lunes, 15 de octubre de 2012

KARLA COREAS (8.046)



Karla Coreas 

Nació  en Santiago de María, El Salvador en 1972. Estudió lenguas modernas en la Universidad de El Salvador y en Suffolk Community College. Es poeta, fotógrafa y traductora literaria. Ha sido intérprete y traductora en varios eventos poéticos de América Latina y Estados Unidos. Ha traducido al inglés y al castellano a escritores internacionales como Luis Manuel Pérez-Boitel de Cuba; a la dramaturga Mariluz Suárez Herrera de México; Martin Zet de Republica Checa; Otoniel  Guevara de El Salvador; y al poeta israelí Amir Or, entre otros. Recientemente tradujo la aclamada obra de teatro El Mandatario Idiota del reconocido escritor y dramaturgo peruano, Walter Ventosilla. 

Por varios años formó parte del equipo directivo de la “Fundación Metáfora” en El Salvador, que cada año realiza el Encuentro Internacional de Poetas “El Turno del Ofendido”. Fundó y dirigió los espacios literarios Martes Soleados de Poesía y Letras y Voces en Long Island. En la actualidad funge como directora y coordinadora de los programas que ofrece Urpi Editores en Nueva York.  Anualmente es invitada especial por la Universidad de Massachusetts para dar talleres de escritura creativa durante la Semana de los Escritores Latinos de la ciudad de Boston. Desde el 2007 colabora en la coordinación de la feria del libro hispano de Nueva York  que realiza anualmente el Centro Cultural Hispano/Latino de Nueva York. En la actualidad es la coordinadora del Festival de Nueva Poesía “Poetas en Nueva York” que organiza el colectivo “Poetas en Nueva York”.

Como poeta ha estado presente en festivales internacionales, y su obra ha sido publicada en revistas, periódicos y antologías locales e internacionales. Ha participado en varios recitales y lecturas de poesía en diferentes ciudades en los Estados Unidos, y en varios países en Latinoamérica. Ha sido merecedora de varios reconocimientos al merito por ser Orgullo Salvadoreño-Americano, y por su aporte como escritora y promotora cultural.  Ha publicado las traducciones Performance para mí mismo del poeta checo Martin Zet, Milagro/Las Horas del poeta israelí Amir Or y su libro de poesía Tarde en Manhattan.  Actualmente dirige Urpi Editores en Nueva York. Su poesía ha sido traducida al inglés y al portugués. 
                       




VIERNES SANTO

Suena el teléfono - 10:02 AM

Desde que comenzó el día, los recuerdos de cartas,
conversaciones, llamadas telefónicas, de planes
(que no se hicieron), de promesas (que no se cumplen)
la hacen dar muchas vueltas en la cama.
En pocos minutos, se encuentra con la misma ansiedad,
con la sonrisa incontenible de hace dos años.
Nuevamente esperando, con las mariposas revoloteando
en su vientre, con el pelo suelto, con la piel tersa,
como ese viernes de verano agosteño, urgiendo un abrazo,
la mirada que le escudriñe el alma. Igual, sonríe.
Sueña despierta (duerme quizás). La despierta en el mejor
de los sueños, escucha su voz y no sabe de dónde le hablan,
si es o no un sueño. Él siempre piensa en ella, es innegable.
Ella con el teléfono en la mano, sonríe y se convence que está
despierta. Desayunan juntos - ella no puede escapar
de su mirada. Él lee en su cuerpo un poema mañanero.
Unos minutos de silencio. Sonríen.

Un viernes después…
Suena el teléfono - 11:20 AM






COMO DOS PERFECTOS EXTRAÑOS

Caminar Manhattan no tan sola
ver con otros ojos las calles que debería recorrer con él
el poeta la asedia    la acaricia
como si en esta parte del hemisferio
ella es el centro mismo
la envuelve          rehúye     no hay escapatoria
lo inexplicable se apodera de sus pasos
la lleva por caminos prohibidos
los rodean las miradas inquisidoras
de un orbe desconocido para ambos
ella que busca situarse más al sur
la jala una fuerza
la mortifica                no hay justificación
sólo el momento de caminar como dos perfectos extraños
les da calma             los libera
la conversación de ellos se da en total silencio
su eco se transfiere
se escucha en las bocinas estrepitosas de los trenes subterráneos
los delata
se transforma el paisaje
Manhattan es exuberante
es temiblemente la cómplice de seres que se hallaron un febrero
en el sendero de lo inconcebible
se condenan                       se recriminan
no soportan el calor de sus cuerpos separados
el frío de la ciudad
les adormece los pensamientos
en seguida vuelven a sus quehaceres
a su literatura personal
a su encuentro con lo inefable
privilegio admirado por otra
el de ellos es evidente
esa otra
no conoce del peso del amor
no sabe de la nieve bañándoles
del ají que adormece el paladar
para continuar sedando
la angustia    la lujuria                   
la enajenación total.






ENTRE LOS DOS

no puede andar por las calles de manhattan con ella misma
él insiste en acompañarla
aunque el dialogo se dé con el que vende la coca cola en la esquina
o cuando decide comprar la tarjeta del metro en la ventanilla
darle los buenos días a nadie
despedirse de los cincuenta pasajeros que van en ese vagón
dándoles la espalda con un simple ‘excuse me’
a veces le hacen caso
la música no falta,
sonido desesperante cuando están atascado largo rato en medio de la nada
piensa en que allá arriba hay muchos caminando anonadados
recorriendo las calles de esta excéntrica ciudad
por primera vez
ella sigue atrapada, él cree estar solo
se entretiene pensándolo
él se encuentra allí
le acaricia la mano, le habla de un cuento nuevo
de los sorprendentes espías (ya no se bailarán huaynos en año nuevo)
mientras observa su pelo alborotado
ella dice que anotará en su diario ese día terrible
¿acaso son felices?
se retrasa la ausencia
se alarga el silencio
se mueven lentamente
llegan a su parada
salen a la calle en busca de un buen sushi bar
conocen cada esquina del downtown
California roll para los dos,
debería ser un New York roll entre los dos…

(Huaynos: expresión musical que se canta y baila en la región andina del Perú)






EN LAS NOCHES DE MARZO

a media noche
donde la tristeza muestra su asfixia
y el poema oculta su jadeo
recuerdo el garfio de tus ojos
y la orfandad de sus mentiras
el sabor de las cartas
mezclada con el abrazo de promesas
en esas noches de marzo
te llamo en silencio
con la dulzura de un sarcófago
y la amabilidad de una muerta.







DE FOREST HILLS A JAMAICA

En el tren E:

36 ojos me hurgaron el alma o yo la de ellos.
Nos contamos la vida entre cada estación.
Dos ojos azabaches me hurgaron el pecho.

¿Qué buscarían allí?

Estaba cansado del reggae -
de pretender ser rasta -
de vivir en Jamaica (la impostora).

Esquivó la mirada cada vez que le pregunté
por qué tanta pesadumbre.

No quiso responder.
Fue más fácil huir,
salió del tren casi corriendo,
fue en busca de consuelo
                     /en alguna cerveza extranjera
o corría a los brazos de una hispana
estoy segura, estoy segura
mis preguntas ahora lo atormentan
mientras se hunde en el licor.






SOLO VOS

Hoy mis cortinas encarceladas
se niegan a conversar con el mundo
porque solo vos sacudís la hoja en blanco
solo vos incendiás este enjambre de imágenes,
este murmullo de letras
solo vos inventás mi historia
solo vos ponés música en el palacio de mis poros
solo vos sacudís mis frutas maduras
solo vos ponés sándalo y mirra en la escalera oscura
por donde suben nuestros cuerpos




US Latino Poets en español
Por Xánath Caraza

Copatrocinado por el Smithsonian Latino Virtual Museum


Karla Coreas vive en el Bronx, Nueva York. Es poeta, fotógrafa, traductora literaria, editora y promotora cultural. Su poemario Tarde en Manhattan apareció por primera vez en 2008 y fue reeditado en 2012 por la editorial Urpi.  Su próximo poemario es Como dos perfectos extraños. Ha sido intérprete en varios eventos poéticos de América Latina y Estados Unidos. Ha traducido al inglés y al castellano a escritores internacionales como Luis Manuel Pérez-Boitel de Cuba; a la dramaturga Mariluz Suárez Herrera de México; Martin Zet de República Checa; Otoniel Guevara de El Salvador; al poeta israelí Amir Or; al escritor y dramaturgo peruano Walter Ventosilla, entre otros.  Actualmente dirige Urpi Editores en Nueva York y es la Directora General del Festival Latinoamericano de Poesía Ciudad de Nueva York que organiza Latino Poets NY. Su poesía ha sido traducida al inglés, portugués y hebreo.

Fundó y dirigió los espacios literarios Martes Soleados de Poesía y Letras y Voces en Long Island, Nueva York. Anualmente es invitada especial por la Universidad de Massachusetts para dar talleres de escritura creativa durante la Semana de los Escritores Latinos de la ciudad de Boston. Ha participado en varios recitales y lecturas de poesía en diferentes ciudades en los Estados Unidos, así como en varios países en Latinoamérica. Ha sido merecedora del reconocimiento al mérito por ser Orgullo Salvadoreño-Americano, y por su aporte como escritora y promotora cultural. Ha publicado las traducciones Performance para mí mismo (2006) del poeta checo Martin Zet, así como el libro Milagro/Las Horas (2010) y recientemente publicado en Cuba Milagro (2013) del poeta israelí Amir Or.


Karla Coreas le canta al amor, uno de los grandes temas de la poesía. Le canta al amor en sus múltiples posibilidades, el perdido, el anhelado, hasta al platónico; también le canta a ese amor que no deja dormir y en ocasiones al que duele. Entreteje sentimientos con los paisajes urbanos de la ciudad de Nueva York; los rascacielos de la ciudad aparecen en sus versos, las caminatas por los parques, bancas metálicas y postes de luz donde, valientemente, la poeta declara su amor. 

Coreas en realidad está expresándose como mujer que siente y eleva su voz. Rompe con papeles tradicionales, deja el silencio, y no espera a que llegue el hombre ideal y la conquiste. Ella es conquistadora, osada y hasta temeraria. Con su poesía se desdobla y piensa en voz alta, mujer que desea y que no se intimida, y de paso, reta los presupuestos sociales. 

En muchos de sus poemas Coreas combina desde lo sensual hasta lo erótico y en muchos de ellos existe la ironía. Invita a personajes literarios a romper con sus roles, a abrir los ojos y a conocer la vida, a veces, con picardía, otras a deleitarse con el sabor de la piel. 

A continuación mi selección de poemas de Tarde en Manhattan (Urpi editores, 2012):



Para Alicia

En el jardín de violetas está sentada,
Terciopelo entre ramas.
Un viento suave la acaricia.
Silencio.
El rocío la humedece,
Ella juega con violetas—
Pobre Alicia en el paraíso de la ilusión.
Debería conocer el país de las picardías.




Tarde en Manhattan

Entre la 33 y la 7a Avenida
el viento de acero y su alborada sacuden mis pestañas
La yerbaseca pisoteada por las sombras
es una danza macabra al compás de las estrellas
El escarnio de esta ciudad y su charco de licores
desvía el vuelo de los pájaros
La luz de su pecho no encuentra una flama
y los minutos de una sonrisa se van al resumidero
Un farol sacude la arena de mis ojos
ambos nos reconocemos solos y vacíos
y la poeta sin darse cuenta muerde los cristales
de infinitos escaparates
no sabe si afianzarse a la gélida mirada del farol
o a la ternura engañosa de la medianoche.
De algo estoy segura
entre el farol y mi presencia
ambos inspiramos lástima.




Cuando regreses

Abandonaré la angustia y ordenaré las letras de mi vientre.
El vocabulario de la dicha borrará las migajas farsas
que quedaron esparcidas en la alfombra
y el tambor del sueño danzará alegremente en la orquesta del delirio.
Mis pupilas brillarán ante la furia del vino tinto
con la certeza indiscutible que tu sed y respiración volverán a tocar a mi puerta




Antes de pensar en ese instante de filigrana donde aparece una sombra

Contigo me dulcifico,
con tu almíbar me impregno.
Como mariposa
busco el sabor delicioso de tu piel,
(voy de a poquitos chupando todo tu ser).
Te envuelvo entre mis alas,
nos amamos con desmesura,
te revelo mis oscuros secretos.
Siempre pierdo con vos la compostura.




Se me antoja en esta hora que te sigo

Deseo andar por tu mundo sin prisas:
perderme en llanuras, resbalar en grietas,
bañarme en el río dulce de tus manos.
Navegar por tus aguas saladas,
y retozar con tu espuma medicinal.
Estremecerme con cada temblor
que tu tierra provoca.
Conquistar el firme suelo de tus pies,
y sus semillas de amor.
Deleitarme en tu majestuoso paisaje
besar tus planicies húmedas,
y sus colinas de placer.
¡Ah!, se me antoja arañar el cielo
y aventurarme en la placidez oscura
que me provoca el surco fértil de tus músculos.




Vestida de negro

Una mujer vestida de negro con su paz ficticia
de llagas escondidas seduce el cigarrillo de las angustias
su táctica depresiva de absurda ternura
me convoca al pedestal de hielo
y raspando los agujeros negros de mi vida
recuerdo que aún sigo viva
esperando esa carta absurda de poesía
que alivie el dolor del corazón y el cerebro
entre el papel y ese espacio que hay en el mismo centro
donde coloco nombres que nadie más podrá decir.




Declaración frente a poste de electricidad

Si la sangre de mis orquídeas te contara cuánto extraña tu lengua,
seguro cambiarías el destino del otoño.
Si el rojo tenue que ausculta mis labios te contara cuánto añora la geometría 
    de tu paisaje,
seguro invocarías los dioses del exilio.
Si mis manos te contaran la trenza de azúcar que hilvana tu secreto
seguro desearías ser un pastel de pétalos frente a este poste
de electricidad donde la noche pasa inadvertida.
Si mis pies te contaran cuánta falta le hacen tus precisas reglas amorosas
seguro confesarás que el olvido no ha olvidado la mirra y la espuma de tu cuerpo.




Mujer que se despide

La mujer vestida de blanco me llama.
Camino hacia ella.
Alguien me toca la espalda, me frena.
Oscilo entre el aquí, entre el allá,
entre el ayer y el mañana.
Aún reconozco mi sonrisa y mi lamento.
Aún sigo viva.
Me acerco a la orilla del río
busco verme en el agua de la mañana.
También veo la mujer despedirse
con un vestido negro de tanta espera.













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