domingo, 20 de julio de 2014

JOSÉ ANTONIO ZAMBRANO [12.410]


José Antonio Zambrano 

Nace en 1946 en Fuente del Maestre (Badajoz).: reside en Almendralejo)

-(1977): “Al lado mismo de nosotros”, en ÁLVAREZ BUIZA, J.; BELLOSO, P.; LIMPO, Luis A.; VICENTE, Mª Rosa; y ZAMBRANO, José A., Poesía extremeña actual (1ª parte), Badajoz, Editorial Esquina Viva, pp. 109-150. Nota: “José Antonio Zambrano”, de Antonio Bellido Almeida pp. 105-107.
-(1980): Canciones y otros recuerdos, Badajoz, Universitas Editorial, 104 pp. “Prólogo” de Ricardo Senabre, pp. 9-15.
-(1982): Sonetos, Badajoz, Consejería de Cultura de la Junta Regional de Extremadura, 36 pp. “Prólogo” de Ricardo Sosa, pp. 5-7.
-(1984): El libro de las murmuraciones, León, Institución “Fray Bernardino de Sahagún”, Diputación Provincial de León, 86 pp.
-(1984): Poemas de la espera y el canto, Badajoz, Diputación Provincial de Badajoz, 55 pp.
-(1985): Pavana para una voz y musas, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 56 pp.
-(1985): “Ditirambos”, en Arco iris, Mérida, 12 pp. [8 poemas]
-(1987): Coplas de la bella Edinda, Badajoz, Cuadernos Poéticos Kylix.
-(1987): El rostro conocido, Sevilla, Guadaira, 1987, 60 pp. Introducción: “Preludio para una poesía de sonidos hondos”, de Antonio Holgado Redondo, pp. 7-12.
-(1989): La noche de los lirios, Badajoz, Diputación Provincial de Badajoz, 64 pp.
-(1990): “Habítame de ti”, “Universal del tedio y la alegría”, “Candente”, “La luz quema el instante del sonido”, “Vivir”, en el libro objeto Pirámide, Mérida, Ayuntamiento de Mérida.
-(1994): Como una presunción, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 72 pp. Prólogo: “El intenso canto herido de José Antonio Zambrano”, de Miguel Ángel Lama, pp. 9-15.
-(1995): Diario de los sitios, Badajoz, Del Oeste Ediciones, 72 pp.
-(1999): La mitad del sueño, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 64 pp.
-(2000): Después de la noche, Madrid, Calambur Editorial. Prólogo: “José Antonio Zambrano, veinte años después”, de Ricardo Senabre, pp. 7-12.
-(2000): Poesía, 1980-2000, Mérida, De la Luna Libros, 224 pp. Prólogo: “Aire blanco en torno. La poesía de José Antonio Zambrano”, de Miguel Ángel Lama, pp. 7-59.
-(2003): Amor mío, la vida, Cáceres, Diputación Provincial de Cáceres, 96 pp.
-(2003): Las orillas del agua, Prólogo de Miguel Casado, Palma de Mallorca, Calima Ediciones, 72 pp.
-(2004): Soleares: a cantar las doce, Mérida, De la Luna Libros, 52 pp.
-(2006): Treinta minutos de libertad, Madrid, Calambur, 72 pp. Prólogo: “Un grito en el tiempo”, de José Luis Bernal Salgado, pp. 9-16.
-(2008): Sitio de todos, Badajoz, Junta de Extremadura. Consejería de Cultura y Turismo, 16 pp.
-(2009): Apócrifos de marzo, Madrid, Calambur, 88 pp. Prólogo "Esquema del horizonte", de Alonso Guerrero, pp. 9-20.




JUEGO DE VOZ

Para Fernando T. Pérez,
después.

Jugando está la noche con la nada;
aquí después de todo, todo ha sido
un duelo de esperanza en lo vivido
y una sed de labores, casi nada.

No es perdón esta voz, es sólo nada,
tiempo de cuna y hambre pervivido
entre la soledad de lo nacido
y la sed de lo ancho por la nada.

Jamás pisó la voz tanto cuidado,
ni jamás la decencia fue tendida
como alma a secar por lo cansada.

Nunca palpar tu luz quiso la vida,
siempre el destino a paso descuidado
y en mi pesar y en tu pesar la nada. 





La media hora de un poeta
La libertad es siempre
lo que no puede imaginarse.
Lo que desde su colmo
se extiende como un afecto de estampa.

La libertad es el aire.
Nace blanca como el amor,
vive en la respiración de la lluvia
y se abre al sabor de la sal
como se abre al oro de su nada.

Puedo sentir sus filos
en lo que arrumba el bajo de las noches,
y puedo ensoñar su fondo
en lo que exculpe el eco de lo desconocido.

Siempre mi corazón
buscó desde fuera
palpar cada día la sangre de todo.

Nada he perdido
por intentar convencerlo
de lo que late en mí.







Linda presencia ésta
de no tener más que hollín
en las manos.
Ahora que me decanta el mar
y voy sobre mis hombros
como una ristra abrazado,
o como una voz que busca nido
y sostiene su mundo
dentro de esa emergencia de la nada.

A cada cual confunda
ser parte de la muerte,
otra notable estimación de estar y decidir la vida.

Efigieo busto de mi rabia,
porque lo que es aquí
y hoy
(esta salud de no poder dormir)
sólo la risa alienta
ante ese propósito
de no quererme más.






SOBERANA TE VUELCAS

Soberana te vuelcas
al incendio.
Antecedida
al fuego,
tu visión se prolonga
casi doblada al himno consumado.
Vital por este siglo
acaricié tu sexo de albahaca,
latiendo entre mis dedos
un pájaro de olas.
Qué rastro por el cierzo
de los ríos.
Cautivé la quietud
y la supuse
lunar del estupor,
flor de dolor sonámbulo
asido a la lujuria de mi fondo.
La lluvia estaba triste,
la recuerdo,
jugaba a estar celosa de violines.







Horas desnudas

El que dice las cosas de otro modo,
el que mira extraño el capricho de la nieve
y hunde sus manos en las grietas del agua
es el tiempo,
que alberga en las noches de deserción
sus horas colgadas
como espigas a secar.

Esas horas que nunca son de nadie,
que pertenecen al olor del mundo,
todas impúdicas y ciegas ofreciendo
lo amargo de su burla:
contener en lo posible
la cita que se aferra en confundir
el único poema al que aspiro




La mitad del sueño

TODO SE ha estremecido en este día de nadie.
La libertad es una murmuración de pájaros
que vuelan en un mismo lugar,
mientras sobre mis manos
el tiempo va dejando un testamento de humo
que pretende acercar
el olor de lo viejo.
Pero no atinan los ojos
con la certidumbre de las cosas.
Tal vez sea el destino
horadando el temblor que ve crecer la hierba,
el que mantenga anónimo
el coro frío de la voluntad.
Hora es ya más que nada
de regresar ¡oh mundo!
a tu entorno de silencios.





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