miércoles, 24 de octubre de 2012

CAROLA BRANTOME [8194]


Carola Brantome



Carola Brantome

Poeta, periodista. Nació en San Rafael del Sur, Departamento de Managua, NICARAGÜA en 1961. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Centroamericana (UCA). Co-fundadora de la agrupación literaria, Imagen, hoy extinta; en 1994 de la revista 400 Elefantes, y de la revista plegable de poesía Papalotl. Ex Directiva de ANIDE. Ganó el 1er premio del I Concurso Nacional de Poesía Mariana Sansón 2003 convocado por ANIDE con su poemario, Si yo fuera una organillera. En el año 2004 su poemario, Postales en ciudades de arena, recibió Mención en el Concurso de "Casa de las Américas", en Cuba. Integró la Junta Directiva de la Asociación Nic. de Escritoras (ANIDE)por dos períodos 2004-2007.

Ha sido colaboradora en crítica literaria del suplemento La Prensa Literaria, del diario La Prensa, y de las revistas El Pez y la Serpiente, ArteFacto, Decenio, Cultura de Paz, Nuevo Amanecer Cultural, 400 Elefantes, Revista ANIDE y mantuvo una columna semanal en el diario Hoy sobre temas culturales. Editora de Doña Ana sí está aquí. Revista dirigida a los profesores de Preescolar y educación inicial del Fondo Editorial CIRA. 2002. Reside en la ciudad de Matagalpa, Nicaragua.

Premios:

-Premio Poesía Inter-universitaria. Managua, Nicaragua, 1988.
-Premio Convocatoria del Instituto Nicaragüense de Cultura, para escritores jóvenes sin obra publicada, 1994 por su poemario, Más serio que un semáforo.
-Primer Lugar. Premio de poesía, “Alma Mater”, Managua, 1996.
-Premio Convocatoria Editorial Centro Nicaragüense de Escritores (CNE), Asociación Noruega de Escritores (ANE), y Agencia Noruega para el Desarrollo Internacional (NORAD)”. Con el libro de poesía Marea convocada. 115 páginas. Managua, Nicaragua 1999.
-Premio Concurso Nacional de Poesía “Mariana Sansón 2003, convocado por la Asociación Nicaragüenses de Escritoras (ANIDE) por el poemario, Si yo fuera una organillera.
-Mención Casa de las Américas, Cuba 2004 por su poemario, Postales en ciudades de arena.

Bibliografía

1. Más serio que un semáforo (Managua: Anamá, 1995) 
2. Marea convocada (Managua: CNE/ANE/NORAD, 1999) 
3. Si yo fuera una organillera (Managua: Sello Editorial ANIDE, 2003)
4. Postales en ciudades de arena (Ediciones en Danza. 2011)


DE Marea Convocada

El caracol obsceno

Yo quisiera regalarle un obsceno caracol prohibido
un pez lucio que salte en la noche
las bocas de todas las corzas vírgenes
los pies que oprimen uvas
el vino de las uvas
un barco la niña que fui mañana
las sales de la quilla un puerto un faro el mar
y un televisor
también el agua para el barquillo de papel
un avión un libro desnudo
la parte de abajo de la lengua
un lugar el ay para el deleite
lo anelado en el sueño de la noche
la voz del animal
las luces de Las Nubes vistas desde Ticomo
un rito regalaríale una caja de hacer fotos
un trozo de miel al paladar
no diría qué más hacer
en el huequito hay una cerca y después flores
por las mañanas no sé caminar
y le daría la luz que entra por la ventana
y le despierta el hambre
sé que es fácil sin hablar una mujer no esperará
el lunes y entrégale hoy un fax que llegará
a tiempo en la mañana a la ciudad
para husmear sus rodillas como un perro
a restregarse como un gato
con la pelucilla que asciende
tampoco sé qué haría
el mastilito adobado
el paquetito alado
le pediría y regalaríale las gotitas
lo lucito para el deleite ensalivado
arriba abajo
cuando se engalgan apuran la crecida de agua
el muslo
los santos óleos
y el animal cegádose ha
y le quitaría el yo no sé qué haría.






Cuerpos probables

Los objetos tienen una vida compleja
Néstor García Canclini

Esta es la fiesta.
Los objetos en su sitio polvosos.
Cada uno donde debe estar.
Sin nada vivo alrededor.
Vistos desde la penumbra sin ruidos.
Sin el deseo que puede ahogarme.
Todos ahí sin saberse ver solos.
Como los dedos de una mano, sin poder acariciar lo que quieren.
Comidos hacia adentro.
Como hace la boca con sus besos sin besar.
En ese lugar están, porque no saben irse, ni esperar.
Quietos para todo el tiempo o un momento en soledad.
Dentro de la gaveta.
O en el comedor la salsa y la bolsa que guardó pan.
Y sobre el refrigerador el dulce sabroso de anoche.





Mi cuerpo

Es una orilla mi cuerpo.
La orilla de un río ensimismado.
Un río que bordea sin rebasar.
Una orilla en vilo.
Como un pozo de aguas absortas,
embebidas en sí.
Un juego de subterráneas hecatombes.
Pedrerías contenidas
al filo de una precipitación.

Mi cuerpo es la orilla de un abismo.
La eternidad de un instante arenoso.
La duda de una precaria afirmación.
Un significado con referencia oblicua.

Una letra, es mi cuerpo,
la memoria de páginas
reescritas, releídas.
La voz de un precario olvido.

Mi cuerpo es el poema que no he escrito.
El gran poema de la tarde.
Un poema de significaciones acuosas,
de líneas y rayas desmoronándose.

Es mi cuerpo el aliento de venideras
estanterías,
la infinitud de posibles anaqueles,
y la persistencia de ubicuas bibliotecas.
La escritura de Dios.

Es mi cuerpo la ávida memoria de otro cuerpo.
La certeza del deseo,
la habitación de los roces,
la gravitación del delirio.
Con mi cuerpo llego a otro cuerpo,
a través de abismales inconstancias,
en un juego de mínimas avenencias
y de impredecibles entregas.
Llego a otro cuerpo
con la persistencia ritual de la muerte
y la tenaz amenaza de la vida.

Llego a otro cuerpo para conocer a Dios,
para tener memoria de la obscuridad,
y constancia de la luz.

Y mi cuerpo es sustancia de aquél.
Aquél en el que mi cuerpo navega,
bucea,
ara,
siembra su no destino,
su inteligible palabra.

Es un mar mi cuerpo,
una pequeña flor de sal,
un molusco,
lechoso, viscoso, jugoso.
Es un río.




DE Si yo fuera una organillera



De miradas y otras observaciones

Para Jessica Martínez Cruz

…y sorprender esa mirada…
Carlos Martínez Rivas

Él te miraba así,
y no fue en el espejo que se vio.
No pudiste ser vos quien viérale,
mirarte.

En vez
fueron otros ojos los que viéronle
mirar.

Y escrutadora descubrí
lo que buscaba paladear esa mirada,
ya embebida de tu ser,
que en adoración babeaba.

Más llena
que de hambre y de sed,

de mirada,

ávida.






El café de Carmen

Para Carmen Naranjo

Carmen, ayer te dije,
que haría un poema con este título,
un poema que luego podamos
contarle a una niña.
Sencillo, como una taza de café,
simple, cariñoso, un poema tan claro
que vos en vez de leerlo,
se lo podás contar a una amiga.
El café de Carmen es eso nada más,
sin ninguna intención,
ni interpretación intrínseca,
alojada en los intersticios
de la significación.
Carmen, nada más,
con el vasito de café en la mano,
dejando encargado su bolso a Luz.
Carmen, sin oír,
que le dije que iba a escribir
un poema para el café de Carmen.
Carmen, después oyendo leer su poema
escrito para su café.
Carmen, contando su poema a una amiga.
Explicándolo a una niña.





Mama grande

Para Socorro Brantome

En aquellos días,
atravesando caminos de polvo y sol,
iban las carretas de toldo,
la yunta de bueyes
pausados bajaban las hondonadas;
la niña sentada con los pies colgados,
mirando, el perro detrás,
piñuelares a un lado y otro del camino.
Las mujeres adentro,
los hombres bolos riéndose,
las ollas, los motetes de ropa.
Y la mama grande con su pañuelo en la cabeza,
fumando silenciosa, patrona y matrona,
de todo lo que tuviera
vida o no a su alrededor,
ordenando todo,
pensando en todo,
sentada en el taburete
adentro de la carreta,
con los ojos pequeñitos
viéndolo todo,
con sus manos gordas y grandes,
haciendo gestos de mando.
A medio camino
decidía parar el viaje,
encender fuego y calentar comida.
Hacen café.
El perro brinca alegre.
La niña se ríe.
Bajaban a la mama grande
con todo y el taburete
y le buscaban sombra.
Las mujeres comenzaban a trabajar,
los hombres en cuclillas
encendían sus puros.
La mama grande
con su puro en la mano,
con su ojillos entrecerrados,
observaba todo.



DE Postales en ciudades de arena




I

Cómo puede ser tan tierna una mujer con otra mujer
sin que ésta lo sepa cómo una palabra puede ser tan sutil
que no se sienta como una caricia cuando es la intención
que le acontece en qué medida hablar o callar o escribir
esas palabras poner esas letras que no digan nada
de lo que cree dicen o callan las palabras
acaso se dibuja un hexagrama en una página
para ser interpretado o no a cabalidad
o es sólo dejar una pluma leve volar al viento


V

Este es el amor que te ofrezco
una forma de descansar del día ajetreado
sintonizando en la noche estaciones de onda corta
la BBC de Londres
Radio Internacional de España
Taiwán Cuba Nederland Argentina
la radio encendida que se oye por la ventana
único ruido en la noche
un silencio amado en la espera
del canto de un pájaro raro
del que desconozco el nombre.






No hay comentarios:

Publicar un comentario