Lars Gustafsson
(Västerås, Suecia 17 de mayo de 1936 - 3 de abril de 2016)
Poeta, novelista y estudioso sueco. Fue galardonado en 2009 con el Premio Goethe.
(Västerås, Suecia 17 de mayo de 1936 - 3 de abril de 2016)
Poeta, novelista y estudioso sueco. Fue galardonado en 2009 con el Premio Goethe.
Gustafsson es uno de los más prolíficos escritores suecos desde August Strindberg. Desde finales de los años cincuenta, ha producido una extensísima obra literaria, compuesta por novelas, poemarios, cuentos, ensayos y editoriales.
Ha obtenido diversos galardones internacionales, como el Prix International Charles Veillon des Essais en 1983, el Heinrich Steffens Preis en 1986, Una Vita per la Letteratura en 1989, un John Simon Guggenheim Memorial Foundation Fellowship para poesía en 1994 y otros más.
Ha sido también nominado para el Premio Nobel de Literatura.
Se graduó en secundaria en el Västerås gymnasium y continuó sus estudios en la Universidad de Uppsala donde se licenció en 1960, consiguiendo el doctorado en filosofía teórica en 1978. En 1981 Gustafsson se convirtió al judaísmo. Vivió en Austin hasta el 2003, cuando regresó a Suecia. En Estados Unidos trabajó como profesor en la Universidad de Texas en Austin, donde enseñó Filosofía y Escritura creativa hasta mayo del 2006 en que se jubiló.
Análisis de su obra
Sus obras más importantes han sido traducidas a quince idiomas y Harold Bloom lo incluyó en su lista de autores canónicos de la literatura universal en su libro El canon occidental (1994). John Updike lo elogió especialmente por su obra La muerte de un apicultor en su colección de críticas Hugging The Shore.
Muerte de un apicultor, escrita en 1978, es su obra más aclamada, además de haber sido un éxito comercial. La crítica Eva Stenskaer ha comentado su aparente sencillez y su gran carga lírica, señalando que solo un gran artista podría haberla escrito. Su tema principal es la agonía de la enfermedad, tratada a través de las anotaciones de Vesslan, un apicultor que se está muriendo por cáncer. La innovadora estructura del libro permite a Gustafsson explorar la identidad a través de su expresión en una gran variedad de formas: imaginación, memoria e incluso los detalles mundanos de la vida. El tema se revela a través de una fórmula que el protagonista repite a lo largo de la novela: "Nunca avanzamos. Siempre empezamos de nuevo."
El propio Gustafsson describió su novela como un libro sobre el dolor que cuenta un viaje hacia el centro donde el dolor manda y donde no puede tolerar rival alguno.
En 2003, su serie Sprickorna i Muren, que explora la cuestión de la identidad a través de las rupturas de la personalidad individual, fue adaptada al cine dirigida por Jimmy Karlsson.
Aunque el problema de la identidad ha sido el tema definitorio de la obra de Gustafsson, su crítica social ha enfadado con frecuencia a la élite cultural sueca. Como consecuencia de ello, en Suecia está considerado como un escritor controvertido antes que como uno aceptado por el sistema cultural.
A la pregunta de dónde encuentra su inspiración, Gustafsson responde que escuchando y mirando. Entiende que la creatividad no tiene reglas:
Tú puedes conseguir una idea para una novela de algo insignificante que alguien dice, o simplemente de un cara que ves. Un rabino me dijo en cierta ocasión que cuando Dios habla a Moisés en la zarza, no lo hace con una voz atronadora, sino con una voz muy frágil. Tú tienes que escucharla atentamente. Tienes que ser muy perspicaz.
En mayo de 2009, Lars Gustafsson declaró que votaría por el Pirate Party en la elecciones al Parlamento Europeo.
Obras traducidas al español
Segismundo, El Aleph Editores, 1987.
Fiesta familiar, El Aleph Editores, 1998.
Música fúnebre para masones, Versal, 1988.
Olor a lana, El Aleph Editores, 1988.
El Sr. Gustafsson en persona, El Aleph Editores, 1988.
El tercer enroque de Bernard Foy, Versal, 1988.
El extraño animal del norte, Anaya y Mario Muchnik, 1992.
La tarde de un solador, Anaya y Mario Muchnik, 1996.
Windy habla : de su vida, de los que han desaparecido y de los que aún están aquí, Akal, 2003.
Muerte de un apicultor, Nórdica Libros, 2006.
Placenta
Este órgano informe, lobulado
que es arrojado después del nacimiento.
Ni madre ni niño, neutrales
del mismo modo que el vacío interior
dentro del verdadero insomnio
es un lugar completamente neutro.
Siempre hay algo
en medio de los estados habituales,
ni lo uno ni lo otro.
Por este Entremedio
siento una amistad torcida,
un parentesco, incluso.
Esta es la gran cara blanca, vacía
del mundo real.
Detta oformliga, loberade organ
som utstötes efter födelsen.
Varken mor eller barn, neutralt
på samma sätt som det innersta tomrummet
inne i den riktiga sömnlösheten
är en helt och hållet neutral plats.
Det finns alltid något
som är mellan de vanliga tillståndet,
varken det ena eller det andra.
Till detta Mellan
känner jag en skev vänskap,
en släktskap till och med.
Det här den verkliga världens
stora tomma, uppriktiga ansikte.
Traducción de Sergio Badilla Castillo
Fuente
Vía Nora Piacenza
Poesía Nórdica. F J Úriz.
Ediciones de la Torre 1.999
La anguila y el pozo 1.982
En la vieja Escania había una costumbre:
En los negros y profundos pozos
echaban crías de anguila marina.
Estas anguilas se quedaban toda su vida
cautivas en las tinieblas de los profundos pozos.
Mantienen el agua limpia y cristalina.
Cuando alguna vez sube la anguila del pozo,
blanca, horrorosamente grande, capturada en el cubo,
ciega, retorciéndose, entrando y saliendo
del misterio de su cuerpo, sin saber, inconsciente,
todos se apresuran a echarla de nuevo al agua.
A menudo me creo estar
no sólo en lugar de la anguila del pozo,
sino ser pozo y anguila a la vez.
Prisionero en mí mismo, pero ese yo
es ya algo diferente. Estoy allí.
Y lo lavo con mi serpenteante,
barrosa, blanquecina presencia en las tinieblas.
Inscripción en una piedra 1.966
"Me convierto en piedra y mi dolor permanece."
Traducir. Pero, ¿a qué idioma? Y ¿cómo?
Me piden que traduzca. Algo pide ser traducido,
como si no estuviese ya escrito. ¿Hay otras palabras?
Todo está ya escrito. Y con la misma escritura.
Amor a primera vista. Una joya: un poema
de Lars Gustafsson.
Hay poemas que son amor a primera vista. Este es uno de ellos. Traducirlo ha sido un gozo. En el programa de Mostly Mozart incluyen, junto a la información de la obras programas y el currículo de los artistas (y de los generosos millonarios benefactores), un poema de tema “musical”. La mayoría me alegran la vuelta a casa en metro, este me ha alegrado la noche. Para ser breve: es un poema que a mí me hubiera gustado mucho escribir. Tú, que te quedaste en Campoamor, Curros Enríquez, Rosalía y, digamos, el Lorca “popular” cuando me has revisado la traducción (cambiándome dos adjetivos y tres preposiciones) has dicho: “El poema dice la verdad”. Claro, tú también estás enamorado de Bach. Los últimos versos son un prodigio de graduación de sonidos y silencios, de sentidos auditivos y visuales en su mejor momento. El autor, sueco, es más bien conocido como novelista y este poema pertenece a un libro del mismo nombre que del poema. (Ya he pedido el libro a Amazon ;).
Acompaño algunas de las obras que el poeta menciona y que como apreciará el lector inteligente son ejemplos de la genialidad y variedad del dios Bach. A disfrutar poesía, música y la calma del mundo anterior a Bach
La calma en el mundo anterior de Bach.
Tuvo que existir un mundo anterior
a la Sonata a trío en re menor, un mundo anterior a la Partita en la menor,
pero qué clase de mundo?
Una Europa de vastos espacios vacíos, sin sonido,
por todas partes instrumentos dormidos
a través de cuyas teclas la Ofrenda Musical, El clave bien temperado
jamás pasaron.
Iglesias aisladas
donde el verso de la soprano en la Pasión
nunca se entrelazó en desamparado amor
con los suaves movimientos de la flauta,
paisajes anchos y suaves
donde nada rompe la calma
sino las hachas de los viejos leñadores,
los sanos ladridos de fuertes perros en invierno
y, como una campana, los patines que muerden el hielo fresco;
las golondrinas que chillan en el aire estival,
la caracola que resuena en los oídos de un niño
y en ninguna parte Bach, en ninguna parte Bach,
el mundo en una calma de patinador antes de Bach.
The Stillness of the World Before Bach
There must have been a world before
the Trio Sonata in D, a world before the A minor partita,
but what kind of a world?
A Europe of vast empty spaces, unresounding,
everywhere unawakened instruments
where the Musical Offering, the Well-Tempered Clavier
never passed across the keys.
Isolated churches
where the soprano line of the Passion
never in helpless love twined round
the gentler movements of the flute,
broad soft landscapes
where nothing breaks the stillness
but old woodcutters’ axes
the healthy barking of strong dogs in winter
and, like a bell, skates biting into fresh ice;
the swallows whirring through summer air,
the shell resounding at the child’s ear
and nowhere Bach nowhere Bach
the world in a skater’s stillness before Bach.
Traducción del sueco de Philip Martin 1982
LAS EQUÍVOCAS TRANSPARENCIAS
DE LARS GUSTAFSSON
"Aunque conocido fundamentalmente como novelista, Lars Gustafsson (Västerås, Suecia, 1936), autor de Muerte de un apicultor (1978; Nórdica Libros, 2006), es sin embargo un prolífico escritor que ha frecuentado todos los géneros. Incluido por Harold Bloom en su canon occidental, autor de más de cincuenta títulos entre ensayo y prosa, ha publicado además alrededor de veinticinco poemarios desde 1962, cuando vio la luz su Ballongfararna [Los aeronautas], hasta su último Elden och döttrarna [El fuego y las hijas] de 2012. Tal incesante -casi excesiva- actividad literaria no le ha impedido ser, además, uno de los polemistas más activos de Suecia: su oposición y críticas a la izquierda y a la burocracia acabaron motivando en 1983 la salida definitiva de un país en el que no podía considerarse ya más que un outsider. Establecido en Austin (Texas), se dedicó a la enseñanza de filosofía y cultura germánica en la universidad hasta que, en 2006, decidió volver a Suecia. El hecho de ser hoy día un habitante de la ciudad de Estocolmo no quiere decir que haya abandonado el cariz polémico de sus intervenciones: en 2009 apoyó públicamente al controvertido Partido Pirata sueco, que logró en las elecciones al Parlamento Europeo de ese año dos escaños con el 7% de los votos.
Pensador y filósofo, doctorado en filosofía teórica por la Universidad de Uppsala, interesado sobre todo en la construcción de la identidad personal y en la relación entre realidad y ficción, algunos de sus poemas podrían calificarse como filosóficos, pero esta carga (si podemos llamarla así) no intimida en modo alguno al lector: su poesía es ligera a pesar de manejar conceptos complejos, transparente como el aire de Suecia, como un perlado mueble de IKEA que escondiera tras su sencilla estructura y su pulida, dócil superficie un conglomerado apanalado de ideas. Como sucede con los poemas del premio Nobel Tomas Tranströmer, la sintaxis, el léxico, son sencillos; pero, como sucede con algunos vasos de agua aparentemente inofensivos, en esa claridad se agazapa a veces el misterio, el enigma cuyo vislumbre solo se le ofrece a quienes han hecho de la atención a las cosas más simples una obligación constante. Gustafsson no trata de acceder a la realidad interpretando lo que ve como una metáfora, sino que prefiere la mayor parte de las veces tratar de presentarlas de la forma más desnuda posible. Y en esa desnudez sugerir o jugar con sus significados. ¿A qué realidades atiende especialmente Gustafsson? En el prólogo a la antología americana de sus poemas titulada The stillness of the world before Bach (1988), Christopher Middleton trataba de elaborar un mínimo catálogo alfabético de los dispares y múltiples intereses a los que atendía tanto en sus novelas como en su poesía: acústica, aeronáutica, apicultura, arquitectura, ballet, climatología, cocina, filosofía, física, geología, esoterismo, identidad, informática, lingüística, matemáticas, música, ornitología, pintura, política, psicología, sexualidad, submarinos, tenis, teoría de información, utopías y zoología: los objetos de semejante campo de inquietudes se intercalan, dialogan, se reinventan y luchan en la mente que los explora y se plasman así, interconectándose mientras las perspectivas cambian y las relaciones se rehacen a la vez que se presentan, creciendo en número con cada nueva novela y poemario (una novela, dirá, es una casa; un poema es un hombre que recorre uno de sus pasillos).
Sencillez, distanciamiento filosófico y acumulación de erudición no quieren decir que los poemas de Gustafsson sean fríos o faltos de experiencia humana. Cuando en 2005 fue invitado por el Festival Internacional de Rotterdam a pronunciar el tradicional discurso en defensa de la poesía, una característica le parecía indispensable: “en un mundo en el que casi la totalidad de la comunicación tiende hacia una perspectiva en tercera persona, esta perspectiva en primera persona [la de la poesía] cobra una importancia obvia por el hecho de ser simplemente algo poco común”. El lenguaje, dirá Gustafsson, puede que sea impersonal, incluso mecánico, pero alberga en sí la posibilidad de la expresión musical, de poder otorgar voz a la experiencia más íntima. Es la capacidad lógica de la poesía (que no estéril racionalidad) la que le interesa. La tradicional asociación romántica de la poesía con los sentimientos y la efusión resulta en su opinión en una “estética de pasta de dientes”: el poeta sería así un tubo dentífrico en cuyo interior habita la pasión y una vida emocional inestable; cuando presionamos el tubo, los sentimientos salen, mostrándose en una forma poética. Nada más alejado de la poesía, según Gustafsson. En ese mismo discurso desarrollaba por otro lado una comparación interesante: la poesía es como las matemáticas. Desde la antigüedad ambas forman parte de la humanidad de una forma destacada y a la vez selecta; ninguna de las dos es precisamente fácil de aprender, y no siempre son muy populares; decir “soy un poeta” y decir “soy un matemático” resulta igualmente pretencioso; las publicaciones en torno a las matemáticas y la poesía ven la luz en revistas económicamente inviables si no estuvieran apoyadas por agentes externos; el éxito en ambos campos no significa necesariamente un alcance de público amplio, sino que interesará tan solo a aquellos asiduos a esas publicaciones... y sin embargo nadie se preocupa de la necesidad de tener que defender las matemáticas. ¿De qué y por qué deberíamos sentirnos obligados a defender la poesía? ¿Necesita que la defendamos?
Los poemas de Gustafsson son artefactos juguetones y lúcidos en los que a veces el acentuado lirismo es aligerado por el tono filosófico, y a veces la aparente sencillez y sobriedad gana profundidad gracias a las sucesivas capas de pensamiento que este oculta. Como los viejos barcos "que rompen sus amarres durante la temprana / tormenta de otoño / y flotan a la deriva, / pesados, medio llenos de agua, / melancólica / y silenciosamente filosóficos / hasta que acaban pudriéndose rodeados de juncos", los poemas de Gustafsson se deslizan de lo anecdótico a lo sublime, de la sencilla limpieza invernal a la oscura complejidad humana."
(Andrés Catalan & Neila García, Clarín, nº 106, 2013)
ARISTÓTELES Y EL CANGREJO
Fuimos a comprar gusanos de cebo
a una tienda que anunciaba a las claras su función.
Encontramos lo que estábamos buscando:
gordos, trémulos gusanos de la harina,
del tipo que parecen preferir los peces de aquí.
Pero en medio del lugar había una enorme
vasija anticuada: azul, redondeada, y llena de
cangrejitos. Mi hijo pequeño estaba desconsolado
por tener que dejar aquellas criaturas fabulosas.
Compramos dos y los soltamos
en nuestro limpio, resplandeciente acuario
en el que los peces de colores se movían solemnemente
como viejos poetas por una academia ilustre. Y mirad,
una gran oscuridad descendió sobre todas las cosas;
discusiones y debates se llevaron a cabo
más allá de nuestra compresión; solo las algas
que llegaban a la superficie daban testimonio
de la lucha en las ocultas profundidades.
Al tercer día, las aguas se aclararon nuevamente.
Todo como antes. Pero no había cangrejo alguno
que ver. Decidimos que ahora estarían viviendo
como ermitaños, con una mayor sabiduría,
una existencia apartada de la vida pública
a mucha profundidad bajo el lecho del fondo.
Así es como lo dejamos, hasta que un día
abrí mi Aristóteles
y me topé con el insignificante cuerpo de un cangrejo,
plano como una planta en un herbario,
justo en el pasaje en el que el Filósofo
habla de la memoria y del recuerdo
de sucesos pasados. Y este capítulo,
una de las mejores cosas que nadie
ha escrito jamás de la memoria, estará
desde ahora en adelante asociado
con un olor nada fácil de olvidar:
cangrejos, ligeramente podridos.
(Lars Gustafsson)
(Traducción de Andrés Catalán)
De par en par, ahora las puertas.
Los viejos terrenos a un lado del bosque,
murieron lentamente;
Gnarp, Naddtorpet, Rulltorpet,
Byggetorp y tantos otros.
Por allá por los cincuenta se podía, anhelante,
entreabrir puertas crujiendo hacia estancias abandonadas;
como en tiras colgaba desecho el tapiz
y en el fregadero, tal vez sin oxidar,
nadaba un vaso de cristal agrietado
o un plato con motivos de rosas.
Ahora la carretera penetra hasta el umbral,
llega casi al vestíbulo de la cabaña,
y en la sombra aun destellos,
los postreros, de un manzano.
Aquí ha pasado mucho.
http://somepoetrytranslations.blogspot.com.es/2015/04/de-par-en-par-ahora-las-puertas.html
ALLA GALNA SMÅ FÖREMÅL
Alla dessa underliga
små föremål
som under en livstid kommer till oss
vart och ett från sitt ställe
var och en från sin Logos.
Den gamla trädgårdskniven
med sitt slitna skaft av trä
och blad som slipats tunt
hittad på en trottoar i Arles.
Och den skulptur
av numera ärgad mässing
som en gång en konstnär
svetsade ihop åt mig av gamla dörrhandtag
i en ateljé nära dåvarande Berlinmuren
i Marie Louisenstadt.
Denne konstnär var fullständigt galen
och kunde bara tilltalas
på det schizofreniska språket.
Hans verk liknar, om det liknar något alls,
en spindel. Men utan nät.
En liten azurblå flaska
med en fiskmun uppe vid korken
från någon sophög.
CITYWIDE GARAGE SALE,
AUSTIN, TEXAS 1998
Gamla mynt och sedlar
Däribland En dollar 1810
utställd av Mechanical Bank i Saint Louis
En rolig ölsejdel med röd näsa
En medalj från frivilliga brandkåren i Lubbock
för berömvärda insatser
Ett arbetskort, utfärdat av Tredje Riket
för Werner Hoffmann 16 år
tryckerilärling
Ett inplastat exemplar av tidskriften Look
med Marilyn Monroe på omslaget
Två mycket gamla hyvlar
säkert hemgjorda,
bruna och något skavda,
med en doft av många långa dagar
i getternas och tummelsnårens land
Jag undrar: hur dog Werner Hoffmann?
TECKNINGSSALEN
Själva rummet luktade krita
och tungt, hoptorkat trä.
Generationer hade skurit i borden
så att bokstavssystemen
hakade i och över varandra
som i någon gammal sumerisk
eller varför inte babylonisk
arkeologi.
Bortglömda gudar med hundöron
och stränga träansikten
kom självmant fram ur ådringen.
På papperet däremot bara lineamtningens
stränga figurer och hörn som var så vassa
att man kunde skära sig på dem.
Och detta skulle vara den ort där konsten bodde.
de Lars Gustafsson.
Hay poemas que son amor a primera vista. Este es uno de ellos. Traducirlo ha sido un gozo. En el programa de Mostly Mozart incluyen, junto a la información de la obras programas y el currículo de los artistas (y de los generosos millonarios benefactores), un poema de tema “musical”. La mayoría me alegran la vuelta a casa en metro, este me ha alegrado la noche. Para ser breve: es un poema que a mí me hubiera gustado mucho escribir. Tú, que te quedaste en Campoamor, Curros Enríquez, Rosalía y, digamos, el Lorca “popular” cuando me has revisado la traducción (cambiándome dos adjetivos y tres preposiciones) has dicho: “El poema dice la verdad”. Claro, tú también estás enamorado de Bach. Los últimos versos son un prodigio de graduación de sonidos y silencios, de sentidos auditivos y visuales en su mejor momento. El autor, sueco, es más bien conocido como novelista y este poema pertenece a un libro del mismo nombre que del poema. (Ya he pedido el libro a Amazon ;).
Acompaño algunas de las obras que el poeta menciona y que como apreciará el lector inteligente son ejemplos de la genialidad y variedad del dios Bach. A disfrutar poesía, música y la calma del mundo anterior a Bach
La calma en el mundo anterior de Bach.
Tuvo que existir un mundo anterior
a la Sonata a trío en re menor, un mundo anterior a la Partita en la menor,
pero qué clase de mundo?
Una Europa de vastos espacios vacíos, sin sonido,
por todas partes instrumentos dormidos
a través de cuyas teclas la Ofrenda Musical, El clave bien temperado
jamás pasaron.
Iglesias aisladas
donde el verso de la soprano en la Pasión
nunca se entrelazó en desamparado amor
con los suaves movimientos de la flauta,
paisajes anchos y suaves
donde nada rompe la calma
sino las hachas de los viejos leñadores,
los sanos ladridos de fuertes perros en invierno
y, como una campana, los patines que muerden el hielo fresco;
las golondrinas que chillan en el aire estival,
la caracola que resuena en los oídos de un niño
y en ninguna parte Bach, en ninguna parte Bach,
el mundo en una calma de patinador antes de Bach.
The Stillness of the World Before Bach
There must have been a world before
the Trio Sonata in D, a world before the A minor partita,
but what kind of a world?
A Europe of vast empty spaces, unresounding,
everywhere unawakened instruments
where the Musical Offering, the Well-Tempered Clavier
never passed across the keys.
Isolated churches
where the soprano line of the Passion
never in helpless love twined round
the gentler movements of the flute,
broad soft landscapes
where nothing breaks the stillness
but old woodcutters’ axes
the healthy barking of strong dogs in winter
and, like a bell, skates biting into fresh ice;
the swallows whirring through summer air,
the shell resounding at the child’s ear
and nowhere Bach nowhere Bach
the world in a skater’s stillness before Bach.
Traducción del sueco de Philip Martin 1982
LAS EQUÍVOCAS TRANSPARENCIAS
DE LARS GUSTAFSSON
"Aunque conocido fundamentalmente como novelista, Lars Gustafsson (Västerås, Suecia, 1936), autor de Muerte de un apicultor (1978; Nórdica Libros, 2006), es sin embargo un prolífico escritor que ha frecuentado todos los géneros. Incluido por Harold Bloom en su canon occidental, autor de más de cincuenta títulos entre ensayo y prosa, ha publicado además alrededor de veinticinco poemarios desde 1962, cuando vio la luz su Ballongfararna [Los aeronautas], hasta su último Elden och döttrarna [El fuego y las hijas] de 2012. Tal incesante -casi excesiva- actividad literaria no le ha impedido ser, además, uno de los polemistas más activos de Suecia: su oposición y críticas a la izquierda y a la burocracia acabaron motivando en 1983 la salida definitiva de un país en el que no podía considerarse ya más que un outsider. Establecido en Austin (Texas), se dedicó a la enseñanza de filosofía y cultura germánica en la universidad hasta que, en 2006, decidió volver a Suecia. El hecho de ser hoy día un habitante de la ciudad de Estocolmo no quiere decir que haya abandonado el cariz polémico de sus intervenciones: en 2009 apoyó públicamente al controvertido Partido Pirata sueco, que logró en las elecciones al Parlamento Europeo de ese año dos escaños con el 7% de los votos.
Pensador y filósofo, doctorado en filosofía teórica por la Universidad de Uppsala, interesado sobre todo en la construcción de la identidad personal y en la relación entre realidad y ficción, algunos de sus poemas podrían calificarse como filosóficos, pero esta carga (si podemos llamarla así) no intimida en modo alguno al lector: su poesía es ligera a pesar de manejar conceptos complejos, transparente como el aire de Suecia, como un perlado mueble de IKEA que escondiera tras su sencilla estructura y su pulida, dócil superficie un conglomerado apanalado de ideas. Como sucede con los poemas del premio Nobel Tomas Tranströmer, la sintaxis, el léxico, son sencillos; pero, como sucede con algunos vasos de agua aparentemente inofensivos, en esa claridad se agazapa a veces el misterio, el enigma cuyo vislumbre solo se le ofrece a quienes han hecho de la atención a las cosas más simples una obligación constante. Gustafsson no trata de acceder a la realidad interpretando lo que ve como una metáfora, sino que prefiere la mayor parte de las veces tratar de presentarlas de la forma más desnuda posible. Y en esa desnudez sugerir o jugar con sus significados. ¿A qué realidades atiende especialmente Gustafsson? En el prólogo a la antología americana de sus poemas titulada The stillness of the world before Bach (1988), Christopher Middleton trataba de elaborar un mínimo catálogo alfabético de los dispares y múltiples intereses a los que atendía tanto en sus novelas como en su poesía: acústica, aeronáutica, apicultura, arquitectura, ballet, climatología, cocina, filosofía, física, geología, esoterismo, identidad, informática, lingüística, matemáticas, música, ornitología, pintura, política, psicología, sexualidad, submarinos, tenis, teoría de información, utopías y zoología: los objetos de semejante campo de inquietudes se intercalan, dialogan, se reinventan y luchan en la mente que los explora y se plasman así, interconectándose mientras las perspectivas cambian y las relaciones se rehacen a la vez que se presentan, creciendo en número con cada nueva novela y poemario (una novela, dirá, es una casa; un poema es un hombre que recorre uno de sus pasillos).
Sencillez, distanciamiento filosófico y acumulación de erudición no quieren decir que los poemas de Gustafsson sean fríos o faltos de experiencia humana. Cuando en 2005 fue invitado por el Festival Internacional de Rotterdam a pronunciar el tradicional discurso en defensa de la poesía, una característica le parecía indispensable: “en un mundo en el que casi la totalidad de la comunicación tiende hacia una perspectiva en tercera persona, esta perspectiva en primera persona [la de la poesía] cobra una importancia obvia por el hecho de ser simplemente algo poco común”. El lenguaje, dirá Gustafsson, puede que sea impersonal, incluso mecánico, pero alberga en sí la posibilidad de la expresión musical, de poder otorgar voz a la experiencia más íntima. Es la capacidad lógica de la poesía (que no estéril racionalidad) la que le interesa. La tradicional asociación romántica de la poesía con los sentimientos y la efusión resulta en su opinión en una “estética de pasta de dientes”: el poeta sería así un tubo dentífrico en cuyo interior habita la pasión y una vida emocional inestable; cuando presionamos el tubo, los sentimientos salen, mostrándose en una forma poética. Nada más alejado de la poesía, según Gustafsson. En ese mismo discurso desarrollaba por otro lado una comparación interesante: la poesía es como las matemáticas. Desde la antigüedad ambas forman parte de la humanidad de una forma destacada y a la vez selecta; ninguna de las dos es precisamente fácil de aprender, y no siempre son muy populares; decir “soy un poeta” y decir “soy un matemático” resulta igualmente pretencioso; las publicaciones en torno a las matemáticas y la poesía ven la luz en revistas económicamente inviables si no estuvieran apoyadas por agentes externos; el éxito en ambos campos no significa necesariamente un alcance de público amplio, sino que interesará tan solo a aquellos asiduos a esas publicaciones... y sin embargo nadie se preocupa de la necesidad de tener que defender las matemáticas. ¿De qué y por qué deberíamos sentirnos obligados a defender la poesía? ¿Necesita que la defendamos?
Los poemas de Gustafsson son artefactos juguetones y lúcidos en los que a veces el acentuado lirismo es aligerado por el tono filosófico, y a veces la aparente sencillez y sobriedad gana profundidad gracias a las sucesivas capas de pensamiento que este oculta. Como los viejos barcos "que rompen sus amarres durante la temprana / tormenta de otoño / y flotan a la deriva, / pesados, medio llenos de agua, / melancólica / y silenciosamente filosóficos / hasta que acaban pudriéndose rodeados de juncos", los poemas de Gustafsson se deslizan de lo anecdótico a lo sublime, de la sencilla limpieza invernal a la oscura complejidad humana."
(Andrés Catalan & Neila García, Clarín, nº 106, 2013)
ARISTÓTELES Y EL CANGREJO
Fuimos a comprar gusanos de cebo
a una tienda que anunciaba a las claras su función.
Encontramos lo que estábamos buscando:
gordos, trémulos gusanos de la harina,
del tipo que parecen preferir los peces de aquí.
Pero en medio del lugar había una enorme
vasija anticuada: azul, redondeada, y llena de
cangrejitos. Mi hijo pequeño estaba desconsolado
por tener que dejar aquellas criaturas fabulosas.
Compramos dos y los soltamos
en nuestro limpio, resplandeciente acuario
en el que los peces de colores se movían solemnemente
como viejos poetas por una academia ilustre. Y mirad,
una gran oscuridad descendió sobre todas las cosas;
discusiones y debates se llevaron a cabo
más allá de nuestra compresión; solo las algas
que llegaban a la superficie daban testimonio
de la lucha en las ocultas profundidades.
Al tercer día, las aguas se aclararon nuevamente.
Todo como antes. Pero no había cangrejo alguno
que ver. Decidimos que ahora estarían viviendo
como ermitaños, con una mayor sabiduría,
una existencia apartada de la vida pública
a mucha profundidad bajo el lecho del fondo.
Así es como lo dejamos, hasta que un día
abrí mi Aristóteles
y me topé con el insignificante cuerpo de un cangrejo,
plano como una planta en un herbario,
justo en el pasaje en el que el Filósofo
habla de la memoria y del recuerdo
de sucesos pasados. Y este capítulo,
una de las mejores cosas que nadie
ha escrito jamás de la memoria, estará
desde ahora en adelante asociado
con un olor nada fácil de olvidar:
cangrejos, ligeramente podridos.
(Lars Gustafsson)
(Traducción de Andrés Catalán)
De par en par, ahora las puertas.
Los viejos terrenos a un lado del bosque,
murieron lentamente;
Gnarp, Naddtorpet, Rulltorpet,
Byggetorp y tantos otros.
Por allá por los cincuenta se podía, anhelante,
entreabrir puertas crujiendo hacia estancias abandonadas;
como en tiras colgaba desecho el tapiz
y en el fregadero, tal vez sin oxidar,
nadaba un vaso de cristal agrietado
o un plato con motivos de rosas.
Ahora la carretera penetra hasta el umbral,
llega casi al vestíbulo de la cabaña,
y en la sombra aun destellos,
los postreros, de un manzano.
Aquí ha pasado mucho.
http://somepoetrytranslations.blogspot.com.es/2015/04/de-par-en-par-ahora-las-puertas.html
ALLA GALNA SMÅ FÖREMÅL
Alla dessa underliga
små föremål
som under en livstid kommer till oss
vart och ett från sitt ställe
var och en från sin Logos.
Den gamla trädgårdskniven
med sitt slitna skaft av trä
och blad som slipats tunt
hittad på en trottoar i Arles.
Och den skulptur
av numera ärgad mässing
som en gång en konstnär
svetsade ihop åt mig av gamla dörrhandtag
i en ateljé nära dåvarande Berlinmuren
i Marie Louisenstadt.
Denne konstnär var fullständigt galen
och kunde bara tilltalas
på det schizofreniska språket.
Hans verk liknar, om det liknar något alls,
en spindel. Men utan nät.
En liten azurblå flaska
med en fiskmun uppe vid korken
från någon sophög.
CITYWIDE GARAGE SALE,
AUSTIN, TEXAS 1998
Gamla mynt och sedlar
Däribland En dollar 1810
utställd av Mechanical Bank i Saint Louis
En rolig ölsejdel med röd näsa
En medalj från frivilliga brandkåren i Lubbock
för berömvärda insatser
Ett arbetskort, utfärdat av Tredje Riket
för Werner Hoffmann 16 år
tryckerilärling
Ett inplastat exemplar av tidskriften Look
med Marilyn Monroe på omslaget
Två mycket gamla hyvlar
säkert hemgjorda,
bruna och något skavda,
med en doft av många långa dagar
i getternas och tummelsnårens land
Jag undrar: hur dog Werner Hoffmann?
TECKNINGSSALEN
Själva rummet luktade krita
och tungt, hoptorkat trä.
Generationer hade skurit i borden
så att bokstavssystemen
hakade i och över varandra
som i någon gammal sumerisk
eller varför inte babylonisk
arkeologi.
Bortglömda gudar med hundöron
och stränga träansikten
kom självmant fram ur ådringen.
På papperet däremot bara lineamtningens
stränga figurer och hörn som var så vassa
att man kunde skära sig på dem.
Och detta skulle vara den ort där konsten bodde.
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