Mohammed Sayed Hegab
Nació en El-Matarya, pequeña villa a las orillas del lago Mazala, Egipto, el 23 de septiembre de 1940. Obra poética: El pescador y la sirena, 1965; Un nuevo egipcio, 1971; Obras Completas-primera parte, 1986. Ha publicado obras de teatro, versos e historias para niños, letras para canciones de cine y guiones para series de televisión. Sus poemas y artículos han sido publicados en diversas revistas, entre ellas, “Galería 68”; “Poesía, Literatura” –Beirut- y en las revistas populares para niños “Samir” y “Mickies”. Miembro del comité de poesía del Consejo Supremo de Cultura de Egipto.
La Noria
Esta ... es una estrella apagada
que cae del cielo.
Esta es una tumba donde
antaño yacía mi abuelo.
Y esta es mi amada,
Mientras de ella me despido
sueño con una niña virgen,
sueño con una hoja de mora,
la rasgo y me envuelvo
en el manto de la niña.
Bailo la danza del bastón,
y detrás de nosotros la luna,
un egipcio guapo como la luna,
gracioso y galante que se oculta.
Cuando se oculta, el páramo
se convierte en mi alcázar,
la sal se disuelve en mis venas,
velo como un borracho
y duermo alegre.
Sobre mi brazo una toalla y encima de mí
un pañuelo y una estrella,
colgada en un candil.
Una noria con cántaros
que suben y bajan
un cilindro sobre la acequia
que gira y mueve el agua
de abajo a arriba y de arriba abajo,
la recoge y me la ofrece.
Siento un pez de colores en mis exilas.
Extiendo a mi hijo
mi brazo como una vela
y él estira la punta
de sus dedos con anhelo.
¿Qué es esto que tengo abajo?
Es la tumba donde antaño
yacía mi abuelo.
Sueño con una niña virgen.
Esta es una estrella apagada
que cae del cielo.
Sueño con una hoja de mora.
Mi palabra
Mi palabra…
mi ganado… mi bastón…
mi milagro... mi banderita... mi alcázar...
mi luna... mi brasa... mi espejo... mi dátil...
mi milagro... mi violín... mi molinillo...
Mi palabra... mi principio... mi matrona... mi andadera...
mi niñez...
Mi palabra... mi objetivo... mi fin... mi tumba.
El testamento
Cuando yo muera...
Si muero en mi cama,
quemad mi cuerpo
y esparcid mis cenizas por las casas;
unas sobre las casas del pueblo,
otras para extenderlas sobre Tanis
y un puñado en manos de un niño
que haya besado sin conocerlo.
Si me mato
pasando por las puertas de la esclusa,
haced de mi sangre alheña
para teñir las palmas de un novio
y una media luna en la cumbre de un alminar.
Trazad con mi sangre
en las paredes de una casa nubia,
bajo el Nilo ...
mi nombre.
PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.
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