Marian de Vicente
María Ángeles de Vicente Velasco nació en Salamanca, en cuya Universidad se licenció en Filología Germánica (con especialidad en Estudios Ingleses) y Románica (con especialidad en Italiano) y donde realizó también los cursos de doctorado correspondientes a ambas licenciaturas. Amplió sus estudios en las Universidades de Edimburgo, Perugia, Salerno y Temple en Filadelfia. Fue profesora de español, durante un año, en la Universidad Politécnica de Newcastle-upon-Tyne y, desde 1986, Profesora de Bachillerato. Actualmente, es profesora de inglés y literatura para alumnos de enseñanza bilingüe, en el IES Ferrari, de Valladolid. Becaria internacional a través de los Programas Fulbright y del Consejo de Europa, ha participado en diversos cursos, seminarios y talleres de enseñanza, literatura, escritura creativa y poesía, tanto en Estados Unidos como en Europa. Ha colaborado en múltiples lecturas e iniciativas colectivas relacionadas con la literatura y la poesía. Ha dedicado su vida a la formación y a la enseñanza aunque su pasión es, desde niña, la lectura, escritura y traducción de poesía. Tras décadas de escritura callada e íntima, presentó en 2013 el libro de poemas “Desde el silencio”, por el que recibió el premio Sarmiento de poesía en 2014.
Del libro de poemas DESDE EL SILENCIO.
(Editorial Azul, 2013)
Aunque no los conozcas, esos nombres
exactos de las cosas
hacen brotar su entraña, su misterio
en el oído atento.
Pero nada es poesía si no tiembla
detrás de lo nombrado
la verdad.
Las palabras
que no nacen de dentro
no alcanzan a dar forma
a aquello que no está.
Más lo que brota y fluye y no cerceno,
desarmado y desnudo, por el cauce
que fuera pobre y yermo, la palabra,
se transforma en un eco de verdad.
Si me despojo
de casi todo.
Si desnudo
mi corazón, mis manos
y me quedo tan sólo
con el papel, el lápiz y el azul
-esa luz que me habita, que me invade
entonces resucito,
mana la voz, escondida, dormida
y emerges, poesía, tú.
Todo fuera del marco
y en su sitio.
Desencuentro.
Fuera, el frío, la niebla.
La niebla, el frío, dentro.
El hogar
iluminado, quieto,
empieza a despertar.
Amanecerá tu luz,
y se abrirán
de nuevo las ventanas.
Todo por explorar
detrás de las ventanas.
Todo dispuesto
abierto a los sentidos.
Todo llama, nos convoca
a la apertura, al descubrimiento.
Pero mi sueño sigue intacto ahí
del otro lado de los cristales
donde todo lo siento con los ojos
pero no más deseo
sino que llegues tú
y me cierres los ojos
para vivirlo todo
desde dentro.
Cuando te vayas
me quedaré contigo
y sin ventanas.
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