Óscar Petrel
(Puerto Montt, CHILE 1981)
Escritor, gestor cultural y Profesor de Español por la Universidad de Concepción. Ha obtenido diversos reconocimientos literarios, como el Premio Nacional de Poesía Armando Rubio Huidobro y el tercer lugar en el Concurso Nacional de Poesía Lagar, entre otros. Ha publicado un libro de poesía, titulado “Las tres estaciones de un tren de juguete”. Es uno de los creadores del programa radial “La nave de los locos”, proyecto beneficiario del Fondo de Fomento de la Lectura 2011.
oscarpetrel@gmail.com
Los siguientes tres poemas escritos por Oscar Petrel pertenecen al libro Las tres estaciones de un tren de juguete. Editorial Universidad de Concepción, serie cuadernos de Atenea. VIII Región. Concepción. 2007.
Concepción, Agosto 2007.
El borracho de la esquina
El borracho de la esquina
me amenazó con su cuchillo,
sólo por andar sobrio
este sábado por la mañana.
El borracho de la esquina
con su ropa mojada
y su botella en la mano
se refriega el rostro
para espantar las nubes alcohólicas
de sus ojos quebrantados.
Y cantó una canción como un bolero
con su voz gastada y enredada
y se quedó mirando la calle
como si esta fuese un río.
El borracho de la esquina
finalmente me clavó su cuchillo
me hizo un tajo
donde salen palabras
ahora hablo
con su voz desde la esquina.
Había una vez
Cenicienta
a mi parecer
el príncipe azul de estos días
lleva puesto unos zapatos gastados
usa una chaqueta normal
y suele mojarse cuando llueve.
Cenicienta, los príncipes se mojan.
El príncipe azul
a veces se siente solo,
no siempre piensa en ti,
toma la micro a casa.
En algunas noches
se emborracha con otros príncipes.
Cenicienta, los príncipes toman vino.
Cenicienta,
tu príncipe azul
evita las peleas
quizás no realizó el servicio militar.
A mi parecer
no sabe andar a caballo.
Cenicienta, es príncipe azul sin caballo.
No ha matado ningún dragón
y vive en una casa humilde
suele faltarle un poco de dinero.
Cenicienta, tu príncipe azul no es millonario.
Va a fiestas
donde se conversa mucho,
espera el amanecer
besando a otras princesas.
Cenicienta, no serás la primera.
No llores,
tu príncipe azul quizás escribe,
gusta de la música, sueña, fuma,
pero sobre todo
planea tu rescate.
Pero ten en cuenta,
Cenicienta,
que tu príncipe azul
en realidad es de otro color.
Un día vendrá
y te invitará a lo real,
verás que se equivoca
que tiene penas
a la medida de tus brazos.
Un día Cenicienta, un día,
no sé si seas capas princesa
de salir de tu castillo,
no sé mi querida princesa
si seas capaz de salir de tu castillo.
Esa muñeca de la infancia
Esa muñeca de la infancia
tan calva y sin un ojo
coja y sin ropa,
esa muñeca de la infancia
con el cuerpo rayado por un lápiz azul,
con una cabeza que a veces se sale
que toma onces de barro
con muñecas parecidas a ella
soñando siempre con un pasar mejor.
Nunca pudo ganarle a Barbie
en el concurso de belleza,
tampoco pudo besar a Ken
nunca salió en la televisión.
Esa muñeca de la infancia
sin embargo en el recuerdo de una niña creció,
dicen que se enamoró
de un peluche alcohólico,
responsable eso sí,
que tuvieron una muñequita chica
que se junta con otra muñequita vecina
a jugar por las tardes a la realidad.
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