miércoles, 15 de abril de 2015

ELENA HERRERA NISSHIOKA [15.612] Poeta de Perú


ELENA HERRERA NISSHIOKA

Nació en Sullana, Piura, Perú en 1948. Es una poetisa muy apasionada en su trabajo literario. Inquieta por naturaleza y es una creadora con una fuerza envidiable que viene produciendo sus versos con  suma pasión.


EN EL GRIAL DE TUS ESPEJOS

Tus brasas escarbadas con la punta de mi lengua
despiertan peregrinas mandrágoras de sueños.
Correteamos despertando fuego
insaciable y perverso
y  te siento estallar dentro de mí
mientras inventamos acertijos
en cónclaves de orgásmicas esencias
reñida contienda desatando el universo
en la hondura vertical de las vertientes.
Cronos  explosivo en geométricos vaivenes
fragua exacerbando ciclón que nos habita
cual soles penetrantes sobre felinas huellas.
Hambre y sed musitando bitácoras
como ríos repetidos en el grial de tus espejos
espiga acuchillada donde inmolo de rodillas
la extrema compulsión de tus desvelos.
Pulsación  animal disparándose entreabierta
hasta el meridiano profundo de tu averno
y  en nocturnos de metáforas ardientes
incendiamos los corales rasgados de mi carne
envueltos en la rúbrica eterna del instante.



Elena Herrera Nisshioka: Llama que despierta apetitos húmedos 

La caracterización de la poética femenina de los últimos diez años, ha dado un vuelco inmenso que no se ha notado por la predominancia de la poesía masculina desde el escándalo de Sor Juana Inés de la Cruz, la décima musa. Una poeta femenina por cada 10 masculinos, es lo que tiene en promedio el Perú. Esos cambios se han dado en la vertiente temática deshinbidora. La poeta de los 90 y 2000, está, despatarradamente, aprendiendo a ser más audaz, de treparse en la mente de sus lectores y atraparlos con suaves flirteos literarios, lanzándole mensajes subliminales, aromas y señales, fonemas cual canto de sirenas griegas, para llevarlo a su guarida literaria y devorarlo a versos.
La temática femenina siempre figuró como al sentimiento del amor cursi, del despecho, del lloriqueo o de la diminutización de los adjetivos y sustantivos, conservando un lenguaje muy edulcorado y tocando sólo temas infantiles o de algún que otro despecho vivenciado. Sin embargo, dos ejes temáticos pervivieron alejados de las preocupaciones femeninas: la literatura de protesta y la de exteriorización de los propios deseos e insinuaciones femeninas. Tenidas siempre como temas tabas y ligados sobre al quehacer poético masculino, la mujer escondió por mucho tiempo su verdadero élam vital. Sin embargo en los últimos tiempos la literatura femenina está logrando no sólo alcanzar son rebasar el atrevimiento de sacar del anonimato conservador y pudorosa su verdadera alma, de aquella que habla como su piel de sì mismo y de lo que siente por los demás.

Con Elena Herrera, esta vertiente se abre como un molusco biscoso para mostrarnos las perlas desnudas de su alma, de su pasión irrefrenable por ser ella y expulsar sus ansias y deseos, su libido, su éxtasis.

La poesía erótica no es la poesía grotesca, coprolálica o pornógrafa: ésta insinúa, sugiere, descorre el velo suavemente de los torsos desnudos de la poesía; aquélla es groseramente vulgar y directa.

Sullanera como ella, donde el calor tibio de las noches te revuelve a no dormir sino a crear bajo el silencio oscuro y crispado de una indómita pasión: amar sin barreras, sin tiempos hasta sacar todos los jugos encadenados entre el vértice tibio de una arrecha sensación y el titilar de unas gotitas cristálicas que al fondo de tus pies ha de aterizar.
Elena, es pues, la maja desnuda que no invita sensorialmente a discurrir el áurea silenciosa de su gran cuerpo literario.

Lambayeque, febrero 04 de 2007
Lic. Nicolás Hidrogo Navarro


SU POESÍA


“Intima Obsesión”

Amo tu magia de cristal, sin tiempo ni fronteras
voz golondrina en la memoria de mi verso
cuando estalla de luz
la arcilla invisible de mis sueños.

Amo la luna subversiva de tu vientre
abriendo con cerrada malicia mi horizonte.
Amo el rumor de tus caminos
el bramido de tu sangre
la súplica intacta de tu piel.

Amo el pálpito certero de tu fuego
horadando el confín de mis hogueras
febril ascenso de incendio conjugado
como licor abrasivo que me envuelve
embriagándome por dentro.

Así te amo en lo más hondo
con el reclamo salvaje del instinto
colisión explosiva de galaxias
disgregadas en el mar de mis esperas.

Y amo tus orgásmicos estigmas
íntima obsesión donde me atrapa tu ternura
mientras tus brazos anudan mi universo
ciñéndome firme a tu cintura.


ABSURDO DELIRIO

Porque soy
fruta de poesía en llamarada
para unir el silencio
voy cantando libre
libre a través del universo.


“Celeste Efervescencia”

Te descubro
cobijado en el atisbo del presagio
al margen presentido de la idea
profundo / abierto
sublimado o perverso
extraña combustión que deletrea
de celeste efervescencia la palabra.

Torbellino insurgente es tu llegada
ritual infinito de clamor cuando callas
irrumpes en línea pincelada de verso
y al punto la metáfora se yergue
como oculta cicatriz que me delata.

Amante compulsivo del amor
cómplice formal donde el verbo se declara
ángel o demonio desnudándome el alma.

Estremecido abrazo en volcánica erupción
poema a flor de piel que se derrama
despliegas tu síntesis de fuego
en con-fusión de eróticos espejos
y emerges de mi herida visceral
encrespado en el rubor de mi garganta.


“Ausencia”

Con la seda de tus manos
acaricié la vida
allí donde la arena del tiempo
entretiene su porfía
y es alud de fuego
desgajando memorias
en cúmulos secretos de vacío.
De pronto amanecimos
sin tregua ni retorno
en trazo inexplorado de silencio
entonces nuestros pasos
se cubrieron de ausencia.


“Nostalgia”

Soy río de nostalgia fragmentada
desahucio que fuga de tus ojos
para extraerte la angustia
que anochece en mi alma.
Enredada en tu pecho reverdece mi voz
y vuelvo a ser naufragio desatado
lo mismo que un mañana
sin mañana
en los frágiles ayeres
de tu olvido.



“Embriagues Absorta”

Bulle terco el deseo en absurdo delirio
embriaguez absorta de astillado gemido
desfiladero que muerde y me succiona
cuando el reloj se para / incrustado de hastío.

Al exacto perfil del suplicio absoluto
se desviste el azar ciego y torpe hasta el llanto
y soy surco sediento en oasis furtivo
epicentro de fuego dilatando mi voz
que te siente y te llama.

Porque eres incendio infatigable
apremiante estallido que seduce y redime
cual grillete invisible de imperioso latido.
Estruendo voraz donde arrecias mi fragua
avispero afilado desde sordo alarido
en el cirio sangrante de mi piel que te extraña.



“Paisaje Nocturno”

Mis sentidos urgentes se disparan
inquietos, voluptuosos como ágiles palomas
y me hundo en tu carne de volcán afiebrado
para escalar el magma que surge de tu hoguera
mientras mi cuerpo ruge cual entraña de fuego
a cambio de un paisaje nocturno de placeres.

Allí bebo tus ansias agitadas al viento
y penetras mi tierra desierta-fugitiva
signada tras el eco que oscila en tu mirada
inundándome toda
en crisol de emociones
y a tus brazos me entrego
con mi pequeña muerte
para saciar tu vida
hasta mi último aliento.



“Tersa Humedad”

Violentos huracanes se impacientan
desde la cobra incendiaria de tus ojos
tersa humedad quemante en mi locura
empinada en el pálpito
que circunda tu cielo.

Me llevas al tropel enhiesto de tu aurora
prisionera en mi lluvia como gacela herida
y tu fuego me inventa
y me labra por siempre.

Devorante acertijo clavado entre mis muslos
labios apretándome intensos a tu esencia
lo mismo que un panal de musgo iridiscente
y envuelta en tu regazo de madera encendida
me arropas, te sumerges, me arrastras y te vuelves
cópula de rocío / engarzada en mi vientre.



“Intensas Latitudes”

Dispersa en intensas latitudes
pulso con húmedos arpegios
el vigoroso vaivén de tus latidos.

Ascua atravesando mi garganta
como lengua de rocío desgajando
espiga de candente mástil.

Remanso estremecido
bullendo en precipicios
de cráteres de fuego
que se explayan perseguidos
sobre el arca del tiempo
para entregarte en lienzo consagrado
las purísimas hostias de mi ofrenda.



“Insomnes Burilados”

El ojo itinerante de la noche
despliega su retina cegadora
cual zarpazo de fuego.
Allí cautiva el alma tu presencia
acrisolada en escarpado abismo
cuando agitas las avispas de mi alcoba
al feliz devaneo de tus brasas.
Esparces travesías de fragancias
destiladas como pulpa de miel en la mirada
para cernir oráculos de luz
bajo el crepúsculo celeste de la espera
y ceñir en tus orillas visceradas
el grito astillado de mis venas.

Entre espuelas inflamadas de silencio
tu figura insomne se proyecta
en biseles de cristales burilados.



“Prófuga Sonámbula”

Escribo sobre la espalda
de estas páginas sin nombre
derramando mis versos
de prófuga sonámbula.

Eclosionan las palabras sorprendidas
en agrietados pensamientos.

De pronto la utopía de mi sombra
ya no es mía
ni mi piel es la envoltura de mi piel.

El poema que suscribo
se hace trizas
las sílabas engullen mi cuerpo
y otra vez las horas nos separan...

Como ráfagas evadiéndonos la vida.



“Herméticas Nostalgias”

El tiempo ávido de espacios
se detiene detrás de las persianas
en ruta irreversible de incógnitos ajuares
y nuestros sentidos se disparan
esgrimiendo sacudidas
curvadas de prórrogas convulsas.

Desplegamos balbuceos
subastados en circuitos
exhalando armonías de verbos conjugados
en estruendo acelerado
de herméticas nostalgias.

Y somos epicentro que se yergue
diluido en orgasmos absolutos
irrumpiendo como orquídeas
sucesivas de fragancias.



“Diásporas de Luz”

Renaciente fuego
transpira inviolado
desde sus raíces.
Espejos de arena movediza
crucifican deshojadas cumbres
y despiden el último escorpión en los oasis.

Ahí tú y yo como un sólo beso
disueltos en extrañas dimensiones
somos agua y aceite
confundidos en el piélago
intemporal de las bitácoras.

Diásporas de luz
celebrando el amor
por los siglos
de los siglos.



“Carnívoro Secuestro”

Envejecí de pronto
enredada al día a día
de tus palabras rotas.
Escarbando el hielo
surqué vacíos en tu mirada
y cual lacerante herida
me desintegré por dentro.

Envejecí de pronto
excomulgada del soplo de tu vida.
Fuiste aguijón de fuego taladrándome
impalpable
deletéreo
penetrante
y arrastraste en carnívoro secuestro
la vigilia latente de mis lágrimas.



“Metáforas”

Cobijados frente a frente
estrujamos una turba de tórridas instancias
donde inventamos jaguares incendiados
en tientos de salvajes embestidas.
Romper a dentelladas el instante
para ser aguaceros
desquiciados en deseos
y descubrir el amor
discurriendo desbordados
cual festival de metáforas
atravesando ascensos
sobre el zafiro encrespado de las olas.
Y alzados en vuelo de cósmicos extremos
precipitarnos a galope
y sumergidos
hasta poblar el cielo.



“Meridiano Asombro”

Y tomo por asalto lo que es mío
encallando en círculos
de inextinguibles llamaradas.

Degüellas extraviado los instintos
elevándome impaciente / indetenible
entre lunas de naufragios.
Cuando mis pétalos estallan
develando circuito alucinante
empapado
perplejo - prolongado.
Me lanzas en alocados torbellinos
desatando caníbales relámpagos
que se cierran traspasando
el meridiano asombro de mi vientre.



“Hálitos Furtivos”

Ahora que tanto duele no tenerte
amordazo mi corazón para no amarte
y me desgarro entre pálpitos suspiros
al filo de quemante llaga
para volverme en tu mirada
la nada de un murmullo.
Inundados deseos se quedaron
engarzados en hálitos furtivos
oscilando evanescentes
como brizna sin música en las manos.
Para no amarte
asesino mis alas
que dejaste sin ruta ni navío
invisibles luces obnubilan mis ojos
y un vendaval amargo
desmenuza en mi boca
el fuego de los besos que no diste.



“Los Violines de mi Piel”

Llegué a ti
extendidas las manos para darte
mi universo cercado
de inciensos y jazmines.

Fui incrustado alarido
sobre la sierpe de tu cuerpo
y escalé el hambre irrevocable de tu sed
cuando expandí mi cáliz
de ambrosía en tu regazo.

Entonces el sexo de tu fuego
apresuró mis horas
penetrándome mil veces
como espada incandescente
improvisando los violines de mi piel.



“Extrema Evocación”

Nadie sabe
del peso infinito de la ausencia
desgarrando mi pecho
porque nunca te conté de mi tristeza
y me dejé llevar
por la fuerza inexorable de tu sombra.
Extraña manera de adorarte
estrujando la ruta irreversible del vacío
cuando el fuego desintegra la palabra
y tu cuerpo madurado entre mis labios
es fruta inacabada que se expande
en íntimo latido.
Cúspide total de avasallante fragua
en extrema evocación
enardecida por el tiempo
allí / siempre tú
donde el parpadeo invicto del silencio
se hace carne
clavándose en mi piel.



“Deseo Incandescente”

Soy médula de incendio alucinado
como dragón sin tregua
enroscado en tu lumbre.
Fuego arisco disparándose
hasta hincar sus rodillas inmoladas
en la flama exacerbada de mi vientre.
Atajos aviesos apuntándome
desde el centro del ojo huracanado.
Mientras muerdo las espinas
dislocadas del horario
un deseo incandescente
va enhebrando la garúa
verde-mar de tu distancia
y me hundo enajenada
en la piel sideral del universo.
Entonces soy furia de hoguera redimida
bogando el tragaluz de tus caricias
y soy explosión de verbo en extravío
persiguiendo a sorbos la nostalgia
de cilicios abortados por la herida.



“Diásporas de Luz”

Renaciente fuego
transpira inviolado
desde sus raíces.
Espejos de arena movediza
crucifican deshojadas cumbres
y despiden el último escorpión en los oasis.

Ahí tú y yo como un sólo beso
disueltos en extrañas dimensiones
somos agua y aceite
confundidos en el piélago
intemporal de las bitácoras.

Diásporas de luz
celebrando el amor
por los siglos
de los siglos.

Poesía .
a tu fuego me consagro
para no morir.



“Intensas Latitudes”

Dispersa en intensas latitudes
pulso con húmedos arpegios
el vigoroso vaivén de tus latidos.

Ascua atravesando mi garganta
como lengua de rocío desgajando
espiga de candente mástil.

Remanso estremecido
bullendo en precipicios
de cráteres de fuego
que se explayan perseguidos
sobre el arca del tiempo
para entregarte en lienzo consagrado
las purísimas hostias de mi ofrenda.



“Insomnes Burilados”

El ojo itinerante de la noche
despliega su retina cegadora
cual zarpazo de fuego.
Allí cautiva el alma tu presencia
acrisolada en escarpado abismo
cuando agitas las avispas de mi alcoba
al feliz devaneo de tus brasas.
Esparces travesías de fragancias
destiladas como pulpa de miel en la mirada
para cernir oráculos de luz
bajo el crepúsculo celeste de la espera
y ceñir en tus orillas visceradas
el grito astillado de mis venas.

Entre espuelas inflamadas de silencio
tu figura insomne se proyecta
en biseles de cristales burilados.




ARDID

Nadie entiende
porqué reclino mi odisea
en la mística hora del recuerdo
ni porqué, siempre alerta -irrumpo-
la fuente prohibida de tus sueños
abriendo ventanas al silencio.

Nadie sabe
de los besos brujos recibidos
prolongado sortilegio de placeres
siempre despiertos
hilvanando mis arcanos.
Nadie sabe
de esta cómplice y celosa intimidad
ni del aroma de mi piel
sembrando tulipanes en tu almohada.




PALABRAS INMÓVILES

En las esquinas del alma
bebo la sal que navega
inundando cada lágrima.
Las palabras están inmóviles
y mi aliento sin tu nombre...
corta el viento en agonía.
La inspiración fluye vacilante
impotente en su desvelo.
Y se acurruca todavía palpitante
en el centro vital del pensamiento
para no dejar que muera
derramada sin luz entre mis manos.



LETEO

Desde el escenario de mis brasas
sacudo una incógnita
aterida por grilletes de silencio.
Imagen confinada a sonámbula demanda,
agonizas con extraña complacencia
sobre el dolor que acongoja la palabra
y extiendo tu nombre cual alfombra
en las ondas argentes del leteo;
inédita estación para abrevar
pócimas de arrogancia enmohecida.




EL ORBE INCANDESCENTE DE MIS SUEÑOS

Extiéndete en la siembra
profunda de mis aguas.
Sumérgete ahora
borda y desborda
la zona caliente
de mis vértices.
Develado torrente
desciéndeme lento
lentísimo
recorriendo entre dos fuegos
la isla rasgada de mi vientre.
Áspid reptando volcánicas arenas
devastador flujo de lava al rojo vivo
como explosión incontrolable.
Naufrago en la orilla de mis playas
ven / explora – recíclame
y sedúceme por siempre
serás amo soberano
del orbe incandescente
de mis sueños.



FLAMA AZUL

Recorro la flama azul de tu mirada
exhalando el hechizo que dejamos
colindante en los caminos
y recuerdo tatuando el horizonte
libando al letargo de la tarde
tu olor a hierba fresca
amándonos de cara al sol
sobre sábanas cimeras
de cerros lujuriantes.

Vaporosas imágenes
flamean delirantes
empinándote con furia voluptuosa
a penetrar el vientre de mis brasas.
Arrecias mis ardores en hilera
acuciando los libídicos secretos
que aguardan el colofón de tu distancia.


“La Piel de tu Silencio”

Desde el confuso mar de los designios
invoco esta soledad
que desmenuza mi muerte,
carrusel de fuego itinerante
desorbitándome la piel de tu silencio.
Pentagramas de sombras
tamizándose en los huesos
indómito amor que sangra
como si todo el peso del mundo
se empozara en mis recuerdos.




“Los Desnudos del Deseo”

Para extraer el fuego indeleble de tus huellas
basta perderme en tu mirada
donde el tiempo cada día se detiene
delineando el vitral de mis sentidos.
Indago el reflejo de tus ojos brujos
diluyéndose en el júbilo de un grito
y en collage de locuras presentidas
reciclo el proyectil de tus pasiones
en resquicios de adicción desenfrenada.
Me arrebatas con fuerza inaplazable
invadiendo mis vertientes contenidas
con el tóxico lujuriante de tu ser
y arrollamos los desnudos del deseo
quemantes como plegarias flageladas
en la carne trashumante del delirio.



“Destello Azul”

Cuando el arcano anuncie su llegada
y mis sueños se extingan
fatigados de ausencias,
cuando envuelta en presagios
la esperanza se torne
abismo de cenizas en exilio
sólo tendrás de mí
el destello azul de mi palabra
como exequias de fuego
eternamente clavado en la garganta.



“La Faz de tus Latidos”

Persigo tus ojos
de atardecer errante
exhumando agazapado arrullo.
Resonancias incrustándose bravías
en las cortezas astrales de mis sienes
que se desdoblan como soles delirantes
silabeando tu memoria.
Y persigo la faz de tus latidos
fusionándose en los míos
porque allí, nuestros cuerpos
discurren adheridos al instante
y el triunfo de amarnos
nos conduce a placeres infinitos
donde brota liberado el universo.

Ven
bebe de mi fuente caminante
desde las alburas turgentes del valle florido
de mi pecho amplio y oscilante
hasta el vértice más tibio y escondido.
Ven
calma tu sed
que también es mía caminante.



“Instintos Susurrantes” 

Soy yo quien le habla
al húmedo perfil de tu distancia
porque eres imagen de un espejo
donde surge la luz
entonces asomas refractado
en el laberinto crucial de mi locura.
Y soy yo quien te adivina,
te inventa, te toca y te conjura
porque eres esencia que incendia todavía
el capricho más urgente de mi piel
y me hundo capturada
surcando tus instintos susurrantes
mientras hacemos el amor
en caravana de incógnito albedrío.



“Solsticios Cardinales”

Me detengo en tus manos
arrasándome entre sus pliegues de ternura
y en mi vientre de elipse acantilado
tu más leve caricia es estruendo
adentrándose impaciente,
apremiante, convulso, acelerado.
Y me detengo en tus labios
como cascadas de fuego enajenado
excitando mis besos
zigzagueantes corceles desbocados
disparándose ceñidos a tus ansias
encabritando uno a uno
los solsticios cardinales
de mi aliento.



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