martes, 12 de mayo de 2015

VEGA CEREZO [15.923]


Vega Cerezo Martín

Nació en Murcia en el año 1970. 

Ganadora de la V Edición del Concurso de Cuentos “Villa Condal de Cifuentes” (Guadalajara) en la categoría de adultos con el relato Bienvenido a California.
Diplomada en Biblioteconomía y Documentación por la Universidad de Murcia, actualmente ultima sus estudios como periodista.

Ha publicado poemas en revistas digitales como La sombra del membrillo, Manifiesto Azul, El Coloquio de los perros o Gatos y Mandurrias y artículos de opinión y reportajes en la revista sociocultural Entrelíneas de Alhama de Murcia.

Colaboradora del programa matinal de los sábados de Radio Chinchilla (Albacete) en su espacio dedicado a la lectura.

En diciembre del año 2010 publica con Diego Marín Librero Editor su primer poemario, La sirena dormida.
Yo soy un país es su segundo poemario.





DE La sirena dormida, 2010


ZARPAZOS 

A veces los días están repletos de
esquinas y
yo me araño
con todas.


EL PACTO 

A mi hija Rocío.

Ensayemos un gesto. 
Uno leve y sencillo que nos una 
más allá de espacio y tiempo.
Algo fácil de recordar.
Algo nuestro: tuyo 
y mío.

Volveremos;
porque el mundo funciona así
y una extraña energía 
nos pone y quita a su antojo.
Albergo la esperanza (por encima de vida y muerte),
de descubrirnos siempre. 

En cualquier instante y lugar
algo tuyo, 
agitará mi alma
o algo mío,
removerá tu calma;
y aunque no recordemos
esto que ahora tenemos,
desearemos –irracionalmente-
tener algo juntas de nuevo.


AUSENCIA

Guardo una sirena
bajo la piel
que me envuelve
y protege.
Tumbada en el sofá
me pellizco un plieguecito
y tiro.
Uno por aquí,
otro por allá
Ahora que tú no estás
para corregirme
el vicio
y decir que me dolerá,
que escocerá,
que me quedará marca.
Es tan rabiosamente hermosa
que no ceso
de mirarla,
de asomarme a ella.
Sigo dejando charcos,
charquitos de agua salada
por si vuelves a buscarme
para que esta dermis
no te engañe
y este olor
no te confunda
y este llanto
no te espante.
Para que me reconozcas
sin tener que arrancarme
la piel a jirones
y desaparezca este vicio.
El dolor.
Este escozor
que solo deja marca.


RESURRECCIÓN 

De todas las muertes que tuve contigo
escojo la última.
No fue la más leve
ni la menos dolorosa.
No resultó agonizante
ni fulminante
ni roja
o muy roja.
Fue muerte
–como todas–
mas trajo el regalo
de la Salvación.
Creí que tus ojos eran del color del cielo,
azul claro y luego negros.
Pensé que orar era este llanto
largo, hipado y amargo.
Tu perdón no redime almas,
las calma hasta el siguiente pecado.
En el único resurgir
de la mejor de mis muertes
posé los pies en la tierra y
salí caminando hasta que tu imagen fue
pequeña e irrelevante.
¿Qué matarás ahora que no estoy a tu lado?
¿Cómo vivirás sin un funeral de vez en cuando?
¡Qué solo quedaste!
Tendrás que ser el verdugo
y a la vez el ahorcado.




DESAZÓN 

Quítame las ganas
de tenerte ganas.
En este tugurio envenenado de
humo
         ruido
                  gente.
En un portal
escondido de lascivas miradas.
Tirados en el sofá
con cuerpo de domingo.
Pero quítamelas
de una vez.
Llévatelas para siempre
contigo
porque yo ya no quiero
tener ganas
de que me quites las ganas
de tenerte ganas.



LA TREGUA 

Con las derrotas de tus batallas
me hago yo bisutería fina
baratijas de colores…
a veces pulseras.
Luzco tus miedos
tintineando en mi cuello
enredados en las muñecas.
Así funcionamos,
tú en guerra
y yo, reciclando a tu guerrero.





Yo soy un país
Raspafish, 2013

(Nunca olvides tu fragilidad, grafiti anónimo, imagen portada del poemario –www.musicandpics.com-)

La poesía de Vega es directa y certera, nos llega, a veces con el ritmo y la soltura del rap o del hip hop, otras con la cadencia de poetas clásicos, de los que somos herederos todos los que escribimos poesía. Su escritura es ágil, y sabe como acercarse hasta el lector. Yo soy un país es el libro elegido para la sección de Autor regional invitado en los premios Mandarache de Cartagena (Murcia), uno de los objetivos es fomentar la lectura en el público joven de los IES de Cartagena y propiciar un acercamiento a la literatura. La poesía de Vega Cerezo es muy bien recibida allá donde va, es una poeta de una elocuencia clara que transmite su vitalidad. Sabe hacer de lo personal un lema, como ya nos sugiere con yo soy un país. Nos puede enlazar con la cultura Pop, democrática, en la cual todos y cada uno valemos mucho, podemos ser nuestro propio país, en una conciencia social revalorizada desde lo íntimo de nuestras vidas. Creo que es una poeta que hay que escuchar recitar, porque su poesía tiene cierto carácter sonoro, que le da énfasis y una mayor cantidad de matices. Raspafish (http://www.raspafish.com), es una editorial emergente, que cuenta con una excelente proyección, cuya filosofía consiste en aunar el libro de papel y los medios digitales, como el libro electrónico, y el booktrailer. Próximamente, en un par de semanas, el poemario estará disponible en versión digital -además traducido al inglés por el poeta Ángel Paniagua-, donde se podrá escuchar el poema recitado por la poeta y otros escritores amigos como María Casas -editora del sello Debolsillo en España-, Jerónimo Tristante -escritor-, Oche Cortes -periodista, escritor, locutor de radio-, Marisa López Soria (escritora), Mitxel Casas -locutor de radio-, Ginés Aniorte -poeta y prologuista del libro en cuestión- y Ginés Piñero -cantautor-.

Es una escritora capaz de conseguir todo aquello que se propone, con mucha energía positiva y mucha pasión vocacional. Nos habla en sus poemas de ella misma, de su familia -los cuatro habitantes de su país- y todo aquello que le sucede porque el oficio del poeta es mostrar la poesía que hay en su vida, sin más.

En el prólogo del libro, el escritor Gines Aniorte, nos dice: Los poemas que acoge este libro conforman un mapa físico que nos muestra la geografía del alma en la que vislumbramos los surcos del tiempo en el relieve de sus versos: Altas cumbres donde reinan los sueños, hondonadas que la noche colma de su sombra, el suceder de los días bramando como un río caudaloso, lagos que son espejos donde mirarse, volcánicas pasiones, mon- tañas intransitables como una mancha que derrama el pasado, llanuras abrasadas por la luz, selvas habitadas por la soledad… Toda una radiografía de la vida, que el lector ha de completar para que adquiera sentido.


DÍAS DE ARENA

Suelo ser yo, incluso cuando me empeño en no serlo.
Frustrados yo -hermosísimos- revientan contra mi piel
luchando por ser.
Ayer inventé uno genial. Lo creé en la cama
en duermevela, con las primeras horas del día.

Ha sido el mejor de un tiempo oscuro.



DEL REVÉS

Está el muro. Ya sabes,
el muro-muro  con el que vamos rozando el mundo
(No quiero decir Piel. Piel es otra textura y no esto).
Está eso tosco y recio embrutecido con los años
y luego
la membrana. La piel traslúcida de la que están hechas
las alas de la libélula (ahora quería decir Alma).
Está la piel embrutecida cobijando
nuestro batir de cristal, y tú.
Estás tú que tocas el mundo
amembranado, con tus alas de libélula,
y escondes el muro-muro para ti solo:
para no raspar, para no manchar; para ensayar la ternura.

Estás vuelto del revés,
y me gustas.







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