miércoles, 15 de abril de 2015

EDILBERTO ANGULO FLORIÁN [15.620]


Edilberto Angulo Florián 

(1949) nació en San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo, en La Libertad, Perú, pero radica por muchos años en Chiclayo. Profesor de Lengua y Literatura, y a la vez Abogado, ha recibido diversos premios entre los que destacan, en 1979, una Mención Honrosa en el Concurso literario latinoamericano Premio Universidad de Panamá. Su trabajo aparece publicado en diversas revistas y antologías de poesía. Publicó en 1981 el poemario: "Estación de Sombras Otoñales", obra de hondo contenido social. Ha pertenecido al grupo literario "Alma Matinal", y a la Unión de Escritores y Artistas de Lambayeque. Se desempeña actualmente como Presidente de la Casa del Poeta, filial de Chiclayo.




EL RETORNO DE TANIA

Vestida de doncella
vino una tarde
Tania la desconocida.
Dejó su sangre teñida
de pureza, alzó su vuelo
galopante hacia la gloria.

La hemos buscado en el viento
eterno de los siglos,
en las aguas fantasmales,
en los campos solitarios
y en la historia sangrante.
Vino la muerte,
se vistió de soldado,
se armó de fusiles
y enlutó su existencia.

Otros la vieron un viernes,
alegre y jadeante,
entonando cantos proletarios
rodeada de palomas blancas,
sonriendo tibia a la alborada.

Otros la buscan sin conocerla
gritan su nombre y desaparecen.
Tania no se ha ido,
está en todas partes,
en nuestra mente apresurada,
en nuestras manos apretadas 
y en nuestro corazón punzante, 
tierno, ardiente de bondad.

Tania es la antorcha luminosa
que guía el camino de los hombres.
La tierra, el agua, el aire, el fuego
y los átomos de nuestro cuerpo
reclaman sin piedad su luz.
Su grito eterniza el combatiente
Tania...es la LIBERTAD





En un Escenario Cualquiera

Se quiebra una lágrima,
incierta cae oblicua
del viejo balcón
a la fuente terrenal.

Del barro brota una flor
que con su aroma despierta
en manantial de la suerte

Alargada cae, apresurada,
al vaho insensible
que respira su garganta.

Desquilibrada en negación,
cae, clamando bondad. Y con
furor, afirmativa vuelve
a la balanza de la muerte.
De perfil o de frente,
no soporto más el desdén
de su melodía engañosa,
de su trémulo canto y
de su propia muerte.




PADRE ÁRBOL DE LA VIDA

Padre árbol de luz eterna,
de raíz profunda y fruta fresca,
sobre tus ramas crece la vida.

Padre modelador del espíritu
de la raíz profunda a la bella flor
me trazas el camino del hijo
que sigue tus pasos cristalinos.

Padre, artífice y fuente de sabiduría,
que enseñas el ejemplo del hogar
y haces que tus hijos sean como tú.

Padre, profeta de la virtud y el encanto,
regálame un pedazo de tu corazón
para alcanzar la gloria infinita,
la paz, el amor y la eternidad.




LA PRIMAVERA ES UNA NIÑA ILUSIONADA

Es la primavera, la niña ilusionada
que recoge flores del tejado.
Es la naturaleza dulcificada
que extiende sus manos con frescura.

Es la primavera un manojo de flores
que encantadas perfuman la vida.
Es el árbol colmado de pajarillos
y mariposas multicolores
que nos llenan el alma de alegría.

Es la primavera, la canción de cuna
de la madre   eterna que nos arrulla,
es el  canto amargo de la senectud
y la sonrisa aromática del tiempo.

Es la primavera, el alba de la esperanza
la joven estación que nos abriga.
Es la bondad armoniosa de música,
el coro adolescente de ninfas
que transitan ilusionando tu setiembre.

Es la primavera, la niña enamorada
que arroja bellas  flores del tejado.




Navidad 
 
De niños nos alegrábamos el corazón
con un pedazo de cielo
Escribíamos cartas pidiendo Navidad
y el cartero de Dios
se olvidaba de visitar nuestro barrio

Yo tenía Navidad de música y poesía
de hermanitos y amigos buenos
pero con tristeza y sin juguetes

Mi madre rogaba sus cuentos a la tarde
para darnos panetón y chocolate en la cena
Mi padre lejano y ausente
siempre nos cuidaba desde el cielo

Los ricos se adueñaban de nuestra fiesta
y vendían Navidad de mil maneras
La alegría pasajera no subía de precio
y el mundo se terminaba en mi barrio
Pero habían otras navidades
de niños olvidados y sin amor

Siempre soñé con una Navidad
para todos los niños de la tierra
Yo sabía que la Navidad venía del cielo
pero nunca vino
a pesar que el cielo era nuestro amigo.





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