Lilián Cámera
Nació en Montevideo, R.O. del Uruguay. Reside en Argentina y es autora de Clausura (2008) Ediciones del Dock, Maut, arteBA 2014, Buenos Aires, Argentina y coautora del poemario Moebius (2008) Ediciones Meridiana.
"departure"
Al costado del andén las valijas y la voz preparada
-para mentir el día-
Punto 1 – anotaciones al margen
mi página desvaída
todos los indicadores
como las nubes de este marzo
trazos oscuros
carga humeante
allí donde transita el cuerpo
y no hay molestia
peor que el silencio
del mediodía
corro a decirte que la historia
es esto que invento
con cada jirón de piel
perdida en los pasillos
apenas dispuesta
a darme la mejor sombra
toda mi reluctancia no te salva
de una mirada enloquecida
la sangre que deambula
como una nueva mercancía
fija los pasos en ciudad edén
punto 2 -
telodijetelodijetelodijetelodijetelodijetelodije
nada que no pueda manejar
presa de árboles flacos
y veredas partidas
un silencio mayor de catedral
me moja los pies
frío y lejano como la dicha
los oídos tuercen dudas
país extranjero para un alba
que depone esfuerzos
y se calla
inflexión nacida en la piedra
aquí un círculo para los ojos
allá otro para las manos
que hacen señas:
la desesperación es un límite tan angosto
y yo cubro las mentiras
sagaz como el amante que huye
punto 3 – virtud de no creer lo salvado
te pierdo por esta pista
una carretera en ruinas
transforma la madrugada
labio enorme del que nadie escapa
esa molesta ceniza
abarca las pestañas
ciñe tobillos sin contender
con la caligrafía de los sueños
tan meritorio debut
no me exime de un último gesto:
en el olvido una tormenta se relame
para la foto sin marco
Punto 4 – cantaré y seré millones
soñaba la palabra perfecta
plácida como la tumba-
los codos apoyados en la mesa
el ojo firme al desvelo
y hombros encajados
en un minuto exquisito:
no escribir nunca más
alejar uñas de la tinta-
todos los animales
huyen de la catástrofe
que le anuncian las tripas
nosotros persistimos
en la abundancia de señales
sin ensayar el recelo
Punto 5 – pero qué hay de cierto en …
una uva se quiebra
en la lengua amanece el jugo
del último temblor
esto no es una canción desesperada
llena la ruta de carteles
apenas alcanza la energía
girar a la izquierda
seguir masticando el pasado
a medida que la noche crece
cimbreando en pozos
torcida espalda a la tristeza
cuan lejos está el día de tus manos?
clamaba por un viejo sol
la voz secreta de un olor
que descosiera el cielo
ahora el asfalto perdura
lejos siempre es cerca
del rincón que duele
Punto 6 – Dáliva
horas y horas de sonido
virtual mi insanía se despliega
cada compás es un brazo ligero
replegado hacia vos
pequeños huesos calientes
latidos suaves
orejas diestras en la noche
sentirán como cae mi valentía en gotas?
tengo la alfombra mágica
soy una Lisey cualquiera
no hice más que navegar
por cuartos clausurados
de otro es el sillón
y la lámpara que cierra los ojos
cortinas violetas ondeando
en una madrugada inhóspita
el fragor de la fruta más dulce
trae una vieja peste
eso aguarda detrás
se vale de mi corazón como lanza
en el lago la quietud
tiene forma de un banco de granito
donde pienso las horas
y algo más que se asoma con tu nombre
de "Departure", serie inédita.
De Maut, arteBA 2014, Buenos Aires, Argentina
vinimos para rondar aquí
Para esta hora siempre fuimos preparados. Sin
enaltecer la noche se toma el agua del mediodía. En
la punta extrema de las cosas, en su costado blando,
en el terror mismo de un sol sin concesiones. Vinimos
para rondar aquí por un lago estrecho, la cabeza
vuelta hacia el olvido, como quien inventa una sed.
Así se pule el día. Cada
pregunta en su bolsillo, las
caras al frente, un gesto
torcido. En fila nacidos, en
fila idos hacia dónde?
Cada uno de estos mapas nada indica
sobre el continente perdido de las horas.
Ni de remos con que sortear esa lágrima que
escampa en los pretiles de la duda. Divididos
como un ojal toda carencia se nos asoma como
una pierna que el paso imprime para huir
HOY
como podré decirte que no hay muñecas ni árbol
ni casa de techo rojo ni ventana de cortinas con pintas
ni lago con patos ni bosque ni sombra de sauces
ni moscas en los higos ni pinocha bajo tus nalgas
ni aguas saladas ni dunas tras el pasto
ni piedras rosadas ni frescor de zanjas
ni silencio de clausura frente a la costa ni grillos
ni viejos cuartos misteriosos ni perfumes dulces
ni siestas
ni sol espejado en muros
ni bicicletas ni blancas sonrisas ni pan con manteca
ni camisones de franela ni manos ajadas
ni plegarias ni ruda ni cama blanda
ni rodillas sucias ni helados de chocolate
ni saliva ardiente ni sudor de escondidas
ni sombras de palmeras ni madreselvas
ni guaridas de hojas ni baldosas incendiadas
ni secretos volátiles ni pezones carozos
ni tersa conchita de durazno
que te resguarden del asesino
niña
(Del libro Clausura)
“Es alguien que tiene mis ojos. Los tiene desde que cerraron las puertas. Los lleva
como anillos en el dedo...” Paul Celan
4
15 páginas de Heidegger sobre Zaratustra
De camello a león. De león a niño que juega.
No la niña del bosque. No la de rondas sublunares.
No la que aprieta el cuchillo bajo la pollera.
No esa.
Entre alcohol y risas.
— Licenciada, tenga a bien felicitar
a quien es ya una histérica hecha y derecha —
Entre oídos húmedos y palabras húmedas.
Entre canes mansos y gatas rebeladas. Leve.
Algo de aquella que tiembla en los rincones.
Ojos bien cerrados.
Sábanas listas. Pasos huérfanos en la calle.
¿Qué es esto que duele en el extremo de ella
sobre lo que ella camina?
Lo que mira de reojo el blister
en la mesa de luz.
Sus manos le dan miedo. Bajo su alma duerme aterida.
Ah bien son posibilidades extremas. Entonces:
de niña
a niño.
No es poco perderse.
El anillo incrustado se desliza
a tono con la sangre
desconfía.
(Fragmento de Fin de Fiesta – Moebius)
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