viernes, 11 de julio de 2014

JOAQUIM AMAT-PINIELLA [12.270]



Joaquim Amat-Piniella

Joaquim Amat-Piniella (Manresa, 22 de noviembre de 1913 - Hospitalet de Llobregat, 3 de agosto de 1974) fue un escritor español, superviviente del campo de concentración de Mauthausen en la Segunda Guerra Mundial.

Joaquim Amat-Piniella participó en diversas actividades culturales y políticas durante los años 30, y fue dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya. Luchó en el frente de Andalucía durante la Guerra Civil Española. Acabada la guerra, huyó a Francia, donde fue internado en el Campo de concentración de Argelès-sur-Mer y en el de Sant Cebrià, y después fue movilizado como trabajador forzoso.

Como muchos republicanos españoles, en 1940 fue deportado por los alemanes al Campo de exterminio de Mauthausen, donde pasó cinco años, hasta que fue liberado por las tropas estadounidenses y pudo retornar a Cataluña en 1946. Relató su experiencia y las atrocidades del nazismo en forma novelada en el libro K.L. Reich (Konsentrations Lager Reich), que no consiguió publicar hasta 1962. En 1962, junto con otros compañeros exdeportados, fundó el Amical de Mauthausen.

Joaquim Amat-Piniella participó como teniente de artillería en la Guerra Civil. Exiliado en Francia en septiembre de 1939, pasará por los campos de concentración de Argelès y Saint-Cyprien antes de ser obligado a alistarse en la 109 CTE, destinada a tareas de apoyo en la Línea Maginot, en diciembre. La ocupación alemana lo llevará primero a un frontstalag y finalmente a Mauthausen en enero de 1941. Allí pasará por los kommandos de Ternberg (1942-1944) y Redl-Zipf hasta ser liberado en Ebensee el 6 de mayo de 1945. Después de una breve estancia en París se instala en Sant Julià de Lòria, en Andorra, donde mecanografiará los 71 poemas de Les llunyanies, poemes de l'exili (1940-1946) [Las lejanías, poemas del exilio (1940-1946)], y escribirá K.L. Reich [K. L. Reich]. Ya en Barcelona en 1948, publicará El casino dels senyors [El casino de los señores] (1956), Roda de solitaris [Rueda de solitarios] (1957) y La pau a casa [La paz en casa] (1959). A pesar de los procesos de depuración a que la sometió el mismo autor para evitar la censura, Albertí no logró publicar su novela de los campos. Finalmente, la versión podada presentada por Carlos Barral se publicará en castellano en febrero de 1963. Joan Sales la publicará en catalán en octubre de aquel mismo año. En 1965 recibe el premio Fastenrath como mejor obra publicada desde 1963. K.L. Reich es una de las aportaciones más relevantes de la literatura de los campos de concentración.

Fue escrita en Sant Julià de Lòria entre septiembre de 1945 y abril de 1946, simultáneamente a la trascripción de los 71 poemas del exilio, que dejó inéditos. Se trata de su primera aportación como novelista, después del libro de semblanzas Ombres al calidoscopi [Sombras en el calidoscopio] (1933). Lógicamente, la intención de Amat era publicarla porque, apenas llegó a Barcelona, donde vivirá su exilio interior, dada la imposibilidad de volver a Manresa, escribió a su amigo Agustí Bartra: "Estos días he acabado la refundición del libro sobre los campos" (02/02/1948), a pesar de que lo hacía "sin muchas esperanzas de poderlo publicar" (ibídem). Por carta, Amat pone de manifiesto una obviedad: él habría publicado la versión de 1946, corregida a mano en 1948 si las circunstancias lo hubieran permitido pero, desgraciadamente, el franquismo y sus órganos censores lo imposibilitaron. Durante los años cincuenta, Amat va marcando y suprimiendo varios fragmentos de la novela con la intención de que su editor consiga obtener el permiso de publicación, como reconoce el mismo Amat a Joan Sales: "Al amigo Albertí le fue denegada la autorización de censura al presentar hace años una versión podada y limada por todas partes." (27/06/1963). Finalmente, después de diecisiete años y de haber publicado varias novelas, su amigo Carlos Barral conseguirá obtener los derechos de edición y la versión en castellano saldrá finalmente el 25 de febrero de 1963. Tras esto, Joan Sales rechaza la edición de La línia recta [La línea recta] (inédita), y le propone editar K.L. Reich, cosa que fructificará finalmente el 15 de octubre. Esta edición, que es la que conocíamos hasta la aparición de la publicada por Edicions 62, cuenta con un fragmento impuesto por Joan Sales (véase David Serrano (2004), p. 259) y con un intento grave de intervención del mismo Sales, que pretendía eliminar la reflexión ontológica final, cosa que Amat consiguió evitar.

Durante este largo periodo, Amat consiguió publicar algunos fragmentos de K.L. Reich en la revista Per Catalunya (1945), Antologia (1947) y Por qué (1963). En los dos primeros encontramos el mismo lenguaje, tono y recursos que en la edición íntegra de Edicions 62. La obra está organizada en dieciocho capítulos que siguen una estructura clásica de introducción, nudo y desenlace, y cuenta también con un paratexto inicial, la "Nota del autor", donde se explican los objetivos que persigue la novela, la elección del género y su finalidad.

Detrás esta división estructural podemos identificar con precisión una construcción más precisa, las sesenta secuencias que conforman la novela, entendidas como unidades espacio-temporales mínimas de significación. Su distribución en los capítulos hace uso de la anacronía de la simultaneidad secuencial y la construcción en paralelo de las líneas de acción, lo cual es una de sus mayores aportaciones narrativas. Esta disposición hace que, a menudo, determinadas secuencias se cierren traspasando los límites propios de la secuencia y de su referente estructural superior, el capítulo. Así, encontramos unas constantes que se van repitiendo en tiempos, escenarios y personajes diferentes, lo cual incide en la voluntad de trabar de manera indisociable secuencias y capítulos, a la vez que se intenta mantener la unidad estructural de cada una y adoptar el tono objetivo de la simultaneidad argumental.

La obra de Amat, surgida previamente o en paralelo a las propuestas literarias y morales de los Primo Levi, Imre Kertész, Robert Antelme, Jorge Semprún, Hannah Arendt o Elie Wisel, parte de un mismo handicap, aunque por motivos diferentes: las dificultades tempranas que encuentran los supervivientes-escritores para publicar sus obras en toda Europa, pero con elementos añadidos: su adscripción republicana y catalanista (en el contexto de un régimen fascista) y su elección por la ficción cuando ésta era una opción ampliamente desterrada. Y todavía tuvo más problemas: a la constatación de la necesidad que planteaba Theodor Adorno -como Giorgio Agamben o Jean Améry- de encontrar un nuevo lenguaje después de Auschwitz para poder contar aquello que resulta inconcebible, cosa que preocupaba especialmente Amat, hay que contar también con la traslación de esos sucesos a una lengua catalana sin tradición en el ámbito de la novela realista y al hecho de que –personalmente- es la primera vez que Amat se enfrentaba al complejo trabajo del novelista.

Más allá de la adscripción a la literatura de los campos de concentración, hay que situar la obra de Amat en la tradición de la novela sobre la condición humana. La soledad moral del hombre, ligada a su responsabilidad, no excluye un intento de diálogo, y la voz requisitoria que reclama "el futuro de esperanzas" al final de la "Nota del autor" tiene mucho que ver con el concepto de "fraternidad cósmica y mediterránea" del que hablará Camus más tarde, con el diálogo con la eternidad que planteará Malraux en L'Espoir o con la unión entre Dios y Satanás que propondrá Georges Bernanos. Su formación afrancesada vincula a Amat a los moralistas del XVII (Montaigne, De La Bruyère), a Stendhal (en cuanto a la preocupación por la dignidad del hombre) o a La Rochefoucauld, desde la voluntad de análisis de las conductas humanas para sugerir un sistema que pueda juzgarlas. Asimismo, la lectura de las obras de Blaise Pascal esta presente en la insistencia en la justificación o no justificación de los actos, y en el problema de su valor en el marco de una condición humana definida con crudeza extrema.

Con estas premisas, los concepto del bien y del mal conforman realidades entendidas dentro de un conjunto de preceptos mutables, donde lo que se produce es una verdadera vida moral en constante evolución, lo cual entronca tanto con la idea de "la zona gris" que plantea Primo Levi en Los hundidos y los salvados, como en K.L. Reich, donde los protagonistas de la novela -como Baroja o Hemingway-, nacen moralmente (y en su construcción narratológica y ficcional) en el momento de entrada en el campo, y es en función del uso constante de la responsabilidad moral, su poder de actuar y/o tomar decisiones (dentro de las limitaciones) como se configura su actuación y se tiene que entender el desenlace de la novela, tanto físico como moral. La conciencia del Bien, en Amat, va ligada, por lo tanto, a la circunstancia (nada que ver con el Bien teórico católico), una circunstancia que va emparejada con el concepto estricto de responsabilidad desde el punto vista humano y laico, es decir, con el concepto de justicia.

La edición de Primo Levi de Si esto es un hombre, publicada en 1946, el mismo año que la de Amat, pasará bastante desapercibida, pero cuando se recupere a finales de los años cincuenta, y se valore su importancia conceptual y aportacional, los acercamientos que se harán siempre irán en relación directa con la fecha de escritura y publicación, porque colocan a Levi en la vanguardia de la literatura del Holocausto. Se trata de una situación similar a la de Amat, porque la reivindicación de la escritura de la novela entre 1945 y 1946 permite poner, desde la literatura comparada, su figura y sus aportaciones morales y ontológicas en dicha vanguardia de la literatura de los campos, con planteamientos sobre la condición humana simultáneos o adelantados a los de Albert Camus o Imre Kertész, Jorge Semprún, Robert Antelme, etc. La edición de 1946 permite también situar la figura de Amat como precursor de una literatura realista y comprometida tan necesaria como difícil en nuestra literatura de inicios de los cuarenta (recordamos que Joaquim Molas fecha el realismo histórico a principios de los sesenta). Así lo han entendido las instancias canonizadoras de nuestra literatura (la academia, incorporando la edición de 1946 a los planes de estudios y al canon; las editoriales, incluyendo fragmentos de 1946 en los libros de texto; la crítica, celebrando su publicación y relevancia; las instituciones, convirtiendo la edición de 1946 en lectura obligatoria en el bachillerato, y el público, que ya ha tenido a su alcance diversas ediciones, incluso en bolsillo). Lo mismo ha ocurrido en el ámbito europeo, pues, recientemente, la edición de 1946 de K.L. Reich ha sido incorporada oficialmente al canon europeo de la literatura de los campos de concentración, con la inclusión en el Dictionnaire critique de la littérature européenne des camps de concentration et d'extermination (UE, Fundación Ars, 2007).

Copyright del texto © David Serrano Balaguer




Joaquím Amat-Piniella
(Traducción de Carlos Morales)
Poesía de El Toro de Barro


Los girasoles

Todo es frío en el entorno del jardín,
frío amarillo que sube de la tierra,
frío azul que cae de entre las nubes,
frío rojo que viene de los coágulos de la sangre.
Los girasoles han temblado de tanto silencio
y han abierto sus ojos gigantes
cuando el alba repleta de niebla
ha conducido a unos hombres a la muerte.
Ahora buscan en vano la piedad del aire
para borrar del todo el eco del fusilamiento...
La mañana será larga porque el sol se esconde
y el frío fija la angustia de la inmovilidad.
El resabio del crimen se alza del bosque vecino
y vibran las alambradas como un nervio herido
hasta donde el aire se reblandece y huye.
Y los girasoles tiemblan todavía más
ahora que el camino se hiela a la sombra de los muertos.
¿Quién ha convertido el mundo en un cascarón vacío?
¿Por qué el espacio está ausente sobre las losas grises?
No hay nadie para llorar.
No hay nadie para odiar.
¡Unos hombres han sido asesinados!
En el resplandor de la carne sacrificada
los girasoles han reencontrado la fuerza
para girar lentamente sobre sus tallos.
Los ojos gigantes miran, lloran, odian...

K. L. Mauthausen, 1944




 Cámara oscura

He olvidado qué hay tras los muros que me cercan.
No sé por qué el tiempo se desentiende de este dolor.
El mundo es silencio.
La vida es espera.
Soledad la muerte.
¿No ha venido nadie en esta noche de ceguera?
Nadie que trajera el mandato de los poderosos,
nadie que levantase la voz de los caudillos.
¿Por qué habláis, soldados, si nadie os comprende?
¿Por qué calláis, poetas, si en cada puerta ponéis la luz?
Y yo entre estos muros,
entre cortinas de sangre infecunda...
Yo que espero cosechas generosas,
y amores prolíficos,
y universos de paz.
Oh, el miedo del no ver, del no saber, del no sentir:
heridas las manos de andar a tientas,
encendido el pensamiento de preguntar sin respuesta,
sordos los oídos de esta martilleante mudez.
¿Quién querrá rescatarme de esta cámara oscura?
¡Venid, caballeros dorados de los días de sol!
Que los campos devastados no son estériles
y yo, que callo entre silencios, hablaré...

K. L. Mauthausen,
Noviembre de 1944




Canción de octubre 

    Ce bruit mystérieux sonne comme un départ
         "Chant d’automne", BAUDELAIRE


Por qué las nubes no se detienen en su vuelo
si su moverse es tiempo que se escabulle
y este tiempo es silencio y tristeza para mí?

¿Por qué los días no agotan su sucesión
si cada alba da vida a un presagio de tinieblas,
y cada crepúsculo, arcos voltaicos a mis ojos enfermos?

¡Reir o llorar, qué más da, si es abrir el corazón!

Sentir sobre los pulsos la pesadez, la debilidad,
el satén de los odios, las agujas de la afección;
ágiles los pies sobre las calles soleadas,
vacías las manos ya que es fortuna la fe,
encendida la mirada en busca de los azules de cobalto...
¿Quién ha puesto a mi paso la sordina de la decepción?

¡Oh, Dios, que rodeaste de prodigios mi ilusión,
pon el universo sobre un eje que rehaga los dibujos añorados
monta guardia de fuego en los caminos por donde huye el tiempo!

Y que las palabras tengan de nuevo el sentido único de su música
– pájaros que buscan los rumbos por los remolinos del aire –
que los gestos marquen solamente el ritmo de las danzas vírgenes
– árboles sufrientes en el huracán de las fuerzas invictas –
que las pasiones sean simples como el hambre o la sed
– frutas que irradian la voluptuosidad de su frescor –
que los gustos lleven el apremio de la codicia
– torrentes que en aluvión arrastran tesoros frustrados –.

¡Ah, la aridez de los vientos, de las aguas, de las tierras... de las almas!

Si ya no puedo ser yo, ¿por qué esperar el invierno?

K. L. Mauthausen,
octubre de 1944





El enemigo

Me tienes atado entre los tentáculos de tu poder
y me escuece el silbido de tu látigo
sobre las carnes secas del trabajo y el hambre.
Y has pasado adelante, todavía,
montado en el dragón de tu orgullo
dejando un rastro de ceniza y de muerte.
Montes y valles se allanan a tu paso,
se hunden los muros y se secan los ríos,
los vientos empujan las popas de tus barcos
y los cielos se hienden al paso de tus aviones.
¡Como las aves de presa cantan tu gloria!

Sin embargo, tú te ahogas en el delirio del vano triunfo,
pues ¡nada sabes de los secretos de las tierras profundas!
¿No ves el temblor nacer de la locura?

Tú no sabes qué es un paso de caballos blancos
sobre el fuego de los odios celestes;
ni el frío de los aceros sin vaina ni cinto
sobre la piel sudada de la angustia;
¡ni cómo manan sangre los espejos rotos de las pasiones
que estallan en las noches turbias de estrellas!

No te tapes los oídos, no,
que el terremoto crece a pesar tuyo;
¡no cierres los ojos, no,
frente a las olas de los océanos hirvientes!

Que todo vendrá seguro y a su hora
hacia tu eclipse,
hacia la venganza de tus condenados y cautivos;
¡que la luz romperá el grillete y la mordaza
y el aire fresco despuntará tu aguijón venenoso...!

Me tienes atado, pero no rendido,
no me agacho al zumbar de tu látigo:
en tu huida te encontraré cobarde,
ahogado por el miedo y la vergüenza
en la tiniebla espesa de tu crimen...

Lager Ternberg,
Día de Todos los Santos de 1942





Fragment de "La paraula en els camps d'extermini", extret del pròleg de Jordi Castellanos a l'edició de Les llunyanies. Poemes de l'exili (1940-1946) de Joaquim Amat-Piniella. Ed. Columna-L'Albí, 1999. Introducció i edició a càrrec de David Serrano i Blanquer.


Els gira-sols

Tot és fred a l'entorn del jardí,
fred groc que puja de la terra,
fred blau que cau, per entre els núvols,
fred roig que ve dels coàguls de sang.
Els gira-sols han tremolat de tant silenci
i han obert llurs ulls gegants
quan l'alba boatada de boira
ha conduït uns homes a la mort.
Ara cerquen debades la pietat del vent
per a esborrar del tot l'eco de l'afusellada...
El matí serà llarg perquè el sol s'amaga
i el fred fixa l'angoixa de la imobilitat.
La sentor del crim s'eleva del bosc veí
i vibren les filferrades com un nervi ferit
fins allà on l'aire és flonjo i fugisser.
I els gira-sols tremolen encara més
ara que el camí es gela a l'ombra dels morts.
Qui ha convertit el món en una closca buida?
Per què l'espai és absent sobre les lloses grises?
No hi ha ningú per a plorar.
No hi ha ningú per a odiar.
Uns homes han estat assassinats!
A la resplendor de la carn sacrificada
els gira-sols han retrobat la força
per a girar lents sobre llurs tiges.
Els ulls gegants miren, ploren, odien...

                          K. L. Mauthausen, 1944


Cambra fosca

He oblidat què hi ha darrera els murs que em tanquen.
No sé per què el temps es desentén d'aquest dolor.
El món és silenci.
La vida és espera.
La mort és solitud.
No ha vingut ningú aquesta nit de ceguetats?
Ningú que portés el guiatge del potents,
ningú que aixequés la veu dels cabdills.
Per què parleu, soldats, si no us comprèn ningú?
Per què calleu, poetes, si a cada porta poseu la llum?
I jo entre aquests murs,
entre cortines de sang infecunda...
Jo que espero collites generoses,
i amors prolífics,
i universos de pau.
Oh, la por del no veure, del no saber, del no sentir:
ferides les mans d'anar a les palpentes,
encès el pensament del preguntar sense resposta,
sordes les oïdes d'aquest mutisme martellejant.
Qui voldrà treure'm d'aquesta cambra fosca?
Veniu, cavallers daurats dels dies de sol!
Que els camps devastats no són estèrils
i jo, que callo entre silencis, parlaré...

                         K.L. M., novembre de 1944


L'hora blanca

A l'hora blanca del meu renéixer,
vora el llac d'aigües somnolents,
sota el cel d'un blau tebi i segur,
la llibertat precisa la teva imatge.

Digueu-me, oh avions que solqueu la vall,
el sentit d'unes portes esbatanades!

No vull acció per als meus muscles lassos,
no vull espai per al meu pit viciat,
no vull paisatges per als meus ulls miops.

Deixeu-me en la solitaud antiga de cinc anys,
en el racó on la llum estrafà les figures
en el brou conegut d'una vida sòrdida.

Que a poc a poc es remogui l'aire!
Que a pleret es perfilin els camins!
Que siguis tu qui m'acompanyi a les meravelles!

La fe ha triomfat sobre la pols de la mort,
i l'amor, difuminant les ratlles de l'odi,
es fa lloc en la cleda vella de cada cor.
No em calen ja les armes que m'han ajudat, 
inútils les precaucions de l'instint vital!
Avui puc somniar sense angoixes ni perills
desprendre la closca que protegia el meu jo.

Els avions llisquen llurs ventres sobre el llac
com ocells assedegats de pau i tendresa.
Jo els observo del meu racó estant
a l'hora blanca del meu renéixer.
Com la teva imatge precisa la llibertat!

                        Ebensee, maig de 1945

La fotografia, de tamany carnet, fou feta poc temps després de la sortida d'Amat-Piniella del camp de Mauthausen. Original a l'Arxiu Històric Comarcal de Manresa.







No hay comentarios:

Publicar un comentario