Marcos Pico Rentería
(Apatzingán, Michoacán, México 1981) completa su licenciatura y maestría en la University of Nevada, Reno (Estados Unidos) en Literatura y Letras Extranjeras con énfasis en español. En la misma recibe un nombramiento como instructor y asistente de investigación. Obtiene su doctorado en la Arizona State University (Estados Unidos) en 2016 con su tesis doctoral sobre el grupo literario mexicano Crack y sobre dos colecciones de ensayo de Jorge Volpi. Dos de sus guiones de cortometraje han sido producidos al igual que han recibido premios en festivales de cine como Zero Film Festival en la ciudad de Los Ángeles y el Three-Minute Film Competition en la ciudad de Reno, Nevada. Editor de la antología digital Contrapuntos: A Live Edition (2013-2015, antología viva) publicada en formato eBook. Editor de Nueve délficos. Ensayos sobre Lezama (2014, ensayo) publicado por la editorial Verbum (Madrid).
el arquitecto de su caída
A don Henry Florián
I
Sobre las nobles ramas
un corazón fibroso
expuesto a su simetría
Orden natural del mundo:
germen, materia
Atroz silencio
motor de paz
El tiempo no comprende
ramaje eterno
ramaje siervo
El espacio nunca es noble
gravita dispar
Semilla eterna
retorno
retorno
eterna semilla
II
Miembros lentos suben al silencio
desafiantes de la altura y de la paz
raíz aérea
raíz etérea
escala sin llegar al azul frondoso,
al negro retorno.
La ciencia bautiza
nunca ha sido un órgano
mas esa ciencia busca
con nombres nuevos
cabeceras antiguas
es el ciclo
nombra con mínimo entendimiento su existir
es el ciclo
del hombre con nombres nuevos
del hombre con cabeceras antiguas
del hombre que nunca ha sido un ser de paz.
III
El negro vientre de inalcanzable grandeza
se burla del enano erguido de blanco pelaje
con pestañas de vidrio roto y antiguas células:
macro ser,
ese es el ciclo
hombre de blanco
ese es el ciclo
hombre sin luz
ese es el ciclo
de hojas negras
IV
Respeta hombre el orden con su sentencia
no hay otro final, otro comienzo
no nombres lo que es
no inventes lo que no caminas
V
Respeta el tiempo
La marea
El invierno
La materia
El recreo
pareado todo
No evadas lo natural
Busca tus brazos lentos
al silencio
crece dispar.
elegía a un ciclópata
(Beta)
Y se nos van los ríos, bríos de la vida joven,
que desemboca en sendas, arena blanda sin flores
nuevas
de retoño rebelde y sin simpatía que entorne.
y la brecha que deja mi rueda en mojo
y la que sigue imitando, llorando voces, goces.
Vea,
lo que no se ha hecho al caminar con trote,
las venas blancas de un recuerdo
ahogadas en tiempos sin nombre.
Lea,
la verdad escondida, que sin soñar la veo,
ojeo que ojeo una revista de vicio
recordando placeres, para muchos, recreo.
Beba,
importando muy poco, y lo caro era menos,
lo local me chocaba; con cordones azules
vestía en madrugadas, volteaba los soles ajenos
en días sin sentido.
Madurando lo tibio.
I.0
Noche a noche pasaban mis días
emulando pasiones, camuflando amores
y pasando mil copas muy en alto mis bríos.
Hoy,
voy sintiendo mi peso que en la silla olvidada
busco noches perdidas
frente al rubro de vida
que jamás ya motiva
sino un charco vacío
que revive tu río.
el hijo de la máquina
Hoy no me levanto como otros días,
hoy me siento pensante,
abrumado, con pereza insaciable.
El instinto me hace voltear y atarle
mis ojos a las manitos del reloj.
Me dicen que me mueva que voy tarde.
Qué desdichado soy,
puta vida sin vida.
El tiempo en mi cama se esfuma
y me veo forzado a mi partida
que no quiero hacer, pero a la vez,
si no la hago la paso sin comida
por el resto del mes.
Tengo que laburar
como bestia pa’ mamá maquila.
¡No!, bestia ¡no! que eso no va a durar,
que yo soy hombre civilizado
como animal en cuesta a trabajar
con tristeza de burro acribillado,
que traga paja sin poder mamar
leche santa: libertad.
Doce golpes que la máquina apura
mas lo único que deja
es un dolor de púa
creciendo entre mi espalda
resonando dulcemente en mi nuca.
¡Basta de ser bestia civilizada
que come, almuerza o desayuna
sopa de un vaso que se acuesta
sobre la mesa que ella abruma!
Madre santa que yo odio y amo,
sigo día a día contigo trabajando
bajo tu dura mano,
medito los sufrimientos que llevo
y perdono todo lo bueno y malo
que pasé yo en tus días.
Ahora pienso que tarde o temprano
me sentiré pensante.
Seguiré atado a ti madre de humano
pensando en tu reloj…
libre
Un papel sin historia escrita…
–Qué historia si no me dejaste decirla,
mas no eres digna de permitir mis letras;
pura para muchos y no pecas de verdadera.
Tú que trabas mis manos al decir
que las liberas escondida en tu mentir.
Lazos que atan mi arteria viva;
¿no recuerdas quién te dio la vida?
Libre mujer en mi corazón,
eres sólo la razón
de mi libre pensar.
Que mi pluma suele pesar
diez mil kilos de odio y ausencia,
que me llevan a una mala y rota solitaria decadencia.
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