudadano y burgués (lo que se denominaría Età dei Comuni o «Edad de las ciudades») se vuelve esencial el concepto de la nobleza como dote espiritual más que como valor heredado; en la estrecha relación entre nobleza (gentileza) de ánimo y la capacidad de amar, el poeta introduce también la imagen de la mujer como ángel capaz de purificar el alma del amante, alejarlo del pecado y conducirle a la beatitud celestial. Ambos conceptos —nobleza y amor— recibieron así una mayor profundidad tanto filosófica como psicológica, delineando con más precisión los efectos del amor en el alma del enamorado.

El Dolce stil novo se centró en una poesía conceptual y formalmente rigurosa; en el plano del contenido, de hecho, trasciende el dato biográfico y concreto de la experiencia amorosa, característica típica de los toscanos, para hacerlo experiencia espiritual y moral, un medio para alcanzar la virtud; mientras, en el plano de la forma utiliza un lenguaje «dulce», privado de asperezas tanto fonéticas como conceptuales, para así adecuarlo a lo elevado de sus contenidos.

En el modelo lírico e ideológico de Guinizelli se inspiraron en Florencia un grupo de poetas, de los cuales los máximos exponentes fueron Guido Cavalcanti y Dante Alighieri; éste último, en algunas de sus composiciones juveniles y en particular en su Vida nueva profundizó en el análisis psicológico del sentimiento amoroso, acentuando el tema de la virtud salvadora de la mujer. El Dolce stil novo fue de nuevo retomado y reelaborado por Petrarca en su Cancionero, el cual se mantuvo como modelo dominante en la tradición lírica italiana y europea hasta finales del siglo XVII.




Al corazón gentil

Al corazón gentil acude siempre Amor
como el pájaro de la selva a la verdura;
ni hizo a Amor antes que a corazón gentil,
ni a gentil corazón antes que a Amor, Natura.
Que entonces como existió el Sol,
así pronto fue el esplendor luciente,
mas no antes que el Sol.
Y toma Amor en la gentileza el sitio,
tan propiamente
como en la claridad, el fuego, su calor.

Fuego de amor en gentil corazón se enciende
como virtud de la piedra preciosa,
pues de estrella no acude valor
antes que el Sol la haga gentil cosa;
luego que le ha quitado afuera
la vileza con su fuerza el Sol,
tiene valor la estrella:
así al corazón hecho por Natura,
elegido, puro, gentil,
mujer a guisa de estrella lo enamora.

Amor arde deste modo en corazón gentil,
como fuego en lo alto de la antorcha:
esplende a su gusto, claro y sutil;
no de otra guisa, tanto es fiero.
Y si la burda naturaleza
enfrenta Amor como agua al fuego,
caliente, porque es fría,
Amor a gentil corazón se allega,
como al preciado sitio
del diamante en la dureza de la roca.

Se da el Sol al fango todo el día,
aunque es vil, pero no pierde calor el Sol.
Dice el hombre: "Por mi raza soy gentil":
es como el barro; el Sol  como gentil valor;
que no debe dar el hombre fe
a que gentileza sin corazón exista
con debida dignidad,
y si no hay virtud en el corazón,
como rayo en el agua
y en el cielo estrellas y esplendor.

Esplende en la inteligencia del cielo
Dios creador más que en nuestros ojos, Sol:
juicio oye a su factor más allá del cielo,
y el cielo deseando, a Él obedece;
y como sigue, al primero,
del justo Dios beato cumplimiento,
así en verdad debería obrar deseo
la mujer bella que en la mirada enciende
por gentileza el talento
que le será siempre obediente.

Señora, Dios me dirá: ¿Qué presumiste?",
siendo mi alma de Él delante.
El cielo pasaste y hasta Mí viniste
y diste en vano amor a Mí en semblante:
que a Mí convienen laudes,
y a la reina del dominio digno
por quien cesa el fraude".
Dirle podré: "Tiene semblante de ángel
que fuese de tu reino;
no ha sido una falta que la amase. 




amor me asalta y no le importa

Vuestro hermoso saludo y la gentil mirada
que lanzáis cuando os encuentro me asesinan;
Amor me asalta y no le importa
si hace daño o merced,

pues me atraviesa el corazón con una flecha
que además lo corta y divide en partes:
no puedo hablar, porque ardo en grandes penas
como uno que ve su muerte.

Me pasa por los ojos como el trueno
que hiere a través de la ventana de la torre
y rompe y destruye lo que encuentra adentro;

quedo como estatua de cobre
por donde no corre vida ni espíritu
y sólo ofrece figura de hombre.

Guido Guinizelli, Bolonia, c. 1230- Monselice, Padua, a.1276
en Poesía Medieval Italiana, Antología bilingüe, Selección, traducción y notas: Oreste Frattoni, Centro Editor, Buenos Aires, 1978




Lo vostro bel saluto e 'l gentil sguardo
che fate, quande ve' ncontro, m' ancide;
Amor m' assale, e già non ha reguardo
s' elli face peccato, o ver mercide;

chè per mezzo lo cor me lancia un dardo
ched oltre in parti lo taglia e divide;
parlar non posso, chè in gran pena io ardo
si como quello che soa morte vide.

Per li occhi passa, come fa lo trono,
che fèr per la finestra de la torre,
e ciò che dentro trova spezza e fende.

Remagno como statua d' ottono,
ove vita nè spirto non ricorre,
se non che la figura d'omo rende.





Con gran disio pensando lungamente

Con gran disio pensando lungamente
Amor che cosa sia,
e d’onde e come prende movimento,
diliberar mi pare infra la mente
per una cotal via,
che per tre cose sente compimento,
ancorch’è fallimento
volendo ragionare
di così grande affare;
ma seusami che eo sì fortemente
sento li suoi tormente, - ond’eo mi dogli
E’ par che da verace piacimento
lo fino amor diiscenda
guardando quel ch’al cor torni piacente;
ché poi ch’om guarda cosa di talento,
al cor pensieri abenda,
e cresce eon disio immantenente;
e poi dirittamente
fiorisce e mena frutto;
però mi sento isdutto,
l’amor crescendo fiori e foglie ha messe
e vèn la messe - e ’l frutto non ricoglio.
Di ciò prender dolore deve e pianto
lo core inamorato,
e lamentar di gran disaventura,
però che nulla cosa a l’omo è tanto
gravoso riputato,
che sostenere affanno e gran tortura,
servendo per calura
d’essere meritato;
e poi lo su’pensato
non ha compita la sua disianza,
e per pietanza - trova pur orgoglio.
Orgoglio mi mostrate, donna fina,
ed eo pietanza chero
a vo’, cui tutte cose, al meo parvente,
dimorano a piacere. A vo’ s’inchina
vostro servente, e spero
ristauro aver da vo’, donna valente;
ché avvene spessamente
che ’l bon servire a grato
non é meritato.
Allotta ch ’l servente aspetta bene,
tempo rivene - che merta ogni scoglio.




Donna, l'amor mi sforza

Donna, l’amor mi sforza
ch’eo vi deggia contare
com’eo so ’nnamorato,
e ciascun giorno inforza
la mia voglia d’amare:
pur foss’eo meritato!
Sacciate in veritate
che sì pres’è ’l meo core
di vo’, incarnato amore,
ca more di pietate,
e consomar lo faite
in gran foch’e ’n ardore.
Nave ch’esce di porto
con vento dolze e piano,
fra mar giunge in altura;
poi vèn lo tempo torto,
tempesta e grande affano
li aduce la ventura;
allor si sforza molto
como possa campare,
che non perisca in mare:
così l’amor m’ha colto
e di bon loco tolto
e miso a tempestare.

Madonna, audivi dire
che ’n aire nasce un foco
per rincontrar di venti;
se non more ’n venire
in nuviloso loco,
arde immantenenti
ciò che dimora loco:
così ['n] le nostre voglie
contr[ar']aire s’accoglie,
unde mi nasce un foco
lo qual s’astingue un poco
in lagrime ed in doglie.

Grave cos’è servire
signor contra talento
e sperar guiderdone,
e mostrare ’n parere
che sia gioia ’l tormento
contra su’ oppinione.
Donqua si dé gradire
di me, che voglio ben fare,
e ghirlanda portare
di molto orgoglio ardire:
che s’eo voglio ver dire,
credo pingere l’aire.

A pinger l’air son dato,
poi ch’a tal sono adutto:
lavoro e non acquisto.
Lasso, ch’eo li fui dato!
Amore a tal m’ha ’dutto,
fra gli altri son più tristo.
O signor Geso Cristo,
fu’ i’ però sol nato
di stare innamorato?
Poi madonna l’ha visto,
megli’è ch’eo mora in quisto:
forse n’avrà peccato.





Lo fin pregi' avanzato

Lo fin pregi' avanzato,
ch'a lo meo cor sarrea,
a ciò come sarrea,
ch'ell' ha ogne valore
inver' me comprovato?
Per fin amor sarrea,
ché a dir non sarrea
tutto quanto valore:
per ch'e' noll vorrea dire,
perché m'incresce dire,
ché non posso 'l meo core
dimostrare finero,
acciò che non finero - la mia vita.
Finare mi convene,
ch'e' mi son miso a tale
che non dice mai tale,
anzi mi fa orgoglianza;
com' om che pinge bene
colora viso tale
che li conven mal, tale
è soffrire orgoglianza:
per che a me convene
soffrir ciò che avene,
ma eo voglio soffrire
tutto lo meo penare,
per ch'e' non ho penar - lungia stagione.
La sua beltà piagente
e 'l fin amor ch'è puro
inver' me che son puro,
in lei tutt' ha piagenza;
regn' a pregio valente
e valor che non pur'ò
dire sì alt' o puro,
tant' ha vera piagenza
già per cui lo meo core
altisce in tal lucore
che si ralluma come
salamandra 'n foco vive,
ché 'n ogne parte vive - lo meo core.
D'un'amorosa parte
mi vèn voler ch'è sole,
che inver' me più sòle
che non fa la pantera,
ched usa in una parte
che levantisce sole:
ché di più olor s'ole
su' viso che pantera.
Anche in vo' i' spero
merzé che non dispero,
perch' è 'n voi pietate,
fin pregio, bon volere,
per ch'è a voi voler - lo meo cor pare.
Radobla canoscenza
che 'n voi tuttora mira,
ché chiunqua vo mira
non ha consideranza;
m'avete ben saccenza
che chi voi serve e smira
non pò fallir, se mira
vostra consideranza:
per ch' eo non arò fallo,
perch' eo dimori 'n fallo,
ch'è già lunga speranza
in voi d'amor ch'eo v'aggio,
ch'e' non credo, s'e' v'aggio, - altro venire.





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