Winifred Mary Letts
Nació el 10 de febrero de 1882 en Broughton, Salford, en lo que entonces era el Condado de Lancaster , (ahora Greater Manchester ), de padre Inglés (el reverendo Ernest Letts) y madre irlandesa (Isabel María Ferrier), vivió una parte importante de su vida en Irlanda. Parte de sus estudios los realizó en Dublín, donde vivió tras su matrimonio y hasta la muerte de su marido en 1943. En 1959 volvió a Irlanda donde vivió en los bellos parajes de Killiney hasta su muerte. Novelista y poeta publicó su primer libro de poesía en 1913 (Songs from Leinster) y en 1916 publicó sus poemas sobre la guerra.
Tenía 32 años cuando se declaró la guerra y por su trabajó como enfermera durante la guerra se debió cansar de ver morir a chicos que venían del frente. De todos los poemas, The deserter -que se encuentra en casi todas las antologías- aquí traducido evoca una mirada comprensiva sobre algo que resultaba imposible reconocer en un soldado, el miedo del desertor..
The deserter
Había un hombre, – no importa su nombre.
A quien el miedo había perseguido noche y día.
No pudo enfrentarse a los cañones alemanes
Y así dio media vuelta y huyó,
Solo eso -se volvió y huyó,
Pero, ¿quién puede juzgarlo, tu o yo?
Dios crea un hombre de carne y hueso
Que anhela vivir y no morir.
Y cuando este hombre tuvo miedo de morir
El miedo de cualquier niño asustado,
Sus rodillas temblaban bajo sus hombros
Su respiración era rápida, sus ojos salvajes,
con el corazón palpitante y la respiración entre sollozos.
Pero, ¡oh! que vergüenza para cualquiera ver
Un hombre sometido al vil pánico de la muerte
Pero dominado por el miedo, así había muerto;
Su número había tocado ese día,
Ellos pudieron no fijarse en sus asustados ojos,
Le dispararon bajo el grisáceo alba,
Se quedó en un lugar aparte,
Sonaron los disparos y cayó,
Una bala inglesa en su corazón.
Una bala inglesa en su corazón!
Pero aquí está la ironía de la vida, -
Su madre cree que luchó y cayó
Un héroe, el más importante de la guerra
Así que ella va con orgullo; a la guerra
Su mejor, su heroico hijo dio.
O bien para que ella no sepa
Que él se encuentra en la tumba de un desertor
Traducción Ignacio Pemán
The deserter Winifred Mary Letts
There was a man, – don’t mind his name.
Whom Fear had dogged by night and day.
He could not face the German guns
And so he turned and ran away,
Just that- he turned and ran away,
But who can judge him, you or I?
God makes a man of flesh and blood
Who yearns to live and not to die.
And this man when he feared to die
Was scared as any frightened child,
his knees were shaking under him,
His breath came fast, his eyes were wild,
with throbbing heart and sobbing breath.
But oh! it shames one’s soul to see
A man in abject fear of death.
But fear had gripped him, so had death;
His number had gone up that day,
They might not heed his frightened eyes,
They shot him when the dawn was grey,
He stood there in a place apart,
The shots rang out and down he fell,
An English bullet in his heart.
An English bullet in his heart!
But here’s the irony of life,-
His mother thinks he fought and fell
A hero, foremost in the strife.
So she goes proudly; to the strife
Her best, her hero son she gave.
O well for her she does not know
He lies in a deserter’s grave
Screens (in a Hospital)
Colocaron las mamparas alrededor de su cama
Un montón arrugado vi yacente,
Blancas contraventanas y pelo oscuro revuelto
Esas mamparas –prueba de que se iba a morir
Colocaron las mamparas alrededor de su cama
A lo mejor no ponemos el gramófono
Y en su lugar jugábamos a lar cartas
Y le dejamos morir allí solo
Las telas de las mamparas son rojizas
Las contraventanas son blancas y limpias
Podía haber vivido y amado y haberse casado
Pero llega ahora su fin a los diecinueve años
Una onza o más de plomo turco
En la Bahía de Suvla le hirió;
Trajeron la Unión Jack para cubrirle
Cuando él haya partido
Ya no necesitará aquellas tres mamparas rojas,
Otro hombre se meterá en su lecho
Nosotros volveremos a repetir la escena
Pero –Cielos- siento que se haya muerto
Traducción Ignacio Pemán
Screens (in a Hospital)
They put the screens around his bed;
a crumpled heap I saw him lie,
White counterpane and rough dark head,
those screens — they showed that he would die.
The put the screens about his bed;
We might not play the gramophone,
And so we played at cards instead
And left him dying there alone.
The covers on the screens are red,
The counterpanes are white and clean;
He might have lived and loved and wed
But now he’s done for at nineteen.
An ounce or more of Turkish lead,
He got his wounds at Sulva Bay
They’ve brought the Union Jack to spread
Upon him when he goes away.
He’ll want those three red screens no more,
Another man will get his bed,
We’ll make the row we did before
But — Jove! — I’m sorry that he’s dead
And She is Spoke
I'VE heard a half a dozen times
Folks call it Reims.
That isn't right, though, so it seems,
Perhaps it's Reims.
Poor city ruined now by flames--
Can it be Reims?--
That once was one of France's gems-
More likely Reims.
I'll get it right sometime, perchance
I'm told it's Reims.
The Call To Arms In Our Street
There’s a woman sobs her heart out,
With her head against the door,
For the man that’s called to leave her,
— God have pity on the poor!
But its beat, drums, beat
While the lads march down the street,
And its blow, trumpets blow,
Keep your tears until they go.
There’s a crowd of little children
That march along and shout,
For it’s fine to play at soldiers
Now their fathers are called out.
So its beat, drums, beat;
But who’ll find them food to eat?
And its blow, trumpets, blow,
Oh, its little children know.
There’s a mother who stands watching
For the last look of her son,
A worn poor widow woman,
And he her only one,
But its beat, drums, beat,
Though God knows when we shall meet:
And its blow trumpets, blow
We must smile and cheer them so.
There’s a young girl who stands laughing
For she thinks a war is grand
And it’s fine to see the lads pass,
And it’s fine to hear the band,
So its beat, drums, beat,
To the fall of many feet:
And its blow, trumpets, blow,
God go with you where you go.
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