sábado, 29 de junio de 2013

PABLO LANDEO [10.147]



PABLO LANDEO MUÑOZ
Pablo Landeo Muñoz (Huancavelica, PERÚ 1959). Es profesor de lengua y literatura, también narrador y poeta. Por los 92, coeditó la revista de poesía Tokapus. Es magister de Literatura Peruana y Latinoamericana por la UNMSM. Su tesis de maestría Categorías andinas para una aproximación al willakuy / Umallanchik-pi kaqkuna (Seres imaginarios del mundo andino) obtuvo el primer puesto en el IV Concurso Nacional de Tesis de Posgrado, de Maestría y Doctorado (2010), convocado por la Asamblea Nacional de Rectores.
En 2011 publicó Los hijos de Babel (Pakarina, 2011), su primer libro de poemas y en 2013 el libro de relatos: Wankawillca / Relatos de Huancavelica, ciudad próxima al cielo.

Estudioso del mundo andino, a la fecha ha publicado, en revistas y blogs,  diversos artículos de crítica literaria en runasimi.
Actualmente dirige Atuqpa Chupan, la primera revista de crítica literaria cuyos artículos han sido escritos íntegramente en runasimi.








POEMA PARA “LOLO” FERNÁNDEZ

He visto los pies de “Lolo”  Fernández
desangrarse en la silla de ruedas.

He visto cómo pugnaba la niebla
por arrancar la última luz de sus pupilas
la fiebre y la nostalgia de su cuerpo.

“Lolo” Fernández de piedra
también de árbol y cenizas
te he visto desangrarte en la silla de ruedas
morderte los labios y el alma
cuando tus ensombrecidas pupilas
contemplaban una pelota de fútbol.

Quieto silencioso y bueno
has muerto sin embargo
en el oscuro lecho de un hospital
distante del oficio y las tardes alucinantes de fútbol.

Niebla oscura en los chimpunes de “Lolo”  Fernández:
que yazga la muerte en su honda tierra
en su fiebre y en su nostalgia.






¡OH AMENIDADES!

(Homenaje a Padre e n tres imágenes muy breves… bla... bla... bla.)

¡Ay, miserable, y que oses
procesar a tu padre!
Sófocles

¡Oh, la nave enferma!
¡Ay, los seres queridos!
Eguren

He aquí la furia de los canes.
He aquí los tiempos del espanto.
Pablo Landeo


1

¡Padre!
¡Padre!
¡Dame tus manos,
tus manos sórdidas y oscuras!

2

Padre ha desmenuzado sus huesos
Padre ha colocado la primera piedra de su inmortalidad.

3

¡Padre!
¡Padre!
Dónde están tus manos sórdidas y oscuras
tu voz ebria en los campos de trigo!






RETORNO DE EGIPTO

¡OH demencia,
Inmortal demencia!

Se retorna con los pies adormecidos por el hielo
con los pasos que palpitan en el corazón de una bestia.
Las tejas y las grietas devoradas por el musgo
las manos entumecidas por la insolencia de una soga
la soga facturada en fibras ásperas
el nudo que aguarda
el nudo impasible
el nudo en los ojos del verdugo.
Los pies del ahorcado
el cuello del verdugo
seboso / carnudo / saludable
ungido con el sabor de la jornada.
El pescuezo de una Pequeña Bestia, acaso el de un cerdo,
el de una bestia que cae sobre la hierba seca
y Padre se detiene, entorna los ojos, brinca y le redime.

&

Padre ha bebido en exceso
no es de extrañarse.
La embriaguez ilumina sus recuerdos,
también su cuerpo de oscuras infinitudes.
Se continúa reptando sobre la escarcha
quebrando el sueño de muros encalados
de puertas y ventanas desiertas.
Más allá de las calles Padre sólo es una silueta oscura
una interrogación extraviada en silencio
y el Hijo, no el de su imagen y semejanza,
reptando sobre sus huellas lancinantes.
Padre desconfía hasta de sí mismo.
Por cierto, ¿quién podría fiarse de la eternidad?
y prefiere el buen recaudo aunque para ello tenga que
recurrir a un lazo.
Un lazo, una soga, los filamentos de una soga,
fibras insolentes que subyugan el pescuezo y la nuca.

&

Un Cuervo / una Lechuza.
Un hombre / el pequeño espectro de otro hombre
envueltos por la misma incertidumbre.
Un Cuervo y una Lechuza aproximándose al hogar paterno
tiritando juntos en la misma hoguera.
Padre va silencioso
jalando su Pequeña Bestia de dos patas.
Una Pequeña Bestia, dos hijos de Cuervo
Padre continúa inmarcesible como su cayado
desafía la distancia
oscuras luces de Jerusalén
entre los ojos del cuervo y la tormenta.

&

Padre ha graznado algunas palabras
una advertencia imprecisa
luego trotar sobre la tierra infértil
las uñas de los pies, laceradas.
Las uñas y pezuñas de una bestia que muge,
que se encabrita y tensa la cuerda que le envuelve
y Padre extrema sus previsiones
no vaya escabullirse.
El pescuezo y la nuca enrojecidos, desvelados.
El pescuezo y la nuca celestiales
la tierra gélida en su desierto
dos Bestias trotando sobre ella.

Nueva Jerusalén se aproxima en la desesperación de un perro.

¡OH demencia,
inmortal demencia!

¡El cuello, la nuca, el poema, despojados de su tara!






HUIDA MÁGICA

padre duerme plácidamente en los calores de maría.
El río interior se encabrita y ruge
padre y maría deliran sueños de arena
Polvo oscuro y ciego que los ahoga.

Secos árboles de manzano
secos olivares en el crepúsculo.
El río interior se encabrita y aúlla
extrañas luces iluminan la senda
el trigo dormita su pan de luna
el trigo sueña sus llamaradas.

padre y maría constelados por el sueño
y será preciso atravesar este abismo de aullidos.
Huir / Reptar / Jadear / Desplomarse y Morir.
El tiempo transcurre cálido entre los muslos de maría
entre luces de embriaguez divinas.
padre y maría aúllan y se estremecen
deliran su extravío
su afiebrada centella.




EPÍLOGO

Ellos descendieron al metálico naufragio de este puerto
sin presagiar que la niebla y sus escombros
irían arrancándoles el sueño de otros mares.















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