Christian Urrutia López
(Perú- 1984) Docente, escritor y poeta egresado de la universidad nacional de educación Enrique Guzmán y Valle “la cantuta”. sus poemas han sido publicado en la primera edición de la revista EJE DEL CAO, en la plaqueta “Ritual”, en la revista “Revolcándonos” y el poemario en audio “Voz efímera II”, en la revista literaria de alcance internacional “DELIRIUM TREMENS 5” y en diferentes paginas en internet. Es integrante del grupo literario EJE DEL CAOS, dirige el blog http://christianul.blogspot.com/ y pronto sacara a la luz su libro de cuentos infantiles y su poemario “ESCRITO AL VACIO”.
NOCHE
Amo la noche y su silencio,
La cárcel de cuatro paredes donde voluntariamente nos metemos.
Tu suspiro penetrando mis sentidos,
Despertando mi sexo
Trasportándome al mundo prohibido donde el pudor no existe,
Donde solo estamos los dos mostrándonos todo,
Despreciando nuestras ropas,
Siento la atracción de nuestros cuerpos que se llaman,
Que se anhelan,
Que se quieren sentir uno dentro del otro.
Nuestras manos asiendo figuras imaginarias en nuestros cuerpos,
Nuestras uñas de felinos salvajes arañándonos la espalda.
Bañándonos del sudor que nuestras pieles sueltan.
Oyendo a los gemidos derrotando a las palabras
Y nuestra risa lejos, lejos de nuestras bocas.
En mi boca tu boca, tu carne, tu piel, tu pelo.
En tu grito mi grito opacando los sonidos de grillos alborotados
y atrayendo las miradas de ánimas perdidas
Que observan excitados el momento que nos entrega la noche.
SILENCIOSA
Una choza vieja sostenida por huesos descalcificados,
Un techo sucio de cabellos horquillados
Una ventana de maderas mordidas por los nervios,
Unos brazos raquíticos sosteniendo la quijada de un cuerpo,
Del cuerpo que renuncio al movimiento y
Se aferro al recuerdo vano y a la estúpida idea
de mirar pasar los días desde el aposento
Donde solía estar el atalaya que nunca existió.
En la mente tormentas destructivas que devoran las sienes
Con los recuerdos que brotan como la lava ardiente de los ojos hinchados,
Desvelados por negarse al sueño que no es otra cosa que mentir a la realidad
A esa realidad esclava del tiempo que no borra nada, que no ayuda en nada,
Que solo muestra la condición de mujer golpeada,
Amordazada por el miedo que no le deja decir palabras,
Que solo le da el silencio en el que ha de reposar su mente,
Su llanto, su cuerpo, para que su silencio sea el todo
Y ella sea nada.
OTOÑO
Llegaste por que la tierra giró y tuviste que llegar
Sin poder detener esa realidad turbia
Que escarba momentos enterrados
en las entrañas de la tierra inerte de mi cuerpo.
Llegaste con los días tristes en la espalda encorvada,
tus manos negándose a las caricias de los rostros sedientos
maltratados por la indiferencia de los transeúntes.
Llegaste con tu silencio dominando las risas extraviadas
de una ciudad caótica que se desangra por las noches
en medio de la batalla de bocinas viejas
y de gritos de madres desesperadas
buscando a sus hijos en los antros.
Llegaste trayendo tu nostalgia en medio del poncho color cielo,
tus hojas, picoteadas por aves de rapiñas
que se volvieron mitos ante la ausencia de la carne
hojas carcomidas por el tiempo
que no tiene prisa por destruir nuestras huellas.
Llegaste trayendo todos los momentos que entregué
a un avioncito de papel para que vagara por los vientos extraños
sin poder ver donde acabarían
Llegaste trayendo este poema
que el verano me hizo olvidar.
CONDENADO
Cuando el día me abandona,
El silencio de la noche me atormenta.
Su voz silenciosa golpea mi cuerpo,
Lo araña con el frío, lo tumba, lo pisa
Y dice que pertenezco al suelo.
La noche y sus misterios, sus ojos ardientes de fuego
Vigilan el insomnio odiado por mi cuerpo
Mientras mi mente va vagando buscando al personaje
Que velaba mis sueños.
Mi voz, mi llanto, mi miedo, se hace extraña en las noches,
En esas noches en que la ciudad calla para que maúllen los gatos,
Para que aúllen los perros, para que canten los grillos
Y para que los cuerpos latientes entregan sus mentes
A los brazos de Morfeo.
El tiempo se detiene, se ríe de mi angustia,
Me dice que quedare atrapado en el recuerdo
De la risa fingida y del amor falso,
Que yo no seré feliz,
Porque yo estoy condenado.
PREGUNTAS
Vivo rodeado en mil preguntas
En el eterno capricho de saber quién soy.
Un día me dijeron que somos hijos de Dios
Y yo pregunté ¿Cómo saber eso?
Y me dijeron:
Es por la fe hijo mío
Es por la fe.
Un día me dijeron que estamos hechos
Del polvo de la tierra
Y yo pregunte ¿cómo saber eso?
Y me dijeron:
Es por la fe hijo
Es por la fe.
Un día me dijeron que nos parecemos a Dios
Y yo pregunté ¿Quién vio a Dios?
El silencio embargó las mentes
Las miradas circulaban entre si
El tiempo se hacía mentira a las palabras
Y yo dije
Acaso somos imagen del ser que nadie ha visto?
Y me respondieron
Es por la fe,
Es por la fe.
LUJAN
Lujan vio partir a sus hijos con rumbos desconocidos.
Su quena siempre fue el recuerdo de su infancia
Y el pretexto para entrar a los velorios a gorrear un poco de licor
Que caliente su cansado cuerpo.
Lujan vivía entre harinas sueltas
Y descansaba en costales vacios.
La angustia del hambre le hacía gritar desde los balcones
La frase ya acostumbrada en los vecinos
¡ Quiero morir por una papa!
Las risas eran cachetadas en sus rostro.
Lujan maldecía a todo el mundo
Y maldecía a su mala suerte.
Èl no conocía de abrazos en las navidades,
El celebraba cuando su perro robaba un trozo de carne.
Lujan vio pasar sus años con un trago en la mano
Y cada vez que podía bebía sus días.
Lujan se fue a descansar a un parque descampado
Cuando el sol se jactaba de sus 30 grados.
Lujan nunca más despertó,
Quedo tirado, con su perro lambiéndolo
Y su trago en la mano.
AL FINAL DEL CAMINO
Mis ojos vieron
Los que mis pasos les dictaban.
Mis noches nunca fueron silenciosas
Siempre tuve a un gato en el techo
Y un coro de grillos que cantaban a la vida.
Nunca cerré los ojos con la esperanza
De encontrar algo al día siguiente.
La vida es una limosna de algún ser superior,
A veces nos toca reír
Y a veces nos toca llorar
Pero seguimos siendo aves de paso
Que buscamos comer de alguna mano estirada
O ganarnos las caricias de una Ada.
Nunca veremos el final del camino
Y nunca contaremos el final de nuestros días,
Eso es un encargo
Para los que nos verán partir.
ESCAPANDO DE MI MISMO
Todos los días
Intento escapar de mi mismo,
Maldigo la sombra que me persigue
Cambio de voz para desconocerme
Rompo el espejo para creerme un extraño
Ayuno para creerme inmortal,
Cierro los ojos para escapar de mi cuerpo
Dejo de beber para dar vida a las plantas
Y cayo para que mi voz
Se esconda entre sabanas.
un sonido de tacones penetra en mi mente
Un puño toca a mi puerta,
Un ángel me habla al oído
“Amor estas durmiendo”
Mis ojos se abren
Y me veo otra vez.
Sigo aquí!
Sigo siendo el mismo.
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