lunes, 18 de mayo de 2015

PEDRO GÓRRIZ [16.003]



Pedro Górriz

Pedro de Górriz Moreda (Pamplona, 19 de enero de 1846 - Madrid, 17 de diciembre de 1887), comediógrafo, periodista y poeta español.

Participó en certámenes literarios en su ciudad natal y escribió veintinueve piezas teatrales cómicas editadas y estrenadas en Madrid entre 1870 y 1885, especialmente comedias, sainetes y piezas en un acto, y alcanzó cierta fama con esta labor. Colaboró en El Ateneo (1883) y dirigió El Progreso. Su primera pieza, estrenada e impresa en Pamplona, fue la comedia en verso Derechos ilegislabes (1870). Otras comedias suyas son Tú lo quisiste, La sangre azul y La señora de Matute. Algunas de sus piezas están escritas junto a Eduardo Navarro Gonzalvo. Reunió una colección de lírica tradicional, Del cancionero popular navarro


APELLIDOS TÍPICOS

Hay mucho en los apellidos
de notable, por ejemplo:
conozco un Blanco que tiene
el color de un carbonero;
negro hay que se llama Rubio,
y hay albino que es Moreno;
uno muy gordo se llama
Delgado, y se nombra Recio
otro que tiene las piernas
lo mismo que dos fideos.
Conozco un Lozano tísico;
un Calvo con muy buen pelo,
y otro con luciente calva
que se apellida Cabello.
Sé de un Guerra muy pacífico;
un León que es un cordero,
y un cabo de gastadores
apellidado Pequeño.
Un Criado es millonario,
y otro, vecino de Creso,
se llama Rico y no tiene
sobre qué caerse muerto.
Conozco un Hermoso, chato;
un Mariscal que es ranchero,
un Pino que anda torcido,
y un Buenavista que es ciego.
Hay quien se llama Alegría
y pasa el día gimiendo,
y otro que se llama Bravo
y a su sombra tiene miedo.
Un cojo se llama Ardilla,
un jorobado, Perfecto,
y hay quien se nombra Paniagua
y sólo come torreznos.
Hay quien aborrece el vino,
aunque se llame Sarmiento;
y alguien que Salmón se nombra
no prueba más que abadejo.
¿Quieren ustedes más salsa
de apellidos antitéticos?
Yo conozco (o, a lo menos,
he podido conocerlos):
un Pértiga, como un bombo;
un Gordón, como un fideo;
un Lince, con cataratas;
un Troncoso, muy dispuesto.
Es cojo el señor de Piernas;
es manco el señor Seisdedos;
desnarigado, Botija;
zurdo y desmañado, Diestro.




Pedro de Górriz Moreda y su leyenda «La cadena de las Navas»

Poeta y prolífico autor teatral, Pedro de Górriz Moreda (Pamplona, 1846-Madrid, 1887) cultivó con asiduidad el género cómico, alcanzando cierto renombre en su tiempo. Así, escribió para la escena ¡Por un teniente!, Tercero interior, Madrid se divierte, Retreta, Cante hondo, El Retiro, La vuelta de Ruiz, Tute de yernos, La partida de bautismo, Levantar la caza, La mantilla blanca, El primer trompa, Género de punto, Año nuevo, vida vieja, Don Antonio, El fin del mundo, Los caciques de Villanueva, N. N., Buena estrella y varias obras más en colaboración. Como narrador, ganó la pluma de oro en el Certamen del Ayuntamiento de Pamplona de 1884 con la leyenda histórica «La cadena de las Navas»; al año siguiente se premió su Cancionero popular navarro, composición escrita en 50 cuartetas, y «Mis montañas»; y en 1886 otra leyenda en prosa titulada «La cruz negra»[1].

«La cadena de las Navas. Leyenda», dividida en doce breves capítulos, se presentó bajo el lema: «La leyenda no es la historia: donde esta empieza, aquella termina». Su protagonista es Íñigo Portillo, un joven menestral enamorado de Blanca, la hija del hombre de guerra don Tristán de Olano. Íñigo, que sueña con la dorada espuela de caballero, decide alistarse como ballestero en la mesnada de don Gutierre de Lodosa para la guerra que el rey don Sancho el Fuerte prepara contra los moros. Marcha con don Tristán y llega el día de la batalla de las Navas de Tolosa, el 16 de julio de 1212. Tristán muere matando enemigos; Íñigo, por su parte, también pelea «como un león» y consigue tomar la bandera y un trozo de las cadenas que rodean la tienda del Miramamolín. El rey don Sancho decide que ese será su blasón y promete nombrarlo caballero. Un año después se celebra la boda de Blanca e Íñigo, que ha sido elegido alférez mayor del reino; sin embargo, en un arca guarda un trozo de cadena que le recuerda su origen humilde.

Igual que sucede en otros relatos de autores navarros contemporáneos, cabe destacar la inclusión de elementos arqueológicos, especialmente por medio del empleo de un léxico perteneciente al campo semántico de las armas: contera, capacete, almete, montante, arnés de Vizcaya, loriga milanesa… Los diálogos insertos en la leyenda no revisten especial interés.

[1] Cfr. Fernando Pérez Ollo, Gran Enciclopedia Navarra, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, vol. V, pp. 401-402.




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