Daniel Adrián Castelao
Daniel Adrián Castelao (Oytis) nació en 1967 en Capital Federal, Buenos Aires, ciudad en la que reside. Su temprana pasión fue el Teatro donde actuó, dirigió y hasta escribió algunas pequeñas obras perdidas en el tiempo. Desde hace más de 20 años se dedica a la radiofonía, con una decena de programas en su haber. Actualmente es parte importante de "Club de Radio" (http://clubderadio.blogspot.com), un emprendimiento radiofónico por internet que prioriza la radio de autor, la buena música y la buena literatura. Sus primeros pasos como "letrista de rock" lo llevan ahora a la poesía. "Técnico en Quimeras", su primer poemario editado en agosto de 2014 por Editorial Subpoesía. Participó en las antologías “Himnos Nacionales” de Añosluz Editora (2014), “Poesía Bajo La Autopista III” de Clara Better Ediciones (2015) y “Maresia” de Editorial Dunken (2015). Es asiduo participante de encuentros poéticos en Bs As. Coordina los ciclos de Poesía "Al Filo de La Palabras" y "SinesteCia". Está trabajando ahora en “Postales de Ingenuidad” su próximo libro de poesía en prosa que saldrá en 2016.
Sueños que lloran en el cuarto.
Naranja neón,
la avenida se insinúa en la pared.
Descansan.
Tempestad de brazos calma.
Recorre tu cuerpo como hormiga
memorizando
la geografía del paisaje
Saborea cada segundo
como el último,
que se demora maravilloso.
Ninfa de sosiego,
anhelo hecho carne.
18 de agosto de 1936
a Federico García Lorca
Convulsiona
Templomundo
vibra compás
o
con guerra
Se fue en pequeña muerte
como palomobuche a un rosal
Estruendo
Todo sangró
Agujeros de muerte
entre vivos
La columna
sudaceite
Convulsiona
Los dioses conjuran este oscuro hechizo:
La Noche
aporta su espesura.
Las Miradas
mezclan su aliento desvergonzado.
La Realidad,
un cuadro neorrealista.
El Cuerpo,
atisbo de gentilezas.
El Espíritu,
sublime forma de amor
El Entorno,
masa de aire que envuelve.
La Música,
única, maravillosamente ejecutada.
El Ritmo,
expresión duradera.
La Mañana,
misterio en el encanto de la noche.
La Figura,
caras inocultables.
Las Manos,
perfectas, ordenadas
sobre el mapa de tu cuerpo.
Alucino
con el condimento,
la arrogancia
alguna vez sale
en mis sueños.
Ordeno que se asome al balcón
esta lluvia me inspira.
Esto que va cayendo
y moja
es el concilio
entre lo que no siento
y lo que vendrá
en mi próximo desenfreno.
Hoy
mi corazón es hielo
Mañana
será lo que no debo
“Ya dejará de sangrar
“Ya dejará de sangrar
ésta puta herida…”
Carlos Norberto Carbone
Y dejara de manchar,
de marcar este rastro
imborrable
que inevitable me seduce
a retomar
Gota a Gota
verso por verso
dejará de sangrar
en cada letra
Con cada frase
por bares plazas estaciones
Con cada latido en palabras
las dichas las calladas
dejará de sangrar
Se cerrará, lo se
en el momento
en que la sangre derramada
y el polvo de mis restos
fusionen
y del barro tal vez surja
como Fénix a renacer
técnico en quimeras
Silencio, todo silencio sus sonidos: el repiquetear de la lluvia, el perro ladrando a su sombra: ni siquiera pude oir/ cómo estalla/ mi violín en el piso.
¿Es el cristal empañado el que enturbia la mirada? ¿o la mirada la que en la noche huye?.
No nace la palabra. No la que Oytis aguarda: nacen otras/ que no reemplazan,/ solo apaciguan. A eso vuelve, gira, gravita, arde y vuelve, a buscar la palabra estás construyendo con tu voz/ lujuriosos puentes/ en la oscuridad de la pecera. Y vuelve (palabras) dichas en ese exacto instante,/ su único sentido/ Malogrado en esta realidad.
Y todo es en la noche. una alarma perdida/ advierte de la madrugada/ acechando. En la noche, donde sucede el mundo y calla la palabra.
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