Óscar Ernesto de la Borbolla y Rondero (n. Ciudad de México, 8 de septiembre de 1949) es un filósofo, ensayista, narrador, poeta y conferencista mexicano.
Obtuvo el Grado de Maestro en Filosofía en la UNAM y el Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, y fue becado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana. Profesor de Filosofía en la FES-Acatlán de la UNAM, titular en el área de Metafísica y Ontología; maestro en la Escuela de Escritores de la SOGEM; coordinador de talleres en universidades, casas de cultura y el CNIPL del INBA; asesor del secretario de Educación Pública; guionista de los programas radiofónicos “Ucronías Radiofónicas” en Radio Educación y “La Carta Radiofónica” en Radio Trece; conferencista en la mayoría de las universidades de la República Mexicana y en innumerables universidades de Estados Unidos, Canadá y España; miembro de la Comisión Dictaminadora de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y de los consejos de redacción de las revistas Los Universitarios, Plural y Blanco Móvil. Miembro de la SOGEM. Su obra ha sido traducida al inglés, francés y serbocroata.
Colaboraciones
Alfil
Blanco Móvil
El Día
El Nacional
Excélsior, como columnista de Ucronías
Galería
Los Universitarios
México en la Cultura, como columnista de Reflexiones en el Sueño
Plural
Revista Mexicana de Cultura
Revista Universidad de México
Sábado
Siempre!
Sin Embargo
Reconocimientos
Premio Internacional de Cuento Plural, 1987, por Las esquinas del azar
Premio Nacional de Humor La Sonrisa, 1991, por Nada es para tanto
Obra
Autobiografía
Un recuerdo no se le niega a nadie, Blanco y Negro, 1998.
Crónica
Dejé mi corazón en Humanguillo, Secretaría de Desarrollo Social, 1999.
El ajonjolí de todas las soluciones, Secretaría de Desarrollo Social, 2000.
Cuento
Vivir a diario, SEP, Piedra de Toque, 1982.
Las vocales malditas, e.a., 1988; Joaquín Mortiz, Serie del Volador, 1991; Nueva Imagen, Biblioteca Óscar de la Borbolla, 2001.
Relatos, INI, 1988. || EM Los siete pecados capitales (colectivo), CONACULTA-INBA/SEP, 1989.
El amor es de clase, Joaquín Mortiz, Cuarto Creciente, 1994; la nueva edición corregida y aumentada se titula Dios sí juega a los dados, Nueva Imagen, 2000.
La ciencia imaginaria, Selector, 1996.
Las esquinas del azar, Biblioteca del ISSSTE, 1998.
Asalto al infierno, Nueva Imagen, 1999.
La risa en el abismo, Nueva Imagen, Biblioteca Óscar de la Borbolla, 2004.
Ensayo
Introducción a la filosofía de Nietzsche, ENEP-Acatlán UNAM, Cuadernos de Investigación, núm. 15, 1991.
La muerte y otros ensayos, ENEP-Acatlán UNAM, Cuadernos de Investigación, núm. 18, 1993.
Filosofía para inconformes, Nueva Imagen, 1996. || La rebeldía de pensar, Patria, 2006.
Material didáctico[editar]
Manual de creación literaria, Nueva Imagen, Biblioteca Óscar de la Borbolla, 2002.
Novela
Nada es para tanto, Joaquín Mortiz, Novelistas Contemporáneos, 1991; Nueva Imagen, Biblioteca Óscar de la Borbolla, 2001.
Todo está permitido, Planeta, Narrativa 21, 1994; Nueva Imagen, Biblioteca Óscar de la Borbolla, 2002.
La vida de un muerto, Nueva Imagen, 1998. || Periodismo ficción: Ucronías, Joaquín Mortiz, Serie del Volador, 1989.
La ciencia imaginaria, Selector, Aura, 1996.
La historia de hoy a la... mexicana, Planeta, México Vivo, 1996.
Instrucciones para destruir la realidad, Nueva Imagen, 2003.
El futuro no será de nadie.
Poesía
Los sótanos de Babel, SEP/CREA, Letras Nuevas, 1986; edición corregida y aumentada, Times, 1998.
Si tu vinieras desde el olvido
Si tu vinieras desde el olvido lenta
a empapar con tu imagen
los
minutos de inoperante niebla
tejiendo y destejiendo caminos y
carreteras
del estancado mientras
cuando neciamente presiento tu
presencia
y me duele en lo hondo
como un eco marchito
la torpe
lentitud
con la que no regresas…
Tu me lo has dicho
Tú me lo has dicho
Abriré los ojos dieciséìs horas por semana
Me
gustaría que vinieras a verme
Debe de ser muy triste desde el
fondo
mirar esos cadáveres flotando arriba de uno
Yo no
respiro ni crezco ni necesito comer
pero abro los ojos
y platico
contigo.
Apuntes para una nostalgia 5
Me queda una pedacería de encuentros
un rumor de muros dispersos
segundos
aislados de los días intensos
letras que alguna vez formaron nombres
ruinas
de los meses
que alguna vez
fueron de arriba a abajo
sólido
llanto y luz compacta.
Se han desmoronado las estatuas
a las que
estuve atado
y al final
queda tampoco siempre
que parece
que
uno no acaba de nacer.
Poema tomado del libro: Los sótanos de Babel
MIMI SIN BIKINI
Insistir, Crispin?... Mi visir, mi bichín, mi cid: si sin ti viví dificil.
Chipichipi sinfin: crisis y crisis: bilis, rinitis, tisis. (Snif, snif)...
¡Fingir!, ¿Fingir mis crisis?... ¿Ni tisis, ni rinitis, ni bilis?
¡Sífilis!... ¡Cistitis!... ¡Sífilis, Crispin!... ¿Infingir mi civil vivir?,
¿crispir mi hipil?...
Si sin ti, ni vi films.
Viví gris sin brindis ni picnics...
Si inhibí mi ji ji y vi mi fin...
Si, Crispin, vi mi fin y mi tris...
¡Vil! ¡Vil Crispin!... ¿Mi Flirt?, ¿Dirigir mi bici sin bikini? Mil jipis,
mil lics y Mimi sin bikini!...
¡Incivil! Si ni dirigí mi bici... (Snif, snif)
Sin ti, vi mi I Ching y viví mi crisis gris gris, sin vid ni bisbis ni
chinchin ni lizt.
¡Crispin! ¡Crispin! ¡Mi crin! ¡Mi tisis!... (¡Chin! ¡Chin! ¡Chin! ¡Pin!...
Snif, snif. ¡Chin! ¡Iiiih! ¡Christ! Chin!)
¡Crispin! ¡Plis! (Snif, snif) Plis, ¡Plis Crispin! ¡Si! ...
Si, mi Crispin...
Si si mi michi, si...
(Snif, snif) Si, si Crispin, incindi... si si, ni crisis ni bilis;
sifilis si (Snif, snif) y cistitis... Di mi lid, di mi lid y... dimití...
...
Si di... di mi sillín; sin iris di mi si... y sin bikini di mi vil si.
...
¿Si insisti?... Si.
Philip, Gil, Billy y mil jipis.. (Chin! Chin! Ijjj!
¡Hip! snif, snif)
¡Mi tic, Crispin! ¡Mi tic!... Sin ti mi cid chic, mi viril simil, di mis... (¡Chin! ¡Chin!)
...
Plis, Crispin, ¡Plis! (Snif, snif)
Si, si... fingí filili y tisis, y vil inscribi mi: "Miss Mimi dividí sin bikini in this city".
Si, imprimí mi listín y viví vigil. (Snif, snif)
...
Si, mis mil.
...
Si, sin bikini, mil.
...
¿Ir?... ¿Insistir, Crispin?
...
¿Mimi sin bikini y Crispin mi ministril? ¿Mi Rintintin?
...
¿Dividir mi din?... ¿Mil y mil? ¡Ni pimpi, Crispin, ni pimpi!
(¡Chin! ¡Pin! ¡Chin! ¡Chin! ¡Crij. Crij. Chin! ¡Chin! ¡Iiij! Hip. Snif, snif)
¡Mi fin!... ¡Mi fin!... (¡Pin! ¡Pin! ¡Chin!)
...
Si, ¡Crispin! ¡Si!... ¿Y mi cistitis? ¿Mi sífilis?... (Chin! Chin!)
Si Crispin, si mil y mil. (Snif, snif)
Si si, sin hipil y sin bikini...mitin y bici si si, y fingir y chist.... (Snif, snif)
Si mi visir, si mi pillin, si...
EL HEREJE REBELDE.
De su libro "Las vocales malditas."
En el verde césped del edén, celebre sede de creyentes, el decente Efrén se estremece. Tres deberes del mes lee en el templete del regente: "Defender el vergel del Hereje Rebelde, tener fe en el celeste jefe de tez perenne, ser excelente."
El membrete del Jefe es esplendente, se ve de Kermesse.
Esther se embellece enfrente de Efrén, es de temple terrestre, cree levemente en el deber, el degenere en vez de repelerle le vence. Se ven brevemente, temen se decrete el envejecer, se envenene el éter, se cercene gente, se eleve el jerez.
Desde el estrés del Jefe el edén decrece, el excedente le pertenece, se ejercen leyes dementes, se debe beber detergente en vez de leche, ser pelele, ser pedestre, ser deferente; es menester entretenerse en tejer redes, en prender rebeldes. En el este, trece rehenes perecen de sed; en el frente fenecen de herpes, de peste. El edén ennegrece, se pretende reprender herejes, perderles.
-¡Eh, Esther, ven!, relee el deber. El jefe se excede.
-¿Prevees el tren del semestre?...
Me enteré del brete de gente decente en el este: nenes, bebés perecen. El clemente es el Hereje Rebelde: desprende el ente del crecer, mete el entender, cede excelentes mercedes. El Rebelde merece el belvedere…
-Esther, eres efervescente. Ten en mente el menester del Jefe, es rete vehemente, de repente crece, reverdece, expele seres…
-Ese vejete me prende. Es jefe, regente, gerente. Perennemente deberes: “llévenme el neceser”, “llénenme de peces”, “repten”, “trepen”, “dejen de verme”, “récenme preces”, “enderécense”, “respétenme”, “festéjenme”, “perseveren”, “refrénense”, “esperen”, “vegeten”, “déjense”. Se cree el Ser, el Tres Reyes; es el jején del edén.
-¡Esther! ¡Detente! ¿Pretendes descreer de Él?
-¡Efrén, temerle es endeblez! ¡El presente debe ser del Rebelde! Él es terrestre, es el envés del Jefe. De él es ese “dejen de depender”, ese “mézclense”, ese “bésense”, ese “deséense”. El entender debe extenderse.
-¡Esther, se te mete el Rebelde!
-¡Emerge Efrén!, eres decente. Despréndete de ese pelele, es memez de bebel. Ve de frente, mereces se te respete, se te deje beber, expeler semen, tenderte en el césped. Mereces se te revele el ser del éter celeste, se te eleve, se te deje emprender. El emprender es el eje del entender…
-Efrén se mece: es el deber del Jefe enfrente del descreer rebelde; teme le desherede, le eche del edén, le fleten de res, le llenen de herretes; Esther le embebe, se mete en él, le vence: “Tenerme en el césped… tenerme trece veces… excederte… es… es… excelente Efrén”.
De repente el éter emerge del celeste Jefe: “¡Ejem! ¡Dejen de entenebrecerme, seres febles! ¡Vermes! Refléjenme, venérenme, échense, desesperen. Les generé de heces en el retrete del desdén, les presté el verde edén. Les exenté de fenecer. Les estrellé el éter. Les enderecé el pesebre. Les enseñé el deber… ¡Me entenebrecen, seres herejes, les perderé! ¡Recelen! Efrén, desde este mes debes merecer el jerez. Te meteré vehemente sed. Este deber te merme, te reste, te cercene… Esther, eres gente terrestre, plebe de rebelde, te he de vencer. Desde el Belem, Efrén te despeche, te cele, te frene…”
El Jefe les expele, les mete reveses dementes, el eje del edén cede, el templete se estremece, el verde se desprende, se ennegrece el vergel. Se les ve perder el esplendente ser: Esther envejece, Efrén precede. El brete es de meses, de repente entrevé en el celere presente encenderse el éter: es el Rebelde.
¡Esther, Efren, espérenme!... Serénense... Desenrédense de ese temple, peleen. Es menester se destete. El Jefe es endeble. Dejen de temerle, es celeste, depende del creer, del tenerle fe... ¿Preñez? ¡Déjele!, entérense: se prevee... ¿Merecer el jerez? ¡Déjele! Se emprende... de este enser emerge excelente jerez... Estrenen el entender rebelde, creen enseres. Eleven este terrestre edén, céntrense en él. Es breve este entremés, embelésense, deséense, desde este mes se pertenecen, les pertenece el excedente, llénense, bésense, rebélense. ¡Es menester vencer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario