FRANCIS CATALANO
(1961, Montreal, Canadá). Poeta, traductor y editor de poesía, fundó en la década de 1980 la importante revista Influx. Luego de haber obtenido una maestría en artes por la Universidad de Quebec, estudió en la Universidad La Sapienza de Roma. Ha publicado cinco libros de poesía, uno de los cuales -Qu’une lueur des lieux (2010)- obtuvo el Gran Premio Quebecor del Festival Internacional de Poesía de Trois-Rivières (Quebec). Otros libros suyos son: Panoptikon (2005), M’atterres (2002), Index (2001) y Romamor (1999). Por Instructions pour la lecture d’un journal de Valerio Magrelli recibió el premio de traducción John-Glassco en 2005. También ha traducido Yellow de Antonio Porta (2009), así como poemas de Sanguineti, Zanzotto, Balestrini, Tondelli, etc. Redactor de la revista de creación poética Exit, ha realizado una antología de la poesía italiana titulada 63-93 e oltre (2005) y, más recientemente, un número sobre la poesía catalana: Les voix ne dorment jamais (2010).
INDEX
de Francis Catalano
América tierra arcaica
arena sin reloj
América del Norte América del Nombre
fragmento de Pangea que avanza donde se despliegan
sus piedras lentamente
ligada a un secreto lítico la Laurentia extiende
su granito escolta de ella misma
que desgarra la espalda de los océanos
por el resquicio de un rompecabezas los ojos entrecerrados yo escruto
el continente que se desmantela
deriva punzante es una carretada
con un vientre plano al extremo
basalto chirriante raspado a fondo
es una infra-América y su norte se hunde
de cabeza al Ecuador
encastres modelados de brotes minerales
placa sumisa en su marcha dubitativa
nupcial marcial como los huesos
de un cráneo fracturado cuyos callos
se ajustan se adjuntan empujan
–a la velocidad de los cabellos
sobre el cráneo maltrecho de un convaleciente
Aquí contemplo en toda su gracia
un surgimiento espontáneo de montañas
allá un volcán bajo presión se desconecta
de su chimenea ardiente
ya pronto en vuelo rasante de arqueoptérix
uno de ellos fijará en su pupila
todo lo global y lo invisible
de este paisaje sin relieve rodeado de carbono
–ya propenso a rejuvenecer
en un nanosegundo la luz hace el croquis
de una flor que desliza en silencio
bajo los pliegues de un acantilado
tiene forma de cuarzo el azar
engullido por las megalópolis en las geodas
recostado el continente se esfuerza en parir
la piedra y la fiebre la boca
de los cráteres eructa una memoria lapislázuli
dando a luz el océano también
no veo al hombre pero sí sus espinas pulverizadas
amontonándose sobre los fondos elevados
cayendo como nieve blanca
entre las algas azules
Laurentia agazapada bajo América
regreso por la silueta ocre de tus playas
las curvas ricas en caza de un oscilograma
para constatar oh gótica selva
cuántos montes laurencianos te evocan aún hoy y siempre
en el lapso de una estación fulminante
se alisó el calco de tus lagos
volviendo incansable ectoplasma fugaz
el agua refleja la obstinación del glaciar
para sacudir las montañas en los extremos de sus cadenas
–mira en el fondo del cráter
al meteorito recordar los temblores de la luna
mira aquello que de los lagos emerge entreverado
tallando con punta seca las columnas blandas
tus basamentos fragmentarios Laurentia
tan pronto se vacían te imantan
a medida que renuncia a los hielos
tu memoria se seca
En cuclillas al borde del abismo imagino
un mundo reversible donde el tiempo
llegaría a su fin como un filme que retrocede
veríamos a Colón, Caboto, Cortés, Cartier, Champlain,
dar marcha atrás, derechos de autor en mano
los Incas quizá descubrir Europa
el Homo Laurentientis perseguido por bestias inmaculadas
caminando hacia atrás por una Beringia en flor
veríamos los árboles caer junto a sus frutos
la lluvia reintegrarse a los cúmulos deshidratados
de abajo hacia arriba en torrente
en la mira de la prehistoria el hombre surge
pero es la historia la que lo hiere
en pleno corazón del cual mana lo reversible
yo lo miro huir del pasado y el pasado
huir de sí por un hueco abierto en su pecho
se aleja del mal de sí mismo
que pasa curar buscar morir
es su única absolución
–ya que antes de ser remedio América
era un ready made
La sombra de un cérvido me atrae
hasta la constricción crepitante de los hielos
qué más debería yo obstinarme
a cargar sobre mi espalda qué otros ramos de esquirlas
a qué debería yo aún arriesgarme
el Noroeste tan bien cobijado bajo la hipófisis
caminar mucho tiempo tanto tiempo
ya sin aliento sobre mares y mundos
franquear estrechos atolones cabos cordilleras
estoy helado soy un tamiz de frío
soplo en el cuello del hombre
–la luna es un ojo incrustado en lo nulo
apenas sigue mi odisea por su catarata
el glaciar me ciega y me opaca
tan ausente como siberiano desaparezco en zigzags
árticos reaparezco sobre las Aleutianas
entre perfiles prognatos
astilla de sílex yo avanzo con pasos mudos
mil millones más vendrán a tensar el arco del fémur
con la boca llena de cavernas vengo
mi simiente manando como un chorro fijo
para besar la risa de espinas
que el horizonte exhibe
Nevaba dulcemente
sobre la placa continental
como había nevado durante toda la edad de piedra
un simple chasquido sobre el ADN
me arrastró al torniquete de aventuras
esta caída en el Animal indómito
es la Osa y la Estrella Polar inflamadas
–es aún un abismo negro
abriéndose sobre otro blanco
varios cielos empalados en la nuca
llegar al triángulo de Ungava mientras el clima
uno a uno se quita sus chales
los hielos sin ardores vuelven al agua
allí sólo allí descubrir en un golpeteo
de la palma sobre los labios
que del fondo de la garganta puede nacer
un grito más puro que el anzuelo
Rostros arrugados se hunden aquí y allá
en la opaca nevisca
camino contra el viento yo el Esquimal-Aleutiano
cuyo devenir es inmóvil
cabellos salpicados como copos de cuarzo
al contacto de esta brisa temporizadora
aléjense de mi cara azulada
testaferro de una estrella con mi bolsa
me alejo del suborden de los simios
tantos sonidos para describir la nieve
ni uno para decir quién soy
en esta tierra de nadie rodar migrar caer
–nómade hasta el más secreto nevus en la piel
avanzar siempre avanzar
girando mi lengua de hielo
de espaldas a la borrasca apuro mi paso hacia el mar
de los chucotos donde esenciales divisiones se imponen
polvo en el ojo sin iris de la luna he ahí
el blanco en que estoy
El polo vida el polo muerte entre los dos derivar
están los viejos y a sus arengas
los trozos de hielo se han unido
y están los recién nacidos que arropamos
en la cavidad de los naganes de las mujeres
de una orilla a otra Bering presiona
los campos magnéticos comen mis ojos
retraídos en la mirada
en su carrera la presa de ayer
revisita esta constelación en forma de cacerola
las palabras robustas e imperfectas yo las dejo ir más allá
–no vengo de ningún lado y a ningún lado voy
junto al grupo evoco una tierra prometida
al recalentamiento evoco un país
donde abundan danzas de saltos de ciervos
ante la extensión de mis parábolas
me deslizo por el estrecho de un sonido
y los viejos creen oír
volar una drosophila presurosa
pingüinos místicos los niños baten
sus palmas apasionadamente
Tenaz raza de Siam perdura
sigue engendrando sobre la solidez de lagos bermellones
asedia al Animal con su grupa inusitada
y desguázalo equitativamente
los cráneos humanos bajo el permafrost
serán la materia de un futuro paleontólogo
en mi rostro la nieve baila –delirante
el viento yo lo siento posterga
más tarde más lejos sus raíces se nutren
del aliento del sur fósil
aquí los témpanos trashuman frente al litoral
es una blusa blanca amplia
el norte se revela farallón tras farallón
y me descubro contemplando eso
cuando pájaros acuáticos extraños comienzan
a volar en tirabuzón sobre mi frente
unida a un mar sereno
Marchar e inventar son lo mismo
ésa es la fórmula del progreso en estos paralelos
quien dice quedarse dice pudrirse
–ese perro que duerme, ¿puede seguir llamándose perro?
atarlo al extremo óseo de un trineo
y deslizarse sobre estas tierras sin balizas ni mojones
privadas de verticalidad deslizarse
bajo un sol que no se pone ni sale
enigmática velocidad hacia los polos
en menos tiempo más espacio blanco
deslizarse deslizarse buen año mal año algunos
siguen esta topografía sazonada de renos
otros arrojan su parka peor para ellos
como los planetas planean
la Tierra erra las piedras petrifican
suelto lejos el perro que tengo en el vientre
y helo aquí en medio de la taiga
lamiendo las heridas de las bayas que cuelgan de los arbustos
y como es hueso el hombre se acerca
al este de nada las ocas salvajes se desparraman
habrá cinco lagos descongelándose
una selva de troncos erguidos ya no nos deslizamos
incluso antes de haber entrado
el hombre no ha salido del bosque
Traducción de Diego Creimer
http://aladecuervo-vocablos.blogspot.com.es/
Bocetos de Lima
(de la Ciudad de los Reyes)
Pero apúrese
porque las grúas altas y amarillas construyen otros edificios,
otros dioses,
otros Padres de Occidente –que también han de ser nuestros.
Antonio Cisneros
Y la hora actual, ¿cuándo es?
Y el oro y los huesos, ¿dónde están?
Un país donde se arrebata el oro
Si se lo reemplaza es como antes, no es
el Perú, donde eso se espera
Como en otras partes
las personas saquean por doquier
las canteras a tajo abierto,
No, sí, tal
vez, sin duda valen su peso en oro esos lingotes
en limusina. Que un cóndor se asiente en la burbuja de mi ser
siempre vuelvo en círculos contigo en la cabeza
Un flujo teñido de rojo
derramado en mi metonimia de plástico
asume la forma de la copa de mis versos
Lo lamento. Lamento
que ello provenga del lenguaje –
el único equipaje que sea una maleta más pequeña
dentro de una más grande,
(Hacia la lejanía)
Estoy a bordo del sueño fálico de un piloto a la espera de la emanación final al fondo de un corredor aéreo sin brillo, sin desplazamiento, sin dormir. Alzo mi copa a los estratos de cirros sin complejo alguno, brindo por las alas del avión que a todas luces es falsamente privado.
(Necesidad de aire)
con Air Canada
eslogan a lo largo de las alas de la nariz antes
de caer en mis fosas nasales, volar
respiro, mi rostro se desinfla –
no vamos a ninguna dirección si
no se está en todas a la vez
como un globo suelto y enloquecido
sobre el hemisferio sur,
cruzada esta línea
equinoccial – me
arremolino
en el sentido antiho-
rario, entre el hotel Bolívar y la catedral de Lima hay
un mundo, muchacha e imágenes santas, regateadas por
unos nueve soles, un enano vestido de rojo
empuja un carrito de golosinas una mujer
sombrero de hongo trenzas negras
atraviesa el secreto de las edades otra en su
vitrina desarma una a una las piezas
de una heladera
(En realidad)
Nos sentimos impotentes para detener la noche
que se escurre en un sueño inca un chico
de piel cobriza cae sobre su hermana ella llora y
la madre de ellos desde lo alto de su pirámide ve tristemente
que se produce este sacrificio, bufones públicos
marcados por el dinero se ponen en acción,
Iglesias sobrecargadas de equívocos sin importancia envueltas en sueños a su vez envueltos en hojas de coca, el ruido sordo que sobre el asfalto hacen las ruedas de una maleta. Una bolsa de basura despanzurrada entre el hotel Bolívar y la catedral de Lima, entre la Plaza San Martín y la Plaza de Armas los pesados electrones que forman el marco los taxis son autos chocones y se dan de golpes así como el sol y la luna se besuquean sobre las barriadas. Los arcoíris cortados en dados
ir por el lado oriental de la calle absolutamente hay que
escapar de los golpes del sol, Domingo de Ramos
con Carlo como cabellos de ángel
las iglesias se resquebrajan silenciosas
en su resanada blancura
peruanos con vidas amorosas y alambicadas
se iluminan al sol y en el sol a la espera de que
se presente la oportunidad de sus vidas
policías encandilados ascienden
por la hipotenusa de las paredes para gravitar
en la cumbre del superego a la sombra de los colores
vivos de una naturaleza
viva
pese a los pronósticos meteorológicos
la humedad está emplumada
mañana lloverá rodocrositas de jaspe
todas las veces que ha llovido jaspe
ellas nos mintieron
Muchos adolescentes con camisetas que se pretenden crucifixiones toman Inca Kola bajo los agujeros de ozono en Lima el clima sería lo que una llama es a su escupitajo el sol rueda por la piel cobriza de cajas claras odiseas de luz quiebran profundamente mis manos que equivalen a tres espigas vueltas hacia el sol ofrendas y anillo solares que enhebran los cinco mil dedos de la simplicidad,
El alma del bosque reencarnada en la flauta de Pan
gira en el aire con remo-
linos de cóndores,
torneos de rotores –
Ana María me susurra al oído:
-La hoja de coca no es droga, es sagrada
Le respondo claro que sí
engullo de un trago mi pisco sour
se hace tures a viviendas de Miraflores
excavaciones de cemento
adyacentes a las pirámides inconclusas de –
Atraído por los peldaños del atrio
de la catedral
me desplomo
la totalidad me eclipsa detrás de la luna (un poco)
Una familia de indios atraviesa el bulevar
de golpe y porrazo, multitud de palomas ultrajadas
blancas bandadas
los cláxones emplean sin saberlo
el lenguaje de aves en llamas
el alto grito del carbono,
Las fachadas amarillas de los edificios autorizados
a autosacrificarse tienden a rejuvenecer
exacta la tradicional danza
de tijeras, a la vez juvenil y senil voy
por la cabeza por
estructuras
empinadas,
por cada ángel que nada en la noche, una vulva invertida
encalla en una iglesia,
En el pan se mordisquea la mano del maíz lo que se ha dicho no lo es todo porque no se ha vivido todo lo que se ha hecho no lo ha sido porque todo aún no ha sido pensado Una oración católica corta cabezas sin disculparse y sin embargo culpabiliza, las ciudades son las limaduras de un amante desvencijado, un hombre en la sombra bebe un jugo de mango y piña, un estudiante dibuja un edificio con la ayuda de un triángulo, turistas españoles juzgan severamente el Palacio de Justicia,
(Los poetas se levantan, el banquete ha acabado)
Todos los graffitis inscritos en las paredes del mundo, ¿llegarían a comunicar lo que sea sin el ciego ensañamiento de las caras de un poliedro para desautorizar sus aristas y vértices, y la pared, su base? Confusas las alpacas en los prados sincrónicos se santiguan en la naturaleza. Fluyen largas cosmogonías plisadas y de colores,
(Poema extraído de Au coeur des esquisses, 2014)
No confundir “NADA” con “NADIE”
aquí terminan los lugares posibles
a menos que este no sea
propiamente el fin
de los lugares
en esta playa virgen y
desierta en forma de U
que no haya nadie no significa
que no haya nada
hay pues acantilados el mar
esos buitres llamados zopilotes
cactus agaves
sin contar las nubes
la curva de las montañas la bahía Cacaluta
no hay pues nada y
aun si no hubiera nada
habría todavía alguna cosa:
esa dicha de encontrarse en los
lindes de la lengua
en su sustancia leñosa
y poder gritar a todo
pulmón sin ser oído por na-
die ni nada…
aquí en este antepenúl-
timo verso listo para hundirse
en el infinito
(El fin de los lugares)
En apnea entro en el lenguaje
de los peces de cola amarilla y
de los peces flauta
me meto en la pendiente
en equilibrio y transformado
en algo inmune
a las medusas
sobre esta afilada cresta entre dos vertientes a pico
tan lejos como lejos puede ser lejos
pienso en esto encima
del abismo en el hecho que los peces
en su medio no son
exactamente peces
no menos que yo inmerso
soy perfectamente
anfibio minusválido ex-
tendiendo la mano a
bebida exóticas:
(Sobredimensiones acuáticas)
(Estos dos últimos poemas son de qu’une lueur des lieux, 2010)
(Traducción del francés de Renato Sandoval Bacigalupo)
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