Lesya Ukrainka
(Ucrania, 1871-1913)
(Larisa Petrovna Kosach-Kvitka; Novograd-Volinski, 1871 - Surami, Georgia, 1913) Escritora ucraniana. Hija de Olena Pchilka, quien fue autora de apreciadas narraciones, y sobrina de M. Drahomaniv, un notable científico y publicista, Lesia Ukrainka se formó en un ambiente favorable al desarrollo de un talento excepcional.
Enferma desde la infancia, no pudo frecuentar las escuelas; pero, a pesar de ello, fue adquiriendo una amplia y profunda cultura, en la cual desempeñaron un importante papel las literaturas clásicas, griega y latina, que leía en los textos originales. Empezó a escribir a los nueve años, y a los trece publicó ya una composición lírica.
La primera colección de poesías suyas, En las alas de las canciones, apareció en 1892 y la situó inmediatamente en el centro de la vida literaria ucraniana. En 1907 contrajo matrimonio con el doctor Kvitka. En pos de una mejoría de su salud permaneció largo tiempo en los países mediterráneos, sobre todo en Italia y Egipto.
Escritora de tendencia individualista y neorromántica, unió al orgulloso vigor de su temperamento una suave y delicada capacidad de penetración psicológica, y en sus obras, cuyos temas fundamentales son el amor y la fidelidad a la patria, dio paso a expansiones subjetivas. Dejó varias colecciones líricas y veinte poemas dramáticos, así como diversas narraciones y numerosos artículos dedicados a cuestiones sociales y literarias.
Entre la producción de la autora cabe mencionar singularmente su obra maestra El canto del bosque (1912). orgullo de la literatura ucraniana; se trata de una fábula dedicada a la inmortal aspiración del alma humana a los valores ideales. Citemos, además, En la casa del trabajo, en el país de la esclavitud (1906); Casandra (1908); En el campo de sangre (1909); El abogado Marciano (1911); El convidado de piedra (1913), original refundición del tema de don Juan, y Orgía (1931, sobre el amor patrio.
¡No, no moriré!
¡Y para siempre viviré!
Pues mi corazón alberga aquello
que ni la muerte ya podrá con ello.
“En las Orillas de Alejandría”
Las palabras (fragmento)
Por qué no son mis palabras como un
brillante y pétreo flash en el campo de batalla
de los hostiles ejércitos? ¿Por qué no un sable
que sesga la vida del enemigo? Mi única arma
fluye de mi pecho como una alada chispa
desconocida e imperecedera que rompe la herrumbre
de las cadenas, eco de hojas que albergan nuevos días
y heredan el mérito de la débil espada.
La rosa de Guelder (fragmento)
La rosa de Guelder está feneciendo
anhelando estar a su lado pues en el fondo
de la tierra estaría mintiendo. Si la doncella
es fiel se transformaría en una rosa de
Guelder con nívea flor adornada, rocío
matinal que no lacera la tumba. Las flores
no secan mis huesos pero ser marchitan sus
ramas verdes. Siento la hiel de un dolor
sin medida, del silencio que se quiebra
ante el ser amado.
Contra spem spero (fragmento)
Distantes pensamientos en las pesadas nubes otoñales,
brillante reluce la primavera. ¿Será así
el dolor de los jóvenes años? Yo quiero cantar
donde el mal tiene su esperanza y
aherrojar los pensamientos grávidos. Sembraré
de flores la tierra triste y las ardientes lágrimas
vertidas se derretirán como la escarcha, como
la larga y oscura noche en un único instante que
me guía hacia el cielo.
Contra Spem Spero!
Away, dark thoughts, you autumn clouds!
A golden spring is here!
Shall it be thus in sorrow and in lamentation
That my youthful years pass away?
No, through all my tears I still shall laugh,
Sing songs despite my troubles;
Have hope despite all odds,
I want to live! Away, you sorrowful thoughts!
On this poor, indigent ground
I shall sow flowers of flowing colors;
I shall sow flowers even amidst the frost,
And water them with my bitter tears.
And from those burning tears will melt
The frozen crust, so hard and strong,
Perhaps the flowers will bloom and
Bring about for me a joyous spring.
Unto a winding, flinty mountain
Shall I bear my weighty stone,
Yet, even bearing such a crushing weight,
Will I sing a joyful song.
Throughout a lasting night of darkness
Ne'er shall I rest my own eyes,
Always searching for the guiding star,
The bright empress of the dark night skies.
I shall not allow my heart to fall sleep,
Though gloom and misery envelop me,
Despite my certain feelings
That death is beating at my breast.
Death will settle heavily on that breast,
The snow covered by a cruel haze,
But fierce shall beat my little heart,
And maybe, with its ferocity, overcome death.
Yes, I will laugh despite my tears,
I'll sing out songs amidst my misfortunes;
I'll have hope despite all odds,
I will live! Away, you sorrowful thoughts!
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