Manuel Hernández Benavides
(Bogotá, Colombia 1943). Estudió derecho en la Universidad del Rosario. Ejecutivo en zonas aduaneras. El Ministerio de Agricultura le encargó un estudio de las representaciones jurídicas de los campesinos, en épocas de la Reforma Agraria, y de allí pasó a manejar el fomento de las ventas de las artesanías colombianas en el exterior. En estas actividades recorrió ampliamente el territorio nacional, mientras vivía una experiencia intelectual con sus lecturas «en hoteles de paso» y en fincas de diversas zonas del país, hasta cuando volvió a vincularse a la Universidad de los Andes, donde inició una actividad que nunca ha dejado: los talleres de literatura. Enseñó sociología jurídica y deontología y con el pintor Pablo Solano tuvo una galería de arte, Témpora. Viajó a Buenos Aires en 1980 y allí entrevistó a Borges (enviado por la Universidad). En España presentó una ponencia sobre la no-figuración pictórica en Colombia, en ARCO-82. Participó en el homenaje a Cortázar en Sitges organizado por la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo y dictó una serie de conferencias en la Universidad Complutense de Madrid. En 1983 se reintegró a los Andes. Dedicado de tiempo completo a la literatura y a la comunicación, dirigió una sociedad universitaria sobre derechos humanos. Recogió manifestaciones del folclor del país y comentó libros, para la TV. En 1991 la Universidad publicó su libro sobre Borges: Borges, de la ciudad al mito. Asistió a encuentros sobre literatura en Estados Unidos y al Congreso de americanistas en la universidad de Tulane, donde presentó ponencias sobre el teatro colombiano contemporáneo. A su regreso presentó en T.V. una serie de 30 programas llamada La ruta de la democracia. También fundó las revistas Falsas riendas y El público. Perteneció al grupo poético de la «Generación sin nombre». Entre sus libros de poemas publicados se cuentan: Los cuatro elementos (1977) e Interior exterior (1978). Con el pintor Pablo Solano elaboró dos opúsculos, uno sobre Artistas no figurativos de Colombia y Creación y profecía de la ciudad perdida. En 1988 ganó el premio establecido para celebrar los 450 años de la ciudad de Bogotá con el libro Bogotá: 450 años. De los orígenes al deslumbramiento. Y en 1997 publica su novela Ese último paseo sobre la Bogotá cotidiana de fin de siglo.
AFORISMOS DEL OLVIDO
No hay imagen
algo que no es posible recordar
nos acompaña
Con la naturaleza del olvido
están hechas
más cosas de las que nos imaginamos
Cómo llevar la voz por los senderos
de una sensibilidad
que no se oculta
y por lo mismo que
no se descubre?
Descubrirse es quitarse el sombrero
para saludar
ahora todos llevamos el sombrero
dentro de la cabeza
no lo perdemos por cualquier cosa
Todos tenemos un carrete
o una planta
o el inmencionable arbusto
del mendigo
que nos acompaña desde el olvido
El ángel de la guarda se llama olvido
y no lo rescatamos con máquinas de fotografiar
hubo un tiempo en que no había chatarra
las cosas' viejas eran simplemente
cosas viejas
Tiempo cuando lo que se quedaba atrás
y aparecía en sueños
era una materia próxima al amor
cercana a los helechos de la prehistoria
Siempre habrá una palabra que no aparece
cuando la necesitamos
porque nuestro ángel de la guarda nos la esconde
cuando aparezca la merecemos
y la guardaremos nosotros
o querrá irse y vendrá
una última vez a despedirse
Esto no es triste
es más triste ver un globo
halando de la pita
para remontar los cielos
y que no lo logre
El olvido no está solo
nos lleva a nosotros y al esfuerzo de combatirlo
alguien será destruido
si las reglas del juego no son limpias
Cuando comenzamos a inventar
estamos haciendo imagen
con las imágenes que no vemos
No hay imagen
lo que vemos siempre es nuevo
un oculto corazón siempre presente
Un oculto corazón siempre presente
desde el más lejano punto de una estrella
desde los cuernos de la amarilla luna
asomándose por detrás de la montaña
detrás encima debajo
a un lado cerca y lejos
figura y abstracción estar no estar
anunciándose en la noche viajera
cualidad clara u oscura
la luna llena durmiendo como un niño innato
estar no estar
un oculto corazón
siempre presente
latiendo ocultando
diciendo descubriendo
negando sintiendo
afirmando noche
olvidando alta noche
imaginando media noche
latiendo alta noche
media noche
entre dos altas noches
medio día
entre dos altos días
un oculto corazón
siempre presente
No hay imagen
algo que no es posible recordar
nos acompaña
DE LAS FORMAS DE CAMINAR HACIA EL POEMA
I
entre la formas de caminar
distinguiría dos:
la de aquel que sale de su casa
sin mirar la calle o el puente
y la de aquel
que se detiene a mirar y añora
la misma calle donde vive.
Nunca la conoce.
II
de las formas de caminar
distinguiría dos:
la de aquel que sale de su casa
no mira la calle o el puente
lleva dentro las piedras, las aguas,
una sola comisura de su ojo conoce
lo que no vé aquel que se detiene.
no sabe si vé
ni si añora.
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