Tomás Vargas Osorio
(Oiba, Santander, Colombia 1908 - Bucaramanga, 1941) es otro de los poetas, narradores y ensayistas colombianos de inmerecida historia editorial. Tras publicar cuatro títulos en su corta vida (hoy inconseguibles), y tener poco después de su muerte una accidentada edición de sus Obras por parte de la Imprenta Departamental de Santander (1944 y 1946), no ha vuelto a tener una edición decorosa que muestre y destaque su importancia histórica en las letras nacionales. La edición de Obras fue fusilada facsimilarmente en los noventas (ni siquiera había un estudio preliminar nuevo) e igualmente se hizo una edición facsimilar de Regreso de la muerte (1939), su libro de poemas, como parte de la colección de los cuadernos de Piedra y Cielo.
Sin embargo, Vargas Osorio ha figurado siempre en antologías de poesía, de cuento y de ensayo (es decir, figuró en la antología Ensayistas colombianos del siglo XX), lo cual es un indicio del reconocimiento parcial que su obra ha tenido entre los críticos.
El ensayista santandereano fue un escritor incansable, ya como articulista de periódico, ya como pulidor de sus libros en la sombra. Su prosa es rítmica y sus ideas son de una lucidez que aún hoy nos sigue proponiendo descubrimientos y revelaciones. Afincado en la realidad nacional, en su utópica identidad, en su tradición literaria, reflexiona sin embargo también a la luz del pensamiento occidental, fiel lector de Nietzsche, Unamuno, Kierkegaard y Senancour. El resultado de esta reflexión capital, asistemática pero penetrante, es la publicación, poco antes de su muerte, del ensayo La familia de la angustia. Por lo demás, es bien conocida su urgente propuesta nacionalista y su indagación idílica en el alma del paisaje santandereano. Fue director del diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga y colaborador de El Tiempo, y llegó a ser representante liberal a la Cámara. Murió a consecuencia de un cáncer.
Los textos escogidos, "Naturaleza y dirección de la poesía ‘moderna’" y "Nuevo sentido de la violencia", pertenecen, ambos, al libro Huella en el barro, de 1938.
• Bibliografía ensayística:
— Huella en el barro. Bucaramanga, Imprenta Departamental, 1938.
— La familia de la angustia. Bucaramanga, Imprenta Departamental, 1941.
Recopilación:
— Obras. Bucaramanga, Imprenta Departamental: Vol. I: 1944; Vol. II: 1946.
LINDE
Vivía en mi corazón
Poe.
Cuando ni un pájaro podría
descifrar el breve distinto de la nube
Cuando las hojas son metal hiriente
- esas que fueron frescas como labios - ;
Cuando una imagen rompe el espejo de la fuente
(donde mojaron sus cabelleras mujeres ya sin alma).
Cuando las estrellas son hierba quemada y sin sonido
Cuando las bocas han muerto y en silencio se alza
sobre sus lívidos cadáveres - ¡el pávido silencio! -
como un musgo.
Cuando empiezan a caer los siglos - ¡el pavoroso tiempo! -
entoncés sólo tú, corazón, vives solamente.
De ti mismo vives. Solo.
Corazón
Siempre perdido y siempre rescatado
Retorna a de mi cada lejanía,
Herido, alegre, niño, traspasado.
Saeta de la muerte lo seguía.
Fiel como el agua el cauce bien hallado,
Vuelve tras de la lucha y la porfía,
Pez, por los mares pescador, y alado
Trayéndome el coral de su agonía.
Eres mió , sí herido mas profundo.
Fin y principio , sombra y luz del mundo
En ti, pero tu solo en mi costado.
Oh, corazón sin fin, ala y latido
Rescatado una vez y otra perdido,
Pez, por los mares pescador, y alado.
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