FAUSTA FERRERA
Nació en Santa Cruz de Yojoa, departamento de Cortés, Honduras, en 1891, y falleció en 1970. Profesora de profesión, escribió poemas y cuentos.
Colaboró en periódicos y revistas de San Pedro Sula. Escribió: Alas (1938); Cuentos regionales (1938). De ella dijo Froylan Turcios: "su prosa, tan desnuda de todo artificio vulgar, tan sobria, tan clara... va mostrando el lector las rústicas escenas con una gracia encantadora".
POEMAS DE FAUSTA FERRERA*
(selección de Jorge Luis Oviedo)
EL ARCÓN DE LA ABUELITA
Viejo arcón abandonado
en un oscuro rincón.
todo, el tiempo lo ha destruido
todo, el tiempo lo ha borrado;
pero el pasado
ha quedado
escondido
en este arcón.
Cuando le quito la tapa
con muchísimo cuidado,
levemente, de él se escapa
y se esparce por la estancia,
la misteriosa fragancia
del pasado.
es un olor de reseda
disecada entre los trajes,
olor a cintas, a encajes
y a pañolones de seda.
Y cundo leo, curiosa,
las cartas en él guardadas,
que la abuelita preciosa
amorosamente ató
con listón color de rosa;
siento algo de la emoción
que ella debe haber sentido,
cuando en su tiempo florido,
a hurtadillas las leyó.
Cada vez que con cuidado
abro el viejísimo arcón,
mi loca imaginación
va de viaje hacia el pasado,
por que el pasado
ha quedado
Encerrado
En este arcón
ALAS
Alas extendidas en un afán de vuelo,
porfiadas alas mías trémulas de inquietud;
cuando presas se asfixian bajo el dombo del cielo,
en atrevido vuelo remontan el azul.
Los astros en sus órbitas se quedan muy abajo,
monotonía eterna y girar y girar;
mis alas van sin freno surcando los espacios
en plenitud de altura y de velocidad.
No hay límite posible para estas alas mías,
ni lejanía a donde no puedan arribar;
son alas de infinito las de mi fantasía,
impulsadas en vértigo de intrépida ansiedad.
EL LLANTO DE LA HOCHE
La noche viene muy triste,
es por esto que se viste
con su traje más negro y más severo;
no se prende la luna en el corpiño
y no pone en el manto ni en un lucero.
Llega al jardín y llora
su dolor y su hastío
y su llanto se ve sobre las flores
convertido en rocío…
PUERTAS ABIERTAS
¡Cómo son simpáticas
Las puertas abiertas,
Tan acogedoras,
Y tan indiscretas!
En las casas limpias
de puertas abiertas
no caben las casas obscuras
ni caben las cosas secretas,
ni hay rincones lóbregos,
ni caben tristezas
y hasta el ángulo más apartado
las miradas penetran contentas.
¡Que todas las almas
Tuvieran las puertas abiertas!
¡Qué buena sería la vida!
Las gentes, ¡Qué buenas!
Con las almas claras,
Bellas y serenas
Sin rincones lóbregos,
Que es donde se alojan
Las malas conciencias.
EL LAGO DE YOJOA
Como piedra preciosa que cayera
de las manos de Dios,
cristalino se extiende y majestuoso;
regio espejo de sol.
Si los montes se miran en sus linfas
esmeralda es de luz.
Y al reflejar la ingente lejanía,
una turquesa azul.
Cuando tramonta el sol enhiesta cumbre
tiñendo los espacios del arrebol
es topacio engarzando en las montañas,
milagro de color.
Piedra preciosa, al alma del viajero
es sedante paisaje de emoción,
que solamente concebirlo pudo
el numen del Creador.
LA ORACIÓN
Besa un dejo de sol la lejanía,
Mientras muere la tarde mansamente
y cruza bajo el cielo opalescente
como un suspiro, la melancolía.
Musitando una suave letanía,
del arroyuelo la linfa transparente
se aleja, llevando en su corriente
El apacible agonizar del día.
Feliz el hombre que átono con la hora,
concluida la faena redentora,
halla en su hogar descaso y complacencia;
y ofrece a Dios, en su oración sencilla,
su cuerpo sano, su alma sin mancilla
y diáfana y tranquila la conciencia.
ANHELO
Cruzar serenos la vida
dejando por el camino,
como una estela radiante,
pedacitos del espíritu.
Cuantas almas alineadas
en la ruta que seguimos
para prenderles recuerdos
que no destruye el olvido,
recuerdos que con el tiempo
se evoquen en un suspiro.
Que ésas almas nunca sepan
Con seguridad si fuimos:
Estrella, perfume o gema,
Caricia panal o trino.
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