Daniel Mir Elizondo (México, 3 de febrero, 1971) estudió la licenciatura en Lengua y literatura hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México (1992-1997). Se desempeñó como director de distribución en el área de libros del Grupo Editorial Vid, donde también desarrolló trabajo de edición. Fue jefe de redacción de la revista Fundación Rosenblueth. En 2002 coordinó la 2ª Feria del libro “La ciudad, un libro abierto”, organizada por la Secretaría de Cultura del D.F. y la CANIEM. Autor de textos en diversas editoriales de textos de secundaria y bachillerato. Tiene especial interés en las áreas literaria y editorial.
Ha colaborado en diversos medios periodísticos como columnista y reseñista en diversos medios. Impartió cursos y talleres en el Instituto Politécnico Nacional, en la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y en el Instituto Mexicano de Bachilleres. Actualmente realiza trabajo editorial independiente, es corrector y autor de varias casas editoras.
Publicaciones
Ha publicado su trabajo poético en diversas revistas y periódicos de la ciudad de México (Generación, Periódico de poesía, Alforja, Arena), del interior del país (Pasto Verde, Sinapsis, Hoja de Sal), así como en Estados Unidos, Argentina y España (Puerto Norte y Sur, Generación Abierta, Alhucema).
Libros
Estrella Madre y los días urbanos (Poesía), Toluca, La Tinta del Alcatraz, 1993.
Desierta Luz (Poesía), México, JAA, 1996.
Del crepúsculo y los decapitados (Poesía), México, Péndulo, 1996.
De luz las nuevas horas (Poesía), Orizaba, Pasto Verde, 1996.
Deslave Marino (Poesía), México, JGH, 1997.
Partevientos (Poesía), México, Ediciones Alforja, 1999.
Historia de los nombres (Poesía), Toluca, La Tinta del Alcatraz-UAEM, 2000.
LIBROS COLECTIVOS
El vértigo del erotismo (Cuentos). Colectivo, México, EDAMEX-UAM, 1996.
Poesía latinoamericana Argentina-México. Coautores: Cross, Gutiérrez Pedreiro, Villaseñor Martínez, Sobrón, Argentina, Ediciones Poesía de Rosario, 1999.
Versoconverso (Entrevistas), Entrevistadores: Daniel Mir, José Vicente Anaya, Claudia Posadas, José Ángel Leyva, et. al., México, Ediciones Alforja, 2000.
El poeta esteta (Poesía). Coautores: Gabriela León, Francisco Hernández, Salvador Ortiz, et. al., México, Obranegra, 2000.
76 poetas en generación (Poesía). Colectivo, México, Praxis, 2000.En el rigor del vaso que la aclara el agua toma forma (Homenaje de poetas Jóvenes a Gorostiza). Colectivo, Resistencia, 2001.
En el rigor del vaso que la aclara el agua toma forma. Homenaje de poetas jóvenes a Gorostiza (México, Grupo Resistencia/ Conaculta / Instituto de Cultura de la Ciudad de México, 2001)
Antología de la pirámide 2004. Madrid. Ediciones Altorrey, 2005.
Un orbe más ancho. 40 poetas jóvenes (1971-1983). México. Ediciones de Punto de Partida. UNAM. 2005.
LA COCINA DEL DESEO
Propongo que se cocinen los deseos
por la noche y se sirvan muy temprano.
Se dejen reposar con palabras y caricias
para darse en cantidades suficientes
que duren toda una vida.
Es necesario agregar, de tanto en tanto,
una pizca de sorpresas e inyectar licor de sueños,
evitando así la resequedad de los desiertos.
Destellos de asombrosos cantos
irán acompañando a los deseos
y acróbatas fragancias de desinhibidas voces,
serán la bebida de ese fuego.
Propongo iniciar esta receta cada instante,
cada día.
EL CRISTAL
In memoriam Octavio Paz
Un viento que se arrastra en la tarde
—sol ya opaco en su hora—,
una versión más triste que un poema.
El poeta, el recuerdo, esa tarde y su chopo
o un tiempo roto;
busca la piedra que encuentra la duda,
nada entre la gota
y la sed de esa gota;
es la inmensidad del agua derramada
y la estrella que ilumina ese vaso,
es todo, el tiempo, la vida, sus sistemas,
la eternidad de una vida
y lo pequeño de la muerte,
lo inmortal y la nada,
lo inmenso de un recuerdo, un instante.
Todo lo que encierra un poema.
Historia de los nombres, Toluca, La Tinta del Alcatraz-UAEM, 2000(selección)
LOS LUGARES
Éste es el lugar donde hubo llama
y todo fue de repente nominado,
pero la ausencia resplandece en los ecos,
en un cañón de ociosidades, de palabras.
Las sombras no son ya los solemnes asideros
que temimos ver pasar sin un retorno.
Los lugares vuelven a vivir
cuando otras fuentes los inundan.
El manantial está en calma,
busca el antiguo delta que ya no existe.
Un nuevo cauce augura cataratas,
refracta en su avanzada el alto cielo;
viejo río, maduro, navegado, espera la sequía sin sorpresa.
Los lugares quedan y las navegaciones seguirán distintos rumbos
luego de apagar todas las llamas.
DEL CAFÉ
Tras de aromas de lluvia y de tierra
sobre truenos parloteando en el día,
entre la huida de los niños
que con la tarde juegan a hacer el ocio,
se advierte el perfume del café.
La lluvia parece batirse con las voces.
Un techo guarda a dos viejo que esperan
a que escampe,
que saben de la vida lo que dejan.
Entre silencios llenos de memoria, el café.
El café entre los novios,
entre risas y miradas se ha plantado.
Del café salen palabras mudas,
fugaces de los ojos,
que quieren decir algo y todo dicen.
El café es círculo de mil razones;
círculos que quieren alcanzar pronto el cielo
en humo, casi blanco-transparente se dispersan
haciendo construcciones de secretos.
El café aroma que arrulla a los sueños
café, primo de la muerte, pasa a ras de tierra
por entierros, por bodas, por bautizos.
Café, ladrón de sueño por las noches,
alcahuete en las citas,
compañero de este andar sin rumbo fijo.
Serio siempre, ensordece esta espera;
estoy solo.
REHILETE
De repente, dices, de repente:
la luz que nos divide,
varios espejos y una voz,
habitan el sosiego.
De pronto, siempre pronto
se desvanecen los grillos en canciones
y tú llegas niña hablando de nada en el espacio.
Llegas para estar en el recuerdo
de lo nuestro y lo no sido;
un beso espera eterno
y un faro busca presuroso la sombra de los seres;
en llanto, acaso tan lejano que no existe.
En llanto está el olvido, las equivocaciones;
no estuvimos, no fue nunca,
ni tú ni yo anhelamos lo «no sido»,
ni tú ni yo sabremos que no somos,
ni tú ni yo jamás nos conocimos.
Partevientos, México, Ediciones Alforja, 1999 (selección)
XXXI
Nombro, no te nombro;
ignoro qué lenguaje te entretenga.
Clara se escucha la luna,
el grillo se adelgaza con la noche.
Encuentro dulce luz con quiero no estar solo por mi vida
que camino, retrocedo al frente,
quiero estar aquí, estoy ausente
como para llenar los dos vacíos,
nombre que no existe, no hay reflejo,
pregunta sin la duda incorpórea,
cuerpo solo, sin su capa,
no hay sombra que proteja del coraje,
quiero estar solo, mas solo no existe,
es amante a oscuras,
amante buscando su razón en un abismo, sin hallar una palabra
para contar lo que pasó y nunca estuvo.
Las flores escampan algún cuerpo que está lejos,
en la mesa hay huecos que no se llenan,
y en el resto todo,
en la pureza un silencio,
en la terquedad no te tengo,
en la desnudez es de noche.
Deslave Marino, México, JGH, 1997 (selección)
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