jueves, 20 de diciembre de 2012

SVETLANA KALEZIC [8874]


Svetlana Kalezic


Svetlana Kalezic nació en Podgorica, República de Montenegro, en el año 1980. Terminó estudios de Lengua serbia y Literatura en la Facultad de Filosofía en Niksic donde trabaja como el asistente estudiando paralelamente lengua y literatura italianas. Publica la poesía y prosa en muchos periodicos y muchas revistas literarias. Ganó numerosos premios, algunos a  nivel internacional (Les dix mots de la francophie Nosside.) Es autora de los libros de poesía: Desde punto de vista de rosa ( Iz ugla ruže, 1995); Las flores de la misericordia dominguera (Cvece nedeljne samilosti, 1997); La lluvia tardía (Pozni dažd, 1998); El sinfondo frenado (Zauzdani bezdan, 2002); Escribe poesía en francés, italiano e inglés. 
Felizmente casada con el primer amor de su vida. Cuba es su segundo amor.








EL MANUSCRITO DEL SILENCIO

   Te perdono, Poema, 
que has sido siempre lo que eres, 
lo que no eres, 
que no sabes más de tí misma 
de la descendencia de tu sombra.

   Te perdono, Luz, 
erguida de cansancio 
es frío crecer en los senos de la gente.

   He reunido en mí tus males, 
con la existencia estoy vengandome de ti, 
soy un gesto pisado que se reconcilia 
con la huella tuya en la arena.

   No dejes que me asiente, Poema, 
como el vino no tomado, el vino de la Belleza. 
Yo no soy el molde del lamento 
ni la arada aurora de la quietud, 
yo, 
de tu rostro sólo el rostro.






LA ELEGÍA EN LLAMAS

   Mira, Padre, 
en mí la Ciudad del fuego.  
Se incendió el Poema, 
yo ardo, ardo, 
las palabras me queman.

   Mira, Padre, 
en la huida vagué, 
la oscuridad de la tarde 
despacito me come.

   Ayude, ayude, Padre, 
con el pecado como con el agua 
yo apagaba la sed, 
mis arrepentimientos potables 
en la entraña se me durmieron.

   Rapte esta pluma, Padre, 
de las manos inclinadas a la persuasión, 
rapte y tire al Domingo, 
para que pueda yo soñar en paz, 
comer miel y luna, 
forzar a los suaves dolores a que se mueran.

   Ayude a tu hija, Padre, 
para que convierta su tristeza en miel, 
para que con lana de paz de iglesia 
a si misma teje el manto 
y olvida tardía la lluvia 
de las Palabras soñadas largo tiempo.






Sobre la creación

Sabrás cuando estés hallado--
cuando la presencia en la elevación brame,
cuando aquellos que habían
negociado con el silencio
pierdan y comiencen a hablar,

cuando el foco en ti
sonríe llameante
y cuando te vuelves luz,
y la unicidad,
y el horizonte tejido de la sombra.

Cuando tu mina oscura
se convierta en mina de oro –
sabrás.







Las trampas de la creación

Cuando la metáfora muere
ella cierra la ventana
para no mirar a la mañana milagrosa.
Cuando muere destituye a los servidores,
a las tejedoras de la nada
para que tejan las horcas a otros.

Con el último esfuerzo ella cría
la delgada plenitud,
y a las palabras, creadoras del espíritu,
cierra en las colmenas.

Cuando la metáfora muere
ella destruye los muros
entre la antesala del Diamante
y antesala del Carbón –
que vague cada cual
que prueba
en su destruido hogar
a hacer el nido.


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