viernes, 21 de diciembre de 2012

RICHMOND LATTIMORE [8894]





Richmond Lattimore
Richmond Alexander Lattimore (6 mayo 1906 - 26 febrero 1984) fue un poeta norteamericano y traductor, conocido por sus traducciones de los griegos clásicos, especialmente sus versiones de la Ilíada y la Odisea, que son consideradas como una de las mejores traducciones disponibles en inglés.





Traducción: José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal



LUZ SECA DE PYLOS

Garrapateados en ladrillitos de barro, se hallan en pedregales
inmemoriales; contienen obvios numerales; signos
de mercancías, cosas, personas; y sílabas
ya descifradas. Nunca pasan de pocas líneas.

El ojo cariñoso puede ver una horquilla, pincel, o rastrillo,
un cesto con su agarradera o un corazón con una cuerda,
una mariposa, un pastel de cumpleaños con cuatro velitas,
o cosas heroicas, carro, trono, hacha, dardo.

Lo que en realidad es el signo de mujer podría parecer
leal imaginativo, una dama de Minos
de cintura apretada y abultados senos.
El signo de hombre es parecido, con piernas cruzadas y
sin falda.

Pero estos son ideogramas. El silabario
tiene para pu un gracioso animal,
mientras que da, ro, pa, y to, son diversas variaciones
de una cruz; y casi todos ahora
pueden leerse, traducidos a una especie de griego.
Su contenido: hechos concretos; inventarios,
listas, y planillas de trabajo. Uno no encontrará
acciones heroicas, mitos, o poesía.



2

Leyéndola de izquierda a derecha, la línea comienza
con una palabra de cinco sílabas que parece ser
a-ra-ka-te-ja: hilar, ¿uno que hila?
Le sigue el signo de mujer, marcado

con un numeral, treinta y siete. Después el cesto, después
un trípode cuadrado; que es ko-wa; quiere decir
muchachas. Son veintiséis. Después ko otra vez
con un trípode distinto. Ko-wo. Muchachos. Dieciséis.

Por último hay un signo como una C mal hecha.
Significa una clase de medida usada para el alimento,
grano, bebida, o la dieta completa, pero de algo
muy básico y no especialmente bueno.

Treinta y siete personas proletarias con el signo de mujer
y niñas y niños huérfanos pacientemente en una cola
están allí eternamente esperando su comida,
cualquier cosa que sea lo que les dan de comer.




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