CRISTINA BERBARI
Cristina Berbari nace en Buenos Aires, Argentina, el 18 de octubre de 1943.
Poeta, dibujante, grabadora.
Desde marzo de 2000 crea y dirige la revista de poesía "Fijando vértigos" en sus dos versiones gráfica y virtual. La publicación y su directora han recibido Reconocimientos del Círculo Literario "Bartolomé Mitre", Municipalidad de Azul, Provincia de Buenos Aires, "en virtud de haber aportado positivamente al crecimiento Cultural Nacional, trabajando desde la palabra" (2000 y 2002). Cristina Berbari ha publicado los siguientes poemarios: Penúltimo portal, Los lagos y la tortura, Incandescencia (tríptico), ¡Oh,la Omega!, Doloras de la piedra negra y voces invitadas a perseguir nubes, La Señora Bovary a dos voces, Salmodias del no, Una extraña necesidad de canto, Rosas en vuelo y Sudario profano, ambos poemarios en edición bilingüe: español- catalán. Traducción: Pere Bessó. Libros compartidos: Fuegos en fuga, 2013. Las abejas de Venus (relatos y poemas) 2014. "Air Colección CIELE-ICWEL 4" (XI Convención Internacional en Lenguas Europeas, Málaga, España, 2009) ha publicado su ponencia "John Donne o el Péndulo de lo Paradojal", en español, y la versión al inglés por Mariette Cirerol.
LA BELLA DAMA
¡La belle dame sans merci te ha hecho su esclavo!
John Keats
Alimenta mi sombra.
Da de beber a la sedienta,
la pequeña oculta.
En tiempo de plenilunio
estimula su costado,
su profundidad,
su geometría,
su tenue vaivén.
Vela su sueño en hora sin luna.
Ella, la incierta,
ciertamente devendrá mi rival.
Hebra por hebra habrás de deshilar
urdimbres misteriosas.
Sombra que te nombra y nos asombra.
Atento al llamado de luciérnaga,
persíguela,
tras la estela
alcanza aquella fúlgida tiniebla,
desnudo desnuda esa oquedad
-vorágine despeñadero-
penétrala, húndete, traspásala,
así, hasta el ardor,
hasta el grito,
hasta reconocer la forma nueva:
voraz, insaciable abrazo de la noche.
(2007)
ENCUENTRO
El hombre feliz frotará sus manos,
presagia Apollinaire.
Aparece Ella, fruto súbito,
sola entre la gente.
Y Él se frota las manos, feliz.
Nacen sus cuerpos.
Ella y Él entre el gentío ¿a solas?
El adentro gira, gira y se vuelve
mirada
asombro
certeza
como vértigo inaugural
como alto refugio
como la lluvia que crepita
hasta cubrir un antiguo rescoldo,
el despertar
ante el alumbramiento.
Transparencia ¡Alquimia del cristal!:
ambas siluetas, un solo espíritu.
Y, en el afuera vuelto jardín,
vibra el ánima,
encendida en rojizo verdor,
en luz
en aire
en el fruto maduro que,
sin herirlo, picotean los pájaros.
(2008)
De EN EL JARDÍN DE LO FRAGMENTARIO
Como una cesta llena de pájaros
estalla el día:
amarillo hasta la exaltación,
amarillo hasta que ardan los ojos.
Adivino a Van Gogh
hablando con los cuervos.
ACERCA DEL LEPIDÓPTERO
Y LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO
Crepuscular,
cierta imago y su vuelo
anuncian
lo fugaz.
En el devenir de siglos
levísimo aleteo
nuestra vida.
Algo escapa entre los dedos,
lábil trazo;
lo efímero,
polvo azul de alas muertas.
INTERROGANTES
¿Qué pájaro devuelto de las sombras
pronunciará tu nombre
cuando seas de niebla?
¿Quién cosechará los frutos
del recuerdo cuando en tus sienes
maduren las formas del olvido?
¿Qué fuego derretirá los hielos
cuando seas de hielo?
¿Qué sueños repetirán tus sueños
cuando tu sueño sea
sueño de piedra?
¿Quién ocupará un lugar,
entre los vivos,
al borde de tu sombra?
¿Quién, en el cuenco de su mano,
dará de beber a los fantasmas?
¿Qué infierno nos salva?
¿Qué cielo nos condena?
VÉRTIGO (DE ENTRE LOS SUEÑOS)
Pasos furtivos me anuncian en el alba.
Respiro la luz con dificultad.
No ha sido legible
la última posdata de la noche.
Llévame
hasta el último aliento del día
donde aspira la noche.
Arráncame a dentelladas
la angustia del no ser,
mi vestido de viento.
Enciéndeme el plumaje
hasta que cante el pájaro de la piel.
Ah dejarnos resbalar por los montes
sus declives
al soplo de la luna:
el vientre de seda
manos florecidas de mejorana
estrellas estallando nuestros cuerpos
espumas, pasmo, certeza,
prodigio, savia ardiente, lava.
Llévame
hasta el aliento del ser primero
donde late la palabra esencial
hasta la última cumbre del ensueño.
Llévame
a la altísima forma del amor.
Y juntos saltemos al abismo y nos crezcan alas.
(De "¡ OH, LA OMEGA!")
IMPAR
eran una sola sombra larga
José Asunción Silva
Si me fuera dado
rescatar tu sombra
del errante país
de las sombras
ardiente la llevaría
en brazos
de mi sombra
al linde
de otra edad
en busca
de un espejo,
jardín prohibido
donde
desplegadas en luz
-amantes
creando su infinito-
serían una:
iluminada sombra única.
MORIR DE NO MORIR
Entre hojas
de este libro de Eluard
a modo de señal
y ante cierto poema en custodia
se agosta
silente
la hoja de roble
al viento rescatada
por calles en tinieblas.
Sola sonora túrgida
hoja en el viento
con sol radiente voy.
Entre hojas lozanas
bajo el mundo de un roble
secreta fuente del murmullo:
mi boca
hace el amor en aquel canto.
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