(Foto de Jacqueline Alencar)
MARCELO GATICA BRAVO
Marcelo Gatica Bravo (Cauquenes, Chile, 1976), doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Ha publicado los poemarios ‘Anclado al pescador de mares’ (2017), ‘Crucial’ (con Pablo Gutiérrez, Santiago, 2014) y ‘Portafolio. Poemas a Pie de Página’ (Con Camilo Cantillana, Santiago, 2014).
En Estonia publicó ‘Vientos del sur / Lounatuuled’, antología de poesía chilena seleccionada e introducida por él, con traducción de Carolina Pihelgas, Mariliin Vassenin y Helina Aulis. Tallin, 2015). En su país también publicó el poemario colectivo Taller Literario (2001), el libro de poesía a tres manos A-Trio Poético (2003) y poemas varios en Calíope, revista de poesía (2000-2003), obteniendo el Premio de Poesía de la UMCE (2003). En España y Portugal ha publicado en las antologías ‘Poesía para un existir’ (2010), ‘La hora sagrada’ (2010), ‘El paisaje prometido’ (2010), ‘O Divino’ (Portugal, 2011), ‘Poemas identificados’ (2013), ‘Arca de los afectos’ (2013), ‘He muerto… y he resucitado (2015) y ‘Umbrales de la memoria’ (2015). Ha recibido el Accésit del Premio Internacional de Poesía “Luis López Anglada” (Burgohondo, Ávila, 2008) y el primer accésit del Premio González-Warris de Poesía (Barcelona, 2012).
III (DOCUMENTOS Y EVIDENCIAS)
Hay calificaciones que matan
y otras que vuelven a nacer.
El primer 1 del semestre se lo ganó
Mauricio Pavez por confundir el título de un libro
de Octavio Paz
Escribió: El arco y la flecha
Debió decir: El arco y la lira
Ha pasado río bajo el puente
y en su defensa luego de procesado y olvidado
el caso puede concluir:
La poesía en ciertas latitudes ya no canta
ni siquiera en la ingente ducha de los invisibles
ni en la épica de un planeta adolescente
Quizás la poesía es lo más parecido a una flecha
que busca la coordenada exacta de un nuevo
acontecimiento,
un nuevo verso que roce el aire
y haga temblar el sonido de los sospechosos de siempre.
De “Poemas para desaprender” de Marcelo Gatica
del libro “Portafolio: Poemas a pie de página”.
PRELUDIO
Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol;
y he aquí , todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 1:14
Si el lenguaje reflejara
lo que realmente pienso,
todo estallaría.
Creo que la fuerza de la gravedad
es una ilusión matemática.
Entonces propongo:
Un estallido de imagen,
elevarme
por sobre águilas metálicas,
sumergirme en nubes boreales
y arrancar los ojos del cielo.
Solo si la palabra reflejara
lo que realmente pienso.
NOTAS A PIE DE ÉFESO
(Fragmentos)
Fragmento Capítulo I: VI
Y Dios nombra la luz, y forma páginas humanas.
Adán se encuentra con una página blanca y nombra
hasta donde llegan sus ojos. Y la luz se hace carpintero,
se hace hombre camina como hombre,
sueña como hombre, muere como hombre.
Fragmento VII - IX
En esta parte de la historia; en lo que va de película.
Sólo tiene que ser un misterio,
nacer marcados por la sensación de encierro,
por la prisión del cuerpo.
Sólo la aventura del ojo y de las manos,
el ojo vuela a la velocidad del pensamiento
y en el corazón permanecen intactos fragmentos de tiempo
sin tiempo.
La sangre fluye como el agua.
Entre antes y después de un cruce.
Frente al espejo el cuerpo que es una sombra,
que se libera de la sombra sin tiempo,
luego me lanzo en paracaídas al cielo.
Fragmento Capítulo II: I – II
Hay líneas que no se formulan en tiempo ni en espacio;
pensamientos que traspasan lo que el ojo pueda alcanzar.
Hay latidos siderales, entre un espacio y un tiempo
como entre la muerte y la vida.
La muerte sigue su flujo como un simulacro de vida.
Hay hombres que sólo son máscaras,
que están inflados con aire acondicionado,
creyendo que la vida es un solo espacio.
Pero todos los tiempos se enlazan en un espacio
Para unos la memoria será el anclaje en la vida,
otros se confundirán,
cómodamente seguirán el olvido de no ser hombres.
Fragmento IX
El hombre sigue siendo el ser más parecido al agua.
Fluye por la realidad de un extremo a otro
y cuando cree haber construido una obra se evapora.
Sin embargo por algo misterioso la vida sigue fluyendo en él.
Fragmento: Capítulo IV: I: VI
Cuando vivimos la polifonía de voces.
Las coordenadas tienden multiplicarse y como ondas,
cada vez se hacen más impalpables.
Desde una jaula un preso nos sacude;
nos lanza hacia lo disperso, nos lanza hacia las repeticiones,
nos lanza hacia fuera, hacia lo múltiple,
hacia el fragmento, hacia el retazo de mapa olvidado.
No confundirse, el amor se lanza en un verso, en un cuerpo,
en un espíritu, en una coordenada que soporta
lanzarse hacia la realidad de un día fracturado.
Fragmento VII – X
Hay realidades insondables como el viaje del la luz;
aquella velocidad exacta para desintegrase
en la tierra para no desarmarse en la prisión del ojo.
El carpintero se lanzó hacia el centro del grano
hacia el centro de la cripta
con el deseo fijo de que lloviera para todos en la tierra.
Fragmento Capítulo V: XIV - XV
Hay tanta distancia entre caminar sin espacios
y caminar cancelando el tiempo.
La condición para dejarnos perplejos
es que ya no hay límites para dar el siguiente paso.
Ya todos lo sabíamos.
Hemos aprendido muy bien la lección de Historia.
Cerrar los ojos
y abrirlos en el momento exacto de una foto
Fragmento XVI - XXI
A pesar del mareo cotidiano de los periódicos,
las imágenes estallan en el vacío omnipresente de un segundo
y el vértigo que produce el tambaleo incesante
de la red en palabras que apenas nacen mueren.
Busco la frecuencia de naufragio
sin la silueta de la sirena muda.
Busco la frecuencia, respiro profundo
y escucho como aletea mi corazón
con la sintonía de un inadvertido pájaro en vuelo.
Fragmento Capítulo VI: XIV
Creo que el opio más certero es la ausencia de verdad.
Maquillamos con un lenguaje de sirena muda,
evadiendo; secuestrando
el espejo que devela nuestra trayectoria.
Quizás la táctica sea precisamente perderse en la máscara
en la vitrina, en la actuación;
confundirse en la masa, en la imagen.
Quizás eso sea lo más verdadero.
Solo restaría romper el espejo y nacer de los fragmentos
Fragmento XV
La carretera de la modernidad se desplaza a una velocidad
que cancela cualquier intento de camino paralelo;
lo que no sospecha
es que hay huellas
que hacen camino en el laberinto.
Fragmento XVI
La fe posee una misteriosa naturaleza líquida
que en ocasiones evaporamos
pero que emerge con tanta fuerza
que con sólo una gota apaga cualquier intento de infierno.
Los ojos tienen la manía de embriagarse al contacto de la imagen;
se distancian del oído, del corazón
que ya no late con ciertas palabras vitales.
Fragmento de La última palabra
Hay palabras
que con sólo pronunciar las trastocan la materia,
completan la escena;
de algún modo
el sonido que producen
devuelve a la realidad parte de su origen.
ANCLADO AL PESCADOR DE MARES POESÍA Marcelo Gatica Bravo
(A).0. (Ω)
PULSACIONES VITALES
A Chofo Gatica
En el principio las palabras se desintegran al movimiento giratorio de las sustancias, líquida la luz se expande en la nada oscura. La eternidad se desplaza hacia todas direcciones, y el tiempo se extiende sobre una marea de fragmentos vivos. Constelaciones estallan en un alfabeto innombrable.
No hay dudas de que la luz viajó al borde de la velocidad sin fondo. Los espirales de una página en blanco, de un universo acuoso que descansa en las manos gravitatorias, salpicando vida debajo de una luna en pleno parto.
No hay dudas cuánticas que al sur del tiempo el hombre fue uno de los primeros versos de barro que habitó la eternidad sin nombre.
(A) .0. (Ω)
A Jorge Hinojosa
La memoria suele ser un bello espejismo.
El tiempo es lo más parecido al agua.
Cuando creemos en lo sólido
la vida se evapora.
La táctica sería estar consciente
o al menos
estar despierto
en el desplazamiento
de las corrientes,
del paso
por ciertas turbulencias,
anclarse bajo el arca
del pescador de los mares,
que posee la brújula de aire
precisa para dominar el tiempo de los vientos.
(A) .0. (Ω)
A Gilian Correa
Ha puesto eternidad
en el corazón de ellos
Eclesiastés 3:11
Quizás lo humano es el
choque entre la casualidad
y la causalidad en el centro de un universo
misterioso.
En este intersticio aparece
un océano que deja
en estado líquido
nuestro ojo,
que frente al asombro
busca anclarse a las cosas
aunque tengan claramente fecha de caducidad.
El primer parto del ojo se produce
tras la comodidad acuosa del vientre.
Luego las palabras se desintegran al contacto
de ciertas preguntas.
Mientras el pescador de mares
permanece intacto esperando
quitar las escamas
de nuestros ojos.
(Ω- α) (A- ω)
PENÚLTIMOS OLEAJES
A Felipe Espinoza
Aún puedo leer el lenguaje de los mares,
y de alguna manera aún se puede descifrar la
balada
nocturna de un perro hambriento.
Pero hubo hombres que se especializaron
en traducir lunas amortajadas y números.
Secuestraron geométricamente
la cotidiana trayectoria
de la luz,
el tacto de una mano
que sigue creyendo en la palabra
atrapada en ciertos gráficos.
Armaron un gran espejismo con diminutos dioses,
instalados en habitaciones de ensueño que a
medida
que se acercaban iban absorbiendo
todo el lenguaje del mundo.
Ahora el espejismo es el mundo,
y la palabra choca atómicamente,
y se desvanece cada día frente a la velocidad
de millones de fragmentos.
(A- ω)
A Ziel Machado
La resistencia de los días,
la incapacidad del lenguaje,
y las palabras que circulan
tatuadas a un código de barra
en el océano virtual.
Nos queda:
Vaciar todo el lenguaje del mundo,
los archivos anónimos de las horas extraviadas,
los inviernos en pleno días primaverales,
la mirada asesina de ciertos pájaros mudos,
la brutalidad de lo desechable,
la comida lanzada por los tubos nauseabundos
de las grandes ciudades.
Vaciar todas las estrategias
resultadistas de una ecuación que
no reconoce que no hay espacio sino sólo tiempo.
Vaciar los apellidos, las nacionalidades,
los números cardinales de la cuenta bancaria.
Volver al vientre materno.
Vaciar todo, volver al extenso horizonte
de una página en blanco.
Y desnudo replegarnos bajo la sombra
de un árbol en vuelo, y escuchar
como se desliza sobre la nada el
latido de la primera palabra luminosa.
(Ω- α)
A Antonio Salvado
Cuando explota el tiempo y
el espacio en las redes de la imagen.
La velocidad produce un mareo continuo
en un cuerpo que aún
desconoce la extensión de sus sentidos.
Necesitamos el ritmo oceánico
de un viejo pescador de mareas.
La paciencia de la habitación del ojo,
donde las horas se deslizan
sobre el cuerpo en intervalos perennes.
En estas corrientes el pescador siempre
posee un tanque de oxígeno en su corazón
de tierra que espera la hora precisa segar el mar.
(A- ω)
A Julio Riquelme
No hay balsa resistente
al oleaje de la red.
Flujos de imágenes
sin contenido,
marejadas de belleza
y de luz ahogadas por corrientes subterráneas
ciegas de carne humana.
Sé que el reloj estalla en un fragmento de Enter.
Como un turista se fotografía el cáncer,
la estela de una guerra química,
el desnudo pop
de una rupturista
(quizás lo más tradicional del mundo).
Atrapar la vida en un video
de tres minutos, o la vida en
140 caracteres.
Claramente los materiales
de mi balsa son rupestres
para la pantalla plana.
A pesar de la esclavitud
de ciertas miradas salgo a pescar memoria,
es decir,
un anzuelo para mi asombro aborigen.
(A- ω)
A Rolo Beaujon
El espacio cero de los océanos.
En el espacio cero de los pájaros
se esparce cierto miedo a caer en
una nada sin ojos.
Pero en la superficie
de mi tacto
permanece la búsqueda
de una gota de piano
para diluir
el movimiento
de la prisa
de un ángel migratorio
que lleva a cuestas
un mundo en caída libre.
(Ω- α)
A Antonio Soto
Al sur del tiempo
los árboles fueron los primeros habitantes.
Lo he escuchado en ciertos ojos de ancianos quise
decir niños-hombres.
En una época no había distancia
entre el cielo y viento, y los árboles
dejaban ver pies y manos.
La raíz aquella mano de tierra
y las ramas contemplaban
intactas la velocidad de la luz que las rozaba.
De acuerdo a ciertos ancianos
de tierra si posas como niño el oído al tronco,
escucharás su alabanza desnuda, (nunca un
lamento
porque su genética es sólo canto)
cuya única posibilidad es el parto del ojo.
Amaneció el hombre y cierto lenguaje enmudeció el
canto adánico del primer verso del bosque.
Instalando
una lengua analfabeta de vida.
El nuevo adán entrecruzado en ciertos corazones que
aún palpitan y como niños-ancianos
persiguen el reverso del viento,
aquellas huellas del tiempo en que los árboles
caminaban junto a los hombres.
(A- ω)
A Cris Elwin Tuto Ramson
Paren de sufrir (Primer verso tomado
de un letrero de una iglesia que fue
cine o viceversa).
El espejismo hipnótico
de ciertas bandas sonoras,
desplegando radiaciones
en abismos de ensueño
creyendo que los milagros se consumen como
como likes en los perfiles de Facebook.
El auditorio esperando el golpe de rock
para relajar el espíritu de un día fotocopiado.
Mientras el vendedor instala
en los corazones “Cristos” de plástico diseñados
en una fábrica lejana
donde es imposible la devolución del producto.
(Ω- α)
A Magdalena de Cisternas
El vértigo de las mareas
se fragua en la orilla del espejo
frente al transcurrir de
ciertas horas inmóviles,
de ciertos bloques
de humo digital.
Frente a un suspiro oceánico
se requiere el oxígeno
para el parto del aéreo animal
que pretende
nacer de nuevo.
Es decir,
deslizar los primeros
latidos en un espacio cero.
EL PESCADOR DE MÁRGENES
A Luis Cruz- Villalobos
(A- ω) (Ω- α)
Antes del reino. Antes de partir el tiempo en nuevos espacios. Antes que la Palabra se esparciera en los márgenes oceánicos, y se posará como un pájaro de mar en las aldeas y en los confines de la tierra. Antes que habitara en las cárceles del cuerpo, y los infinitos laberintos sin sal. Escampó en el páramo, vació la eternidad de sus treinta años, eludió convertir las piedras en pan, y volar cinematográficamente como los ángeles. Y entonces, el desierto comenzó agitarse como el mar por el aire que brotaba de su silencio. Y las fronteras de los corazones se remecieron por flujos adánicos y el viento que nacía de sus palabras.
(Ω- α)
A Cristián Morán
Al principio buscó el silencio.
Inadvertido desapareció
durante algunas semanas.
Inadvertido llegó
en condición de cadáver;
su cuerpo estaba vaciado,
como la debilidad de un niño recién nacido.
Pero el brillo de sus ojos.
Nunca olvidaré
ese brillo de sus ojos,
parece que había recogido toda la luz del desierto.
(A- ω)
A Arantxa Arrúe Anttila
Su primer itinerario fue caminar
por todos los márgenes,
donde yace el silencio,
el olvido, aquella extrañeza posada en los ojos;
aquel desarraigo de lo propio,
aquella imposibilidad de emigrar de los límites,
donde los demonios se multiplican
por falta de latidos vitales.
En silencio sin ceremonias
se manifiesta el pulso de ciertas
palabras que con
solo pronunciarlas desintegran
cualquier intento del infierno.
Y su fama se extendía
por todos los lugares de los contornos.
(Ω- α)
A Helina Aulis
En la turba los corazones se desnudan.
La levedad de ocultarse
en la masa y gritar - ¡mátadle!
La turba pensaba cumplir
al pie de la letra el texto.
Ella no podía levantar
sus ojos que se extendían
al suelo a la muerte.
Mientras, el carpintero
tatuaba el más bello poema de amor
jamás traducido a lengua humana.
La turba comenzó evaporarse
como las piedras
como el dolor,
como el infierno.
Y germinó una nueva flor,
quise decir, una nueva mujer.
(A- ω)
A Laura Gómez Liz
Un día leyó algo
sobre el fin de la esperanza,
es decir, leyó la promesa cumplida.
Ya no habría más espera
para los cautivos, los ciegos,
los oprimidos, para habitantes de los márgenes.
Pero fue el primer
día que experimentó la condición
de inmigrante en su propia tierra.
Médico cúrate a ti mismo dice el refrán.
Lo llevaron a la periferia,
lo subieron a un monte para lanzarlo al vacío.
Sin embargo, la multitud
no pudo contenerlo
pues la esperanza ahora estaba allí;
palpable, y caminaba entre ellos.
(Ω- α)
A Cheo Cornejo Bouffanais
A la orilla del mar hombres,
mujeres y niños se agolparon
para escucharlo.
Los pescadores prestaron
sus barcas para que la voz
se extendiera a más personas en la orilla.
Luego del mensaje les dijo
que fueran mar adentro para la pesca.
Toda la noche en alta mar
y las redes estaban vacías
de alimento oceánico.
Incrédulos… un pescador
dijo lanzaré las redes solo porque
creo en tu palabra.
La barca se deslizo sobre el mar,
por sobre el silencio
y los peces se posaron
en las redes que se inflaron como globos.
Los peces no solo entraron en la barca,
entraron en los ojos, en las manos
en el corazón de los pescadores.
Nunca volverían a trabajar en alta mar,
fue su primera
clase para ser pescadores de mares.
(A- ω)
A Grace Gómez
En el trayecto cotidiano
se encontró con
la imagen sepulcral de un leproso,
por las heridas su vista no se levantaba
del nivel de las rodillas.
Solo dijo- si quieres puedes limpiarme.
Entonces le pidió
que extendiera las manos,
y el leproso extendió
las manos,
el corazón y sus ojos
contuvieron por un momento
toda la luz
del mundo
que caí a esa hora.
-
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