María Inés Huenuñir Antihuala
Nacida el 10 de enero de 1968, en el sector rural de Cayumapu Alto, XIV Región de Los Rios, Chile.
Sus primeros pasos de introducción a la poesía los dio en un taller literario en la comuna de Lo Prado, con el patrocinio de 'PRODEMU' en las organizaciones Mapuches.
Ahí comienza a mostrar su arte. Junto con sus compañeros se les editó un pequeño libro titulado 'Cuentos de la Tierra, cuentos de la vida'.
Posterior a esto se le pública su libro personal títulado 'Malen Mapu' o 'Niña de campo', en una edición limitada con apoyo de una ONG. Con ese último trabajo se compromete más a defender su cultura y su desafío se hace permanente, participando como poeta en diferentes eventos culturales.
Posterior a esto se pública en el año 2004 'Ma Allá de ser Mapuche' autofinanciado con un tiraje de 500 ejemplares y el año 2008 se reedita con 1000 ejemplares también autofinanciado. Pese al poco tiempo de su trayectoria sus trabajos aparecen muy bien catalogados por otras personas en internet.
También obtuvo una entrevista personal con un investigador de la Universidad de Standford en California, E.E.U.U.
En Marzo del 2010 se le grabó un video audiovisual en el lugar de origen Cayumapu Alto por un investigador Francés Roberto Vierek para un estudio de poetas indígenas Latinoamericanos.
Inicia programa radial en radio comunitaria estación liberada 107.9 FM estéreo de Pudahuel que también se puede escuchar en www.tropezon.estacionliberada.cl ecos del universo [Martes 17:00 a 19:00 hrs]. Participación en programa Despierta Somos Mapuches de Umbrales TV canal 3 Estación Central.
Participación en obra de teatro Mexicana Chilena barro en memoria que no tuvo presentación amplia.
Año 2010 nombrada por la JUNJI en calidad de ELCI [Educadora de Lengua y Cultura Indigena] para trabajar en jardín infantil.
Así va confiando más en su destino incierto, que la motivan a continuar la senda difícil de este arte que es escribir.
MUJER MAPUCHE
Triste suspira una mujer,
es una mujer Mapuche,
ella también puede ver,
luz de día, oscuridad de noche.
La oscuridad se asemeja
a lo oscuro de su ropa
y aunque triste ella maneja,
sus lindas joyas de plata.
Cintas de colores, en sus trenzas,
lleva una roja faja también
ya ¡No quiere más ofensas!
ella trabaja muy bien.
Se acompleja por su piel oscura,
se siente falta de comprensión,
pero quiere defender su cultura,
llevar su costumbre por tradición.
Mujer Mapuche, ¡haz como el cóndor!
él, pese a su plumaje oscuro
se siente feliz y con gran honor,
orgulloso se luce sobre el escudo.
Tú tienes corazón sincero y tierno
que rebosa de sangre pura,
mujer de cariño eterno...
proteges a tus hijos con gran ternura.
Amada madre ¡no te sientas mal!
vive tranquila, con serenidad
allá, siempre cerca de lo natural,
te daré un copihue, gracias a tu bondad.
TRADUCCIÓN: MAPUCHE DOMO
Weñankley kiñe domo,
kiñe Mapuche ñuke,
kisu ka lelikeyantu
lelikey ximiñ pun
tukunefi, kisu ñi kupam meu
weñanklekey,
welu kume tukukey.
Ñi xapelakucha kañi xariloyko
amun rellmu felekey ñi chape
ka kiñe kelu xariwe tukunekey,
pa yomillkey ñi age yewekelu.
Wellu kume kidaukey
cheu ñi amun amukey
kisu ni sungu yengu
Mapuche ñuke.
Amun manke reke feleaimi
fey ta yewekelay ñi kurigen
kume uxapralekey wente escudo mev
eimi niemi kume piuke.
kume molfiñ
poyeneimi kom mi puke puñeñ
amuaimi emi mi lelfiñ mev
kiñe koskilla rayen elumeaimi
chaltumai ñuke.
A LOS ANCIANOS
Anciano y anciana,
los miro tristes
¡ya no quieren conversar!
se durmieron sus sueños,
y ¡no quieren despertar!.
El camino en abandono,
los quiere ver allá;
renueven sus fuerzas
y ¡levanten sus rostros!
necesitamos usu pensamientos,
floreciendo otra vez.
¡Despierten los campos!
con sus propias canciones
y sus voces en la tierra,
sean bendiciones.
El padre del cielo,
los anhela alegres
este pueblo nuevo,
necesita sus saberes.
TRADUCCIÓN: PU TREMKECHE
Kom pu tremkeche
weñankleimun
seuma ayilaimun mun gñutramkayal
kisu tamun peuman
pa\\\' trepelaigün
fey chi rupu kisulelu
ayiu ta pa lelieimun
ka iño newentuaimun
utrapramtuaimun az
inchiu ta aynellin eimun tamun
rakiduan
meñoi rayen reke;
trepeaimun lelfun
eimun mun elkantun yengu
mañunkleay ñuke mapu
ka wenu chau
feiegun pa lelieimun
ayen az yengu
iñmapuñ maniel che
suguamnei eimun
tamun kimun.
VOLVERÉ A MI CAMINO
Volveré a caminar,
en mi propio camino.
Florecerá mi sabiduría,
olvidad en los bosques.
Despertaran los ecos,
que estaban dormidos,
en los cuatro vientos
se oirá mi voz.
El canto de mis abuelos,
la sabiduria de mi papay,
los surcos de mi pasado,
en mi alma se haran inmortal.
Sembraré en el tiempo
¡todo mi saber!
para que el respeto,
al fin se deje ver.
TRADUCCIÓN
Ina trekan kompuan
kisu ñi rupu meu,
rayituai ñi kimun
upekonlu lemu meu.
Trepetuay fei chi aukiñ
umautulefulu,
meli kuruf meu
alkigñeai ñi sungu.
Kom trem keche tañi
elkantun,
ñi papay tañi kimun
fey chi lolenrupu rupalu.
Kisu ñi am meu
mongueleay,
rumell ta nagkonai
kom tañi kimun
fey mu tachi shakinguen
rumellma peutunkonai.
PAVIMENTOS
Por merced del tiempo,
camino sobre el cemento,
escoltada por un miedo
y un pesar tremendo.
Esta capa de yeso,
me separa de los suelos,
entonces siento el peso
mi alma lleva el duelo.
Veo mi tierra, sin respiro,
No le siento sus latidos.
¡no hay aparatos técnicos!
que demuestren lo contrario.
Mi corazón herido,
piensa en el peligro,
hubiese preferido,
acunar mis pies en barro.
Todo parece limpio,
lejos de lo natural,
los senderos lisos,
para mí, son irreal.
La tierra está clamando,
que la dejen respirar,
pero, la van ignorando,
ella quiere libertad.
La poesìa de María Inés Huenuñir
“Más Allá de ser Mapuche” de
María Ines Huenuñir Antihuala”
Poyen, Illkun, Kimún.
por Javier Milanca
María Inés Huenuñir, (Panguipulli 1968) es una poeta forjada al temple de la ausencia y la nostalgia. Eso endurece pero también suaviza. Aquí expondremos su segundo libro: “Más Allá de ser Mapuche”.
“Los Mapuche de ciudad no tenemos Lelfun (terrreno) para trabajar” me lo dice con nostalgia María Inés Huenuñir subida con propiedad en el Metro santiaguino. Eso a raíz de andar, yo junto a ella, siguiéndola en los talleres que dicta en Santiago y conversar de que los Mapuche de la “Diáspora” deben buscarse el sustento de manera constante en el pavimento de la Futa Warría (Gran ciudad) de manera esforzada, a veces ingeniosa, siempre resignada y por supuesto criticada por todos lados, pues para muchos, el Mapuche sólo lo es cuando está en el sur sentado tocando el Kultrún. “Debemos cultivar por otros lados” termina la frase después de minutos de silencio, míos y de ella, porque en ese instante nuestros espíritus viajaron al sur. En su libro lo dice al comienzo:
Nienlan Mapu
¿Cum ta walkemple femyawun?
¿Cum ta nienlam mapu?
Inche tañi laku kañi chau
Fenkelafuigun
Inche ta Mapuche cheguen….
No tengo Terreno
¿Por qué ando vagando?
¿Por qué no tengo terreno?
Si mi padre no fue gitano
Y mi abuelo no hacía eso
Yo soy mapuche gente de la tierra…
La poeta del Willi Mapu (Tierra del sur) vive en Pudahuel, en realidad cerca de una esquina indecisa entre Pudahuel, Cerro Navia y Lo Prado. Esas intersecciones difíciles de entender para quienes no vivimos en Santiago. Pienso que se justifica plenamente que Michimalonko haya quemado esa ciudad por rebeldía y ahora lo comprendo mejor y me doy cuenta que lo hizo por poseer un inmenso sentido de la decencia, un Norche total. Al final todo se entiende, nada es extraño, en los rostros de las micros y las ferias se puede ver a los descendientes de Lautaro (David Aniñir dixit) hurgando en un lelfún que no les pertenece pero que aprendieron a hacer suyo.
“Al bajar el último peldaño
Mis ojos se adentran al lago
Y en esos bordes rocosos
Debo continuar andando
Ya en lisos pavimentos
Siento que me he alejado
Y me sigo desprendiendo de mi lugar amado”.
(Poema Andando)
Desde ahí, con esas convicciones, entre esos viajes del püllü (espíritu) y la memoria, con esos esteros sonando en su corazón, y esas pampas siempre verdes, walves y ñadis clavados en su pupila, en una ciudad atiborrada de bocinazos, de humo asesino, nace la poesía de María Huenuñir. Están estos versos llenos del pudor Mapuche, ese que no permite palabrotas, ni malas intenciones, ni dobles lecturas, ni siquiera ironía. Verso franco y abierto, repleto de una inocencia rasgada que reclama, sin odio alguno, una tierra que se recuerda, se bendice, saluda todas las mañanas y se despide en cada día. Por eso la tristeza también recorre el lienzo de su obra, y no puede ser de otra manera, El Mapuche que nace en su Wall Mapu (territorio mapuche) y vive en Santiago es un arrendatario siempre a punto de ser desalojado otra vez. Existe entonces una precaria pertenencia que se soluciona con poesía. Se produce una amalgama intensa, tristeza mezclada con rabia:
“Llevo mis adornos de plata
¡no porque sí, nomás!
Esas joyas de mi cabeza
No he de entregarlas ¡jamás!”
(Poema Soy Nativa)
María Inés describe así su Tuwún (lugar de origen) como un hábitat incógnito o perdido en el pasado pero confundido con el presente a través de las visiones de un acontecer profundamente axiológico, motor y ruta de esta poesía intrincada pero simple. Ella sabe que allá, en ese sur despedido, despejado por la lluvia, pero no extraviado, las Papay (Abuelas) conversan mientras hilan o tejen su Witral, hacen Muday con una feminidad que da tierras, canciones e hijos.
“Canto la pena de mi Papay
Abrazada a su kulxun
Bebiendo el sagrado Muday
Preparando el NGuillatún”
(Poema Eterno Recuerdo)
Con esa alquimia potente que produce la propia búsqueda interior y que se plasma en su poesía, María Inés Huenuñir sorprende con sus poemas sencillos, visuales e intensos donde nos va mostrando de pasada el panteón superior Mapuche en el que cohabitan dos hombres, uno viejo y otro joven, y dos mujeres, una anciana y otra joven, es decir una Teogonía Tetrapartita esencial descrita en ella misma, personificada en su yo poético. Ella asume esa feminidad dual entre la experiencia y el impulso juvenil, que dialoga de manera dialéctica buscando el conocimiento. Un kimún (conocimiento) fundacional, en donde la iconografía enriquece la poesía y advierte al lector las aguas profundas que está leyendo. En su poema el Kulxun la poeta nos explica:
“Cuando su dueño fallece
Es mejor destruirlo
Pero no en cualquier parte
éste se bota al río
el horario preciso
es siempre en atardecer
porque se queda dormido..”.
La naturaleza desbordante, que la habita y rememora, la convierte en un ser sin edad. A ratos es una Malén (Niña) curiosa e impresionada, rebelde o sumisa, pero también se convierte en una Papay sabia, severa y cariñosa.
“A todos los wekeche
Y las Pichikemalen
Que son la voz mapuche
a nada deben temer”.
(Poema Consejo)
Esa confrontación etárea no cae en el simbolismo preciosista sino que se expresa a través de una visión del entorno al que se pertenece como parte incluyente y es ahí en donde la poesía alcanzo un alto vuelo y las palabras, si somos agudos, suenan en una conversación cotidiana más allá de lo concreto.
“La última en emprender su vuelo
Se despidió muy confiada
Dando un beso al océano
Al momento de su partida
Conté tres gotas perladas
Que cayeron al mar
No sé si fueron lágrimas
O un premio tras volar”
(Poema La Marcha de las Aves)
Refrescante entonces es esta poesía, en que se condensan sentimientos entrañables de una mirada acostumbrada a lo silvestre. Hay un descubrir y descubrirse desde lo más profundo de una vida en vilo, de una vida que muestra sin tapujos tres de los elementos circundantes en este libro y que lo recorren en todas sus letras: Poyen, Illkun, Kimun (La Ternura, la Rabia y el Conocimiento). Y ojo queda de manifiesto que para ser poesía Mapuche no necesita estar escrita en Mapuzungún cuando se escribe algo como esto:
“Yo traigo el azul en mis manos
Benditas con agua de mar
Y en símbolo las derramo
por toda la inmensidad…”
La poesía de María Inés Huenuñir ha hablado.
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