viernes, 21 de diciembre de 2012

ROLFE HUMPHRIES GEORGE [8897]


Rolfe Humphries George (nacido el 20 de noviembre 1894 Philadelphia, Pennsylvania - 22 de abril 1969 Redwood City, California) fue un poeta, traductor y profesor.

OBRA:

POESÍA:

"Coming Home". Casa Poema. Retrieved 2009-06-19.
Don Johnson (1991). "Night Game". Hummers, knucklers, and slow curves: contemporary baseball poems. University of Illinois Press. ISBN 978-0-252-06183-7.
Europa and Other Poems and Sonnets. Crosby Gaige. 1929.
Out of the Jewel. C. Scribner's sons. 1942.
The Summer Landscape. Scribner's Sons. 1945.
Forbid Thy Ravens. C. Scribner's Sons. 1947.
The Wind of Time. C. Scribner's Sons. 1949.
Poems Collected and New. Scribner. 1954.
Green armor on green ground: poems in the twenty-four official Welsh meters. Scribner. 1956.
Collected poems. Indiana University Press. 1965.
Coat on a stick: late poems. Indiana University Press. 1969.

TRADUCCIONES:

The Poet in New York, a translation of Garcia Lorca, 1940
Virgil's Aeneid. Scribner. 1951.
The gypsy ballads of Federico García Lorca: with 3 historical ballads. Indiana University Press. 1953.
Ovid's Metamorphoses: Art of Love. Indiana University Press. 1955. ISBN 978-0-253-20001-3.
Juvenal's Satires. Indiana University Press. 1959. ISBN 978-0-253-20020-4.
Selected Epigrams of Martial. Indiana University Press. 1963.
B. Feldman, ed. (1969). Lucretius: The Way Things Are: The De Rerum Natura of Titus Lucretius Carus. Indiana University Press. ISBN 978-0-253-20125-6.

NO FICCIÓN:

Richard Gillman, Michael Paul Novak, ed. America's Literary Community Viewed from the Letters of Rolfe Humphries, 1910–1969. University Press of Kansas. ISBN 978-0-7006-0589-7.
"Inside Story". The New Republic 105 (1): 62. July 14, 1941.
Grant, Michael (March 1942). "Salvation from Sand in Salt". Poetry lix: 228–229. ISBN 978-0-415-15948-7.





EL PASEO DE LA REFORMA

Aquí en este otoño extranjero, donde la estación
se vuelve más seca que fría,
y quedan hojas en muchos de los árboles,
aunque muchas caen,

lejos de las siete estrellas frías, más frías cada noche,
aquí en el alto aire rarificado,
uno observa el espléndido reino de la luz,
tan brillante, tan ardiente y pura,

y piensa que cuando esté otra vez en su tierra
en el próximo verano, como espera,
escribiendo a los amigos, aguardando la llegada del correo,
matando el tiempo con un libro,

no siendo ya turista ni extranjero,
donde los arces ensombrecen la piedra,
su imaginación se bañará en la lluvia de luz
de aquel otoño de México.






ESTADIO DEL “POLO GROUNDS”

Todo es cuestión de tiempo. Este es un misterio bello
y muy difícil. Tres o cuatro segundos solamente
desde que Riggs conecta hasta que llega primero,
y en esos segundos Jurges corre a su derecha,
viene con la bola, se la avienta a Witek a la segunda
para atajar a Reese, Witek a Mize en la primera,
a tiempo para hacerlo out —un doble juego.

(Crescendo del Barbero Rojo. Ruidos del público, obbligato;
Staccatos dispersos de los vendedores de cacahuates,
resaltados por la calma, mientras se cambian los
equipos) ...
Hubbell recibe la seña, asiente con la cabeza, levanta el
brazo, lanza—un foul a la tribuna. Dunn saca una bola nueva,
se la da a Danning, que se la tira a Werber;
Werber se quita el guante, frota la bola un momento,
se la avienta a Hub, que va a la almohadilla de resina,
recibe la seña de Danning, levanta el brazo, 
lanza—baja, abierta, tercera bola. Danning va al montículo,
le dice algo a Hub, Dunn sacude la base,
Adams comienza a tirar frente a la caseta de los Gigantes,
Hub recibe la seña de Danning, levanta el brazo, lanza,
Camilli le da, un largo fly hasta el jardín,
Ott corre para atrás, corre, corre hasta la tapia, se pone
debajo,
golpea su guante, y la coge y es out.

Han terminado los Dodgers...
Todo es cuestión de tiempo. 

Los ritmos estallan
más variados y sutiles que cualquier danza;
el movimiento se acelera o se retarda. La bola sale
disparada
en trayectorias recias, angulares, o en largos y despaciosos
arcos,
regresa otra vez controlada y con dirección;
los jugadores giran sobre sí mismos o arrancan, corren, se
agachan, se resbalan, se paran,
se cambian imperceptiblemente a nuevas posiciones,
atentos a las señas, según el bateador,
la cuenta, la entrada. Todo es cuestión de tiempo.
Todo es cuestión de tiempo. ¿Te acuerdas de Terry?
¿Te acuerdas de Stonewall Jackson, Lindstrom, Frisch,cuando eran buenos? 
¿Te acuerdas de George Kelly, elLargo?
¿Te acuerdas de John McGraw y Benny Kauff?
¿Te acuerdas de BridweIl, Tenney, Merkle, Youngs,
el jefe Myers, Jeff Tesreau el Grande, el Mañoso Phil?
¿Te acuerdas de Matthewson, y Ames, y Donlin,
Buck Ewing, Rusie, Mickey Welch el Risueño?
¿Te acuerdas de un catcher zurdo que se llamaba Jack Humphries,
que algunas veces jugaba de jardinero, en el 83?

Todo es cuestión de tiempo. La sombra se va moviendo
del plate al box, del box a la segunda base,
de la segunda al jardín, a las graderías.
Todo es cuestión de tiempo. El público y los jugadores
son siempre de la misma edad, pero el hombre entre el
público
cada temporada es más viejo. Bueno, ¡play ball!




Traducción de
José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal






Coming Home 

You are coming home at night: 
you pass from light to light, 
walking around the block, 
and your shadow swings to the right 
the way a second hand 
goes round a modern clock, 
and other shadows, bound 
to your footsteps, climb the walls, 
or jerk along the pavement, 
and some contrast and darken, 
others lengthen and fade. 

The lights are various loves 
by whom you find your way, 
by whom you see and move: 
they lend you guidance, they 
enable you to find 
not only house and door, 
and wall and window-blind, 
but something less and more, 
your image, multiplied, 
cast for your gaze, and thrown 
distorted, but your own. 

And what you need the most, 
O walker in the night, 
is to continue, sure 
the self is always right, 
and neither caricature, 
nor unavailing ghost. 

And if a light is broken, 
if one of them goes out, 
as well they may, of course, 
and substance takes from shadow 
its absolute divorce, 
be reassured, in darkness, 
the self is never lost. 




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