Gary Vila Ortíz, Rosario, Argentina, 1935
Poemas para memorias que no deben perderse / / otoño 2010 /
1
No son tan sólo un sueño
Un dormir en la utopía
La existencia de
Moreno / Urquiza /Sarmiento /
De los anónimos anarquistas
Muertos brutalmente
No fue un sueño
El viejo Lisandro y el tiro
En el corazón
Ni Alem / Borges / Cortázar /
Ni Macedonio / Ezequiel /
Ni los asesinados en cada /
Tiempo del desprecio /
Ese tiempo a que están siempre
Tan dispuestos ciertos argentinos
No fueron un sueño
Pero ahora se nos aparecen así
Fantasmas aturdidos
Por la sofisticada
Barbarie del presente
Debo aceptarlo
Son las yeguas de la noche
Que atemorizan a un viejo de 74 años
Que tiene miedo mucho miedo
De lo que vendrá
Como esa conversación que siguen aún
Esos dos paisanos
Cerca de la gran laguna
Hablando del demonio del maligno
De nuestro destino
2
De Max Jacob sabemos qué precio
Pago por ser poeta y además un místico
En un monasterio laberinto del silencio
Los nazis lo sacaron de él siempre ajenos
A todo lo que no sea un crimen
Y lo arrojaron a la muerte en 1944
En el otro desolado extremo Ezra Pound
Pago el precio de la locura de sus ideas
Fascistas pero sin estar loco
Y una larga temporada en el manicomio
Ahora un laberinto de soledades
Escribiendo poemas como siempre arrugado
Como si fuera la arruga misma
Scott Fitzgerald y Dylan Thomas
Eligieron el alcohol para matarse
Temprana y quizá lentamente
Hemingway prefirió la escopeta
A Holderlin Dios lo oculto
Tanto tiempo en la locura
Todo poeta paga un precio
Pero todo queda como oculto
En un misterio más doloroso
Walsh y Urondo murieron
Por la urgencia de sus ideas
Todos pagan un precio
Pero tal vez sea válido preguntarse
¿en qué momento en realidad
La muerte decide que ya es suficiente
Y hay que poner fin a tantas formas
De la belleza humana?
Porque la vida y el poema
Son irrefutables y bellas
Y si la muerte también lo es
Solamente lo es para
Provocar la naúsea.
3
Asesino de las sombras de nuestras vidas
Dice James Joyce en el
Finnegans Wake
(según Anthony Burgess
Uno de los libros más divertidos
Que el hombre haya esrito)
Pantomima de la pantomima
Dice uno de sus traductores
Por mi parte no tengo nada que decir
Menos de la manera que leo ese libro
O dicho con mayor sinceridad
De apenas saber leerlo
Sin embargo siento que estoy en Dublin
Caminando con Joyce por sus viejas calles
Y miro, aquí en Rosario, como la lluvia
En Rahoon cae tan suavemente
Con tanta tristeza
Pero ahora invito a Nabokov
A caminar conmigo por las páginas
Del Ulises con ese hombre que es el
Mismo James Joyce cuyo foto
Arrancamos de una página amarilla
Entonces llueve sobre la ciudad
Como llueve sobre mi corazón
Así es ahora y para siempre
Verlaine no se equivocaba
Dice Nabokov o digo yo
Vaya a saber cómo son las cosas.
4
A Funes, el memorioso,
No le gustaba que el perro
De las tres catorce
Visto de perfil
Tuviera el mismo nombre
Que el perro de las tres y cuarto
Visto de frente
Funes tenía razón
T.S.Eliot leído un martes
Es diferente del que se
Puede leer un viernes
Y escuchar a Bela Bartok
Por la madrugada
No es lo mismo que escucharlo
Al atardecer
Mirar el Guernica de Picasso
Escuchando el concierto para violín
De Alban Berg
No es lo mismo que escucharlo
Dejando que la mirada se pierda
En el aire
O se detenga en el lomo ajado
De un viejo libro que se creía
Perdido para siempre
Hay que inventar palabras
Para esas diferencias
Creo que solamente
Borges / Joyce / Cummings /
Han intentado poner
En claro esas cosas.
5
Se desea lo vivo
Decía Carlos Correas
Y lo sigue diciendo
En la página de un libro
Después de su muerte
Y sigue diciendo que para
Jean Paul Sartre
Existimos sin derecho a existir
El amor (en este caso
Es Hegel el que tiene la palabra)
El amor, decía, es un modo
De ir más allá del deseo
Ignoro por qué me meto
En estas cosas que
Apenas comprendo
Tomo un trago de caña
Y pienso acaso sin pensar
Que el deseo está en el amor
Y el amor se encuentra
En el deseo
Y en cada mujer que amo
El deseo es diferente
Y en cada mujer que deseo
El amor aparecerá
Tarde o temprano mejor
Tarde que nunca.
(La única ciudad para vivir y morir)
¿A dónde iremos a vivir,
En qué tierra olvidaremos
nuestra piel,
bajo qué musgo crecerán
nuestras últimas palabras?
Allá se encuentre tu sonrisa
y tu mano hacia la flor,
pero muy cerca del otro abismo
con que alguna vez
hemos soñado
Nada sin embargo, puede
movernos de esta inmovilidad
de sangre y piedra.
Aquí estaremos hasta el final,
cuando la tierra avance,
cuando el musgo cubra
con paciencia
la boca
la flor,
las tristes memorias.
Lluvia primera
En tus manos otra vez lo posible,
el grito a través de los grandes arenales,
la ciudad, la sombra de la piedra, el silencio.
Otra vez, en tus manos,
el mundo que desenvuelve su madeja de tiempo
y soledad,
de ausencia tuya ayer.
Oh, amor mío, como pesa la memoria
en estos días.
If the summer
si el sol se deslizara
de otra forma
sobre las curvas de la piel
si el sol cambiara
su proceder
con el polvo y el viento
sus hábitos de ceniza
si el sol
quemara sin sonido
las palmas de las manos
si al sol le doliera
el mundo
y su silencio
otra sería la isla del verano
otros los nombres
para recordar
cuando nada quede
sino los epitafios
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