viernes, 1 de mayo de 2015

DANIEL WENCE [15.833] Poeta de México


DANIEL WENCE

(Morelia, Michoacán, México 1984). Estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Publicó los poemarios: Nada de incrustaciones, en la colección La ceibita (Fondo Editorial Tierra Adentro-Conaculta, 2010); Astrolabio de astronauta (Sueño Colectivo, Espacio Libre y la Ciudad de los violines, 2012). Compiló el poemario Notas de Atar, E-book que se presentó en el marco del XI Jazztival de Morelia, Michoacán. Ha colaborado en diversas revistas y periódicos (impresos y digitales) nacionales y extranjeros como Oráculo, Tierra Adentro, Revista Cronopio, Vozquemadura, y más. Fue miembro editorial de la revista contracultural Clarimonda de Morelia, Michoacán. Parte de su obra se encuentra en los libros Olvidados y excéntricos; Estampas mejicanas, de asuntos matriciales y otras celebraciones; 40 barcos de guerra; Anuario de poesía mexicana del Fondo de Cultura Económica, 2008; Turbulencia dosmilonce; Mapa poético de México; Antología del Vértigo de los Aires, Versos di-versos (Venezuela); Caracol Tijuana 2012, entre otros. Actualmente se profesionaliza en educación para la paz y desarrolla actividades literarias en comunidades del Estado de Michoacán.




Racimo de vagabundos

domingo de resaca

los vagabundos duermen en racimo
agua de florero sus babas hacen mares de conquista
barcos de papel barquitos 
                        la niña 
                        la pinta 
                        la santamaría 
                        y las otras

hacen fila de antro y minifaldas 
                        fila de conquista

y yo le pongo un vagabundo más a mi racimo:

duérmete mi niño
                        duérmete en mis piernas 
                        en mis ojos duérmete
escúrrete pétalo por mis tobillos sube
resbálateme por la espalda niño sin techo
sin techo de cielo negro 

vamos a conquistar la tierra prometida



EN LAS MISMAS

qué mismas circunstancias tengo
para melancolar tu vuelo entonces
fue cuando me enamoré
de todos los nombres que tu nombre adopta
si yo pudiera saber de pájaros.
si fuera quién para el propósito
te vestiría de santo de cabeza de madre
y te estaría a todas horas

lo malo es que para escampar en ti
se necesitan flores del desierto
que no nacen ni crecen ni me cuentan
de un jardín que es remolino
para andar vueltas y vueltas cayendo
de trancazo en tu semilla
lo malo es que olvidé cómo sembrar
en tierras áridas baldías

qué misma tu cara se balancea de norte a infierno cansada
cansada de tanto ser. vista por el monitor de mis desórdenes
qué idéntica tu boca muy delgada se presenta nuevamente
matutina para dar los buenos días antes de que amanezca

y uno que esperó uno que escuchar canciones de los gallos
uno va presumiendo agua en el ojo por las calles aledañas
a las circunstancias donde acontece /
compahermano de batalla y fiesta
que me fui desprendiendo poco a poco de su nombre





Poemas del libro Nada de Incrustaciones del autor michoacano Daniel Wence, obra con la que Tierra Adentro inicia la colección "La ceibita" con la que festeja su 20 aniversario.
 


VAYALCALÚ

I

me preñaron Jaime tus párpados  caídos  y
desde entonces mastico tu silueta bailando
como  tú buceando mediasvueltas cada
resquicio es soledad y me detengo a verla
reclamándole   mis   pasos   derecha  –
izquierda  la  palabra  patética  que  digo a
todos  los  que  no  son  tú cuando caricias
lágrimas   y   no   estar   solo   perforan las
baldosas que solías pisar con la  mirada en
busca   de  respuestas   dime  dime  dónde
estás besando a tu mejor amiga mintiendo
mi   historia    desollándome  a  gritos me
preñaron tus párpados cañones apuntando
cada uno a alguna arteria
 

II

Vayalcalú  se  fue  de  casa  en  febrero de
1999 se ató una santavirgen a las pretinas
y   mi  mano  se  fue  con  él  con  su reloj
tictaqueándome en el paladar miré por la
ventana  y  lo  alcancé  otra vez la esquina
diciéndome  el  lugar  perfecto para erigir
mi  tierra  mítica  la  de  las   mieles y las
abundancias enterré tu voz desafinada tu
primer  poema  y  el  tesoro  que  siempre
supe que escondías debajo quién sabe por
qué razones



 
Vayalcalú se acerca

Vayalcalú/ son las doce/ cuéntame una historia.

había una vez una tu madre
que contaba espinas
era blanca como el adobe
escuchaba caer los árboles
sin ningún asombro
sabía quedarse quieta
silenciarse
sí esconderse
 
Vayalcalú/ son las doce/ cuéntame una historia.

Esta es la historia de David
llamado Pedro por algunos
que venía a buscar a un hombre
que fue enterrado vivo que
 
Vayalcalú/ son las doce/ ¿por qué no avanza el tiempo?
 
Esta es la historia de Vayalcalú
que sabía quedarse quieto.

 

 

Que nos dicen que nos lleva el tren
a jugar con las palabras vengo
buscándote bajo la lluvia
ya no estás
caminito de tierra
tren al sur que no tomé
porque no
porque no quise
porque pude tener el miedo
entre los dedos
y escurrirlo por tus sombras
porque no
porque no estabas
de rodillas
imitando mi rezo
porque llueve adentro
como afuera no

tren al centro tuve
una ocasión para abordarte
una canción para llamarte
una erección para dejarme
incrustado en tu cuerpo 

 
 


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