miércoles, 13 de mayo de 2015

LUIS YURÉ [15.947]



LUIS YURÉ
(Seudónimo)

Luis Yuré que debe ser el seudónimo de este escritor afirma que él es Bachiller en Literatura y Licenciado en Psicología y entre otras ocupaciones trabajó como locutor de radio, cómico, curandero (sobador) y con otras personas fundó el movimiento Neuróticos y practica la homeopatía. Ignoramos si esto es en broma o en serio. Según Alexander Obando ahora vive en los EEUU. y debe haber nacido en el año 1966. Parece que él fija su nacimiento el 23 de junio del año 1948. No tenemos ninguna seguridad. Es un representante de la antipoesía. ¿Recuerdan al poeta chileno Nicanor Parra? Por ahí anda su creación.


LO QUE HA ESCRITO LUIS YURÉ

NOVELA

1. Alba en rodajas: 2002. Ed. Veritaac, San José, 2002.

POESÍA

1. Tuanis Opus Palo (2002)Editorial Universidad de Costa Rica, San José, 2002
2. Fe de ratas (2009)  Teatro y Poesía. Ed. Germinal, San José, 2009.
3. Leprosario (2015) Ciudad de Guatemala, sello Catafixia Editorial.



Alba en rodajas

Esta es la única novela que conocemos de Luis Yuré. Ni siquiera sabemos si es su nombre o un seudónimo. La publicó en el año 2002 y la llamó Alba en rodajas.

Formalmente no es una novela, por lo menos tal y como la conocemos. Aquí se inicia la ruptura que experimenta el escritor con todo lo establecido. Es el inicio de la rebeldía, de la visión onírica, subconsciente, contestataria, revolucionaria de la realidad y el lenguaje es el primero que sufre esa violación. La obra se presenta como un juego, un mosaico de imágenes, a veces aparentemente absurdas que van configurando un caleidoscopio de aristas, límites, vértices, contrapuntos, letras, figuras, que en total dan esa gran metáfora rebelde, pecaminosa, irreverente, asesina de la realidad. La imagen final es una historia completa de cobardías, de hipocresías, de lugares comunes, de avenencias, de conformismo, de captación, de manierismos, de códigos, de camisas de fuerza, de prisiones disfrazadas de castillos. El escritor se burla de ellas, las ridiculiza, las desnuda, las expone, las encara, las enfrenta, las niega, las liquida para dar paso a la esencia de esa rebeldía, la muerte del ser, de la vida, el triunfo de la mediocridad, sobre la libertad. Es un desfile de imágenes cotidianas que de tanto verlas y sufrirlas cobran título de ciudadanía, carné de oro pero la imagen violenta, cruda, intrusa, tipo bisturí, penetra en ellas y las evidencia, las tira a la calle, las expone al juicio de la libertad.

Es una obra poética, lírica, expresiva, violenta, destructora de mitos, poses y exposición de verdades hipócritamente acalladas. Es un mural descarnado, furioso, insurrecto, rebelde, de esta sociedad caricaturesca que tenemos irremediablemente que soportar.





7 poemas de “Leprosario” (2015), de Luis Yuré



Vallejo & Co. presenta una selección de poemas del libro Leprosario (2015), publicado por Luis Yuré. Lo que se sabe del autor (Luis Yuré) es muy poco, pues se trata de un seudónimo de un autor (o varios quizá), o de un heterónimo de algún poeta que juega al misterio. A su vez, tanto su lugar como fecha de nacimiento son desconocidas, se dice que fue en Costa Rica para algunos en 1948, para otros en 1966. Lo único real son sus publicaciones, en novela y poesía, y, entre ellas, esta última publicada en Ciudad de Guatemala por el sello Catafixia Editorial.

Sus escritos se canalizan y podrían situarse en la llamada antipoesía, haciendo uso permanente de un lenguaje coloquial-dialectal costarricense llevado al extremo. Su temática es variada y, por lo general, fuera de los cánones poéticos de su supuesto país de origen. Vale la pena leer algunos poemas de este nuevo libro de un autor que es todos y a la vez nadie.

http://www.vallejoandcompany.com/7-poemas-de-leprosario-2015-de-luis-yure/




Selección de poemas: Mario Pera
Catafixia editorial
“Leprosario” (2015) de Luis Yuré
Portada de Álvaro Sánchez


7 poemas de Leprosario (2015)
de Luis Yuré



Herejías


5

Asquerosamente intacta la tierra
sin sed ni espejismos ni oráculos
sin el crujir de sus granos
entre la garganta del reloj.
Tierra limpia, desnuda arena
antes de la franqueza de la serpiente
antes que Adán lamiese el fruto de Eva
antes del rubor por el pubis eréctil
antes de la culpa, el ropaje y el desahucio
así estaba deformemente intacta la tierra
virgen de sal y sangre
virgen de pan mojado en sudor
virgen de Abel roto
                Abel coágulo
                Abel suma ofrenda de Caín.
Tierra vacía, arena rasa
anterior a las cuarenta lluvias
anterior a la deplorable arquitectura de Babel
anterior al genocidio en la alegre Gomorra.
Tierra esencial, arena lisa
ajena de circuncisiones, de holocaustos
de la cicatriz que dejan sobre el suelo los grilletes
ajena de imperios, salobres codicias, traición y plagas
libre de santidad masoquista, santas inquisiciones
tortura sagrada, canibalismo sacro, suicidio en cruz
libre de carne y úlcera de víctima mujer,
                de carne y herida de África
                de carne y llaga indígena
libre de niños que explotan bajo bombas
deshechos sobre minas, entre hambrunas
sin más pan que la hostia.
Asquerosamente intacta la tierra.
Deformemente silenciosa la arena
hasta que la mano del dios leproso
el dios que vio caos en el vacío
intentó ponerla en orden.





6

Quizá haya más desorden
en el espejo que no refleja
que en el roto
Quizá una caracola silente
sea el hipnótico tumulto
y no esa otra a la que el mar corroe
con un alarido de oleaje en espiral.
Tal vez seca, humilde y liviana
la esponja sea más desastre
que cuando el agua o la lágrima
resuelven todos sus laberintos.
Pero
percibir dulzura en la quena que desafina
apoyo
en el cráneo del líder hirviente en lingotes
justicia
en la piel llagada del torturado
paz
en su cuerpo mudo entre una fosa común
o simplemente ver caos en la tierra vacía
                tierra pura
                tierra calma
no es más que la soberbia de un demiurgo loco
que prefiere un mal poema
a dejar la página desnuda.





Pues lo fácil es desmenuzarse
desde las vísceras de mamá
partirse intrauterino quebrando opuestos:
De cigoto
a ramaje de entrañas.
De pez fetal
a este bípedo que bebe aire.
De niño, ángel poseído
a esta sanguijuela cebada con subdivisiones
entre falos y clítoris, entre el color de las carnes
patria o invasor, bruja o virgen, mi dios y tu demonio.
Guillotinarse es más fácil que unirse después.




Siseos bifurcados

Yo jamás mentí en el huerto, jamás seduje a la carne sin ombligo, esa sometida, ese cáliz roto, barro sin memoria. Nunca mi lengua bifurcada, ni la ocarina de mis fauces, ni el azufre, ni el absintio que gorgotea en el paladar, nunca mis murmullos, nunca mis siseos, nun­ca. Al árbol donde me columpio, el polvo en su ruta al polvo, vino a tentarme.



Carne Amarga I

No me protege otra máscara
que este trigal
donde arrullo mi lepra.
Al vaivén de los juncos
mi almita sucia
se deshoja en jirones
(en cadáveres de cuervo)
que oculto en el armario
junto a otras negruras.
Detrás de esta mejilla dorada
más allá de los antifaces
crece la espiga sucia
la hoja agria carroña
el alimento que ceba a mi animal leproso.
Hay noches en que me siento desnudo
cuando escucho su aullido.







Uróboros

Ardiendo, batallando, escupiendo con saña en la boca de los no es­cogidos. Espuma y bilis, me diluyo en este oleaje de odios. Bilis y vinagre, las dunas revientan. Vinagre en la arena, soy el simún, el viento venenoso que saquea Palestina. Y carcomiendo, desflorando, irrumpiendo te violo en la noche sobre el cadáver de tu amado. Pu­ñal y carne, mi delirio entibia tus entrañas. Carne y tierra. Tierra in­fiel: ¿Cuantas veces más nos forzarás a raptarte del abrazo enemigo, mi tierra puta, mi prometida Jericó? Pues susurrando, previniendo, oscilando recito contra la muralla sortilegios que impidan su de­rrumbe, Uróboros y lamentaciones, ¿nos excusa un holocausto el que hoy seamos genocidas? Ayes y piedra, nuestro dios innombrable es el peor espejismo engendrado por el desierto. La piedra tiembla en el muro, veo inevitable su derribo ante las trompetas de nuestras víctimas, que danzarán a su alrededor siete veces siete.






Midrásico A

Quién te escucha
cuando le pides a la piedra
y te lamentas contra el viejo muro
mientras hamacas tu rostro y recitas
como un loco
                            sordo
                                        niño.
Crees que el dios del maná
el dios del desierto te escucha, Israel
mientras ignoras el llanto
de quienes piden piedad contra tus murallas.



El antipoeta: Luis Yuré

Advertencia: las confusiones de quien o no es Yuré han hecho por ejemplo que uno de mis poemas haya sido publicado en la Antologìa de Poesía de Adriano Corrales a nombre de Yurè: pero bueno que importa si todos somos mundo y todos somos todo

Y es que sería tan aguadulce darle el poder al pueblo
Las cartas me dijeron que estudiara académicamente a Luis Yuré, sin embargo, al igual que su antipoesía me declaro en huelga de Universidad, pizarras y pupitres. Para esto me propongo una re/lectura de Luis –ya casi mi amigo- a travésde un juego de búsquedas no poéticas y nada estéticas de la palabra suya.
Debo confesar primeramente que no conocí a Luis en los libros, lo conocí por la Radio. Además, también debo confesar también que no fue por su boca, sino por la del argentico de Adrián Goizueta. Cada lunático día de la semana en Radio Goizueta, Adrián leía alguno que otro poema de Luis. No recuerdo cual fue primero o segundo, por que sinceramente no recuerdo ninguno de los que leyó Adrián.
Para seguir con mis historias de encuentro yurético, en estos tiempos de U, donde lo que más sobra es la lipidia la solución estaba en la Biblioteca. En este papel de confesiones, una más, me costó encontrar el poemario Tuanis Opus Palo, por que no lo busqué. Mi lógica siempre ha sido: en la Biblioteca lo que busco no lo encuentro, por tanto no busco solo encuentro . Así, no buscando poesía costarricense se me asomó de pronto Yuré con su (o)pus poético. 
No recuerdo cuantas multas por no devolverlo a tiempo me costó la afición por su antipoesía, pero la solución a no tenerlo era pidiéndolo prestado la mayor cantidad de veces en la U. No fue sino hasta el año pasado que me lo encontré en esas búsquedas de literatura en la Librería Universitaria. Tres birras valor. Es decir, y convertido al tipo de cambio Rafa`s milqui me costó. Ah… pero no solo había uno, a la par estaba también el que yo he considerado por no se angustiosa razón su primer libro: Alba en Rodajas. Siempre he creído que Alba en Rodajas es su primer libro, aunque, ambos dicen ser edición 2002. Escudriñando literaria y existencialmente mi conclusión ha sido: Alba en Rodajas es su primer libro por estar al mejor estilo clásico oliendo a humedad, con sus hojas amarillas. 
No se quién es Luis Yuré, ahora tampoco me importa. En un principio lo busqué entre los circulitos poético costarricenses, no lo encontré. Hace un par de meses atrás, buscaba para regalarle a una amiga alemana el Opus Palo, sin embargo ya estaban agotados. En la caja pregunté que cuándo podían traer más, ante lo que la señora de las ventas me respondió – No sabemos por que el vive en los Estados Unidos y la mamá que es la que nos manda los libros está muy enferma.
La respuesta solo me dio para un desconcierto mayor. ¿Quién es Lis Yuré? En varias ocasiones, he pensado que es algún poeta anónimo reticente a la "oligarquía" literaria costarricense y que su nombre es un seudónimo. Otras veces he pensado que fue un importante poeta que nadie conoció y que tampoco está más entre nosotros. Y como ante las incertidumbres las explicaciones sobran, me re/creado un Luis Yuré al tamaño de mis propias angustias:
Luis Yuré, es costarricense, nacido el 23 de junio de 1948 en la maternidad Carit en San Chepe. Oficialmente y según la contratapa de sus libros es además, panadero, malabarista, payaso de hospital y curandero, con un padecimiento en literatura y un desagrado en psicología, actualmente desempeñándose como homeópata.
Unas breves notas sobre este Luis Yuré. Para mi lo de costarricense creo es un mal síndrome de "nacionalismo literario", además de que frívolamente disfruto su uso sagaz y acertado del " pachuquismo tico". Lo de los sesenta años es por que creo, es de los señores que han vivido los mejores tiempos sin pasar ellos por el túnel de la edad. Lo de más lo creo por que eso lo dicen sus libros. Curiosamente en este nuevo arte de googlear a la gente, me encontré con Yuré pasó bastante tiempo en el Ecuador, supongo que en sus tiempos de joven universitario.
Así y en conclusión o más bien por contusión cerebral no se quién es Luis Yuré, pero se que ha escrito y con esto jugaré a entender su poesía. Advierto que no seré academicista, si no más bien, yurista al jugar un poco con su poesía y con los por qué de su poesía.
De acuerdo con los que saben Yuré es un atipoeta y les juró que cuando me dijeron que era eso, me sonó como a hijo de puta. Creo por que había pensado en la poesía "modernista" como la madre de todas las madres, pura y santa. Estaba, por tanto y como en la mayoría de los casos equivocado.
De acuerdo con la academia, bueno con Federico Schopf –que tampoco se quién es-, la antipoesía "es una escritura elaborada a partir de la negación de los rasgos esenciales de otras escrituras y de otros códigos literarios y no literarios. El antipoema es una contradicción, un contratexto. Es el resultado de la reflexión, pero todavía más de una indagación llevada a cabo en la práctica poética misma" (En diario La Época, suplemento "Literatura y libros", Santiago:1989).
Sigue diciendo la academia de Schopf, que la antipoesía como movimiento nació en Chile, luego de la publicación de Poemas y Antipoemas de Nicanor Parra en 1954. Además, es un movimiento que se caracteriza, sobre todo, por el uso de chilchés y de lenguajes coloquiales. La antipoesía utiliza elementos del lenguaje común modificándolos al extremo del absurdo atrayendo con esto la atención del lector.
Yurísticamente la poesía es no ser poesía. En Costa Rica la poesía siempre ha estado limitada, acosada y secuestrada opr los cánones de lo/as poetas del círculo poético X o Y, que desprecian lo que dice/piensa/escribe J,K,L,M y Z.
En esta lógica e ignorante totalmente de las letras costarricenses me atreve a decir, sin miedo a fusilamientos doctorales, lingüísticos o magonianos, que nuestra poesía ha sufrido muy pocas rupturas.
Uno de ellos –para mi el más importante- fue/es el que propició el siempre citado y vilipendiado Jorge Debravo. Su poesía, aunque no toda, rompió con los cánones en torno, tanto a las temáticas como a las formas.
Más recientemente son poco/as los que han logrado imprimirle un tono novedoso a la poesía costarricense, y mucho/as más poco/as los que lo han logrado fuera de los circulitos canónicos costarricenses.
Luis Yuré –costarricense imaginado- maca a partit de sus dos poemarios arribab citados, una nueva tarea en la literatura y específicamente en la poesía costarricense. No hablo de épocas para no jugar al continum filosófico dualista de modernidad vrs posmodernidad, si nomás bien de tareas; tareas en el más claro sentido de (des)hacer algo por/para/desde algo.
La tarea de Yuré simple: jugar desde las gradas de lo/as que nunca han sido y de lo/as cultural y paleolíticamente atrasado/as. 
Desde la "Barra Brava", Yuré ha escrito en cuatro estadios -principalmente. El de lo existencial-yurístico, el de la "pepiazon", el de lo antisistema y lo otro, lo o-pus.
En lo yurístico-existencial, Yuré es payaso, panadero y sobador. Y lo es literariamente, es payaso haciendo malabares entre versos con palabras de colores; es panadero horneando una torta chilena contra la desmemoria y bueno que mejor que un sobador para los nudos del alma.
En este Yuré existencial hay una necesidad de rebelar/se contra un "yo social" maniqueo e impuesto. Es un payaso-salmón nadando contra lo socialmente correcto. En fin ya lo decidí/y quiero ese tipo de mascota/que escriba poesía de tercer mundo/vomite sobre Rimbaud y otros vejestorios/ una mascota que no me entienda/que casi me odie/que planee cortarse las venas/un 23 de junio de 2003/ o sea una mascota que fuera como yo.
Es un Yuré -como se mostró en el texto anterior- valeverguista de la poesía de "biblioteca", una mascota que odia y vomita lo que se escriben desde las cúpulas de la "suprema intelectualidad". Valeverguista: Luis Yuré/ un tico en rodajas/ cumpliendo años/ soplando las velas/ que mi deseo por un país mejor/ no se cumpla jamás. Es también un Yuré "valeverguista social", ojo que no dijo no comprometido, sino más bien hereje de los lineamientos sociales para ser y para bien/tener.
Este Yuré "valeverguista", es socialmente comprometido contra los engendros infernales, / los saqueadores, los muy virus, /los que hacen de tiquicia una Costa Pobre. Es un payaso padre de estrellitas hambrientas/ en la telaraña del sur que con la jacha roja le manda algunas cuantas pedradas a todo/as incluido el señor presidente.
Como se dijo arriba, Yuré se las canta desde las "Barras Bravas"; le escribo desde el pueblo/ dedo umbilical del voto/ desde "esa bola de pargos"/ como nos dice su ministro. En estos versos claramente vemos al Yuré antipoeta, quien jugando con las palabras al máximo del ridículo puntea en las úlceras sociales de este "mundo feliz". 
Este Yuré es romántico sin cursilerias, es un romántico que lejos de los versos cargados de miel o de "beckerismos", nos las canta y se declara. Cañonazo que rebota Incertidumbre/ la agarra Mi Boca/ se vuelca de chilena/ y gool/ golazo de amor/ un beso a cero.
Este Yuré mentira no es romántico, por que simplemente no lo es. Este Yuré es un "pepiado": pepiado en Do mayor/ as de corazones/ así de fatal.
Y en consecuencia al vomito literario que producen los doctores de las letras (en Costa Rica algunos magones), hay una secreción literaria en Yuré, un/muchos poemas de pus poético. En este pus, es donde remarcamos la ruptura de Yuré con lo que hay de poesía costarricense. Aunque, habría que señalar también una ruptura ficticia, por que su poesía no pertenece a las letras/estructuras/formas/argollas de la literatura costarricense.
Al igual que con CALUFA, su literatura no es literatura, pues de acuerdo con algunos doctos, incluido el supremo gurú griego de Alfonso Chase, eso lo hace cualquiera.
En síntesis lo que hay en Yuré, es una antipoesía natural de barrio, una poesía que sin serlo marca nuevos caminos de re/pensarnos como escritores/as. Una poesía non grata para quienes copa de vino en mano leen a Gustavo Adolfo escuchando Betoven/ sonatapara violín número 4/ en la menor/ en la cuminche/ en Berta.

http://sinpuntosnicomas.blogspot.com.es/2009/01/el-antipoeta-luis-yur.html





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