Alejandro Medina Bustinza (Apurunku)
Soy de Aymaraes Apurímac Perú,aunque mi nacimiento fue en la orilla del mar,pero eso fue un pequeño accidente,viví con mis abuelos,mis padresse separaron cuando yo tendría 3 años,entonces subí hacia arriba,cerca a las montañas,junto alsol y allí viví con mis tios abuelos campesinos..De vez en cuando me bajaban a la capital,y ahí también saboreé el mal gusto que tenían los señores blancos, y el maltrato de los citadinos hacia quienes éramos de procedencia provinciana. Ya hacemuchos años falleció mi esposa,vivo en el Callao por ahora,soy docente de escuela y vengo culminando mi postgrado concerniente a mi trabajo de maestro.
OJOS TOCUYO
A veces cuando todo ya parece lejano,
cuando los astros reiniciaron sus partidas
tras horizonte como flamencos exiliados
danzando sus oleajes despedidas…
es allí cuando de pronto
vuelves tú
frontal y sorpresiva
agitando tus pétalos armoniosos
tu cabellera azabache
y otra vez ya estás en mí.
Vuelves con tus ojos tocuyo
con tu aroma verde retamal
de amancay toraína
cubriéndome en tu arrullo terciopelo
encendiendo mis labios
sobre tu piel blanca azucena
y otra vez se quedó prisionero de ti.
A veces cuando todo ya parece haberse acabado,
cuando en mis canciones atardecieron
sus clarinetes los pajarillos
de tanto haberte esperado
en cada primavera,
es allí cuando inesperadamente
vuelves tú.
Vuelves presurosa
en silencio.
vuelves y ya estás en mis sentidos azules
como el canto dulce del jilguero,
pero luego te alejas
misteriosa, indiferente
entre precipicios desafinado del aguacero
como si nunca hubieras llegado a mí.
Y yo en soledad paciente
pronuncio tu nombre
y otra vez quedo trémulo sin ti.
A veces cuando ya todo parece olvidado
¡ay ingrata … vuelves violenta…!
vuelves con tus labios de capulí.
tu risa de viento, tus marejadas
y otra vez estás en mi música eterna
¿será porque jamás te has ido de mí…?
ACELGA
A tus ojos cubriéndome feliz
Estoy pensando
siempre en ti.
de pronto
has ocupado
espacio
en mis marginales
deshabitados.
Has desprendido
de mis noches frías
sueños lejanos
convirtiendo
el vacío
en estrellas cercanas
a mi ventana.
Estoy pensando
siempre en ti.
Has vuelto
conglomeraciones
a mis manos.
Ahora juegan
gaviotas
en mis ojos.
Las playas
risueñas
anidan melodías
a tambores
primaveras.
Y de tus ojos
charangos
-color a tierra amada-
brota
la luna llena
cubriéndome feliz
de suncho y acelga.
Estoy pensando
siempre en ti.
QUÉ HAS HECHO CORAZÓN
A esta hora crepuscular
el sol
ha ensombrecido
sus llamas en mi pecho.
Ha llovido penumbras
en mi puerta
soledad infinita.
¿Cómo es posible amor
cerca muy cerca
yY tan lejos estás de mí…?
¡Ay corazón no mueras!
¡Ay corazón qué has hecho!
A esta hora precisa
mis ojos
como noches sin luna
desvanecen sin ti
en silencio cautivo.
Y no es justo corazón
buscándote como libélulas encendidas
-a este avecillo taciturno-
tú…negándome
a tus ojos mi charango.
¡Ay corazón no mueras!
¡Ay corazón qué has hecho!
PÁJAROS DE FUEGO
Cuánto pues
extraño
tus ojos guayabales
encendidos
como eternos
pájaros inocentes
precisamente
a esta hora desesperada
al inicio del alba
cuando los árboles
armonioso ofrecen
sus violines al viento.
Y en la distancia
las brisas
del mar mueren
sobre mis playas solitarias
y el vuelo
de las gaviotas
tras el horizonte
están llenas
siempre llenas
de ti…
LA PARTIDA
Y jamás podrás alejarme de tus ojos...
Bueno pues... ingrata
apaga ese mechero,
ajusta la cincha.
Ha cantado el gallo
en madrugada.
Ha llegado
la hora infame
cruel
y áspera
de nuestro adiós.
Y de tus ojos
inviernan
pañuelos largos
pañuelos hacia el mar.
Lluvia incinerada
de tu pecho.
Y
yo seré
aquel viajero sediento
después de todo
Tú
siempre serás
fresco manantial
al final del camino.
dina
Corre Alejo, corre
alguien pregunta por tu azul universo
desde la otra orilla del hilo.
El fono vibra con tanta música de labios
y su melodía sabe a pajonales, a sábilas.
Sabe al tonadillo de las sonatas chirimías,
al escurrir del agua fresco y amoroso
en los trigales por las mañanas
¡Ay avecilla de tul aguacero
!
¿En dónde estás blanda y cautiva
verbena?
¿En qué sombrío del monte atardeces
torcaza?
¡O serán sólo, tus sonrisas de ambrosías hechiceras
el murmullo de tus penas, en noches frías sin luna !
Corre Alejo, corre
es alguien de dulce y particular voz .
Escucho acordeones en su léxico,
crisantinos palpitantes en su pecho
hasta parece sonrojarse en la distancia,
pero quién sino tú
podrás reconocerla mejor.
Ahí voy, en alcance del hilo:
¡ aló, sí
yo soy
yo soy aquel que jamás ha dejado
de escribir tu nombre
en cada ala de las gaviotas,
en cada cuerda de los violines del mar.
Ningún instante hice ajeno sin ti.
Tanto tiempo esperándote
que ya el vino detenido bebe
sus tardes magnoliáceos
en prolongadas ausencias y golondrinas.
¿Me preguntas cómo estoy
?
¿Qué si me acuerdo de San Antonio y la gallina?
Tú sabes paloma mía, al extraviarme
sin ti perdí el horizonte,
la orilla del río, del mar sus playas.
De tus manos sus fragancias.
Lo perdí todo
entre follajes de arácnidos
y ahora el fono vibra, tan sólo vibra
y siguie vibrando
¡Ay avecilla de tul aguacero!
¿ En dónde estás blanda y cautiva
verbena?
¿En qué latitud del universo
inalcanzable permaneces
torcaza?
¡O serán otra vez los risueños de tus ojos
con sus malvas de tu vergel distante
!
Corre Alejo, corre
y dígale que nunca has dejado de amasar
en tus labios sus besos
ni su nombre en tus canciones.
Te digo que es ella, con la insistencia
de una tierna guitarra bordonea tu nombre
y su voz se parece al riachuelo de las florcillas.
No es la caja de Pandora
ni la cara dura del citadino
Corre Alejo, corre
desde la otra orilla del hilo
vibra su lira, como la diosa Venus
y lo más importante, dice llamarse
dina
¡Ay avecilla de tul aguacero
en dónde estás blanda y cautiva
verbena
en qué sombrío del monte anocheces
torcaza !
SERENATA
Margarita: entre parihuanas y hortensias,
este canto se hizo sólo para ti.
Si tú me amaras tan sólo con tus ojos
sería hermoso
muy hermoso
¿Acaso más hermoso que aquel gemido dulce
de la piel enamorada bajo luna llena
entre sauces romerillos, de miel y aguacero
?
Si yo fuera tu objetivo en tus plácidos sueños
en la orilla del río de verdes juncos,
en aquel huerto de hortensias duraznales
siquiera por un instante y nada más
¡Ay,
más hermoso todavía sería
!
Yo en cambio jamás te amaría
en la solitaria habitación de un sustantivo
lejos del verbo
y de la canción enardecida.
Ni jurarte te ofrecería,
ni hostias ni vírgenes amapoladas
que sólo son filamentos efímeros de las apariencias
en el conglomerado compromiso preestablecido.
Tampoco te adornaría con las rosas de las florerías
ni con las hojalatas vanidosas apócrifas
que sólo sirven para infundíos de los escaparates
donde distantes solitarias alardearán sus fósiles
de tanto buscarse en el rostro del espejo.
Menos a la luna
te prometería bajar hasta tus cálidos pies
para llenarte, de estrellas frívolas y lejanas;
tú sabes
ellas no caben en nuestro maizal.
Yo sólo te amaría
en el fuego inmenso de mis manos
palpitando desde todas las sangres
de mis arterias turbulentas,
en cada espacio y en todas las horas
que existen bajo el sol.
Te amaría desde mis magmas celulares
en los millones de mis glóbulos rojos,
aquí en contacto fecundo, entre magnolias y geranios
junto a los míos
y junto a los tuyos.
Porque ellos son los mejores afirmamentos
de nuestra historia de amor y canto.
Sólo ellos conocen mejor que nadie
las enormes distancias que vengo recorriendo
para llegar a ti.
Yo sólo te amaría entre las hierbas
del sembrado cañahual
con mis ojos danzando waylías multicolores,
mi poncho wairuro, chalina color intimpa
recorriéndote, húmedo y libre
por toda tu espesura virginal
con mis labios repletos de fogatas estelares
ardiendo en tu sustancia más infinita de mujer.
Yo sólo te amaría
en el transparente rocío de mis manos
abrazándote para siempre.
OSCCO, AMANECE EN EL AMOR Y LA CONTIENDA
Este canto, a James Oscco Anamaría en el corazón...
¡Y siempre serás águila...!
Han quebrantado al río, desde su médula espinal
en charcos secos, rojo oscuro, de gaviota embestida.
Las alimañas se han ensañado hundiendo sus vampiros
en los cartílagos abiertos del pajarillo.
Le arrebataron los ojos.
Sobre su rostro
ahogaron el grito de los molles.
¿Acaso porque jamás pudieron silenciar su waylia,
canto inexorable de los hombres y para los hombres.
Ni a la palabra azul de sus labios
palpitando substancias, luces granizadas
tropeles coloridos: en los ponchos y polleras
de cristalinos torrentes...?
¡Y siempre serás águila...!
Han ensombrecido los sueños de Calcauso.
Los cobardes planificaron desgarrar en mil odios
las extremidades de la poesía.
Extinguir en pedazos, la luna clara del rocío.
¡Malditos espurios...devoradores de lumbres...!
Ustedes no nacieron de la hierba.
Sólo son escorias, vómitos de inodoros,
jamás tendrán el abrazo de la tierra al final del camino.
Alégrense dinosaurios, han destrozado a la luz
que tanto les provocaba escozores
en vuestras tísicas neuronas.
Agiten sus tornasoladas escamas.
Brinden y levanten sus teorías ufanas
de apocalípticas esquemas.
Ya no está el cernícalo que te hacía esconderte
tras tus mundillos pálidos
de dóciles juececillos sombríos.
Cómo deben estar celebrando los orejones de burros
en sus corralones de canónigos doctorales.
Hermanos míos:
Otra vez las bestias se han declarado de fiesta.
Se han amedallado de valientes sus solapas.
Pero el río, de alas cristalinas y torcazas
sigue su curso de vida:
abraza al sauce
golpea a las rocas
arrastra lodos...
Le cortaron sus vertientes
pero jamás sus cataratas de relámpagos de amor.
A la mala su cráneo, sus cubitos
pero jamás a la palabra,...encarnizada
en cada molécula de las manos juntas.
Ya no estarás entre nosotros
es cierto.
Pero yo abrazo a la hierba, al rocío
porque existe la hierba, existe el rocío.
Acaricio al viento, a las aguas sus cauces
canto waylia, amo a las torcazas
los relámpagos anuncian la lluvia..
.
¡ Y siempre serás águila...!
LEJANÍA II
Hasta cuándo
caerá la lluvia
desde tu falso tejado
sobre mis mejillas.
Hasta cuándo
en penumbras
viviré cautivo
tras las rejas
de tus recuerdos.
Hasta cuándo hasta cuándo
ingrata tiranía
en este frío intenso
mis fuegos consumiéndose
estarán por ti
¡hasta cuándo
hasta cuándo
!
[Apu Runco] 1991
LEJANIA III
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo...
José Ángel Buesa
Desde que se hizo tu ausencia
en mis ojos
llueven tardes despedidas.
Desde que ya no estás conmigo
el río
ha olvidado sus cauces.
Ya no festejan mayos
los graneros en los trigales.
Hasta los pichiuchas
han callado sus charangos
en mis tejados.
El ichu está penando
sus tiernas perdices.
Han anidado cuervos
los campanarios.
Ya no se oyen
las faenas por las praderas
ni aparecen sudorosos
los viajeros
de trigo y horno.
Y han leñado en velatorios
los últimos paraderos.
Y palpitan inviernos
en mis labios
ya no vuelan mariposas
sin tus manos.
Desde que se hizo tu ausencia
en mis ojos
llueven tardes despedidas.
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