NORA FRIEDMANN : Nacida en Villarrica - Paraguay. Desde muy temprana edad escribió poesía. Estudió Psicología, Declamación en el Ateneo Paraguayo y Teatro en el Real Conservatorio de Madrid.
Publicó LA VIDA, EL AMOR Y MIS RECUERDOS, en abril de 1991. Pude haber sido, en noviembre de 1991. SUEÑOS, en julio de 1995. Buscando el camino, en setiembre de 1998. ENTRE SUEÑOS, AMOR Y VIDA, ANTOLOGÍA POÉTICA presentada en Paraguay en octubre del 2001 y en la Casa América de Madrid, España, en enero del 2002.
Es socia fundadora de Escritoras Paraguayas Asociadas, EPA. Es socia, miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores del Paraguay y representante de la misma ante la Comunidad Europea.
Es presentadora y directora de televisión, teniendo en su haber programas culturales y diplomáticos como "Traspasando fronteras", "Panorama ", grabados en varios países de Europa y Japón, invitada por el gobierno japonés; y "La Luna".
Ha realizado varios programas en Radio Mujer de orden cultural. Realizó eventos culturales de teatro, como actriz. Fue diplomática en México, Italia y España. Actualmente se desempeña como asesora de Comunicación del Ministerio de Defensa Nacional.
Publicó su primer libro LA VIDA, EL AMOR Y MIS RECUERDOS en abril de 1991.
Publicó su segundo libro PUDE HABER SIDO en noviembre de 1991.
Publicó su tercer libro: SUEÑOS en junio de 1995.
Residió durante más de 20 años en Europa. Actualmente reside en Asunción-Paraguay.
INTRODUCCIÓN
Sueños inconclusos,
sueños eternos,
sueños de querer ser distinta,
sueños de amor
sueños de vida
sueños y más sueños
todo un compendio
de trabajo, lucha, y vida
quizá un día dejen de ser sueños,
quizá un día dejen de ser....
lo que son,
solo sueños.........
Soy Mujer
o soy gaviota,
compañera de la libertad,
que un día vio
su Amor roto.
Volando hacia lo alto
quiso alcanzar
el añorado anhelo
de una felicidad completa,
sin cosechar rencores,
ni dolor agonizante,
muerto en el olvido
de un pasado.
Soy mujer
o soy gaviota,
quisiera saberlo,
¡que mí muerte lo descubra!
mi alma entristecida, pide a gritos,
que responda a sus sollozos,
sin dejar una duda, en el olvido.
Vivo sin vivir,
busco sin encontrar,
me quedo sola sin saber.
El mundo grande y bello
se me hace pequeño,
al no hallar el porqué
de tantas cosas.
¿Dónde estás?
te encontraré,
y te hallaré esperándome
perdido en medio de alguna
calle perdida.
Siento un latir,
sin comprender
lo cerca que estás.
Si todo fuese un sueño
y nada fuese realidad.
Si todo fuese belleza
que concuerde con la verdad,
el mundo sería distinto.
¡Oh por piedad!
Sueños irrealizables,
esplendorosos y cándidos.
Apunta hacia arriba
y haz fundir lo siempre soñado
con la realidad.
Quiero seguir soñando
porque nunca pensé
que aquello que buscaba
al final lo encontraría.
Fuiste tú
quien en medio de una calle
esperabas el amanecer.
Yo te contemplaba silenciosa...
Y tú, al verme, como si vieras el sol,
caminaste a mi encuentro.
Me quedé quieta,
tus manos rodearon mi cintura
y halle en tu pecho,
el amor ardiente
que por mí sentías.
No recuerdo nada más,
el viento rompió el momento
y las hojas cubrieron, como sábanas
nuestro encuentro.
Aún creo que nunca fué,
pero te hallé aquel día.
Roma me dio el amor
y sus calles me dieron otra vida.
Al principio no supe entender.
Mi existencia andariega,
perdida en medio de tumultos,
halló de improviso
el porqué de tanta búsqueda.
Ahora me acojo a ti,
no te vayas, te lo ruego;
estoy por fin en la cima de todo.
Amarte es bello
y ser amada, un sueño.
Le pido a la vida
que no tenga final.
Si tú fueses mío
y yo tuya,
y nos uniésemos en un lecho
envueltos por la luna
la noche caería tenue
sobre el espacio acorde de penumbra,
el crepúsculo del día
se haría ver impaciente....
¡para romper el insaciable Amor
de nuestros cuerpos desnudos!
Sueño con tu alma pura,
y tus besos infinitos.
Sueño con tu amor presente
en cada espacio de mi pequeño mundo.
Sueño con tus caricias
perdidas en medio de mi cintura.
Sueño con tu corazón latiendo
junto al mío,
perdiendo su paso y su ritmo
al hacerse melodía.
Sueño con la vida distinta,
que un día me ofreciste
sin pedir nada mío.
Cuanto quiero
y cuanto tengo,
cuanto pido
y cuanto sueño.
¿Qué es la vida?
Un sueño diario.
Un sentir inalcanzable.
Un momento oportuno.
Una noche cualquiera.
Un corazón partido por la pena.
Un amor encendido por las llamas.
Un goce.
Un simple beso.
Una caricia.
O un ¡te quiero! sin reservas.
Sueño realidades ocultas
y me pierdo sin poder descubrirlas.
Sueño con momentos perdidos
y me rodea la pena
de no poder acogerlas en mí.
Sueño como mi alma encendida
por un amor floreciente
que va llegando hasta mí,
Sueño con poder morir
al saber que siempre seré feliz.
Quisiera poder escribir
cuanto amo y cuanto sueño
y plasmar mi humilde sentir
sin recurrir o reservas.
Quisiera poder decir
cuanto quiero y deseo
y así comprometer
el delirio de una mujer,
dejando un testimonio...,
¡entre sueños!
La primavera me había dado
la felicidad añorada.
Angustia muerta,
soledad perdida,
amargura mustia,
prendida en el tiempo.
Confié en ti,
te amé y fui amada,
pero en la lejanía de la noche
se perdieron tus ¡te quiero!,
se esfumaron mis anhelos.
¡Y contigo se fueron
mis dichas logradas
de una larga espera!
Esperando estoy
esa llamada que no llega.
Esperando estoy
ese timbre que no suena.
Esperando estoy
tu figura esbelta en mi puerta.
Esperando estoy
tus manos rodeando mis caderas.
Esperando estoy
tus labios en besos infinitos
respondiendo a los míos.
Pero es una larga espera,
sin un presente verdadero.
Es una larga espera
convertida en sueños
que no llegan.
Quién te encontrará,
no lo sé,
te busco, te llamo,
estarás escondido.
Quizá alguna vez
te encuentre mirando un río
y, sorprendido, me dirás
lo que le has contado a las aguas
para que lleve su corriente
infinidad de secretos
olvidados en el tiempo.
Busqué inútilmente
aquel minúsculo rincón
escondido en el tiempo,
donde me uniría a tí
en el pensamiento.
Busqué tu alma...
para acercarla a la mía,
pero sólo hallé vacío
sangrando de amor incomprendido.
Quizá algún sueño
con vierta mi vida
y forme algún nido
para un amor recíproco y unido.
Quizá mis labios ansiosos te sorprendan
al comprender qué sedientos
están de los tuyos.
Se me escapó de las manos
aquella tarde;
lo busqué,
corrí tras él,
pero ya no estaba,
¿por qué fue?
¿por qué huyó?
Nunca supe la respuesta.
Hace ya tanto tiempo...,
ocurrió sin pensarlo,
quizá el destino...
Aún recuerdo aquella tarde,
quisiera olvidarlo,
pero no puedo.
Quise olvidarte
y busqué refugio entre mis recuerdos perdidos,
pero tu amor era tan fuerte
que pudo más
que mis deseos inauditos.
Mi corazón partido,
latiendo levemente,
te llamaba a gritos
y en mi mente vi un sueño
donde aparecían tus labios
besando los míos.
Nunca podré olvidarte
porque estás tan dentro de mí
¡Como mi propia vida!
Amor
si algún día volvieses por aquí,
te abriría las puertas de este hogar,
te haría sentir ese calor
de tantos sueños
cosechando esperanzas.
Sueños imposibles,
pero felices.
Sueños de los dos,
convirtiéndolos en uno.
Sueños impacientes, pero sinceros
al saber que nuestro amor era tan fuerte.
Pero no fue así,
al hacerse quebradizo
quedándose cual un cristal roto,
convirtiéndose en mil añicos.
Ya no te amo,
dejé de amarte al conocerte,
mi corazón sangraba
y mi vida se iba...
sin saber cómo detenerla.
Tuve que hacerlo,
tanto dolor convertido en sollozos.
Me alejé de tí.
Me alejé de todo lo cruel de la vida.
Hoy busco la felicidad
en otras cosas,
en otras gentes,
en momentos surgidos de la nada,
en el pensamiento intacto del espíritu.
¡En mi propia alma!
Sostén este cálido recuerdo,
acógelo en tu presente,
piensa que recordar es bueno,
huye despavorido del tormento
y deja tu pensamiento en vuelo.
La vida te irá dando esa calma
que sustituirá en tu espíritu
esa inquietud desesperada.
Y yo desde lejos....
estaré en ti siempre.
Dejando que nadie impida
¡la cercanía de mi corazón al tuyo!
Andariego de la vida,
soñadora innata,
buscando lo imposible,
teniendo algo bueno
entre los manos.
Sueño con tener
el cielo invitándome o ser hada
y el río llevando en su corriente
lo ilusión al ser encontrado.
Que el viento me invite a volar
con su brisa fuerte y desesperada
Y ser ave que vagando esté
buscando el viejo tronco añorado.
Sueños y más sueños,
quién pudiera detener
el pensamiento alegre y triste de lo vida
y de todo aquello que deseamos ser.
Siempre quise
ser yo misma,
poder andar, ver y soñar.
Cubrirme un día de hojas secas,
envuelta de rocío sobre la hierba,
en una tarde otoñal,
Mojarme en medio de una esquina,
con la tenue llovizna
de una noche invernal
o quedarme mirando
simplemente una rosa
deshojando sus pétalos
y ponerme a pensar.
Siempre quise
ser yo misma;
poder andar, ver y soñar.
TITIRITERO
Pequeño titiritero que vas dando
alegrías a los pueblos
y se te oye llegar, nada más
cruzar el pueblo.
Los niños corren a tu encuentro
y en medio de la plaza
esperan ansiosos tus juegos
para entrar en un mundo de sueños.
Oh pueblos que están perdidos
y que nadie se acuerda de ellos,
pero los trotamundos llegan
y hacen cambiar su monótona existencia.
Sigue titiritero recorriendo
el mundo entero.
Tus muñecos dan risa
y la gente con sus peniques,
hace que tú sigas viviendo.
Titiritero nunca te olvides
de los niños de los pueblos pequeños.
LAS FLORES
¡Ay, qué pena la mía!
al no ver el geranio florecer;
el frío lo ha helado
y la nieve duerme sobre él.
No hay alegría en un jardín
cuando las flores no se hacen ver,
¡Ah, qué pena la mía!
Espero ver pronto las flores nacer.
Por suerte que el invierno no es eterno
y pronto la primavera querrá saber
si las flores se están abriendo
O si la tierra les da de comer.
Flores que veo nacer cada año
y al cumplir su tiempo veo fallecer;
no dejéis nunca que la pena me cubra
porque sin vosotras mi vida no podría ser.
Dedicado a aquel ….
Aquel que un día volvió,
Lo trajo la oscura
penumbra de la noche,
quizá titubeando de alegría,
secando sus lágrimas
de aquel entonces.
Reconocí su andar.
Reconocí su cuerpo.
Reconocí su voz.
Pero no su alma,
solo un despojo de amor
herido, marchito, endurecido.
Cariño, te dije sin pensar.
Y a mi alcoba te dejé entrar.
Las luces apagadas,
el tiempo detenido.
Deseo de amor insaciable,
minúsculo retazo de horas
que quedaban.
Para vernos dormidos.
Caminamos tomados de la cintura,
todo indicaba un buen día.
Atyrá fue nuestro escenario escogido
las horas pasaban sin darnos cuenta.
Nuestras miradas se unían,
a cada instante
y tu mano siempre enlazada a la mía.
El tiempo se había detenido
y el reloj de sol
nos recordó que aún seguía el camino
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