miércoles, 23 de julio de 2014

GERMAIN NOUVEAU [12.462]


Germain Nouveau

Germain Marie Bernard Nouveau (31 de julio de 1851 - 4 de abril de 1920) fue un poeta francés del movimiento simbolista. Célebre por su amistad con Arthur Rimbaud y Paul Verlaine.

Fue el mayor de los cuatro hijos de Félicien Nouveau (1826-1884) y Marie Silvy (1832-1858). Germain Nouveau perdió a su madre cuando tenía siete años, por lo que fue criado por su abuelo.

Después de pasar su infancia en Aix-en-Provence y de sus estudios primarios, pensó en hacerse sacerdote. Dio clases en un colegio de Marsella entre 1871 y 1872. Finalmente se instaló en París en el otoño de 1872.

Publicó su primer poema, Soneto de verano, en la revista literaria La Renaissance artistique et littéraire de Émile Blémont y conoció a Mallarmé y a Jean Richepin, que por ese entonces se reunían en el café Tabourey.

Comenzó a frecuentar el Círculo de los poetas Zúticos, donde conoció a Charles Cros, con quien colaboró en la redacción de Dixains réalistes, un libro en el que se burlaban de los parnasianos. Gracias a Cros, descubrió los poemas que Paul Verlaine y Arthur Rimbaud habían escrito en el Álbum Zútico, y también se enteró de que los dos poetas habían abandonado París desde julio de 1872.


Dibujo de Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Germain Nouveau, Ernest Delahaye.


A finales de 1873, se encontró con Rimbaud en el café Tabourey y, en marzo de 1874, partieron juntos a Inglaterra, hospedándose en Londres, en el 178 de la calle Stamford. Nouveau ayudó a Rimbaud en la transcripción de las Iluminaciones, pero finalmente regresó solo a París en junio del mismo año.

Luego viajó a Bélgica y a los Países Bajos. En 1875, en Bruselas, recibió de Verlaine el manuscrito de las Iluminaciones que Rimbaud, entonces en Stuttgart, envió a Nouveau para que los publicara. Nouveau regresó a Londres, donde entabló amistad con Verlaine, permaneciendo los dos como amigos por mucho tiempo.

Se convirtió en profesor de dibujo en la Universidad Bourgoin en el departamento de Isère, luego en el colegio Janson de Sailly en París, donde fue víctima, en plena clase, de una crisis de locura en 1891. A causa de esto tuvo que ser internado en el hospital Bicêtre, del que salió luego de varios meses de encierro. Atravesó después varias crisis más de locura cercana a la alienación, lo que lo llevó a emprender una vida de peregrino, inspirándose en san Benito Labre.

Luego de varios años de errar, donde hizo dos perigrinaciones a Roma y una al Camino de Santiago, regresó en 1911 a su ciudad natal, donde murió entre el viernes santo y el domingo de pascua de 1920.

Sus poesías fueron publicadas en su gran mayoría luego de su muerte, puesto que Nouveau siempre se opuso a su publicación mientras estaba con vida —llegó incluso a poner una demanda cuando se publicó su libro Saber amar, primera versión de su Doctrina del Amor—.

Ejerció una gran influencia sobre el surrealismo, en especial sobre Louis Aragon, quien dijo que Nouveau «no es un poeta menor. No es un imitador de Rimbaud: pues se le compara».

Obras

Primeros versos (1872-1878)
Dixains réalistes
Notes parisiennes
La Doctrine de l’amour
Sonnets du Liban
Valentines
Ave Maris Stella
Últimos versos versos (1885–1918)


AMOR

No temo a los reveses del destino, 
a nada temo, ni a la tortura, 
ni a las mordeduras de serpiente, 
ni a los cálices de veneno, 
ni a los ladrones que huyen del día 
o a sus subordinados cómplices, 
si amo.
Me río estruendosamente, 
no me importa la magia, 
ni el florecimiento del odio, 
pero de las caricias podría 
hacer mi deleite, el ruido 
de guerra en el tambor, 
las espada en los fuegos artificiales, 
si amo.
Odio mirar al gato que duerme 
sin desearme mal alguno; 
espero la muerte, la desgracia, 
el sufrimiento y los malos tratos; 
soy valiente, sin vicios, rey al 
frente de mi palacio, 
líder de las milicias, 
si amo.
Concédeme el amor hasta que 
mi pelo negro se torne lacio, 
y ningún dios pueda hacerme paliceder, 
si amo. 




El peine

La toalla es una sierva,
El jabón es un servidor, 
y la esponja es una sabia;
Pero el peine es un gran señor.
Sí, es un gran señor, Señora,
De los más nobles por la alteza
y por la limpieza del alma,
¡Sí, el peine es un gran señor! 
¿Cómo?, se atreve a decir en voz alta
Sucio como un ... ¡De todo corazón, 
Responda!, ¿quién tiene la culpa? 
¡ Pero el peine es un gran señal'! 
Sí, si no está limpio, el peine, 
¿Quién tiene la culpa?, ¿su autor?
¡No es más bien de la tiña! 
Pues ... el peine es un gran señor.
La culpa, es de quien le deja 
Desarrollarse en su horror. 
Es la culpa ... de nuestra pereza. 
Él, el peine es un gran señor. 
Sí, nuestra mano es su vasalla,
y si está sucia, por desgracia, 
El se coñ ... ríe un poco de estar sucio,
Pues el peine es un gran señor. 
Sólo quiere limpiar la cabeza 
Si la mano de su cepillador 
Le limpia los dientes, repito, 
Si el peine es un gran señor. 
Sí, es un gran señor, el peine,
Sin ser arrogante ni burlón,
Su divisa sería: «no me digno» 
Pues el peine es un gran señor.
Gran señor su desdén nos azota,
Portador de espada, él es reídor,
Pues, esta espada es una aguja,
Si el peine es un gran señor. 
Esta aguja, hábil y amable,
La devuelve limpia como una flor,
En los dedos de la chiquilla
Donde el peine es un gran señor.
Pues que yo diga o que tú digas
Que es sucio, pico de oro,
Él no hace caso de las tonterías,
Pues el peine es un gran señor.
En cuanto a mí, no quiero decirlo:
Eso carecería ... de sabor 
y además haría sonreír; 
No ... , el peine es un gran señor.
Sobre tus dientes finos y sin roña,
Cada mañana yo tengo ese honor,
Mi bello peine, yo te beso,
y soy tu servidor.





Las palomas

El oscuro negro y el esperanzador verde
nunca aguardan la flor que baten las palomas
y a las tumbas agrada.

Ellas irrumpen desde el cielo,
cargadas de fruta, desnudas
y perdidas sus plumas en
en el viento y en los
antiguos caminos.

Esclarece el día
desde lo alto del árbol
en hermoso equilibrio.

La delicia de sus ojos
atrapa un trozo de cielo,
incuba la madrugada
en el lecho inferior del
cementerio.

Y cada árbol ahuyenta la
desesperación más enfermiza,
bajo la multitud de plumas blancas,
en medio de sus arrullos.

Estas aves, cuyas voces son hermanas,
son, obviamente, las almas
de niñas y mujeres

Cuya tumba suave brilla
en la luna de cada noche y
escribe sus gélidos epitafios. 



SONNET D'ETÉ

Nous habiterons un discret boudoir, 
Toujours saturé d'une odeur divine, 
Ne laissant entrer, comme on le devine, 
Qu'un jour faible et doux ressemblant au soir.

Une blonde frêle en mignon peignoir 
Tirera des sons d'une mandoline, 
Et les blancs rideaux tout en mousseline 
Seront réfléchis par un grand miroir.

Quand nous aurons faim, pour toute cuisine 
Nous grignoterons des fruits de la Chine, 
Et nous ne boirons que dans du vermeil ;

Pour nous endormir, ainsi que des chattes 
Nous nous étendrons sur de fraîches nattes ; 
Nous oublirons tout, - même le soleil !




LE BAISER (II)

Comme une ville qui s’allume 
Et que le vent vient d’embraser, 
Tout mon cœur brûle et se consume, 
J’ai soif, oh ! j’ai soif d’un baiser. 

Baiser de la bouche et des lèvres 
Où notre amour vient se poser, 
Plein de délices et de fièvres, 
Ah ! j’ai soif, j’ai soif d’un baiser ! 

Baiser multiplié que l’homme 
Ne pourra jamais épuiser, 
Ô toi, que tout mon être nomme, 
J’ai soif, oui, j’ai soif d’un baiser. 

Fruit doux où la lèvre s’amuse, 
Beau fruit qui rit de s’écraser, 
Qu’il se donne ou qu’il se refuse, 
Je veux vivre pour ce baiser. 

Baiser d’amour qui règne et sonne 
Au cœur battant à se briser, 
Qu’il se refuse ou qu’il se donne, 
Je veux mourir de ce baiser. 

(Valentines, 1887)





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