KOSTAS KOUTSOURELIS
El poeta, traductor y crítico griego Kostas Koutsourelis nació en Atenas, GRECIA en 1967. Estudió Traducción y Derecho. Vivió un tiempo en Alemania. Ha publicado tres libros de poemas: Historias del sueño (Ιστορίες του ύπνου, Atenas, Ekdosis Nefeli, 2000), De arte amandi (Atenas, Ekdosis Nefeli, 2004) y Aire augusto (Αέρας Αύγουστος, Atenas, Ekdosis Perispomeni, 2012). La editorial Melani acaba de publicar su ensayo K.P. Kavafis.
También ha publicado traducciones de textos de Novalis (Himnos a la noche); de Octavio Paz (Piedra de sol, sobre cuya traducción escribió un ensayo, que traduje en 2012); de Shakespeare (una selección de los sonetos); de poemas de Rilke, Larkin y Heine; de textos teóricos de Karl Marx, Werner Sombart, Hans Freyer y otros. Suya también es la traducción de la novela de Martin Walser La defensa de la infancia. Ha editado varios números especiales en revistas, dedicados a Gottfried Benn y a la poesía alemana tras la caída del muro de Berlín.
María Victoria Reyzábal, en la Revista «Zurgai» (Bilbao, diciembre 2002) escribió sobre él lo siguiente: «KOSTAS KOUTSOURELIS (1967) representa a una generación de intelectuales cosmopolitas, formados en Europa (en su caso en Alemania) e interesados por traducir al griego obras fundamentales de otras literaturas occidentales y que, sin embargo, se sienten profundamente comprometidos con la evolución reciente de su país hacia la modernización».
El suplemento El perseguidor (nº 77, 21-12-2011) del Diario de Avisos de Santa Cruz de Tenerife publicó mi traducción de cinco poemas de Kutsurelis, de su último libro, Aire augusto (Αέρας Αύγουστος, Atenas, Perispomeni, 2012). En la revista digital 3:am magazine se puede leer una entrevista en inglés a Kutsurelis (realizada por el poeta y editor inglés SJ Fowler).
TRADUCCIÓN :MARIO DOMÍNGUEZ PARRA
I
AIRE AUGUSTO.
Las hojas en sopor
al hombro del austro apenas se asen.
Más allá, el aroma del mar. El temblor
de un motor que palpita donde no cubre.
En caída libre la lente del sol
escanea cuerpos boca abajo en desorden.
Sobre la arena perdidas huellas ubicuas.
Ojos entreabiertos. Desnudos vítores
infantiles.
Aire augusto. En la espera de occidente
envuelve el césped, tul celestial, el horizonte.
Un lagarto, invisible en las nupcias del fulgor,
hacia la calma umbrátil se arrastra.
De los grifos del bar gotean primicias:
Europa. Tercer Milenio. Grecia.
Ecos de una vida ignorada.
Aire augusto. Aire de ascuas
II.
HORA: DIEZ y media. Yaciente.
Los ojos se niegan a levantar el telón.
Tras las persianas amarillo y rebosante
se inquieta el sol. Una alegoría
bellísima: la humanidad narcotizada
que desde siempre se conforma con la lobreguez.
Y no obstante, se desarrolla el mundo sin mezclarse
cada mañana. Cortés cual invitación. Cual
tapiz.
O cual bofetada de una mano rauda
cuasi castrense. Él mismo estandarte
a ritmo de marcha nos invita
a un eterno izamiento, sin arriada.
Unos dicen: en definitiva caerá lo que sube.
Otros: se elevará hacia la luz lo que cae.
Hora: once y diez. Aquí dentro la Sombra.
Fuera el cielo ciclópeo y el día.
III.
COMIENZOS DE AGOSTO y la lluvia vacila.
Pero de súbito una mala noticia
en los dientes del buen locutor tropieza
y, filántropo, antes de contarla recela.
Y sepamos todos cuánto nos hechiza
la fatal noticia, invencible, violenta.
Que tanto más fuerte cuanto más remisa,
tanto más purificadora nos aniquila.
Como la lluvia de agosto. Como la nieve
primera del invierno en las estribaciones.
Cuando silabean de nuevo las emociones
algo de la oculta métrica de la naturaleza.
La nieve. El dolor. La lluvia. Lo que vive
y vivos nos revela.
La mirada que creíamos inhumada será vidente.
Una Grecia indeleble. Más allá de la ceniza.
IV.
FRENTE A MÍ EL MAR: reverberante;
ríe sin ninguna arruga.
Hasta el Ática desde las playas de Creta
un territorio inerte y tranquilo.
Como la vida en el Edén de los primeros
hombres
bajo las salmodias de los ángeles
y el desvelo azulino del Cielo.
Vida pulida; brillante como el cristal; nimia
como el mar que se ha privado
hasta de su última ola.
Frente a mí el mar: oneroso
como en los dedos de Midas los caudales;
como atleta boca arriba tirado
al que su aliento traicionó en el alambre.
Frente a mí el mar: tedioso
cual poema al que privaron de rima.
V.
DESDE EL BALCÓN de la primera planta
en una habitación sobre la arena
el mundo en verdad parece simple:
una pantalla gigante, tridimensional, noble
donde continuamente palpitan
azarosas imágenes en serie. Como la que
imito desde la esquina:
un chiquillo que ondea una sábana
o un estandarte – del todo no se distingue;
un auditorio que aclama; alguna señora
bien conservada que hace muecas
mientras su boca prueba inefable
a adquirir un semblante algo húmedo.
Espectáculo simple, común. Es decir, baladí.
El mismo mundo, el antiguo, que resuella.
Cual viejo roquero en escena, baldío.
PRAELUDIUM
Στης νύχτας το ελάχιστο ξανά,
λέξεις σεπτές, μεσ' από φώτα
και σκιές προγονικές πλοηγώντας,
τι άλλο μού μένει παρά να στραφώ
πλησίστιος μα κι αργός,
αναίμακτος μα πορφυρός,
στην αγκαλιά σου πάλι
Αφού, λευκή σελίδα, εσύ,
μονάχα εσύ το ξέρεις,
πως αν τη μάχη μου μαζί σου
προσδοκώ να την κερδίσω,
κι όχι σαν τους πολλούς
στου σώματός σου τις ρωγμές
και στο λιμό του κόλπου σου
ρίψασπις να κρυφτώ,
διάδοχος αισχρός εξαίσιου κράτους
Αν όλα αυτά δεν θέλω,
νά ο καιρός
Με ήχους και φθέγματα οχυρά
στο πρόσωπό σου το πορώδες να ταχθώ,
σαν ωραιότητα ένοπλη
να λάμψω όλος μελάνι
ΑΝΤΙΝΟΜΙΕΣ
Τα χείλη του μεσημεριού
πάνω στο χιόνι
Της θάλασσας το βλέμμα
που στεγνώνει
Πόλεις βαθύρριζες
που παρασύρει ο αέρας
Το σάλιο της νύχτας
στο λαιμό της μέρας
Ρολόγια ευκίνητα,
ανάπηρα χρόνια
Ενός χαμόγελου αρραγούς
η ερειπωμένη εικόνα
Το δώρο που σου δόθηκε
και δεν σου ανήκει
Η ήττα που
εξαγόρασε τη νίκη
Η ξηρασία της σκέψης μου
και του κορμιού σου οι βάλτοι
Το αιφνίδιο ρίγος
του παλιού εφιάλτη
ΠΑΡΑΒΟΛΗ
Υπήρχαν κάποτε -ποιος δεν το ξέρει;-
τόσοι άγγελοι ψηλά στον ουρανό
που άλλο πετούμενο εκεί πάνω να σταθεί
ήταν αδύνατο σχεδόν να καταφέρει
Γι` αυτό και κάποιοι ιθύνοντες
-κατόπιν ικανών συλλογισμών-
το χάος είπαν να ρυθμίσουν
και τάξη να επιβάλουν - τι αμνήμονες!
Μια κι όλως διόλου λησμονήσαν ασφαλώς
πως δεν σηκώνει τέτοιες διευθετήσεις
ο κόσμος των πνευμάτων,
ο κόσμων των ουράνιων ταγμάτων γενικώς
Έκτοτε οι άγγελοι εξέλιπαν οριστικώς
κι απόμεινε σε μας ο άδειος ουρανός
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