Isaura Díaz Figueiredo
Es una escritora gallega afincada en Salamanca desde 1985, donde ha colaborado en periódicos y programas de TV, además de mantener un programa cultural en radio Oasis. Poemas suyos han sido publicados en revistas como Papeles del Martes y Crear en Salamanca, o se han antologado en volúmenes como 'Decíamos ayer', dedicado a Fray Luis de León dentro del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos.
Ha publicado su primer poemario “Baladas de la duda”, 2014.
DESGAJOS
Lentamente llegaba el otoño,
la parra de uvas azules,
grano a grano, en silencio, desgajaba los racimos,
derramando el amargo licor
del olvido.
En la urdimbre de las telarañas, sesteamos,
flecos de niebla contemplan
en la ciénaga del alma
sombras, misterios, desconcierto
no escuchamos el tic tac del reloj
marcando desgajos.
Cerramos la verja,
nadie volvió el rostro.
DESPERTAR
El corazón hecho girones,
entumecidos los huesos
contemplo estática
la humedad de mis ojos.
Atrás quedó ensoñación,
falsa luz,
empalagoso recuerdo
que el tiempo diluyó
Ya no cuelgan del techo poemas
que hablan de amor.
Solo penden preguntas absurdas,
mandamientos estúpidos lamiendo heridas.
LA NIÑA
Gatea entre la muerte
padres,hermanos,vecinos…
La niña gatea
entre restos de miseria
su casa de hojalata
es ahora una pequeña montaña
de latones
La niña gatea mientras
las nanas, entonan, el tronar de fusiles
y ametralladoras
La niña gatea
entre los escombros,
míseros sueños, reventadas
Ilusiones
La niña gatea
entre harapos de vestidos
cubiertos de sangre
Mortaja de algún familiar
La niña gatea
Entre cartones rojos
Donde guardaría la familia
El ajuar
De una temprana boda
Entre cajas de cartón
La niña gatea
entre crisantemos amarillos
plantados en tierra de muertos
color de locura, aroma a desesperación.
SUEÑO
Las cadenciosas notas de un vals
envolvían la sala
los músicos
vestían trajes de cristal,
podía ver su interior
vacio, tétrico.
Tu y yo
girábamos, ¡girábamos
sin mirarnos!
Una, otra, y otra vez
¡de pronto ¡
la fantasmal presencia
y
todo quedó cubierto,
aprisionado en un bloque helado.
Soledad,
ulular del viento,
luna llena
sueño
REGRESO
La estación pintada de blanco
Asientos nuevos, otra hora,
otro color en el cielo.
En la mano aprieto fuertemente el billete
al pasado, sin pitidos, ni Jefe de estación
anunciando la llegada,
llego en silencio, nadie me acompaña en el compartimento,
nadie esperando en la estación;
Solo yo y mi memoria, revisora infatigable,
Los paisajes son postales en sepia
guardan con celo recuerdos;
Mi mente es otro espectador,
envuelto, apretado en el equipaje.
de la vida
Los surcos en la piel, dejan lugar
a otras pieles queridas, otras soñadas,
al amor que entre raíles se perdió.
Al bebé que nunca nació.
Las manecillas antes inquietas del viejo reloj,
faro de luz, alegría del viajero,
están aletargadas ,ya no forman parte
del tiempo o el espacio.
Ante la llegada al destino
la realidad se vuelve silente,
pasos lentos,
el aire tela de araña
envuelve pegajosamente el pasado.
Ramas del viejo árbol buscan asidero.
El pulso ralentiza el latido,
todo está ahí
despertando los sentidos,
embriagado de perfumes
romero, olivo, vid…¡mieles
al olvido!
Recolocar, eso es lo que faltaba,
poner cada cosa en su lugar
Nubes, horizontes, árboles, rostros…
el plano esperado está terminado,
evocando la fantasía, otro tiempo
convertido en realidad y verdad.
Te escucho, siento tu piel, tus manos
sobre mi rostro.
Me absorbes
te absorbo
sumergimos en la niebla de antaño,
empapados de todo lo que se escapó
He vuelto a inventarte, salvamos el pasado
que hicimos presente.
Por un instante fuimos habitantes
del país de la nostalgia
TE DEVUELVO MI VOZ
Gracias por la maravilla
de vida que a tú la lado viví
Por ese mar, sin centro y sin orilla
ruta de nuevos horizontes cada día
Te devuelvo mi voz
Por lo que juntos suspiramos,
por lo ignorado,
por todo aquello
que sin hacer quedó
Por cada ventana abierta
que siempre era un juego de saber
¿Quien era quien?
Te devuelvo mi voz
Por lo perdido y lo que dimos,
por lo que cada día soñamos,
por la rosa muerta de rutina,
durmiendo en el viejo libro
lleno de estampas…recuerdos
escritos en la negra pizarra del olvido.
Te devuelvo mi voz
Por el itinerario recorrido,
por caminos colmados
de flores y trinos,
por aquellas
fechas rojas
marcadas en el calendario,
por… sin saber en un saber,
porque exigiste pautas de antemano
Te devuelvo mi voz
Decir adiós…es siempre triste
tú encendiste la lumbre
en la oscura noche,
Hoy, al despertarnos
éramos humo,
paños desteñidos,
quejas disecadas,
sin afanes, sin esperas
Te devuelvo mi voz
Ya soy silencio. Ceniza
en una sofocante historia
perdido entre sendas .
Y aun defiendo la alegría
de volver a vivir,
tender mi mano
sin ser triunfo, o privilegio,
solo paño de labor
Te devuelvo mi voz
DEJADME PARTIR
Me asfixio en el cristal roto,
en la queja
en el llanto
en el muro desconchado;
en el aire rasgado
buscando musarañas,
en acentos perdidos,
en las yemas de mis dedos,
en hilos de nieblas,
en pompas de jabón,
en el jazmín agostado,
en la sonrisa perdida
tras la ventana bajada.
¡Dejadme partir!
En el áloe a incienso,
a esparraguera,
a manzana dorada por el sol del verano.
A malvarrosa que juega
en el prohibido jardín,
en la buganvilla rosada,
en la gardenia,
en el pino marino,
en la flor de un día,
en la tapia encalada.
¡Dejadme partir!
A encontrarme en la sombra,
en gesto agarrotado,
en amaneceres helados,
en la letra menuda,
en el folio blanco
sin saber que escribir
¡Dejadme partir
En el cuencos de mis manos
llevo semilla,
traeré nuevos frutos
renacidos del profundo letargo.
Reinventare fragancias,
aromas contagiosos,
Ataré cabos sueltos
caprichosos caminos
en el regreso a ti
Los poetas y Dios (Isaura Díaz Figueiredo)
POR Alfredo Pérez Alencart
Toda buena Poesía tiene su germen en lo Sagrado. He aquí la vertiente cristiana de una poeta que quiero presentar de forma humilde. Para conocer a Isaura Díaz Figueiredo, escritora gallega que habita por décadas en esta Salamanca, hay que leer y/o escuchar atentamente sus versos, pues en ellos destila su Vida, que es propia e íntima, cierto, pero también encuentra sintonía con tantas y tantas almas que requieren sosiego.
El ser humano no solo es cuerpo, pues su espíritu requiere de otros nutrientes que sosieguen sus dolores o incertidumbres, los malos momentos que para algunos se tornan eternos. Hace años que la conozco y, en este tiempo, he ido percibiendo cómo va mejorando, ostensiblemente, su escritura poética: su aprendizaje está dando frutos de buena calidad, más depurados, más breves pero más intensos.
No se requiere expandirse tanto para dejar constancia de lo profundo. A modo de ejemplo, dejo que los lectores pongan su vista en dos poemas suyos, inéditos, y escritos para ser leídos en el X Encuentro Los poetas y Dios, en Toral de los Guzmanes.
QUIERO, SEÑOR
Servirte quiero, Señor,
perderme por ti,
olvidarme de mí,
seguir siendo parte
de tu rebaño.
Que por querer entretenerme
pastoreando en otros prados
¡cuantas veces me perdí
cuidando de mi cuidado!
¿Qué perderé yo por Ti,
si eres mi mente,
mi corazón y me has ganado?
¡Sé, Señor, que me perdí
cuidando de mi cuidado!
Ayúdame a renacer,
en tu palabra beber,
olvidar el ayer,
no vuelva en mi debilidad
la siringa escuchar,
otro cayado seguir
y salir de la manada,
afligido, desamorado,
el corazón desgarrado.
De tal forma regresar
por cuidar de mi cuidado.
DOLOR
Dime por qué, Señor, al ver tus llagas,
mi vida pecadora en tus dolores leo;
por qué mi culpa en tus espinas veo,
y en tu sangre el perdón con que renazco.
Dime por qué, alzado en cruz,
mis hieles bebes y tu sed apagas,
por qué al soldado que clavó la lanza,
tus manos elevaron cual trofeo.
Dime por qué mis rebeldías
como clavos te hieren,
y Tú en amores las conviertes;
Por qué, mi Dios, por qué,
por mis pecados mueres
si sabes que soy tierra,
polvo y lodo y viertes de tu pecho agua pura
disipando con tu Luz todos mis miedos.
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